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lunes, 1 de julio de 2013

El “síndrome de Dilma” pone un límite a los ajustes de CFK

El “síndrome de Dilma” pone un límite a los ajustes de CFK

El Observador

El caos brasileño es una advetencia respecto a adoptar medidas de recorte en el gasto público


Una serie de medidas moderadas llevaron a muchos analistas a apuntar que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner estaba encaminándose a un ajuste más o menos ortodoxo.

Es que la primera mitad del año incluyó una acumulación de señales correctivas, como la férrea intervención gubernamental para que los salarios no aumentaran por encima de la inflación, más una suba de tasas de intereses, una aceleración en la tasa devaluatoria y un aumento en la presión impositiva. Si hasta hubo una moderación en la criticada política de expansión monetaria.

Pero claro, para que el ajuste sea completo, hay que llegar hasta el núcleo duro que todos los economistas señalan como origen de los problemas económicos argentinos: el gasto público, que asciende a 48 % del PBI (es decir, 15 puntos más que el promedio histórico). Y ahí es donde aparece el límite: el gobierno teme a la reacción ante eventuales recortes, y ya se habla el “síndrome de Dilma”.

Es que Cristina Kirchner ha prestado tanta atención a los disturbios en las calles brasileñas como si se tratara de un asunto doméstico. De hecho, su convencimiento es que, de no dar los pasos correctos, la pantalla de la televisión brasileña podría llegar a convertirse, para el gobierno argentino, en “un espejo que adelanta”.

El hecho de que una suba de US$ 0,20 centavos en el boleto del transporte colectivo haya disparado una crisis política es un dato de que el gobierno argentino tomó nota.

“Las protestas en Brasil nos dicen algo de lo que nos espera cuando queramos resolver las enormes distorsiones a las que nos acostumbró la década pasada”, dice Eduardo Levy Yeyati, director de la consultora Elypsis.

También Marcelo Capello, economista de la Fundación Mediterránea, advierte sobre la falta de “timing político” para avanzar con un recorte de subsidios a los servicios públicos o un freno en la obra pública. “Las recientes manifestaciones en Brasil volverán aún más cautelosas las decisiones gobierno a la hora de racionalizar el gasto público”.

Lo difícil de volver a pagar

Hasta los más críticos analistas opositores reconocen que hay un límite para quien esté pensando en un ajuste tradicional.

Es el caso de Ricardo López Murphy, uno de los más connotados defensores de las políticas de equilibrio fiscal, quien en una reciente charla en la Universidad de Montevideo reconoció que el gasto público se ha constituido en un problema difícil de superar.

Especialmente en lo que respecta a los subsidios al sector privado, un rubro que representa casi 20% del presupuesto estatal.

“Siempre me preguntan cómo se va a corregir el problema de las tarifas y la verdad es que no encontré una respuesta satisfactoria. Es muy difícil persuadir en la Argentina de que los costos de los servicios tienen que ser pagados por los usuarios”, reconoce el ex ministro.
Y advierte que “volver a cobrar lo que las cosas cuestan va a ser traumático”.

Los números parecen darle la razón. Un informe de la consultora Abeceb señala que, hasta el año pasado, el “peso” de la electricidad, el gas y el agua en el presupuesto de una familia de clase media equivalía a 2,7%. Es decir, menos de la mitad de lo que implicaba en 2001, cuando el pago de esos servicios representaban el 7,3% de la economía hogareña.

Dicho de otra forma, una familia de clase media disminuyó en dos tercios su “esfuerzo tarifario”, en un mundo donde el costo de los servicios no sólo no ha disminuido sino que se ha incrementado.

La diferencia entre ambos momentos explicó, en buena medida, el boom consumista que favoreció el éxito político del kirchnerismo.

Incentivos al desajuste

Desde ya, este problema había sido diagnosticado hacía tiempo en los debates internos del kirchnerismo. Varios economistas y analistas políticos cercanos al gobierno alertaban contra la tentación de adoptar medidas de ajuste de tipo tradicional, que podrían ser fáciles de diseñar desde los escritorios de los ministerios pero de consecuencias impredecibles en las calles.

El riesgo de un malhumor social se hizo más agudo desde los accidentes ferroviarios, y ahora se agrega el caso brasileño como un recordatorio del riesgo oculto.

Es un momento de disyuntiva para el kirchnerismo, porque al mismo tiempo que el agotamiento del modelo sojero-exportador está obligando a pensar correctivos, hay un contexto político que impide una baja del gasto.

