El nuevo primer ministro griego, Alex
Tsipras, no esperó un segundo en comenzar a operar en implementar un
programa de fuertes cambios respecto de la orientación histórica de los
gobiernos anteriores, del PASOK y Nueva Democracia…un programa de
trabajo “por y para el pueblo de Grecia”, afirma Tsipras.
Sin
embargo, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, asegura que
su Gobierno no actuará unilateralmente, sino que colaborará con sus
socios, tratando de calmar a los inversores. Todo acontece ante la
mirada atenta de los países del norte de Europa, demasiado atentos a lo
porvenir en Grecia, cual buitres.En España se está gestando un movimiento que da esperanzas al pueblo de la península; ojala sea cristalizado en las urnas con la elección de dicho movimiento, conformado en inicio por los Indignados. Veremos qué ocurre.
Francia sigue aún en la dicotomía entre los neo-pétainistas con su islamofobia y los islamofascistas, ambos síntomas de la crisis de la democracia liberal. Houllebecq puede tener razón caricaturizando la condición actual de Francia, pero se equivoca en su visión del futuro, pues el próximo presidente no será un musulmán, sino un fascista. La concreta amenaza para el viejo continente sigue siendo la extrema derecha.
Oriente Próximo va a la deriva. En el horizonte, ante el estupor e impotencia de sus gentes, solo se ven más guerras, armadas desde el imperio…por supuesto todo es comprobable, pero las macrocorporaciones económico mediáticas no lo permiten…todos somos víctimas del satus quo…no duden, dudando.
Mientras tanto en Argentina, los candidatos se “auto eligen” en base a encuestas interesadas, previo bombardeo mediático. Los partidos de masa, la formación de cuadros o la generación de posiciones político-filosóficas languidecen peligrosamente y la democracia se vacía de contenido.
Y en Suramérica, ya no son creíbles partidos que se llaman socialistas y que responden a los engranajes más profundos del neoliberalismo actual, tal el caso de Uruguay, Chile, Argentina, Brasil, etc…
Los denominados partidos socialdemócratas son responsables de colaborar en la creación de un mundo del espectáculo de la farsa, pues no se fraternizan anteponiendo la solidaridad en la realidad y en la creación de Estados capaces de regular la economía y amparar a los ciudadanos, sino que parecen imposibilitados para renovarse a sí mismos. No pueden ni quieren salirse del mar neoliberal en el que flotan perdidos, sumisos y cada vez menos útiles. Los cambios generacionales no suponen aquí un cambio de políticas. Sólo maquillaje…
Los grandes hombres y mujeres que han aportado talento, genio y coraje a este planeta, hoy un tanto vacío de creatividad, sólo “cover de cover”, no tenían tiempo de publicitarse, además no eran entrevistados por los grandes medios, pues el sistema los consideraba peligrosos; se ha perdido mucho de sus primeras acciones. Hoy mononeuronales, primero publicitan y luego —apoyados por los contactos de todo tipo— intentan decir algo y, en fin ¿qué ha quedado como sedimento de estos últimos años?, además de mentiras, simulación, corrupción, genocidios velados, trayectorias inventadas y prostitutas al servicio del caos…