Napoleón
Techera
Cuando la realidad supera la ficción
Un día fue a subir al paso 90 y pico del Empire State Building y en la puerta del ascensor se encontró con un vecino de Velázquez, el día que se casó sus testigos fueron Colón y Amado Nervo, fue amigo de Hugo del Carril, Julio Sosa y muchos artistas más. No hay tango que no conozca y no sepa de memoria.
A
los trece años jugaba al casín, la carambola y trabajaba en bares.
A
los quince tuvo su propio bar, que atendía de día por ser menor.
Entró
a la marina de Guerra, y años después a la marina mercante.
Festejó
sus veinticuatro años en el Lido de París. Años después sacó
mucha plata en la quiniela por haber estado allí esa noche.
Conoció
a Charles Atlas. Un día, en el ascensor del Empire State se encontró
con un amigo de Velázquez.
Ganó
mucho dinero embarcado. Fue mozo, fue propietario de Riogas y de un
Parador. La dictadura dice, lo persiguió hasta hacerle perder casi
todos sus bienes.
La
situación le provocó un infarto cerebral. Quedó en silla de
ruedas. Ha logrado recuperarse. Su maquette del Aeropuerto de
Carrasco fue conocida por todos los rochenses. Hoy, en su casa
alquilada, tiene una del Conrad que hizo en homenaje a su amigo
Carlos Lamanna.
Cobra
una pensión mínima y espera su jubilación. Tiene 74 años. Se gana
la vida vendiendo casas y campos.
Cuando
se casó por primera vez en el Juzgado colgaron un cuadro con el acta
al considerarlo el casamiento más histórico jamás realizado.
La
Nueva Gaceta entrevista hoy a Napoleón Techera, un personaje cuya
riqueza no es fácil poner en palabras.
¿Dónde
nació? Cuénteme cómo fueron sus primeros años.
Nací
en Treinta y Tres. Mi abuelo Lucas Techera era de allá y tenía
mucho dinero pero luego nos inscribieron en Cebollatí. Mi padre era
Adaro Techera y mi madre Zenona Morriel. Mi abuelo era descendiente
de brasileros y era brasilero neto, por lo que si yo quisiera podría
ser también ciudadano brasilero. Mi abuela tuvo veinticinco hijos
.Lucas Techera era el dueño del pueblo de Cebollatí, aún es.
Muerto, sigue siendo el dueño. Herederos quedan solamente los
nietos. Yo tengo un poder que hoy estoy tratando de arreglar con la
intendencia porque hay noventa terrenos que dejó de los que
quedarían la mitad libres .Mi padre antes de morir nos dijo: “no
toquen a los pobres que están ocupando esos terrenos “.Aquel que
pobló en un terreno de Lucas Techera y era pobre, ese no se toca.
Pero el que tiene dinero va a tener que pagar. Eso se negociará de
alguna manera. Mi abuelo, aparte de ser el dueño del pueblo, tenía
campos, chacras, que llegaban hasta Brasil. Mi padre estudia, va a
Treinta y Tres, va al liceo y ahí aparece el por qué de mi nombre.
El médico que atiende a mi madre en Treinta y Tres había estudiado
con mi padre y cuando yo nazco, hace 74 años, estaba en auge la
historia de Napoleón. Años después voy a Montevideo a lo de un
hermano y la vecina tenía un perro que se llamaba Napoléon. (Ríe a
carcajadas).Viví hasta los dos años en Cebollatí y luego a mi
padre lo nombran Secretario en Velázquez. Fue casi treinta años
Secretario en la Junta Local. Tengo cinco hermanos: Amado Nervo,
Alba, Melva, y dos ya fallecidos: Ademar y Neldo. En Velázquez fui a
la escuela, mi maestra era Mirta Teibo, Nilda Freire, María Caram,
el maestro Leonidas Larrosa .Ahí llego hasta cuarto año y la
maestra Mirta le dijo a mi madre:” Napoleón no es para acá,
mándelo a Montevideo a estudiar” .Yo era bandido, ya jugaba al
casin, a la carambola, trabajaba de mozo en los bares.
¿Todo
eso? ¿Qué edad tenía?