En agosto hay elecciones primarias y en octubre legislativas. En esa instancia se define cuáles serán las chances efectivas de que el kirchnerismo pueda aspirar a un nuevo mandato en 2015.

“Si se sigue la lógica eleccionaria, que busca mostrar al público que ‘se está haciendo algo’, esta tendencia en la obra pública debería corregirse al alza”, explica Ariel Barraud, economista del IARAF.

En ese sentido, Capello, de Fundación Mediterránea, explica que al ser un año de mayores ingresos fiscales y menor pago de intereses se podrá gastar más en infraestructura, aunque recalca que “la cifra dependerá de la contención de otras partidas del gasto”, como pueden ser las transferencias al sector privado.

En definitiva, la expectativa generalizada es que lo que en la primera mitad del año fue visto como un tibio intento de ajuste por parte del gobierno, tendrá una reversión en los próximos meses.

Las elecciones obligan a mostrar “gestión” y las imágenes televisadas desde las agitadas calles brasileñas son un elocuente recordatorio de lo difícil que puede ser desarmar un esquema de gasto público al que la población se ha acostumbrado.


Los antecedentes de las contramarchas

El temor de Cristina Kirchner a las reacciones populares por los ajustes de servicios públicos ha quedado evidenciado al menos dos veces en los últimos años.

La primera en 2008, cuando se produjo un fuerte descontento en sectores de la clase media por el impacto de más de 200% de aumento en las tarifas de gas y electricidad. En aquel momento, el ministro Julio De Vido explicó que la medida sólo afectaría a una minoría de altos ingresos, que el recorte sería gradual y progresivo y que para el Estado implicaría un ahorro de unos US$ 200 millones. Pero el malestar social y las acciones legales de los consumidores obligaron a dar marcha atrás.

Tres años después, a fines de 2011, con el enorme respaldo político del recién logrado triunfo electoral de Cristina Kirchner, se anunció un recorte de subsidios para todos aquellos que no pudieran demostrar una necesidad real de contar con ayuda estatal para pagar los servicios públicos.De hecho, se había presupuestado apenas una suba de 15% en el presupuesto destinado a subsidios, lo cual –descontada la inflación– implicaba una reducción en términos reales.
Varios funcionarios K admitían que eran fundadas las críticas hacia el esquema tarifario que beneficiaba a los sectores de ingresos altos, con acceso al gas por cañería mientras en las zonas suburbanas se debía hacer uso de las garrafas a precio “de mercado”.
Y en cuanto al transporte, los funcionarios admitían que se necesitaba un sistema que discriminara por capacidad de pago de los usuarios, ya que en servicios como el subte –por ese entonces todavía bajo la órbita del gobierno nacional– un amplio 89% de los pasajeros estaba en condiciones de absorber un incremento. En ese momento, el monto total de los subsidios alcanzaba a US$ 16.000 millones, una cifra que se había multiplicado por 32 en 10 años.
Pero, una vez más, la presidenta temió por las consecuencias políticas. Lo que en un comienzo iba a ser una aplicación “casi universal” terminó siendo un plan delimitado a los habitantes de los countries. El accidente ferroviario de Once había cambiado súbitamente el clima social.

Shoppings alertan de merma en ventas por “efecto” Argentina

Shoppings alertan de merma en ventas por “efecto” Argentina 

El Observador

En Tres Cruces, en vacaciones, los servicios a Buenos Aires estarán el 50% por encima de 2012



