La
Junta Departamental de Rocha realizará
el próximo martes una sesión
especial para homenajear al periodista fronterizo Pedro Lombardi, por
su proficua labor a favor del canto popular y la cultura rochense.
Pocos testimonios resultan tan
reveladores de la personalidad humana, que la entrevista directa,
sincera y sin rodeos, que suele transformar el reportaje en un género
literario que cobra vuelo en alas del entrevistado. Era justamente un
invierno “como los de antes”, y teníamos que abrigarnos por
fuera y por dentro, para soportar la temperatura del OPEL, en noches
inolvidables que se estiraban con el Mansión, el Scotchbar o el
Drurys sin despreciar el Viejo Barreiro, todo dependía del saldo.
Había que respetar la fórmula;
“Dos es poco, tres una enormidad y cuatro no alcanzan”. El OPEL,
era uno de los puntos obligados para arreglar el mundo, conversando
mucho y hablando poco en una tertulia con muchas vueltas. Por aquel
mostrador ilustre que no resistió los cambios de la frontera y se
fue en silencio con don Octavio, pasaban los principales
acontecimientos de la pequeña aldea. Las alegrías, las tristezas,
la política, el amor, el fútbol
y el arreglo de algún matute. Será difícil reseñar en esta
crónica evocativa la trayectoria de un personaje que se ha metido
muy adentro del periodismo local, departamental y nacional: PEDRO
LOMBARDI. Por ese motivo, hemos elegido una charla informal que
mantuvimos en el OPEL hace varios años para asociarnos al homenaje
de la Junta Departamental, rindiendo tributo a la gestión
periodística de Pedro pero fundamentalmente por su generosidad y
hombría de bien. Evocamos en esa oportunidad sus comienzos radiales
con NUESTRAS RAICES comprobando la gravitación que tenía el
programa al difundir todos los exponentes del canto popular uruguayo.
Sin embargo estaban vivos sus recuerdos de los años escolares de la
querida escuela José Pedro Ramírez en la capital departamental, o
cuando rendía examen en las juveniles de Palermo el Club de sus
amores. Es posible que el comienzo de LOS ZUCARA y sus primeras
clases de guitarra bajo la dirección de Humberto y Julio Víctor
hayan sido el punta pié inicial para una vocación que se ha
mantenido latente durante tantos años. La década del 70 lo
encuentra en Montevideo alternando en las inferiores de Bella Vista y
Peñarol con quien realiza una gira por la Argentina en épocas de
Venancio Ramos y Ruben Paz entre otros. En forma simultánea
continúan sus estudios en la Facultad de Medicina, hasta graduarse
como técnico de Radiología, trabajando en distintos centros
asistenciales de la capital. Se radica posteriormente en esta
frontera donde desarrolla distintas actividades hasta que asume la
responsabilidad de conducir un programa radial destinado
exclusivamente a difundir y promocionar a los artistas del pago
chico. Ya por aquellos años compartía caminos con el “Gallineta”
Silva, Dagoberto Vaz
Mendoza, Orlando Tocce, Julio Víctor,
el “Petizo” Humberto, Rodríguez
Benitez, Ochoa, Baraldi, la gente de La Vitrola, el “Pico”
Decuadra, Alcides Romero, Lucita Amorín, María Celia y todos
aquellos que buscaban un espacio para volar en libertad.