POR NOÉ ZENÓN SUÁREZ HISTORIADOR Y POETA ARGENTINO
Agradecemos sus aportes al blog
EN
EL AÑO DE LA FE, y el DÍA de la INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA.
Un
27 de noviembre de 2013, masiva concurrencia al Templo Mayor de
Dolores, dicen que la Virgen, llora.
Bajo
el gris, que colorean las nubes y la llovizna por momentos, corren
voces en la ciudad, que una de las imágenes de Nuestra Señora de
los Dolores, en el Templo Principal, frente a la Plaza Pedro
Castelli, está llorando.
Viendo
un movimiento mayor al acostumbrado en esas horas de la tarde, y
voces oídas a la salida de la escuela, que la Virgen llora, trato de
buscar mi máquina fotográfica y encaminarme, con el fin saber que
es lo que verdaderamente está pasando.
Al
poner mis pies en la entrada, por la puerta principal, veo que es
masiva la concurrencia y hay gente por todas partes, al dirigirme
hacia la imagen que está sobre el lateral derecho, entrando, ya debo
mirar bien por donde llegar, dado el amontonamiento, más, cerca de
la imagen, casi se me hace imposible avanzar, por la lentitud en que
se mueven los creyentes.
Despacito,
puedo ir ganando distancia, y ponerme lo más cerca posible, así
tomar algunas imágenes. Comentarios no muchos, unos parecen orar y
casi todos haciendo centellear sus cámaras, voces, cae una lágrima
dice alguien, sí, sí, dice otro, yo fijo la mirada, las luces me
quieren engañar con sus brillos, sí, parece caer una lágrima, me
pongo con todos los sentidos para certificar, pero me parece que al
moverme, son solo reflejos, que nos engañan, Impresiona en mi vista,
que corre una lágrima, pero no puedo asegurar que sea una lágrima,
registro cada uno de esos momentos para estudiarlos en casa por medio
de la computadora. Paso a paso, aumentando y recorriendo todo el
rostro. Son nítidas las lágrimas que la artista a decorado
maravillosamente, se hace evidente el material puesto, no noto gotas
fuera de él, ni tampoco por el rostro, recorrido que deberían
seguir, según la fuerza de gravedad.
Ahora,
quién puede asegurar lo uno, como lo otro, pues, unos veían llorar,
lágrimas, que aseguraban ver, otros no
podíamos
percibir y asegurar que ocurría. Hechos similares han ocurrido en
otros lugares, tal es el caso de un óleo representando a la virgen,
en Córdoba, sin dilucidar. Todos estamos inclinados o necesitamos de
evidencias concretas para creer, se nos hace casi imposible hacerlo
si no lo vemos, “ver para creer”, el lema que se repite.
El
Hombre es un ser maravilloso creado a semejanza de DIOS.
El
Hombre siempre ha tratado de buscar a DIOS, lo ha imaginado y lo
imagina como lo entiende.
El
milagro, es algo que esperamos siempre, pero, caro a nuestro
entendimiento. El diccionario de la Lengua Española nos dice “Hecho
no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a
intervención sobrenatural de origen divino”. Hay milagros, suceden
hechos casi imposibles de explicarnos, pero existen y es difícil de
que te crean.
Debemos
creer en el Hombre, su Fe y su devoción. María desde los comienzos
de la Iglesia, es la Madre Inmaculada, y con distintos nombres es
adorada en todos los altares, en donde los fieles se acercan
suplicantes en ayuda a sus necesidades, y nos da su Gracia. Al pie de
su templete protector, han quedado unas cuantas flores.
Estos
acontecimientos hacen meditar y encaminar a cada uno, para despertar
o dar fuerza a su Fe, poder encontrar el verdadero camino y entender,
para confirmar la Fe, y llevarnos hacia Él. El Catecismo de la
Iglesia Católica nos dice: “La Fe es la virtud teologal por la que
creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado y la
Santa Iglesia nos propone, por que Él es la verdad misma. Por la fe
“el hombre se entrega entera y libremente a Dios”…
La
Fe afirma razones que explican realidades en cada uno. Este es el Año
de la Fe, quiera Dios por medio del trabajo de los hombres de buena
voluntad, revertir la pobreza en todas sus dimensiones y disminuir
las desigualdades, y poder meditar las palabras de nuestro Papa,
Francisco: “La belleza del amor salvador de Dios hecho manifiesto
en Jesucristo”. Para unos, la Virgen lloraba, para otros no, y como
dije al principio, quién puede asegurar lo uno, como lo otro.
Noé Zenón Suárez Casielles, 2013.
Profesor de Catequesis, egresado del Inst. Francisco
de Paula Robles, Dolores, Bs. As. Argentina.
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