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miércoles, 20 de septiembre de 2017

A 100 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL CAPITÁN DE MARACANÁ Semblanza por Oscar Bruno Cedrés




Obdulio Jacinto Muiños Varela nació el 20 de setiembre del año 1917 en La Teja, hace 100 años, hijo natural, fue criado por su madre, conoció la pobreza desde niño, apenas unos años en la Escuela, y la necesidad de ayudar a mantener la casa lo llevaron a la lucha diaria por el sobre vivir.
El “Negro Jefe”, como se le conoció mundialmente después, fue canillita, peón de albañil, hasta que llegó el fútbol profesional, primero funcionario de Impuesto Internos, terminando como funcionario de los Casinos del Estado, fue su vida particular como su vida deportiva, todo lucha, pero siempre yendo de frente.
Además de jugador de fútbol, Obdulio tenía pasión por las bochas, siendo el Guayaquí su club, también anduvo por el boxeo amateur.
Estuvo como uno de los principales cabecillas de la famosa huelga de los jugadores del fútbol de 1948 y 1949, saliendo de la misma como el paladín de sus compañeros.
Su trayectoria, su extensa y ganadora carrera como jugador de fútbol se inició en equipos de barrios, el primero lo fue el Fortaleza del Barrio La Comercial, , luego Dublín y el Pascual Somma, partidos de los que se dice de “hacha y tiza” donde eran más una guerra que encuentros deportivos, y ahí se fue curtiendo el “Capitán de Maracaná”, pasa luego a defender en lo que era entonces la divisional Intermedia al Deportivo Juventud, equipo de casaca roja con un bolsillo verde.
En 1936 se formó una selección del Barrio Jacinto Vera para ir a Buenos Aires a jugar un partido, a Obdulio le prestan la ropa para poder concurrir, como decía él: “Mío solo las medias, los calzoncillos y la camiseta”.
En 1938 da el gran salto, pasa e defender al Montevideo Wanderers, al año siguiente lo convocan para defender por primera vez la inmortal casaca celeste, es en el Sudamericano de Lima de 1939, desde ahí hasta el Mundial de Zuiza no abandona nunca más la defensa de la casaca color cielo.
Con la selección Jacinto jugó 57 partidos, y convirtió 9 goles, entre ellos los recordados goles a España en el Mundial de Brasil de 1950 y a Inglaterra en el mundial de Zuiza, 1954.
Es campeón Sudamericano en el torneo de 1942, integrando el team Aníbal Paz, Romero y Muñoz, Gambetta, Obdulio Varela y Raúl Rodríguez, Luis Ernesto Castro, Severino Varela, Ciocca, Porta y Bibiano Zapiráin.
También gana 3 copas Barón de Río Branco frente a las representaciones de Brasil y un Copa Escobar-Gerona.
No podemos olvidar en este breve raconto el 16 de julio de 1950, el del partido de Maracaná, el del 2 a 1, frente a la selección brasileña, aquel que defendieran a Uruguay Mäspoli, Matías González y Tejera, Rodríguez Andrade, Obdulio Varela y Gambetta, Ghiggia, Julio Pérez, Miguez, Schiaffino y Morán
En su trayectoria en el fútbol local, en 1943, pasa a Peñarol, donde se desarrolla lo más recordado de su gran trayectoria, gana 6 torneos Competencia, 8 torneos Honor y 6 veces es campeón uruguayo, incluido el famoso del año 1949, en el que los aurinegros ganan todos los torneos en forma invicta y surge la gran delantera que sería la base de Maracaná.
De ese Peñarol decía el “Negro Jefe”: “Era un fútbol ganador, de fuerza y de potencia”, “Una avalancha, eso era Peñarol en 1949”.
Obdulio jugó su último partido, 45 minutos, en Río de Janeior, Brasil, frente al América, un amistoso, en junio de 1955.
Integró la gran Cruzada del Dr. Ricardo Caritat, en el año 1963, donde los jugadores campeones del Mundo de 1950, recorrieron todo la república jugando partidos en beneficio de la misma, que culminó con un encuentro en el Estadio Centenario enfrentando a los rivales de aquella recordada tarde del 16 de Julio, demostrando ahí nuevamente su gran corazón en beneficio y apoyo a todos los que tenían necesidad de ayuda, no olvidando su niñez y juventud, de lucha por subsistir.
Para el Capitán de Maracaná, el mejor dirigente que tuvo en su trayectoria fue Don César Batlle Pacheco, que era el Presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol cuando la huelga de jugadores del 48/49, también el del 50 cuando el Mundial de Brasil, el recordado Matucho Fígoli, el masajista, de los campeones como su gran amigo, el número 5, Lorenzo Fernández, jugador de Peñarol y las selecciones al jugador que más admiró, por su presencia, su prestancia en el medio de la cancha.
Sobre el húngaro Emérico Hirchs, el técnico del gran Peñarol del 49, decía Obdulio: ”El húngaro era un hombre despierto y vivo como una liebre, conocía mucho de preparación física, se preocupaba a fondo de conocer a los contrarios y no se puede decir que era un negado en lo que tiene que ver con los aspectos técnicos del fútbol, Pero muy lejos de ser el sabio que aparentaba. Ni por asomo las virtudes de mago que se le atribuían.”
Casado con Doña Cata, tuvieron dos hijos; Marta y Waldemar, vivió sus últimos años en la calle 20 de Febrero, falleciendo el 2 de agosto de 1997, un año después fue elegido “Deportista uruguayo del siglo” por el Comité Olímpico.
El Club Atlético Peñarol lo designó “Jugador Símbolo de la era Profesional” en 1991, la FIFA cuando la disputa del Mundial de 1994 le entregó la “Orden del Mérito”.
Al llegar al centenario del nacimiento del “Gran capitán de Maracaná”, del “Negro Jefe”, o simplemente de OBDULIO JACINTO VARELA, va esta semblanza en recuerdo-homenaje a éste gran jugador de nuestro fútbol símbolo de la mayor hazaña del fútbol mundial: la final del 16 de Julio de 1950, la de Maracaná.
20/9/17

