Una ricostruzione storica del Novecento uruguaiano, i cui effetti sono ancora attuali
Esta es la otra parte de un artículo sobre el año electoral. El principal es el publicado en el post anterior: ¿"Podrá la izquierda mantenerse en el gobierno en Uruguay"?
El presente artículo intenta dar contexto a la realidad del país en las últimos cincuenta años para que un lector europeo pueda entender el artículo principal.
Si alguien quiere leerlo tal como fue publicado, puede hacerlo copiando y pegando en el navegador este enlace:
http://www.lindro.it/politica/2014-07-22/135645-uruguay-dal-1973-ad-oggi#sthash.Aydb1kCz.dpuf
A continuación el artículo en español.
ELECCIONES
EN OCTUBRE
¿PODRÁ
LA IZQUIERDA MANTENERSE EN EL GOBIERNO EN URUGUAY?
Escribe
Juan José Pereyra Twitter @juano500
Nadie
puede hoy responder este interrogante en el pequeño país de poco
más de tres millones de habitantes ubicado “al sur del sur” de
América, entre “los gigantes” Argentina y Brasil.
Desde
el 1º de marzo de 2005 el Frente Amplio gobierna en Uruguay , hecho
que representó un cambio histórico.
El
país había sido gobernado desde 1830 por los partidos llamados
históricos o tradicionales, el Nacional y el Colorado, dos de los
partidos políticos mas “viejos” del mundo.
El
Partido Nacional dirigió el destino del país solo en tres
oportunidades en el siglo XX. El otro partido tradicional, el
Colorado, gobernó todo el resto del siglo pasado y hasta el primer
lustro del siglo actual.
El
Frente amplio es una coalición de partidos y sectores y es también
un movimiento en el que tienen peso político “las bases”,
militantes, de los otrora muy fuertes “comités de base” (centros
cívicos) los que han tenido siempre una fuerte presencia en los
organismos de dirección.
Uruguay
es un país con un sistema político muy consolidado y estable que
fue interrumpido solamente en dos ocasiones, en 1930 y en 1973.
El
primer golpe de estado fue atípico,lo dio un presidente
constitucional colorado con la policía y los bomberos; las fuerzas
armadas permanecieron en los cuarteles. No estuvo ausente de
violencia, el ex presidente también colorado, Baltasar Brum , se
inmoló para generar un shock , un alerta a la sociedad en repudio a
la liquidación de la democracia. Otro dirigente político del mismo
partido llamado Julio César Grauert fue baleado y dejado herido
tirado en una carretera mientras participaba de una actividad
clandestina contra la dictadura. Grauert hubiera sido un importante
líder partidario con una militancia radical en favor de los más
humildes de acuerdo a la opinión de políticos e historiadores.
El
golpe de estado de junio de 1973 fue una pesadilla de la que aún
quedan importantes heridas ,con el reclamo permanente de justicia por
violaciones de los derechos humanos de centenares de presos,
torturados, asesinados,desaparecidos, gente a la que se expulsó de
sus empleos y se les impidió trabajar. Una ley aprobada al retorno
de la democracia por los dos partidos tradicionales impidió que los
responsables fueran juzgados.
El
motivo que se argumentó fue el peligro que los militares citados por
la justicia no se presentaran, lo que provocaría el delito de
desacato y el peligro en cuanto a la estabilidad de la recientemente
rescatada democracia.
Este
tema es mucho más complejo, sigue siendo una herida abierta en el
país y será motivo de otro análisis.
EL
COMIENZO DE LA CRISIS
Uruguay
entró en un período de crisis en la década del 50. Los años de la
segunda guerra mundial y la de Corea fueron para el país tiempo de
“vacas gordas”. Uruguay exportó sus productos básicos de gran
demanda en Europa y en varios otros países: carne, lana y cuero,
fundamentalmente.
La
caída de la demanda y los precios de esos productos llevó sobre el
final de la década del 60 a una crisis que fue generando tensiones
sociales muy graves con movilizaciones de obreros y estudiantes y
represión policial que provocó que en agosto de 1968 Uruguay
tuviera su primer mártir estudiantil, Líber Arce, un joven
militante comunista que cursaba la carrera de Odontología en la
Universidad de la República.