Trece
años. Había un comisario Araújo que lo habían echado por temas de
contrabando y puso un bar que era el más grande y fui mozo. Y ahí
empiezo mi carrera como mozo. Y después tengo un bar propio con
Pedrito Hernández. Ahí tenía 15, y como era menor, yo atendía de
día y él de noche.
¿A
los quince años?
Sí,
a los quince años ya era propietario de un bar.
¿Cómo
era para un gurí atender un bar?
Era
fácil porque era época de gente muy sana y yo era muy querido y mi
padre muy respetado .En un pueblo de campaña las cuatro autoridades
son el comisario, el juez, el doctor y el secretario. En el 45 daban
vales para el kerosene, para el gasógeno, con Tabaré Sobrero somos
como hermanos, íbamos a la escuela juntos y yo siempre la decía
embromando a su señora que él me copiaba los deberes.
¿El
futuro Medalla de Oro de la Facultad le copiaba?
(Se
ríe). No, no me copiaba porque yo soy dos años mayor que él .Mi
padre era encargado de todo, del cementerio, de las calles, de la
luz. La luz era con faroles a nafta, la luz era un farol en cada
esquina Después de treinta años mi padre cuando se jubila le deja
el cargo a Tono Prieto Píriz una persona muy conocida que falleció
hace poco. En el 52 yo tenía 16 años, mi madre decide mandarme a
Montevideo y habla con mi hermano mayor, Neldo, que tenía la
peluquería El Circo y después Gatolandia a los fondos del London
París. Trabajó muchos años en el circo de gerente y después puso
Gatolandia. Era una peluquería como había en aquella época para
niños y donde iban los hijos de los políticos y gente de plata. El
le cortó el pelo a Jorge Batlle, a todos los Batlle, a toda la gente
de la política. En ese tiempo era casi una obligación llevar los
niños a esos lugares especiales para que les cortaran el pelo .Por
ejemplo, un sábado de repente había cien niños ahí adentro.
Había calesita, una maestra que los atendía, juegos de mil cosas
.Cuando llego a Montevideo lo primero que hace mi hermano es llevarme
al London París, la peluquería quedaba al fondo. El era amigo del
gerente y entonces cuando cierra me muestra todas las instalaciones.
Era asombroso ver todo lo que había. Tapié, se llamaba. Entró de
mensajero y llegó a gerente. El London París se fundió por los
hijos del dueño. Cuando agarraron la posta lo liquidaron. El dueño
le da a él el cargo y lo hace socio y la firma se llamó Tapié y
compañía. Las mujeres empleadas que eran por ejemplo cincuenta,
cuando iban a un baile tenían que entrar de corbata y en el apuro,
con el cinto se hacían la corbata. Me contó que cuando el tiempo de
la guerra, London París siempre tuvo gente en Europa comprando
.Había de todo. A mi casa de Velázquez llegaban los catálogos del
London París y nos compraban juguetes, ropa y cosas para la casa.
Hay
un caso en Rocha de Hector Caymaris Casals que fue secretario por
tres veces en la intendencia de Rocha. Me contaba que él pidió un
par de lentes y se lo mandaron. A los quince días le llega una
carta devolviéndole dinero porque el cupo de importación había
sido menos. ¡Aquello era increíble!
Mi
hermano empieza a buscarme trabajo y estaba Rodríguez y Neuman una
casa muy grande. Yo había cumplido diecisiete y me arreglan la
edad, porque mi hermano era amigo y entré a trabajar. Neuman era un
alemán y Rodríguez, el socio, era Rodríguez Blanco, presidente de
Nacional en esa época. Estaban empezando a construir Pocitos,
arrancando con lo que hoy son esos treinta o cuarenta edificios en la
rambla. Y empecé como electricista, de aprendiz. Trabajo un año y
al año aparece en un diario un pedido de la Escuela Especial de la
Marina de Guerra del Cerro pidiendo jóvenes para ingresar y
embarcarse y mi hermano me dice por qué no entro y yo le digo que no
me daba la capacidad para un examen. No tenía sexto año terminado.
Igual me animé y me presenté. Dos amigos me ayudan a prepararme y
salvo el examen de ingreso.
¿En
qué época estamos?