miércoles, 8 de marzo de 2017

OBDULIO VARELA. MILITANTE SINDICAL Y CAMPEON DEL MUNDO. Por Julio Dornel.



                                  Escritor Julio Dornel
El sábado 18 de abril del año 2015, una publicación cultural de la República Argentina, con el sugestivo nombre de “Ñ” rendía homenaje a Eduardo Galeano que había ingresado a la inmortalidad cinco días antes. El reportaje lo había realizado la periodista Raquel Garzón, al aprovechar los lujos que nos ofrece el periodismo, si tenemos en cuenta que lo único que necesitamos para estar frente a frente con el autor de Las Venas Abiertas de América Latina, es cruzar el charco que nos separa de la República Argentina. En esta oportunidad recogemos un fragmento de aquel reportaje con la seguridad de que nos vamos a encontrar con intimidades y anécdotas que rodearon la vida de uno de los personajes más importantes de la cultura uruguaya. Ante la curiosidad de la periodista Garzón para ubicar viejas fotografías Galeano fue develando el por qué de cada una: “esta foto pertenece a un personaje admirable, el hombre clave de la victoria inexplicable de Uruguay ante Brasil, 2 a 1 en Maracaná en el mundial del 50: OBDULIO VARELA, un albañil, un tipo rojo, de izquierda, militante sindical y jugador de fútbol de Peñarol, que organizara la primera huelga de jugadores, la más larga del fútbol mundial, con una duración de siete meses. Muy poco después se arma la selección uruguaya y el capitán de la huelga se convierte en capitán de la selección. Fue él quien, cuando parecía todo perdido en Maracaná, con la pelota abajo del brazo, calma la cosa, hace llamar al juez, le habla en español, el juez en ingles, no entendía, obliga a que venga un intérprete, y va enfriado el partido porque había 200.000 gargantas gritando por Brasil y el Uruguay era un país muy chiquito. Enfrió el partido, fue el culpable de la victoria uruguaya. Después me contó algunas historias. La noche de la victoria del Uruguay él se escapó del hotel, en lugar de quedarse a celebrar con los pocos uruguayos que había. Huyó por otra salida y se fue a beber. Y en los bares encontró a los brasileños llorando, uno por uno, y tuvo una lástima tremenda; los había odiado tres horas antes cuando eran un solo animal rugiente de 200.000 cabezas, la mayor multitud jamás reunida en la historia del fútbol. Pero cuando los veía de a uno, tenía una pena enorme, decía “como pude hacerles eso, gente tan buena”. Se pasó toda la noche abrazando a los vencidos. Cambió mucho el fútbol profesional de lo que era en aquel tiempo: un fútbol casi amateur donde se jugaba con más fe y más alegría que ahora, con menos obligación de ganar, porque el fútbol profesional te condena a ganar”. Analizando finalmente sus lugares preferidos para escribir, Galeano reveló algunos secretos. “En mi escritorio me siento bien, aunque a veces lo hago en cualquier lado. Cuando me pica la mano y quiero escribir lo hago en el consultorio del dentista, en un cuarto de baño o en un avión. Cuando es la conciencia la que da la orden la mano cumple pero es a desgano. En cambio cuando ella puede bailar por su cuenta, escribe de otro modo, bastante mejor. No te digo que lo que hago sea ninguna maravilla pero es bastante mejor cuando surge la necesidad de decir algo. Paso mucho tiempo sin escribir nada. Sólo cuando siento el impulso verdadero o las ganas muy fuertes de contar algo escribo, sino prefiero no hacerlo” dijo finalmente Galeano.