¿Por qué los burros rebuznan? Esteban Valenti
Uy press
Y, en primer lugar porque
son burros. Lo que no justifica que algunos periodistas ocupen su lugar
en la escala zoológica. Ahora polemiza conmigo sin mencionarme.
Obviamente me refiero a Gabriel Pereyra y El Observador en su sacrosanta
campaña por el tema de PLUNA.
Cuando los desvelos y la campaña terminen, porque todas las cosas
humanas tienen su fin, se habrá producido el mayor fenómeno mediático
de la historia nacional. Nunca desde que existe la prensa en la Banda
Oriental, incluso antes en la colonia, hubo tanto espacio destinado a un
tema como el caso PLUNA.
Y algunos no pierden la oportunidad de tratar de ocultarse inventando
argumentos. Como se les terminó la Vista fiscal, porque quedó al
desnudo totalmente la inconsistencia de sus pruebas, si alguna vez
pudieron llamarse de esa manera, ahora todo queda librado a la
especulación.
Gabriel Pereyra y El Observador publica una columna bajo el conmovedor título "¿Por
qué los acusados le hacen esto a Tabaré Vázquez?" y agrega preocupado
"LA TAN MANIDA SOLIDARIDAD ENTRE COMPAÑEROS SE CAE A PEDAZOS Y EL CASO
PLUNA SE CONVIERTE EN UN SÁLVESE QUIEN PUEDA"
Algunos pasajes del rebuzno:
"No son muchos, pero los efectos son grandes en un momento en que
comienza la campaña electoral. Por un lado hay algunos que intentan
defender la patética farsa que montaron para hacernos creer que había
existido una subasta sobre los aviones, que fue un engaño"
"Algunos intentan restarle responsabilidad a los exjerarcas de
Economía y del Banco República diciendo que nunca hubo otras ofertas
además de la de Cosmo y que no había más que elegir por esa. El
argumento, chabacano, tiene dos pequeñas fallas: 1) si fuera así,
precisamente eso fortalece en los magistrados la idea de que se la
dieron a Cosmo porque no había otro a quién dársela y 2) el propio
Calloia fue el encargado de afirmar en su momento que había otras
ofertas en curso.
O sea, que si los defensores de si había o no más de una oferta, deberán debatirlo con Calloia"
Veamos, que hubo interesados y que el gobierno brindó las más
absolutas posibilidades para que todos los que quisieran se presentaran a
la subasta de los aviones, es indiscutible, lo demuestra por ejemplo
que el fideicomiso autorizó que empresas de seguros avalaran la garantía
para participar del remate, las gestiones realizadas para que llegara
una supuesta remesa de 20 millones de euros como aval de Mont Fortelco,
es otra demostración que lo que se quería era que hubiera competencia.
Lo que el gobierno no podía era forzar, obligar a nadie a presentarse.
Que los jerarcas involucrados declararan a la prensa que había otros
interesados, era elemental, o en su Manual Básico de Lecciones de Vida y
Suicidios, que utiliza Pereyra no figura que si alguien va a vender un
triciclo, hace lo posible y lo imposible para que haya y para que
parezca que hay puja e interés y por lo tanto interesados. Imaginen para
vender 7 aviones...
Muy diferente es que se hubieran hechos gestiones ante el BROU o ante
el MEF y se hubiera perjudicado a otros oferentes o potenciales
oferentes. Eso si hubiera sido ilegal. Pero sencillamente no sucedió y
de esa manera se cae el argumento central del fiscal. Y eso lo sabe
perfectamente Pereyra, por eso rebusca.
En cuanto a las declaraciones de Fernando Calloia que si no lo
hubiera llamado el ministro de Economía no hubiera dado el aval, es tan
elemental, tan básico que cualquiera que conozca un ápice de como
funciona el Estado, sabe que hay circunstancias extraordinarias en que
los jerarcas asumen sus responsabilidades, sobre todo en materia de
plazos. Nadie negó en todo el proceso que no se aceleraron los plazos y
que con las garantías requeridas se otorgó el aval. Y las garantías se
demuestran por el hecho indiscutible que se comenzaron a pagar las
cuotas de los 13.700.000 dólares del aval.
Que la Suprema Corte de Justicia haya declarado que la ley de
liquidación de PLUNA es inconstitucional, no debía ser previsto o
incluirse como una garantía en una operación bancaria.
Nadie descarga nada en nadie. O lo que propone Pereyra es que Calloia
mienta para cubrir a un compañero ante la justicia. Porque eso es lo
que dice, encubierto en su Manual Básico de Vida y el Suicidio, del cual
seguramente Pereyra debe ser el autor.