Año
55.En el 57, el Destructor Uruguay pide siete muchachos de la escuela
que tuvieran un físico más o menos regular para viajar a EEUU y
desfilar allá. Y me eligieron. Uno de los compañeros era Pablo
Sapín Garchenco del Cerro. Vivía en Grecia y Alto Perú, era un
gran tipo. El estaba más avanzado y era el que nos mandaba a los
menores. Cuando entramos al Destructor Uruguay había una guardia de
la banda de Taiwan. Cuando el Alférez me pregunta el nombre le
hago la venia y le digo Napoleón Techera Morriel y entonces me manda
a arresto “por faltarle el respeto a un superior”.Me comunican
por los altavoces que estoy arrestado. Y un amigo me dijo que fuera a
hablar con el Capitán. Me recibió, le expliqué, hizo llamar al
Alférez y le dijo “sáquele de inmediato el arresto al señor
Napoleón y póngaselo a usted por desconocer el nombre de un
subalterno”. (Se ríe.)Pero el Alférez durante todo el viaje a
EEUU buscaba lo que fuera para meterme preso, que el gorro mal
colocado, que el zapato mal lustrado, me hizo la vida imposible.
Lo
más desgraciado es esto: el barco está en el Hangar 1, y pasan el
tango Lilián. Estaban todas las familias para despedirnos .De
repente por los altavoces se da la orden que de parte de la embajada
de EEUU y la Inspección General de Marina, el marinero Pablo Sapín
Garchenco tenía que desembarcar porque era de origen ruso. Éramos
cientos y todos quedamos muy tristes y quisimos ir buscarlo para
apoyarlo. (Se emociona, habla entrecortado).Se saca el pantalón,
queda en short y se tira a la bahía y cruza a nado hacia la
Inspección General. Y unos oficiales de la guardia lo pararon porque
si no sé qué hubiera pasado. Y él se tuvo que quedar.
Pusimos
diecisiete días de navegación a EEUU .Fuimos por el caribe y
llegamos la isla Trinidad Tobago, bajo el mando de los ingleses. Ahí
atracamos porque a un oficial se le declara peritonitis y a pesar que
el barco tenía médicos y quirófano la situación era muy grave. Lo
llevaron en una avioneta y el barco siguió. De esa isla sale el
famoso calipso bananero que lo tocan con tambores. Al cruzar la línea
del ecuador se hace una fiesta. Los más grandes se visten de piratas
y a los más chicos, los bautizan y unos tienen que cantar, otros
bailar o decir un recitado. Es una fantasía al cruzar el ecuador. Lo
hacen todos los barcos del mundo, dura las dos horas en que se cruza
la línea. El barco queda sin comando, el capitán no manda.
Llegamos
a Norfolk, en el Estado de Virginia .Es uno de los puertos de marina
de guerra más grandes. Había atracados barcos de tres cuadras y
pico de guerra que han sido fundamentales en varias contiendas. Se
enseñaban unos cursos de lucha contra el fuego y de control de
averías. Los hice y tengo los diplomas. Un día alquilamos un auto y
fuimos a la playa. El coche falla y tomamos un ómnibus y sube una
señora negra embarazada y le damos el asiento. Vino el guarda y nos
dijo que no. La discriminación era de terror. Te cuento más, yo
tuve dos Mustang en Rocha .La Ford estaba en la Quinta Avenida y
estaban en exposición. La Ford nunca lo pudo vender bien porque lo
compraban los negros .Lo compraban los negros de plata. Y los blancos
lo compraban para las sirvientas .El Mustang aparece en Sudamérica
porque los embajadores lo compran para andar acá, pero en EEUU no
anda ningún blanco en un Mustang. Una noche, estando atracado en el
puerto de Norfolk fuimos a un tipo cabaret de negros, una gente
maravillosa. Tenían Ford Maverick, tenían Ford Mustang, Impala, los
negros tenían cada carros impresionantes. Fuimos, y cuando nos vio
vino un patrullero y nos llamó. Nos invitaron con un cigarrillo, me
acuerdo que eran Camel, nos llevaron a la Jefatura, nos dieron café
y nos llevaron al capitán. Y nos dijo, ustedes no pueden juntarse
con los negros, acá no es como en su país. El barrio de los negros
es para ellos, ustedes no pueden entrar ahí. El uniforme decía
Uruguay Navy, por eso el patrullero nos reconoció enseguida. Era la
época de Joe Louis, los negros en deporte estaban muy arriba y había
todo un grupo de gente que podía comprarse esos coches. En la Quinta
Avenida estaba la Ford y ahí estaban los coches en exposición. El
primero que lo compró fue un negro y por eso la revancha era que los
blancos la compraban para las sirvientas para que hicieran los
mandados. Y si un negro caía en la calle, por ejemplo borracho, la
policía le daba patadas .Estados Unidos era una maravilla en todos
los sentidos pero el destrato a los negros era de terror. Ese curso
sobre incendios me enseñó cosas para toda la vida.
