RICHARD READ
"Hoy no hay equipo; son ministerios bicéfalos y Mujica es el responsable"
El País
El líder del sindicato de la bebida está
embarcado en la creación de una nueva organización en la interna del
sindicalismo aunque no lo admite. Rompió con el oficialismo de
Articulación y acumuló apoyos de algunos comunistas y de los sindicatos
del Estado que estuvieron desde el primer momento enfrentados con los
gobiernos del Frente Amplio.
Pablo Melgar
Durante el conflicto de la bebida quebró
definitivamente con el gobierno pero sigue aferrado a la figura del
vicepresidente Danilo Astori. Pide más impuestos al campo y una
reforma del Estado y asegura que la alianza del FA con el Pit-Cnt
permanecerá hasta que blancos y colorados cambien sus programas.
-¿Cómo define la palabra patrón el Pit-Cnt?
-Si vamos a la tradición de la clase obrera tenemos que
hablar de explotados y explotadores, el que te explota es el patrón.
Estamos en una situación muy entreverada, se comienza a perfilar una
nueva realidad en el Pit-Cnt. Hay federaciones, sindicatos o
agrupaciones que toman resoluciones con el 5 o 6% de los afiliados. A su
vez hay un accionar del gobierno que no ayuda a ordenar las relaciones
laborales. Es uno de los mayores responsables no sólo de la situación
conflictiva sino también de contradicciones. Podrían haber llamado a los
organismos específicos de negociación para la enseñanza y no lo
hicieron. ¿Dónde está el gobierno? El Codicen ofrece 6% y el Poder
Ejecutivo plantea 3%. Eso irrita. Pero nunca vi una ocupación de una
escuela. Los maestros están cansados. Hay un estado de ánimo en la gente
que algunas medidas sindicales no sean bien vistas por la población,
eso desacumula.
-¿Eso incluye la expulsión de exdirigentes sindicales?
-Yo dije en una tribuna del Frente Amplio que me
solidarizo con los compañeros que fueron expulsados del sindicato de
Primaria. También dije que eso no lo puedo decir en el Pit-Cnt porque a
la central no le corresponde inmiscuirse en la interna de un sindicato,
de lo contrario estaríamos creando un juez supremo. Cualquier sindicato
que expulse afiliados por su forma de pensar está en la zona del
totalitarismo.
-Desde el conflicto del año pasado usted está
hablando de independencia de clase. ¿Está proponiendo un aggiornamiento
de la central?
-No sé si es un aggiornamiento, para mí es un retorno
a los viejos libros. En 2004 había ganado Lula y me encontré con
compañeros de la CUT de Brasil que eran más lulistas que Lula. Había
confusión de roles. En ese momento había tres centrales en Brasil,
cuando Lula entregó el gobierno eran 11. Lo mismo sucedió en Argentina o
en Paraguay. En Uruguay es otra cosa, a los tres meses de instalado el
gobierno de Tabaré Vázquez se hizo un paro general. Pero yo digo:
cuidado. Por eso armamos un debate el 5 de marzo con militantes
sindicales para definir el rol del sindicalismo. Sin ser prescindentes
tenemos que ser independientes. Yo ya lo apliqué, entre dos puntos de
inflación por fuera de la banda que había conquistado mi sindicato y el
mandato del gobierno de que no fuera así, yo me recosté a la gente. Y
fuimos a un conflicto. No puedo ser prescindente y menos de los cambios
del primer gobierno. Pero hay cosas que están mal.
-¿Por ejemplo?
-El Plan Ceibal no tiene el empuje de antes. Si no se
le mete esfuerzo al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) la cosa
viene mal. Dijeron que con el descuento del 3% pagabas la mutualista y
todo pronto. Ahora vas al médico y son miles de pesos en tiques y
órdenes. Todo se demora, todo es lento.
-Es evidente que más allá de las diferencias el Pit-Cnt y el Frente Amplio son aliados. ¿Eso va a seguir siendo así?
-Yo no tengo dudas. Los blancos y colorados deberían
aggiornar su programa para hablarle a la clase trabajadora y van a
tener mucha adhesión.
-¿El vicepresidente Astori es el menos obrerista del Frente Amplio?
-No, es un intelectual que proviene de la cátedra.
Toda la vida fue igual, es un frenteamplista con un marco de vivencia
muy controlado, muy rígido. Si no fuera obrerista se habría dedicado a
hacer la personal.
-¿El ministro Eduardo Brenta es un obrerista?