O lo que Pereyra pide es que los imputados faciliten todo para que la
causa termine y no afecte el proceso electoral. Porque también se
desprende de sus palabras. La justicia no importa, las pifias históricas
de un fiscal que dice en su Vista que se favoreció una empresa sobre
otras tres y queda en blanco no importa, lo que importa en la nueva
moral "básica" es que todo se adapte a los procesos electorales.
Lean esta frase del artículo de Pereyra: "¿Qué estará pensando
Vázquez ahora? ¿Por qué le tiran con este brulote que si bien comenzó a
gestarse con la concesión a Leadgate fue cerrado desastrosamente en esta
administración? ¿Por qué los compañeros no se la hacen fácil y liquidan
de una vez este asunto en vez de hacérselo reventar, otra vez, en medio
de la campaña?"
Es patético, Pereyra defendiendo los intereses electorales de Vázquez
y dando lecciones de moral de izquierda y de solidaridad entre
compañeros.
Si lo que estuviera en juego no fueran cosas mucho más importantes
que esta polémica, nada menos que la independencia de poderes y la
imparcialidad obligatoria de un fiscal y por lo tanto el funcionamiento
de la Justicia, hasta se podrían dejar pasar estas manipulaciones. Pero
esta campaña es inseparable de todo este proceso. Los burros también
rebuznan cuando hay gato encerrado.
Y para que no queden dudas les ofrecemos esta pieza de antología:
¿Por qué los acusados le hacen esto a Tabaré Vázquez?
Gabriel Pereyra
LA TAN MANIDA SOLIDARIDAD ENTRE COMPAÑEROS SE CAE A PEDAZOS Y EL CASO PLUNA SE CONVIERTE EN UN SÁLVESE QUIEN PUEDA
Por más convencida que una persona esté de suicidarse y se arroje
de un sexto piso, cuando llega al suelo pone las manos. Eso se llama
instinto de supervivencia y es una de las características inherentes a
la condición humana.
Si algunos dirigentes del Frente Amplio hubiesen leído menos
sobre el hombre nuevo y la sociedad del pan y las rosas y un poco más
sobre estas cuestiones que hacen a los hombres sin importar lo que
piensan, quizás no estarían dando el espectáculo lamentable que siguen
dando en torno al caso Pluna.
No son muchos, pero los efectos son grandes en un momento en que
comienza la campaña electoral. Por un lado hay algunos que intentan
defender la patética farsa que montaron para hacernos creer que había
existido una subasta sobre los aviones, que fue un engaño.
Algunos intentan restarle responsabilidad a los exjerarcas de
Economía y del Banco República diciendo que nunca hubo otras ofertas
además de la de Cosmo y que no había más que elegir por esa. El
argumento, chabacano, tiene dos pequeñas fallas: 1) si fuera así,
precisamente eso fortalece en los magistrados la idea de que se la
dieron a Cosmo porque no había otro a quién dársela y 2) el propio
Calloia fue el encargado de afirmar en su momento que había otras
ofertas en curso.
O sea, que si los defensores de si había o no más de una oferta, deberán debatirlo con Calloia.
En estas horas se conoció la información de que en el juicio,
Calloia dijo ante los magistrados que si el entonces ministro Fernando
Lorenzo no lo hubiera llamado él no habría dado el aval. O sea, fue una
decisión política, para nada técnica. ¿Se callarán ahora quienes apelan a
cualquier argumento para tapar la mayor patinada política de los
últimos años en asuntos públicos?
Pero además ¿dónde queda aquí la solidaridad personal con el
compañero? ¿Los que marcharon hacia la casa de Lorenzo marcharán hacia
la de Calloia en repudio?
Pero incluso aquella renuncia de Lorenzo que fue tomada como una
actitud elogiable en lo personal y en lo colectivo porque dejaba limpio
el camino al gobierno, tuvo luego un segundo capítulo que fue la jugada
jurídica de tratar de declarar inconstitucional el delito por el que se
lo quería procesar. Y con eso se postergó el fallo. O sea, se lo iba a
hacer reflotar en medio de la campaña. Si los procesan no será solo
pasar dos veces por el mal trago, sino que será hacerle pasar uno a
Mujica y el otro a Tabaré Vázquez en medio de la campaña.
Y luego fue Calloia que pidió separar las causas de los jerarcas
públicos de la de los directivos privados de Pluna, o sea, más
postergación.
¿Qué estará pensando Vázquez ahora? ¿Por qué le tiran con este
brulote que si bien comenzó a gestarse con la concesión a Leadgate fue
cerrado desastrosamente en esta administración? ¿Por qué los compañeros
no se la hacen fácil y liquidan de una vez este asunto en vez de
hacérselo reventar, otra vez, en medio de la campaña?
El candidato puede estar muy molesto o menos molesto si comprende
que todos los esloganes se caen a pedazos ante la condición humana, y
que luego de la caída inevitable, sobre el final, todos ponen las manos.
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