También
en la Quinta Avenida tenía sus oficinas Charles Atlas, que se hizo
famoso en el mundo con su curso de la tensión dinámica. Mucha gente
hizo sus cursos, había que hacer una alimentación especial y los
ejercicios que él enseñaba. Con un amigo fuimos a saludarlo. Nos
regaló el libro .Me acuerdo que estaba vestido de pantalón vaquero
y una camisa floreada y cuando supo que éramos uruguayos nos habló,
hablaba castellano. Carlos Márquez, un amigo hizo el curso y tenía
un físico imponente.
Otra
anécdota. Fui al Empire State Building y llegué al ascensor para
subir al piso 92. Ahí en la puerta me encuentro con un muchacho de
Velázquez que estaba embarcado en un buque de Ancap ¿qué haces
acá? nos preguntamos. (RISAS). Estuve también en la Estatua de la
Libertad, en el Parque Central donde me encontré con argentinos y
uruguayos tristes porque extrañaban...Conocí los barrios de Nueva
York. Los más sucios son los barrios latinos. Uno va al barrio
chino, al barrio judío o a cualquiera y era un lujo pero el latino
era lo último.
¿Es
en ese tiempo cuando ingresa a la marina mercante?
Sí,
cuando llegué a Montevideo pedí el pase. El primer barco mío fue
Estemar, iba como electricista y empiezo a viajar a Brasil. Íbamos a
puertos madereros. A veces dentro de los árboles venían víboras,
serpientes, era peligroso. Un día yo tenía que reparar unas
lámparas que se usaban mucho y el Contramaestre me dijo que tuviera
cuidado porque hacía días había sentido un ruido raro en uno de
los árboles. Algunos estaban en cubierta. A los seis meses sale un
125 del Cerro, prende la luz a las cuatro de la mañana y el
conductor ve una serpiente que sale del puerto. Iba cruzando la calle
olímpicamente. La capturaron. Vino en mi barco o en otro, pero viajó
con los árboles.
Después
pasé a otro barco, El Oriental. Era complicado porque había mucho
para solucionar y había un solo electricista. Si bien el jefe de
máquinas o el primer maquinista algo saben, la tarea fundamental es
del electricista.
Después
de Brasil fueron muchos otros lugares y en especial Argentina, La
Boca, Buenos Aires, trayendo trigo a granel o llevando .Cuando
atracamos en Buenos Aires empieza una etapa de mi vida muy
importante, sentimental. Los recuerdos, y más a mi edad, son muy
fuertes. Muchas noches sueño con cosas que pasaron que fueron muy
bonitas.
Ahí
conozco una cantina que se llamaba El Gordo y el Flaco, justo frente
donde atraca el barco. Parece que el padre de los dueños había sido
poeta o cantor. Y todos los cantores de la noche iban ahí, por
ejemplo Charlo, Hugo del Carril, Héctor Mauré, Oscar Alonso, Jorge
Sobral. Todos los cantores de la noche terminaban ahí después de
sus actuaciones en los cabarets y lugares de tango. Ahí había
cuatro guitarristas que eran correntinos que tocaban como los dioses.
Cada cantor venía y decía “en re mayor tal” y arrancaba .El que
era difícil era Charlo, medio como doctor, medio como creído, los
otros eran dados, eran otro tipo de gente.