Luego de cerrar un primer semestre con altas y bajas en sus ventas, los shopping son pesimistas en líneas generales para su desempeño en la segunda parte del año. La razón principal: la brecha cambiaria con Argentina que cada vez más incentiva las compras en el otro lado del charco.
La vestimenta femenina es el sector que más sufre el impacto del dólar blue, según un relevamiento que realizó El Observador en estos centros comerciales.
Los viajes a la vecina orilla aumentan mes a mes y en estas vacaciones de julio estarán más de 50% por encima del año pasado. Por este motivo, los shopping comenzaron a “encender luces amarillas” por el impacto que traerá aparejada esta tendencia en el nivel de ventas del segundo semestre. La mayoría coinciden en que el mismo estará por debajo de los niveles alcanzados en la primera parte del año.
En diálogo con El Observador, el gerente del shopping Tres Cruces, Marcelo Lombardi, informó que durante el primer semestre del año los servicios de ómnibus mostraron una retracción del 2% frente a igual período de 2012. Mientras que los servicios de buses internacionales cerraron el semestre 8% por debajo del año pasado, no está ocurriendo lo mismo con la ruta Tres Cruces (Montevideo)-Buenos Aires.
El trimestre abril-junio registró un crecimiento del 24%, en tanto si se toma en cuenta solo junio el incremento de viajes en ómnibus con destino a la vecina orilla creció 51%. En tanto, para vacaciones de julio se estima que los servicios se dispararán entre 50% y 60%, adelantó Lombardi.
“Esto da la idea que el efecto Buenos Aires está en proceso de franco crecimiento”, advirtió el gerente Tres Cruces. El ejecutivo explicó que esto no solo impacta en los comercios locales por un número mayor de turistas que viaja, sino también por el incremento del gasto que estas personas realizan en Argentina, aprovechando el diferencial cambiario. “Por eso la perspectiva de ventas para el segundo semestre luce un poco más pesimista”, admitió.
En esta misma línea, el gerente general de Portones Shopping, Nelson Barreto, dijo a El Observador que la mayor preocupación que tiene para el segundo semestre “es el incremento de las compras en la vecina Argentina. Preocupa porque el segmento que viaja a Buenos Aires es el que tiene hábito de concurrencia a los shopping. Seguramente no veamos el impacto de un día para el otro, por qué no podemos prever cuántos bolsos se traerán de sus viajes”, explicó.  Agregó que hoy son “pesimistas” sobre el desempeño de las ventas para la segunda parte del año, porque “la realidad así lo indica”. Dijo que los sectores que hoy están más afectados por la brecha cambiaria con Argentina son algunos rubros de la vestimenta.
Precisamente, el gerente general de Costa Urbana Shopping, Alberto Gossweiler, añadió que si bien aún no se está en una fase “de gran impacto”, la vestimenta femenina y parte del rubro de prendas deportivas son los que están siendo más afectados por un merma en sus ventas, por la brecha cambiaria con Argentina. “En la media que este fenómeno continúe, seguramente el impacto sea mayor”, alertó.
Ventas
“Tuvimos una primera parte del año no tan mala y una segunda que no será nada buena”, advirtió Barreto, de Portones Shopping. En este caso, el  centro comercial cerró el primer semestre del año con un volumen de ventas inferior a igual período del año pasado. Para Barreto, este descenso fue “razonable” teniendo en cuenta los niveles de crecimiento que se registraron en años anteriores y la competencia que generó la apertura de Costa Urbana.
En tanto, en Tres Cruces las ventas cerraron el semestre con una “alza moderada de 2%” por encima de igual período del año pasado, dejando de lado la ampliación que tuvo el centro comercial este año, precisó Lombardi. Por último, en Costa Urbana la facturación durante el primer semestre terminará entre 7% y 8% por arriba de 2012, pero esto obedece a que el centro comercial está en una “etapa de expansión” y “no está maduro” como el resto de los shopping de Montevideo, explicó su gerente general. Los rubros que han estado más dinámicos fueron vestimenta masculina, electrónica y electrodomésticos.
Monitor propio
El shopping Tres Cruces está realizando por su cuenta un “monitoreo de precios relativos” que ya presentó ante el Ministerio de Economía para transmitirle su preocupación por la brecha de precios que tiene un mismo artículo en ambas márgenes del Río de la Plata.
Lombardi dijo a El Observador que el indicador está mostrando una gran variabilidad producto de la volatilidad del tipo de cambio paralelo (blue) en la vecina orilla.  Agregó que el factor de mayor incidencia es la cotización del dólar paralelo en Argentina, seguido por la cotización del billete verde en Uruguay y, por último, la inflación en la vecina orilla.
“Pese al descenso que tuvo el dólar blue (paralelo) en la vecina orilla en los últimos días, la ecuación sigue siendo altamente favorable para comprar en Argentina”, explicó Lombardi, quien recordó que un menor ritmo de ventas del comercio minorista repercute en cifras de recaudación, ya que se  pierde IVA e impuestos de importación.