-Es un militante político que vivió lo peor de la
dictadura. Si se comparan los equipos del Ministerio de los dos
quinquenios, el del primero era armonioso, equilibrado. Yo los admiro,
eran imparciales, yo no podría ocupar un cargo así. En la gestión actual
hubo errores y apreciaciones equivocadas. Hace dos años estaban
desesperados por evitar que entrara la denuncia de las cámaras a la OIT.
No estuvimos de acuerdo y dijeron que venía el fin del mundo, que
Uruguay se transformaría en un puerto en cuarentena, ya veían a los
niños desnutridos por la calle. Y no pasó nada. Es un Ministerio que no
tiene lectura de clase. Por otro lado nunca escuché cuál es el planteo
de productividad, creo que no lo tiene. Tiene una vaga idea de algo que
parece productividad pero también puede ser destajo, producción, façon.
En mi gremio la tenemos instalada hace cuatro años y ganamos un sueldo
extra al año.
-¿Hay que cambiar a Brenta?
-No creo que sea un problema de hombres, es un tema
de gestión. El gobierno de Tabaré Vázquez daba certezas y era
monolítico, lo ministerios eran equipos. Hoy no hay equipo, por un lado
está el Ministerio de Economía y por otro arman en las sombras un
ministerio ad-hoc. El Ministerio de Trabajo está manejando un conflicto y
en Presidencia abren un anexo llamado "conflictos". Son ministerios
bicéfalos. El presidente de la República es el responsable de eso.
-¿En qué lugar va a estar usted en la próxima ronda de negociación colectiva?
-Voy a ser coherente con el acto del 1° de mayo y
voy a estar donde me llamen. El 20 de junio convocamos a una
movilización frente a Saman que nos desbordó. Eso demuestra que la gente
quiere movilizarse y que el sindicalismo sea el escudo de los
débiles. Va a ser una ronda muy difícil. Se ha creado un clima de que
está todo mal, que se viene la crisis.
-¿Qué espera de la ronda?
-Si ponemos a los enfermeros, los guardias de
seguridad y los maestros tenemos a miles de trabajadores que ganan entre
$ 10.000 y $ 15.000. El Pit-Cnt plantea subir los mínimos a $ 14.000
para que suba toda la pirámide. Tiene que haber una suba muy importante
de los salarios más bajos. Perjudica a todos la existencia de dos clases
de laburantes, uno "pobre" y otro "rico". El trabajador que entró a un
lugar con un sindicato con poder logra convenios extraordinarios y llega
a los $ 35.000 o $ 40.000. Y está el otro que no tiene una organización
de peso y está ganando $ 12.000. Por eso hay que pasar a negociar por
cadenas productivas, desde la materia prima hasta la distribución. El
gobierno tiene otras prioridades. Lo que hay que discutir son los
destinos del dinero de nuestros impuestos.
-¿Está proponiendo una reforma del Estado?
-Por supuesto, capaz que hay que agrandarlo; lo
importante es que sea eficiente. Todo el mundo habla de la inamovilidad,
yo quiero discutir el paquete de compras del Estado. Acá se paga todo
doble. Pagás mutualista y tenés que pagar mucha guita en órdenes, tenés
policía pero hay pagar un milico privado, hay escuelas pero hay que
pagar colegio privado. Eso no es de izquierda o de derecha.
"Hay que rescatar los valores de convivencia en la central"
-¿Le rechina que los sindicalistas hablan con políticos de asuntos electorales?
-No, es muy difícil sacarse la investidura. Yo me
junto con todos los políticos desde 1982. Fijo prioridades, si un día a
la misma hora hay una reunión con sindicalistas y otra con políticos, yo
voy a la de los trabajadores. Yo no tengo prioridades electorales, no
me veo diputado o senador, no tengo capacidad y me aburriría. Hay que
rescatar los valores de la ética y la moral con fraternidad y códigos de
convivencia en la central. Siempre es preferible compartir una mesa con
un compañero que piense distinto a compartir un asado con tu enemigo de
clase.
-¿Se está formando una corriente nueva en el Pit-Cnt?
-Hoy se coincide, mañana no. La central creció mucho
y se atomizó. En los últimos tiempos comenzaron a surgir coincidencias y
diferencias transversales. Nadie vota de manera monolítica, ha crecido
el librepensamiento. A mí me marcó el conflicto de la bebida, teníamos
acuerdo con la patronal y conflicto con el gobierno. Y dejamos en claro
la independencia de clase. Todo COFE estuvo y lo mismo la carne, los
molineros y agrupaciones de Articulación.
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