¡Los
conocí a todos! Y lo primero que hacía el cantinero era
presentarme. Porque en ese momento el ídolo era Julio Sosa con el
cual yo no tenía ningún mérito, para mí ni existía. Cuando muere
Julio Sosa yo estaba en Buenos Aires. Choca en la avenida Alcorta con
un DKW. Estaba en una fiesta que organizó Hugo del Carril que lo
quería llevar a España después de dirigirlo en Buenas Noches
Buenos Aires. Hugo del Carril hizo 52 películas, fue productor,
actor y cantor ¡qué persona que era! (Se emociona). Era un hombre
excepcional. Un tipo que es difícil que Argentina haya parido otro
como él. (Muy emocionado). Incluso le había pedido a Julio Sosa que
adelgazara y esa noche él se escapa porque la comida que había era
picadillo de confitería y a él no lo llenaba eso. Agarró el DKW,
agarra por la avenida Alcorta, iba a un carro de chorizos que había
en la rambla donde él acostumbraba a comer y después volvería pero
desgraciadamente choca y se mata. En el Gordo y el Flaco lo lloraron
muchísimo, lo adoraban, lo adoraban .El capitán de mi barco era
amigo de Julio Sosa y un día me lo presentó y yo estaba con una
mina y casi ni pelota le di. Me dio un abrazo y un beso, pero yo no
era su admirador. Después que murió fue que reconocí lo gran
cantante que era. Mi ídolo era Hugo del Carril a quien veía en las
películas ya en Velázquez. Cuando se filma Buenas Noches Buenos
Aires que él la dirige. Actúan Mariano Mores, Susy Leiva que canta
Frente al Mar, Beba Bidart con Julio Sosa que hacen el Firulete
,Jorge Sobral, Palito Ortega ,Virginia Luque con El patio de la
Morocha, Troilo y Grela, y muchos más. Un día fuimos porque
queríamos ver la filmación y no nos dejaron entrar, claro. Les
dije, llamen a Hugo del Carril y vino y me dijo” Napoleón hermano,
¡¡¡pasen”!!! El me conocía de la cantina del Gordo y el Flaco
¡él era amigo mío! Fui amigo también de Mauré, Oscar Alonso,
Jorge Sobral, todo a raíz de la cantina. Nos querían en pila a
nosotros. Yo cantaba en la cantina pero me faltaba entonación .Hugo
del Carril me decía, “venite a quedar a Buenos Aires que te
conseguimos algún puesto, te hacemos actor o algo”, pero yo
ganaba muy bien como marino mercante y no quise arriesgar. Yo cobraba
platales, porque embarcado uno está todo el tiempo sin un día libre
y se pagaba muy bien. Después paso a navegar por el Paraná. Todo
Argentina y llegamos a Asunción del Paraguay. Y tenemos que hacer un
paréntesis muy bonito
Yo
tenía un amigo que era cantor y medio poeta, ya fallecido, Jose
Galanilla.Era muy bohemio y nos juntábamos a conversar y tomar
whisky. En el camarote escribíamos y cantábamos. Y escribimos unas
cosas que recuerdo con mucho cariño.Cuando llegamos a Corrientes
fuimos a un baile y él se para y dice:
“Corrientes, ciudad que admiro
Por
tu belleza y tu historia,
Vivirás
en mi memoria
Como
un recuerdo inmortal
Cuando
en mi suelo natal
Diga
todo lo hermoso
Que
lucís tan orgulloso
Tu
divina costanera
Tendida
en el Paraná
Que
naciste igualara
Mi
Corrientes Iporá.
Y
al llegar a Paraguay fue este otro:
Asunción
del Paraguay,
Bella
ciudad guaraní
Mi
corazón queda aquí
En
tu tierra tan sentida
Y
Si sangra alguna herida
Cuando
me aleje de ti
Es
porque acá fue feliz
Y
en su vejez soberana
Aquel
hombre que de fama
Se
cubrió tan merecida
Don
José Gervasio Artigas
Nuestro
héroe nacional
Por
eso es que hoy de paso
Un
hijo del Uruguay
Te
bendice Paraguay
Hermana
tierra querida.