Tratado internacional:libros muy accesibles para discapacitados visuales

Uruguay entre los 50 países firmantes

Tratado internacional: discapacitados visuales tendrán excepciones en derechos de autor 

Fuente: Presidencia

El director de la Biblioteca Nacional, Carlos Liscano, representó a Uruguay en la Conferencia Mundial en Marrakech, donde 50 países firmaron el Tratado sobre Discapacidad y Acceso a la Cultura, que genera excepciones en los derechos de autor para personas ciegas, con baja visión o con dificultades para la lectura. Se trata de un “tratado a favor de los derechos humanos” de estas personas, dijo Liscano.
El pasado viernes 28 de junio, el director de la Biblioteca Nacional, Carlos Liscano, representó a Uruguay —en su calidad de presidente del Consejo de Derechos de Autor de nuestro país— en la Conferencia Diplomática realizada en Marrakech, Marruecos, organizada por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI). 

En la ocasión, 50 países firmaron el Tratado sobre Discapacidad y Acceso a la Cultura que busca facilitar el acercamiento de las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades a la producción mundial de impresos, según lo explicado por Liscano en diálogo con la Secretaría de Comunicación.

"Se trata de una histórica demanda de la Unión Mundial de Ciegos que respaldó, desde 2009, el Grupo de Países Latinoamericanos y del Caribe (GRULAC), a la par del continente africano", recordó Liscano. 

El director de la Biblioteca Nacional destacó que el acuerdo permitirá que los más de 300 millones de discapacitados visuales de todo el mundo puedan llegar a obras en formatos accesibles, por lo que constituye un “tratado a favor de los derechos humanos de las personas ciegas, con baja visión y con dificultades para la lectura”, así como “una herramienta poderosa para la educación, el entretenimiento y la formación de la gente con estas dificultades”, enfatizó. 

Conforme a lo establecido en el Tratado, “prácticamente se eliminan los derechos de autor de las versiones digitales producidas en cada país; se puede importar libros digitales sin pagar y hacer traducciones sin pagar derechos de autor”, detalló el jerarca. 

Liscano aseveró que, a continuación, el parlamento uruguayo deberá aprobar, reglamentar y poner en práctica este tratado en nuestro país. Asimismo, el Estado —y, en particular, el Consejo de Derechos de Autor—, deberá desarrollar los mecanismos para “generar esa sensibilidad que todavía no existe” en los gobiernos, las instituciones públicas, las universidades, entre otros organismos que, a raíz del Tratado, están obligados a poner a disposición de estas personas las versiones digitales de las producciones. 

Por otra parte, Liscano recordó que en Uruguay solamente el 20 % de las personas ciegas y con baja visión conoce braille, por lo que el 80 % se halla limitado para la lectura. Al respecto, sostuvo que esto constituye otro de los desafíos que en materia de sensibilización deberán plantearse los organismos anteriormente mencionados.

Los brasileños desnudan en la calle el falso milagro económico


Los brasileños desnudan en la calle el falso milagro económico

 LibreRed y Otramérica

Los medios internacionales gustan de ver ‘primaveras’ donde lo que se cocina es algo más profundo y menos efímero. Las inmensas movilizaciones en las calles de Brasil son fruto de resistencias históricas y recientes. Si los políticos empiezan a lanzar señales de escucha es porque son miles en las calles y tienen un apoyo masivo.

 