Gobernaba
el presidente Jorge Pacheco Areco quien aplicó “recetas recesivas
impuestas por el Fondo Monetario Internacional”,según sostienen
sus opositores.
Años
antes, en 1962, al calor del triunfo de la Revolución Cubana varios
sectores fundamentalmente de la clase media se organizaron en lo que
luego fue el movimiento de los tupamaros, que organizó una
“guerrilla urbana” enfrentando al gobierno de Pacheco que había
sido electo democráticamente y, de acuerdo a historiadores y vastos
sectores políticos se fue deslizando hacia “un régimen” con
permanentes en violaciones a la constitución y las leyes,
desconocimiento de las decisiones del Parlamento y creciente
represión. Los Tupamaros pretendían hacer caer el gobierno y que se
conformara un “gobierno popular” tomando como modelo la entonces
joven Revolución. Los Tupamaros hoy son parte importante del
gobierno. El presidente José Mujica fue uno de sus principales
dirigentes, lo que no significa que los dos gobiernos del Frente
Amplio tengan una orientación radical de izquierda. Los Tupamaros
son criticados muy severamente por “alzarse en armas” contra un
gobierno democrático e intentar derrocarlo.
El
gobierno mantenía enfrentamientos en dos frentes distintos : uno
contra el llamado movimiento popular integrado por los sindicatos y
gremios obreros y estudiantiles y los partidos políticos ,
fundamentalmente de la izquierda, que resistían las políticas
económicas que afectaban el nivel de vida de amplios sectores
populares y de la clase media.
El
otro frente lo constituyeron las acciones de los Tupamaros y otros
grupos similares menores que expusieron públicamente casos de
corrupción en un primer momento pasando más tarde a asaltos de
bancos y empresas para financiarse, secuestros de figuras de la
política nacional e internacional, empresarios, embajadores,
acciones violentas que incluyeron el secuestro y asesinato de Dan
Mitrione, un agente de los servicios de inteligencia de Estados
Unidos cuya tarea fue enseñar métodos de tortura a la policía
local.
Los
Tupamaros eran detenidos y se fugaban en masa de las cárceles, lo
que llevó , en diciembre de 1971, a que al presidente Pacheco
encargara su represión a las fuerzas armadas.
NACE
EL FRENTE AMPLIO
En
febrero de 1971, en medio del clima violento en lo político y
social se fundó el Frente Amplio, integrado por los partidos
históricos de la izquierda, Comunista, Socialista, Trotskista, así
como la Democracia Cristiana e importantes dirigentes, senadores y
diputados de los dos partidos tradicionales. Fue liderado por el
general retirado Líber Seregni, de origen colorado que había
renunciado a la máxima jerarquía de su arma por discrepancia con
las políticas represivas del presidente Pacheco.
El
26 de marzo de 1971 la flamante fuerza política tuvo su primer acto
de masas mostrando que la unión de los chicos cambiaba el escenario
político cuantitativa y cualitativamente.
Las
elecciones de octubre de 1971 tuvieron la participación del recién
creado Frente Amplio y de un Partido Nacional con la fuerza de un
nuevo líder, Wilson Ferreira Aldunate uno de los políticos más
importantes en los años del gobierno de Pacheco y posteriormente en
la resistencia a la dictadura. Ferreira Aldunate desarrolló esa
acción política en todo el mundo junto a dirigentes de la izquierda
también exiliados.
El
otro candidato fuerte fue Juan María Bordaberry, “delfín” de
Jorge Pacheco Areco quien intentó la reelección a través de una
reforma constitucional simultánea a la elección nacional , la que
fracasó. Se mantuvo la constitución vigente que impede la
reelección por dos períodos consecutivos. Tras ganar la elección
el Partido Colorado, Bordaberry, un dirigente de las empresariales
rurales que ya había sido legislador por el Partido Nacional asumió
la presidencia, el 1º de marzo de 1972.