Después
vienen los viajes a Europa. Ahí entro con el Albur .Vamos a
Alemania, Francia, primero Marsella, después París .También
Italia. De Francia traemos el Peugeot para Colonia - Nueva Palmira
que es puerto franco. De Italia el Fiat y de Alemania el Wolswagen
.En un viaje a Francia el capitán, como yo cumplía años y era el
más joven de la tripulación quiso que festejáramos mi cumpleaños
en el Lido de París. Estaban el Moulin Rouge y el Lido. El pidió
presupuesto por los cinco que fuimos y era más barato el Lido. Las
mujeres de gran calidad, te atienden, puedes tener un romance allí
adentro pero nada más que eso. No te puedes quedar con ellas ni
sacarlas. La mujer no sale, para eso hay que tener mucha guita. Es
sólo por esa noche que está prestada,¿ no?
Se
baila, se toman copas…Estaba cumpliendo 24.
Muchos
años después cuando tenía Riogas en Rocha va un hombre y me dice
“yo a usted lo conozco y quiero sabe de dónde lo conozco”.
Volvió
después y siguió preguntando. Le conté por todos los lados dónde
había viajado
Y
me dice “¿usted no estuvo en París… en el Lido?” Y me dijo
“¡¡de ahí lo conozco”!! Era Valetta, el de la lana. El había
ido con la hija y el yerno esa misma noche al Lido. Tenía una Fiat
verde, y cuando él se va le tomo la chapa y le juego a la quiniela
y saco ese mismo día. Eran mil pesos en aquel tiempo. Y voy y le
digo a Ruben Fernández: nos vamos mañana a Montevideo con las
señoras a pasear, yo pago todo. Voy a la banca a cobrar y estaba
cerrada, entonces me dicen pero el dueño de la banca es Valetta, fui
a su casa, abrió y me pagó por el costado. ¡Era mucha plata!
Cuando
termino en la marina mercante no es porque yo quiera. Hay una huelga
muy grande en Montevideo como de seis meses del sindicato del
Transporte y un día me agarré una moto hermosa que tenía, ya
había tenido varios coches. Ganaba mucho. Me vine en la moto a ver a
mis padres. Paré en Punta del Este y Farito Sosa, un muchacho que es
de Velázquez, era el concesionario del Country Lafayette .Mi padre
le había dado trabajo al suyo cuando estaba muy mal y Farito cuando
me vio se enloqueció,”¡ qué pinta de actor que tenés”!, me
decía, y me dijo que me quedara con él a trabajar de mozo. Me
vistió de pies a cabeza y me dio un apartamento .Y ahí trabajé en
el country en la Reina Mundial de la Azafata y en la Reina de Punta
del Este. Y ahí hice plata. Y vine a Rocha y fue cuando le compré
el equipo al Ricardo Viñas, el suegro del Popo Barrios .Le compré
un equipo de gas, que tenía cuatro tanques de 45 kilos, las
mangueras y todo. Me faltaban unos pesos y el Pepe Ramírez y el pibe
el turco Jorge que eran de Velázquez me salieron de garantía y
empecé a cargar gas en el barrio de las Ranas en la casa de mi
hermana Alba y de mi cuñado Quelo Montesdeoca. Y ahí viene el
tema del famoso tango porque el tango es de los pobres y la gente no
lo entiende. Barrio Pobre, que lo canta Goyeneche con Troilo pinta lo
que es el barrio y la gente pobre del barrio. La gente del barrio fue
mi mayor respaldo para las nuevas cosas y negocios que vendrían
después en mi vida.
Romeo
Pérez, un amigo, era un tipo increíble. Se moría alguien y le
pagaba el entierro. Con él aprendí a tomar mate, porque en los
barcos no se tomaba. Ponía una caldera debajo del mostrador, tomaba
mate frío. Era íntimo amigo mío, un tipo de la planta, él y su
señora Manuela Pereyra. Después alquilé la casa en Río Branco
donde Tomás Fabra Prieto tenía la librería y después la compré
por el Banco Hipotecario y allí me instalo como sub distribuidor de
Riogas Acodike Supergas.La distribución la tenía Pienica. Después
de siete u ocho años viene la empresa y reclama Riogas y mandan
inspectores. Y vieron que si yo cargaba cuatrocientas garrafas por
día Pienica cargaba tres .Al final yo quedo con Riogas.
¿Y
por qué no siguió con la empresa?