El desencadenante ha sido el aumento en los precios del transporte público. Después le siguió la protesta por el derroche en macroeventos deportivos mientras las desigualdades se perpetúan en el país.
Pero lo que ocurre en Brasil no es sólo una protesta puntual, ni un estallido de incontrolados, como se quiere contar desde algunos medios. La evolución de los hashtags en Twitter permiten ver la transición entre un disparador que afecta la vida cotidiana de millones de brasileños (#RevoltadoBusao), y que fue impulsado por el Movemento Passe Livre; una resistencia que sostienen los Comités Populares de la Copa [mundial de fútbol] desde hace meses y que estalló con motivo de la Copa Confederaciones (#Copapraquem), y que termina en una exigencia de un nuevo Brasil, más democrático, más para la gente en lugar de para el complejo entramado de intereses económicos y políticos del imperio emergente con pies de barro (#MudaBrasil).
Caetano Veloso, el famoso cantante y compositor brasileño, publicaba en su web oficial un post en el que conectaba estas megamanifestaciones en Rio de Janeiro con la resistencia a las arbitrariedades y la sordera del poder en Brasil:
“Siento una identificación espontánea con los manifestantes. Aquí en Rio, dese la resistencia para frenar el derrumbe de la Escola Friedenreich y la defensa de la Aldeia Maracanã, sentí, por los mensajes de correo electrónico que recibía, por las conversaciones que tenía y por los videos en los que aparecieron policías lanzando gases lacrimógenos (mi candidato para la alcaldía de Río de Janeiro en las últimas elecciones, Marcelo Ceniza, fue golpeado mientras iba a mostrar su solidaridad con os resistentes), que ese tipo de manifestaciones crecerían. Que haya sido en respuesta al aumento de la tarifa de los autobuses que ese crecimiento se produjo, sólo confirma mi percepción de que es algo real, una expresión de insatisfacción de la población con una situación de lo púbico que muestra su agotamiento. No se trata sólo del gobierno PMDB en el Estado o en la ciudad, ni del PT a nivel federal. Es todo un conjunto que necesita escuchar de los ciudadanos que ya no hay aceptación pasiva de lo que ellos deciden que sea. Por mi parte, me identifico con los manifestantes. Están dando voz a sentimientos a los que todavía les falta articulación. Tienen que hacernos pensar. Recuerdo las marchas de la década de 1960 y pienso en los movimientos que se producen en Turquía ahora, y hace poco en los EEUU, España, Grecia o en varios países árabes. Me siento en sintonía con estas personas (…)”.
Y es que constatar que una sociedad no está dormida hace que muchas personas se sientan orgullosas de ser parte de lo colectivo. La actriz Bruna Lizmayer escribía hace dos noches en Twitter:
“¡Qué hermoso día para nuestro Brasil! Voy dormir con la vibrante energía del amor y la paz, la energía se sintió en toda la protesta de Rio Branco. ¡Viva!”.
De hecho, la descripción del cantante Jair Oliveira fue especialmente motivante:
“Yo vi, te juro que vi; hoy vi bien de cerca a un gigante… Tenía miles de ojos, de labios y de corazones. Pero no era como esos gigantes de los cuentos infantiles que por lo general habitan las pesadillas nocturnas de los niños imaginativos. Era un gigante con determinación pero nada agresivo. Calmado, pero de ninguna manera apático. Cansado, pero nunca vencido. Admiré con estos ojos el poder de este gigante, con quien nunca imaginé tropezarme en mi insignificante aventura en la Tierra. tropezó … Pero tropecé, tropecé con esta criatura que había estado durante mucho tiempo inactiva, casi en un coma inducido, del que no reaccionaba, del que nada lo hacía despertar. Ahora despertó hambriento. No hambriento de despojos (como muchos sugieren), sino con hambre de justicia, de dignidad, de respeto y de gloria… mucha gloria. Espero que el gigante haya descansado lo suficiente como para no pensar en volver a dormir. Por lo que vi hoy, no se volverá a dormir jamás. Hoy yo sí que voy a dormir bien, muy bien. Con el sueño tranquilo, con la certeza de que hoy (17/06/2013) no voy a tener pesadillas”.
El comunicador y bloguero Flavio Siqueira cree que estas protestas son algo más que una explosión más o menos multitudinaria de insatisfacción, sino que visibilizan el déficit democrático de un Brasil devorado por el pragmatismo, la corrupción y los silencios:
“La ostentación de los índices de aprobación de los gobiernos servía como máscara, el discurso oficial de que ‘nunca antes en la historia de este país’ el pueblo había estado tan feliz eran la excusa para frenar cualquier señalamiento de la necesidad de cambios, servía para instalar la percepción de que el descontento era un tema restringido a ‘golpistas mediáticos’ o ‘reaccionarios conservadores’, mientras que los casos de corrupción se acumulaban sin mayores consecuencias y/o explicaciones, la deuda, el enriquecimiento de los bancos, la inmensa carga tributaria, los intereses, los juegos políticos, los grupos alrededor del poder… todo esto, de alguna manera, inhibía el grito de insatisfacción generalizada y provocaba, al menos en parte de la población, una sensación de que no había esperanza, de que todo está perdido, como si el pueblo hubiera sido tragado por una máquina publicitaria y asistencialista, corrupta, demagógica, dogmática, populista, y especialmente, fagocitadora de mentes, aspiraciones e ideales. En los últimos diez años, el brasileño tuvo que vivir con la “metamorfosis ambulante”, no sólo el de Lula contradiciendo el discurso de toda su vida en nombre de un pragmatismo egoísta, sino del PT como un partido de “trabajadores” que lo dejó de ser, movimientos sociales -como UNE, CUT, los sindicatos y muchos otros- que simplemente no lograron articularse con la sociedad convirtiéndose en perchas de empleos, organismos gubernamentales, fomentando un discurso alineado con el status quo. Nuestra democracia retrocedió, no había espacio para la crítica, el desacuerdo, la oposición o los cuestionamientos –sin que el cuestionador se convirtiera en objeto de ataques ideológicos, jurídicos o, en algunos casos, físicos. La puerta estaba cerrada con llave y la llave se la habían tragado”.
Salvador Schavelzon, en Rebelión, asegura que estas son las movilizaciones más grandes en el subimperio brasileño desde 1992 y considera que “aunque mucho de la protesta y de las personas que salen por primera vez a la calle tienen mucho de inclasificable, desordenado, de ser inventado… la interpretación del golpismo no procede. El prefecto [de Sao Paulo, Fernando] Haddad, con mucha proyección después de haber ganado en una ciudad donde en general gana la oposición, sigue a la presidenta en la derechización de un partido que gobierna aliada a los sectores más conservadores: los ruralistas, las iglesias, los antiguos rivales reciclados de la dictadura que ahora acompañan al PT con las mismas reacciones, respuestas, interpretaciones que llegan desde el gobierno. El proyecto del PT tiene que ver con aumentar el consumo, ‘compren autos’ recomendaba Lula, mientras Dilma ocupa sus horas en administrar una empresa constructora llamada Brasil, realizando los lugares comunes del neoliberalismo mezclado con desarrollismo de los ‘60 y tecnocracia burocratizada. Lejos de un ‘cacerolazo’ de la clase media conservadora, entonces, fue más bien una ciudad recuperando su calle”.
Y las protestas que comenzaron en Sao Paulo se extendieron por todo el país y ahora las peticiones son más genéricas y serán difíciles e contener. Hay dudas sobre el papel que va a adoptar el PT, que respalda al Gobierno, y otras organizaciones políticas de izquierda. El conflicto en Brasil está abierto. Un “milagro económico” más –del neoliberalismo mundial- que muestra sus vergüenzas.
Otramérica

