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miércoles, 29 de abril de 2015

"Club Social Luz y Vida" (1928) Por Julio Dornel.

  Don Jose y Anita, socios fundadores del Club, junto a sus hijas María Antonia, Irma y  Nahir.


                              Escritor y periodista Julio Dornel
 
Fue la primera institución social de nuestra ciudad y cuna de la cultura popular a partir del año 1928, cuando un grupo de vecinos formó una comisión destinada a regir todos los eventos que se realizaran en la frontera. De esta manera las actividades sociales, culturales y deportivas quedaban centralizadas en el Club Social LUZ Y VIDA que también recibía la visita de los vecinos de Santa Vitoria, 18 de Julio, La Coronilla, San Luis y Castillos. Algunos recuerdan todavía los temas románticos que alegraban las reuniones bailables de esta institución en la primera mitad del siglo pasado.
El pueblo comenzaba a demostrar una actividad social en crecimiento, mientras un grupo de vecinos buscaba un local amplio que sirviera para las reuniones bailables, juegos y entretenimientos. De esta manera y por iniciativa de estos visionarios surgió la primera institución social de la frontera, que se ganó de inmediato un número importante de asociados que fueron facilitando su crecimiento. El local elegido fue en territorio brasileño (frente a la Comisaría) en las proximidades de la chacra de “Quelo” Silveira, los ranchos de doña Inocencia y el boliche de Juan “Barullo”. A pocos metros la casilla de madera donde funcionaba la aduana brasileña a cargo del funcionario “Capiresca” Laerte. El empuje de aquellos hombres no pudo finalmente contra el progreso y una nueva conciencia urbana que reclamaba otra institución con más comodidades para sus asociados. De todas maneras el Club Social LUZ Y VIDA ha quedado como un punto de referencia para los más veteranos, que todavía recuerdan algunos detalles, vivencias y circunstancias que rodearon a esta institución.
En los domingos invernales humeaban sobre sus mesas las tazas de café o chocolate, acompañadas de tortas fritas o masas para los asociados. Luego se disfrutaba de la sección vermouth que debía finalizar antes de media noche.
El amplio salón de un rancho largo y de ventanas pequeñas, sirvió durante muchos años para que el pueblo festejara desde las primeras horas del día las festividades patrias, con la presencia de las bandas musicales de Castillos o Santa Vitoria do Palmar.
En improvisado mástil (tacuara) ondeaban las banderas de ambos países, mientras en su interior se destacaba la fotografía de Artigas, entre guirnaldas multicolores que colgaban de los tirantes y algunos malvones plantados en latas de aceite Óptimo de cinco litros.
En la directiva se alternaban Guadil Vitancourt, Querubín Maside, Irineo Alvez, Cotta de Melho, Mauro Silva, Octavio Pereyra, Carlos Calabuig, Rúl Decuadra, Mario de San Vicente, Perucho Mello, Silvio Fossati, Vogler, Fernández, Plá, Ventura, Rodríguez Vigliola, Rotta, Ferreira don Gregorio Vidal y otros vecinos que se fueron incorporando al pueblo por distintas razones. Los carnavales y las reuniones bailables centralizaban las preferencias de los pocos habitantes que se daban cita en el “social” para disfrutar del romanticismo alegre y natural de aquellos años.

Con el testimonio de las hermanas Irma y María Antonia, les ofrecemos a nuestros lectores un acontecimiento histórico de nuestra sociedad registrado en la década del 30. Flora Iglesias fue la primera Reina del carnaval y el acontecimiento es recordado por María Antonia Silva, “fue algo maravilloso, parecía una emperatriz , con su trono al fondo del salón y una alfombra bordó desde la puerta. Con un disfraz de lamé plateado , capa de terciopelo bordado y una flores plateadas sobre el hombro. Cuando ella llegó al trono, la capa se encontraba junto a la puerta de entrada. Recordamos que por aquellos años Flora tenía amores con “Manequiña” Varela un brasileño de Santa Vitoria.” La reina del carnaval ingresó al Club acompañada por el presidente de la institución Manuel Machado funcionario de la receptoría de aduanas.” Por allí estaban para disfrutar de la alegría pueblerina Don José Silva su señora Anita Cotta de Mello y sus hijas María Antonia, Irma y Nair.
Reinas de Tres Generaciones´.
Por aquellos años dos publicaciones periodísticas circulaban entre los pocos habitantes del pueblo, uno era manuscrito y tenía el sugestivo nombre de “JEJEN” mientras el otro se llamaba EL CHUY con textos en español y portugués. En 1936 el periódico EL CHUY organiza el primer certamen Internacional denominado MISS CHUY con la participación de un selecto grupo de jóvenes de la sociedad fronteriza y localidades adyacentes. Fue en esa oportunidad, el mayor acontecimiento social por la difusión que se le daba al evento y porque los votos para el certamen estaban impresos en el periódico.

La circulación del mismo en las localidades mencionadas aseguró una votación record que superó lógicamente los habitantes que tenía el pueblo en esa oportunidad.
La ganadora del concurso resultó Irma Silva con 1389 votos, primera Vice Reina Nilda Ventura con 1074 votos y segunda vice Reina Aurelia Correa con 905 votos. Cabe destacar que el periódico venía publicando los votos en sus ediciones dos meses antes de realizarse el Certamen. A los 85 años de edad Doña Irma Silva de Calabuig rememora con nitidez estos acontecimientos: “ El presidente del Club era el funcionario policial Guadil Vitancour, casado con la maestra Delicia Ramis y también director de un diario local. Recuerdo que el vestido me lo hizo Ondina Pereyra la señora de Ramiro Núñez que era una de las pocas costureras del pueblo. Era un vestido de terciopelo blanco muy largo y una moña “lame” que se destacaba nítidamente. La música vino de Santa Vitoria como sucedía casi siempre y los temas variaban entre los pasodobles, tangos, valses y sambas.” Queremos destacar finalmente que este reinado de la belleza que comenzara con Doña Irma en 1936 continúo luego con su hija Carmen y su nieta Mónica.
(Publicada el 7 de setiembre de 2002)