Las
tensiones sociales y el enfrentamiento con la guerrilla fueron cada
vez mayores. El 14 de abril de ese año los Tupamaros ejecutaron a
varias personas, civiles e uniformados acusadas de integrar un
“escuadrón de la muerte” responsable del asesinato de militantes
de la guerrilla.
GUERRA
INTERNA, “PERUANISMO” Y GOLPE DE ESTADO DE ULTRADERECHA
La
respuesta a esa acción de los Tupamaros fue la declaración del
“estado de guerra interno” y el mantenimiento de la suspensión
de las garantías individuales, suspensión que ya venía desde el
gobierno anterior votadas por blancos y colorados en el Parlamento.
En
esos días las fuerzas armadas asesinaron en forma brutal a ocho
militantes del Partido Comunista que estaban en una de las sedes de
ese partido que en ese momento era legal y tenía representación
parlamentaria.
En
octubre de ese año las fuerzas armadas comunicaron que habían
“desarticulado” totalmente a los Tupamaros, destruido su aparato
militar y que sus dirigentes estaban en prisión.
Durante
esos meses se dieron circunstancias de las que hay poca información:
tuvieron lugar negociaciones entre los líderes tupamaros y altos
oficiales del ejército.
Sectores
de las fuerzas armadas investigaron en esos meses a algunos
empresarios a quienes los tupamaros señalaban como corruptos y se
empezó a hablar de una posible “peruanización” de las fuerzas
armadas. En ese momento en Perú estaba en desarrollo el proceso
“nacionalista y progresista” del general Juan Velasco Alvarado
que derrocó al gobierno del presidente Fernando
Belaúnde Terry,
electo democráticamente.
Una
situación similar se dio con el gobierno del General Juan José
Torres en Bolivia.
En
febrero de 1973 el ejército y la fuerza aérea desconocieron a un
ministro de defensa impuesto por el presidente Bordaberry a quien
acusaron de quererlas “politizar” y ocuparon lugares públicos y
medios de difusión emitiendo comunicados en forma periódica en lo
que se definió como un claro intento de golpe de estado. La armada
no se sumó a esta sublevación y ocupó la ciudad vieja en
Montevideo, ofreciendo al presidente su respaldo a las instituciones
democráticas.
Bordaberry
llamó a la ciudadanía a expresarle su apoyo pero la gente no se
hizo presente en la Plaza Independencia, frente a la Casa de
Gobierno. Tampoco lo hizo ningún político de importancia de los
partidos tradicionales. Su soledad fue muy notoria. El Parlamento no
se reunió para analizar lo que estaba pasando y no emitió ninguna
declaración.
Varios
sectores del Frente Amplio, en tanto, se sintieron seducidos por
varios planteos realizados por los militares alzados en armas,
especialmente los llamados “comunicados 4 y 7”, en los que
señalaban que la institución militar no era el “brazo armado de
la oligarquía”, que había que dar “tierra a quien la trabaje”
y otros asuntos que históricamente había planteado la izquierda.
Eso
llevó a que el diario del Partido Comunista escribiera editoriales
en los que se veía con buenos ojos la acción de los militares.
Este
es un tema no resuelto en el Frente Amplio ,el que nunca se ha
planteado un debate abierto sobre la forma en que se reaccionó en
ese momento.
Hay
quienes afirman, incluso desde la izquierda, que aquellos comunicados
fueron una operación de inteligencia de las fuerzas armadas para
“adormecer” al “movimiento popular”.
Bordaberry
negoció con las fuerzas armadas y siguió en la presidencia,
superando la crisis institucional.
La
tensión continuó con la exigencia al Parlamento de quitar los
fueros a varios legisladores de izquierda y de los partidos
tradicionales acusados por los mandos militares antes sublevados, de
ser “los jefes políticos” de los Tupamaros.