Las protestas en Brasil ponen en duda la reelección de Rousseff

Las protestas en Brasil ponen en duda la reelección de Rousseff

Red Libre-EFE

Las masivas protestas que estremecen a Brasil desde hace ya veinte días le han restado popularidad y votos a la presidenta Dilma Rousseff y tendido un grueso manto de dudas sobre su posible reelección el año próximo.
 

Una encuesta difundida este sábado por la firma Datafolha reveló que las manifestaciones que han movilizado a miles de brasileños han tenido un impacto directo y demoledor en la imagen del gobierno de Rousseff, que ahora solo tiene el apoyo del 30 por ciento de la población.
Esta tasa supone una pérdida de 27 puntos porcentuales en relación al 57 por ciento de brasileños que respaldaba la gestión de la mandataria hasta el no tan lejano 8 de junio, justo antes de que las protestas pusieran al descubierto un profundo malestar social.
Datafolha también comprobó una gran caída en la intención de voto de Rousseff, que se sitúa ahora en un pico de 30 por ciento, frente al 51 por ciento que se le atribuía hace solamente un mes.
Entre los posibles candidatos presidenciales para el año próximo, quien más se ha beneficiado del derrumbe de la imagen de Rousseff ha sido la ecologista Marina Silva, cuya intención de voto subió del 16 al 23 por ciento. También mejoró el opositor Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña, quien cuenta ahora con el respaldo del 17 por ciento, frente al 14 por ciento que ostentaba un mes atrás.
Datafolha también planteó en su encuesta la posibilidad de que el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, antecesor de Rousseff, decida apostar su popularidad en las elecciones de 2014 para intentar impedir que el Partido de los Trabajadores (PT) abandone el poder, al que accedió en 2003.
El sondeo dice que si Lula da Silva fuera candidato obtendría un 46 por ciento de los votos y debería disputar una segunda vuelta con Marina Silva, quien frente el ex presidente tendría el apoyo del 19 por ciento del electorado.
Sin embargo, Lula da Silva ha dicho que no se postulará a un nuevo mandato y que la única candidata del PT es Rousseff.
Así lo ratificó la ministra de la Presidencia, Gleisi Hoffman, quien al comentar la encuesta de Datafolha aseguró que “Lula no es ni será candidato” y que la abanderada del PT será “la presidenta”.
No obstante, las protestas, que han revelado un profundo malestar en un país con un gobierno “popular y democrático”, como lo define el PT, han generado un mar de dudas y confusión en la coalición oficialista, que abriga a partidos de todo el espectro ideológico.
EFE