Porque
alguien me dijo que me la iban a sacar. Porque el sindicato de
Transporte Marítimo y el Centro de Maquinistas Navales estaba
controlado por los comunistas. Para trabajar tenías que pertenecer
al sindicato si o no navegabas .Yo nunca milité, sí fui
simpatizante .Agarrándose de eso, la dictadura me iba a sacar la
empresa y entonces decidí venderla. Antes el intendente militar de
Rocha nos llamó a Pienica y a mí. Recuerdo que fue Enrique, su
sobrino, y nos dijo que si en unos pocos meses no teníamos
habilitada la planta en la ruta no podíamos vender más. Pienica ya
la estaba construyendo y a mí me negaron la venta del terreno y
terminé pagando carísimo uno frente al Batallón. Quien manejó
todo eso fue una escribana de la intendencia. La construí con mil
sacrificios, me la habilitaron y a los quince días me dijeron que la
planta no podía estar ahí porque ellos tenían un polígono de tiro
.Había hecho una inversión enorme .Les di mil razones de por qué
no era ningún peligro y al final un oficial me dijo que se trataban
de órdenes superiores. Le dije que no la cerraba, que viniera una
nueva orden pero que yo no cerraba la planta. Yo supongo que ellos
pensaban que era comunista y les iba a incendiar el cuartel, supongo
que era eso. En ese momento fabriqué unos farolitos que patenté y
que en la Ancap los técnicos me dijeron que eran excelentes, pero
salía muy caro producirlos. Después lo sacaron los japoneses, a los
diez años. También inventé el farolito Napoleón que se vendió
mucho. Al final le vendo Riogas a Mattos y surge la idea de poner un
Parador en la ruta. Se llamaba London Park. Le erré con el nombre
porque fue justo en plena guerra de las Malvinas. Estaba frente al
Batallón por la ruta 9.Lo instalo y arranca bien y a los quince días
cortan todo el tránsito por ahí.
¿Por
qué?
¡Para
liquidarme! Fue en la dictadura .Fui al Banco República y hablé con
el gerente, Walter Casella. No debía nada pero aún me faltaba algo
.Pagué el campo, pagué el Parador entonces pedí un préstamo. Me
exigió que pusiera todo como garantía .Primero era por una cifra y
después me la bajó porque dijo que eran órdenes de Montevideo y
entonces le emito un cheque al Dr Goyo Anza a Montevideo, y le dije
ponle la fecha y la cantidad cuando te diga. Algo raro pasó y cuando
entrega el cheque me habían cerrado la cuenta. Estuve un mes preso
por dar cheque con cuenta cerrada. La persecución fue total. A mí
me mató la dictadura. Me quedó el Parador y se lo vendo al Dedo
Amilivia. Entonces puse un comercio en la Ruta 15, un almacén y
trabajaba especialmente con Astra .Al poco tiempo es cuando se funde
Astra y adiós. Entonces empecé a trabajar con Arturito Fratta a
comprar montes. Llegué a comprar más de cien montes .Fratta cae un
poco y viene desde Argentina Gersilco con un ingeniero Adolfo Márquez
Giordano y empecé a trabajar con él. Me pagan bien, me pagan 200
dólares por cada monte. Yo compraba, calculaba y pagaba, hacía
todo, yo era el capo, ellos venían y llevaban nomás. El ingeniero
miraba y al ver que estaba todo bien me pagaba. Un día me sentí mal
cuando estaba en el monte y al otro día en mi escritorio frente al
cuartel tuve un infarto cerebral. Me llevaron a Maldonado, era grave
y quedé en silla de ruedas .Me fui recuperando y pude volver a
caminar pero me quedaron algunos problemas motrices. Vivo en esta
casa que alquilo y tengo amigos como Carlos Lamanna, Mario Sobrero,
Rivera Carrero, Humberto Píriz, Tabaré Sobrero, Quelo Montesdeoca,
Ruben Fernández, Edison Sosa, Mario Corbo, Carla Amorín, Martín
Fernández y tantos más, muchísima gente que me ha ayudado. Gente
que cuida que no me falte leña en invierno, que me alcanza un peso
si me falta. Y mis vecinos y amigos que mucho quiero Ramón Cal de
León y su señora Raquel Acosta y sus familias.