El
Poder Legislativo consideró que se trataba de una presión para
hacer caer la democracia y se negó a “entregar” a esos
dirigentes políticos a las fuerzas armadas. El 27 de junio de 1973,
apenas cuatro meses después de su acuerdo con los uniformados
conocido como “el pacto de Boiso Lanza”, el presidente Bordaberry
dio un golpe de estado junto a las fuerzas armadas. Disolvió el
Parlamento y comenzó una feroz represión no contra los tupamaros,
que ya estaban presos e inactivos sino contra obreros, militantes
partidarios y estudiantiles.
HUELGA
GENERAL , RESISTENCIA ,REPRESIÓN Y PLAN CÓNDOR
La
central única de trabajadores, CNT, puso en marcha esa misma noche
un paro general por tiempo indeterminado que estaba establecido desde
hacía varios años. En los sesenta hubo “ruido de sables” y la
posibilidad de un golpe de estado lo que llevó a la central a tomar
la decisión de “paro y ocupación de fábricas y lugares de
trabajo” si se intentaba instalar una dictadura. El paro general
era entendido como una manera de aislar a la reciente dictadura e
impedir su consolidación.
La
huelga general se mantuvo durante 15 días. Los militares desalojaban
a los obreros y estos volvían a ocupar sus lugares de trabajo. La
resistencia popular a la dictadura fue seguida con atención en el
mundo, con gestos solidarios de partidos y sindicatos de varios
países.
El
9 de julio el movimiento popular que apoyó la huelga general llamó
a una muy importante manifestación en el centro de Montevideo en la
que participaron muchísimos miles de personas que fueron reprimidas,
golpeadas, se les tiró gases lacrimógenos y muchas fueron
detenidas.
Entre
esas personas fue apresado el líder del Frente Amplio, general Líber
Seregni, liberado meses después y vuelto a detener y mantenido en
prisión casi hasta el final de la dictadura.
Los
once años que se mantuvo la dictadura en el poder fueron de lucha en
la clandestinidad, de resistencia y de movilización en el país y en
el exterior. El dirigente del Partido Nacional, Wilson Ferreira
Aldunate abandonó el país y conformó, junto a su hijo, el luego
senador Juan Raúl Ferreira la llamada Convergencia Democrática, un
grupo integrado también por dirigentes del Frente Amplio que
debieron exiliarse luego del golpe.
Lograron
hacer conocer en el mundo qué pasaba en el pequeño Uruguay
reuniéndose con presidentes, jefes de estado, parlamentarios y
miembros de todos los sectores sociales.
Campañas
solidarias con la lucha contra la dictadura se fueron desarrollando
con intensidad.
El
largo brazo de la dictadura uruguaya, participante del Plan Cóndor
que integraban las dictaduras del cono sur provocó el secuestro,
desaparición y asesinato de decenas de uruguayos residentes
fundamentalmente en Argentina. En ese país asesinaron a los ex
legisladores Zelmar Michelini, líder del Frente Amplio cuyo origen
era colorado y Héctor Gutiérrez Ruiz, ex presidente de la Cámara
de Diputados, perteneciente al Partido Nacional y dos militantes de
izquierda. No fueron los únicos. Hubo secuestro de niños,
militantes,traslados ilegales desde argentina a Uruguay en lo que se
denominó “el Vuelo de la muerte”. La mayoría fueron asesinados
y enterrados en predios militares y son, hasta hoy, desaparecidos.
VARIOS
INTERROGANTES
Entre
1985 y 2005, durante veinte años se sucedieron gobiernos de los
partidos tradicionales quienes gobernaron a través de acuerdos o
coaliciones con integración común de ministerios y otros organismos
del estado.
¿Cómo
fue el retorno de la democracia a Uruguay en 1985? ¿Por qué luego
de veinte años de gobiernos de los partidos tradicionales el Frente
Amplio obtuviera la mayoría absoluta de los votos válidos y llegara
al gobierno?
¿En
qué cambió Uruguay con los dos gobiernos de la izquierda, el del ex
presidente y nuevamente candidato Tabaré Vázquez primero y el
actual de José Mujica?
¿Habrá
un tercer gobierno del Frente Amplio? ¿Pueden volver a gobernar el
país los partidos tradicionales?
Esto
será tema de la próxima nota./la publicada en el post anterior de este blog/
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