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jueves, 21 de agosto de 2014

NUESTRO PAPEL: TENDER PUENTES Pablo Mieres


uypress

Las elecciones del próximo 26 de octubre pondrán de manifiesto un cambio político relevante en nuestro país.


Gane quien gane la Presidencia en noviembre, se habrá terminado una época en la que el Frente Amplio gobernó con mayoría absoluta parlamentaria. Podrá ganar nuevamente el Frente, esta sigue siendo la alternativa más probable, o podrán triunfar los partidos tradicionales, pero sea quien sea el presidente que resulte electo en noviembre, no tendrá mayoría propia en el Parlamento y por lo tanto deberá conversar, dialogar y buscar acuerdos que le permitan gobernar.

En ese panorama el papel del Partido Independiente será muy relevante. Somos la izquierda que tiende puentes. Es más, somos el único puente existente entre los dos bloques que dividen al país. Por un lado, el Frente Amplio, y por otro lado los blancos y los colorados. Y va a ser muy necesario que los puentes funcionen con fortaleza y fluidez.

El Partido Independiente es la única alternativa electoral que puede ofrecer a los uruguayos un cambio sin volver atrás. En efecto, nuestra opción implica cambiar muchas de las cosas que se han hecho, aunque sin dejar de valorar todas aquellas cosas que se hicieron bien. Pero, al mismo tiempo, somos la única opción de la oposición que no representa una vuelta atrás hacia el viejo Uruguay de las épocas de blancos y colorados que muchos uruguayos tampoco quieren.

Los nuevos tiempos políticos requerirán de mucho diálogo, de mucha apertura y de una gran capacidad para superar los prejuicios y las descalificaciones recíprocas. La trayectoria y las convicciones del Partido Independiente garantizan nuestra capacidad para articular, coordinar y generar los espacios de encuentro entre los diferentes sectores políticos del país. Vamos a empujar con el hombro izquierdo para que el país salga adelante. Ganen unos o ganen otros.

¿Para qué? Para promover una profunda transformación de nuestra educación que ya no admite más demora. Para recuperar la seguridad perdida, sin caer en falsas soluciones facilistas. Para revertir el grueso deterioro de nuestra infraestructura y de nuestra base física que se va convirtiendo en un freno al crecimiento de nuestra producción. Para transformar radicalmente las estructuras del Estado y ponerlo al servicio de la sociedad. Para abrirnos al mundo y lograr nuevos y mejores mercados para colocar nuestra producción. Para recuperar la competitividad perdida. Para construir un país con mejores ofertas de empleo, más productivo y con mejores niveles salariales. Para que las políticas sociales que el Estado debe seguir implementando para apoyar a los más débiles, sean con contenido promocional, de forma tal que no se conviertan en respuestas asistencialistas que solo promueven la dependencia.

Nosotros somos la alternativa de una izquierda democrática, moderada y republicana. Estuvimos en el Frente Amplio y sabemos sus límites, sus defectos y sus dificultades. Es notorio que los sectores moderados que hoy conviven dentro del Frente Amplio cada vez pesan menos y son desplazados en una conducción partidaria que otorga un peso desproporcionado a la izquierda radical. A diferencia de otras instancias, hoy la garantía de la sensatez de un eventual tercer gobierno del Frente Amplio, no está dentro de ese partido, sino que solo se puede equilibrar con el fortalecimiento de una opción moderada que esté fuera de esa fuerza política y, por tanto, ajena a mandatos imperativos o disciplinas partidarias. La garantía de una izquierda moderada con incidencia hoy está representada en el Partido Independiente.

Pero si le toca gobernar a la opción que hoy representa Luis Lacalle Pou, será fundamental generar un contrabalance que defienda los logros y la sensibilidad social que impida una vuelta atrás que está representada por un conglomerado dominado por las viejas formaciones más representativas y notorias de la derecha uruguaya.

En la definición de octubre se juega el futuro de la distribución de fuerzas que determinarán los pesos políticos del próximo período de gobierno. Nosotros desde el Parlamento o desde donde los ciudadanos nos pongan, vamos a trabajar para poner límites al próximo gobierno a efectos de evitar los abusos del poder; pero también para ayudar, con espíritu constructivo, a que el país salga adelante.