Quiero
tener un recuerdo especial para el arquitecto Héctor Mogni, que
tenía el estudio acá al lado. Éramos grandes amigos. Era Inspector
del B.P.S. y yo hice trescientos mil kilómetros acompañándolo
durante años en su trabajo. Iba con él y nos hacíamos compañía.
Murió
hace un año en un accidente de tránsito. El siempre me hablaba de
ti, de cuando tenías el Cyber.
¿De
qué vive ahora?
Cobro
una pensión, recién ahora me estoy por jubilar .Yo hoy tendría que
tener una jubilación de un oficial militar y cobro una pensión rata
que tengo que pedir cada tanto un préstamo. Trabajo ahora en ventas
de campos, casas, trabajo con el Dr Alfaro, con Nasssi lo hago
gracias a los muchos contactos y toda la gente que conozco.
La
vida es eso como decía Hugo del Carril. (Se emociona).
El
tenía un criadero de nutrias y la dictadura le quitó todo. El tiene
una hija y un hijo. No pudo superar la muerte de la señora. Le era
totalmente fiel con la pinta que tenía. Queda casi ciego y Hugo
Marcel y Néstor Falcón van a cantar por el interior para traerle
plata porque él había quedado sin nada. En un reportaje que le
hicieron terminó como dije yo “la vida es eso”. (Se emociona).
RECUADRO
DOS MATRIMONIOS, CUATRO HIJOS
DOS MATRIMONIOS, CUATRO HIJOS
Tengo
cuatro hijos. Uno que vive en Buenos Aires, estuve como veinte años
sin verlo, se llama Sergio Alberto. Tengo una hija que conocí sólo
de bebé.María Lourdes. Después me separé, mi ex mujer se fue a
Argentina.Sé que está muy bien pero por esas cosas de la vida no
la conocí. Tengo un hijo Hugo Marcel, que se llama así por Hugo del
Carril y Hugo Marcel que trabajaba en Opti Shop y tengo una hija
maestra que trabaja en La Coronilla, Rosana.
RECUADRO
EL
CASAMIENTO MÁS HISTÓRICO
Cuando
me casé la primera vez uno de los testigos fue mi hermano Amado
Nervo Techera y el otro era un boxeador, campeón uruguayo, amigo
mío, que se llamaba Colón Silva. La jueza, cuando vio que se casaba
Napoleón y los testigos eran Amado Nervo y Colón se quería morir y
nos dijo que era el casamiento más histórico que se había hecho.
Hicieron un cuadrito con el acta y la pusieron de recuerdo.
RECUADRO
OBRAS
DE ALTA INGENIERÍA
En
1975 todo el mundo conoció la Maquette Aeropuerto Internacional de
Carrasco Bienvenido a Uruguay. De mi trabajo en los barcos aprendí
a hacer todo en miniaturas y eso me gustaba. Un día se me ocurrió
hacer eso .Tenía pistas, cuarenta objetos en movimiento: aviones
grúas coches en lo que fue catalogado como obra de alta ingeniería
y me llevó varios años de trabajo manual e intelectual. Tenía ocho
metros cuadrados. Catorce transformadores, trece motores eléctricos,
corriente continua y alterna y cuatrocientas lámparas encendidas.
Fue por el 75 y vino prensa de todos lados, todos los canales de
Montevideo. Tuvo muchísima difusión. Querían llevarlo por todo el
país en un camión pero para eso había que cortar el techo y no
quise. Quien estaba dispuesto y me convenció fue el Dr Mario Anza
Vigliola que fue a Riogas, donde la tenía a hablar conmigo. A los
pocos días falleció y ya no se concretó. Un día un empleado
trasladando garrafas se le escapa una y cae justo en el centro y lo
partió. Llorábamos todos y bueno, quedó roto. Se perdió. Esta que
tengo acá es el Conrad con el Casino. Es un homenaje a mi amigo
Carlos Lamanna y tiene como se ve también aviones, edificios,
trabajadores, hasta el avión de Susana Giménez está. Carlos
Lamanna es un gran amigo y sufrió mucho en la dictadura conmigo .La
rambla esta es más completa, más bonita que la del Conrad.
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