Oficial y agente se casan hoy; después planificarán nacimiento de su hijo
Después de convivir durante un año, las policías Natalia Román (29) y María Olveira (24) se casarán en esta jornada.
El País
Hasta hace poco ambas trabajaban juntas en la
Seccional 16ª (barrio Ituzaingó) de Montevideo. Hoy Natalia es oficial
principal y eventualmente cumple funciones de subcomisaria de guardia en
la Seccional 8ª (barrio Sayago). Mientras María atiende al público en
la 16ª.
"No tuvimos ningún problema en la Policía cuando
formalizamos nuestro amor. La gran mayoría de nuestros compañeros nos
felicitó y no hubo ninguna manifestación de desagrado. Al contrario.
Estamos muy contentas por eso", dice Natalia, quien hasta hace unos
meses era la superior de María en la Seccional 16ª.
María recalca en el mismo sentido. "Nunca sentí ningún tipo de discriminación o rechazo en la seccional".
Algunos funcionarios policiales de la Seccional 16ª
quedaron sorprendidos por la noticia de su casamiento porque no sabían
que ambas eran pareja.
"Nos ubicábamos. Cada una hace su trabajo. No mezclábamos los roles", explica la oficial Román.
El carácter de las dos también las favorece. Natalia
es introvertida y muy formal. Luego, cuando entra en confianza, se
relaja. María, en cambio, ríe fácilmente y es más extrovertida que su
pareja. Esos caracteres también las ayudaron a romper eventuales
"obstáculos" a su relación en su entorno familiar.
María se crió en un paraje rural de Rivera denominado
Paso Ataques. Está situado a unos 32 kilómetros de la ciudad
fronteriza. En un primer momento se puede pensar que una familia rural
sería conservadora y no aceptaría una relación entre dos mujeres.
"Pero en mi casa no tuve ningún problema. Aceptaron a
Natalia. Su personalidad es muy atrapante. Pese a todos sus estudios,
es una persona muy humilde", dice María.
Natalia se crió en un tranquilo barrio de la ciudad
de Artigas. "Mi familia sabían que me gustaban las mujeres y me
aceptaron. Y cuando supe que estaba enamorada de María, así se los dije.
No tuve ningún problema con mis padres y hermanos", dice.
Ambas recalcan su femineidad. Se maquillan, pintan
las uñas y usan caravanas de perlas y tacos altos. En el casamiento
llevarán vestidos formales.
Marconi.
Natalia y María se conocieron hace cinco años en un
boliche montevideano. Cada tanto se veían y se escribían. Como María
debía viajar seguido a Rivera porque su padre estaba enfermo, su vínculo
no era muy intenso.
Hace tres años María egresó como agente de la
Escuela de Policía. Su primer destino fue la Seccional 18ª (Villa
García) donde debió realizar patrullajes a pie y participar en
allanamientos.
Natalia, en cambio, tiene 12 años en la Policía y
una mayor experiencia ejecutiva que su pareja. Uno de sus destinos fue
la Seccional 12ª cuando esta tenía dentro su jurisdicción a todo el
barrio Marconi.
Allí participó en allanamientos, detenciones e
incluso se tiroteó con delincuentes, experiencias de las que no desea
brindar detalles.
En mayo de 2014, María fue destinada a la atención
del público en la Seccional 16ª donde Natalia cumplía funciones como
oficial principal. Es decir, María pasó a ser subalterna de su hasta
entonces amiga.
Cada tanto salían juntas. Pero María no tomaba la
iniciativa. Su amiga era su superior inmediata y no quería tener un
traspié. A principios del año pasado, en un restaurante, Natalia le
confesó su amor.
"Ella era mi superior. Yo me quedé quieta. La
iniciativa la tomó Natalia y yo le dije que su amor era correspondido",
relata María a las risas.
El 17 de mayo de 2014, se fueron a vivir juntas a la
casa de familiares de Natalia en la Aguada mientras ahorraban para
comprar "el techito". Cuando obtuvieron el préstamo del Banco
Hipotecario del Uruguay, adquirieron en enero de este año un coqueto
apartamento de dos dormitorios en ese mismo barrio, que ambas pintaron y
decoraron.
Después de llamar a sus padres en Rivera y Artigas
para anunciarles su casamiento, las dos policías corrieron al Registro
Civil en diciembre del año pasado. "Salimos del Registro y nos pusimos a
llorar las dos", recuerda Natalia.
Después del casamiento, ambas se irán de luna de
miel a Rocha. Luego pensarán en el primer hijo que vendrá mediante
inseminación artificial.
Con vestidos azul y salmón.
En la ceremonia en el Registro Civil, que se realizará esta tarde, Natalia y María se casarán con vestidos que cada una eligió para la otra. María le dijo a Natalia que debía llevar un vestido de color azul, que "combina con sus ojos". Natalia le pidió a María que usara uno de color salmón, porque "le queda muy bien". Ninguna optó por un vestido blanco. "No hablamos de eso", dice Natalia.
TESTIMONIOS
María: "Lo que más quiero es ser madre".
La agente María Olveira ya comenzó los estudios ginecológicos para poder implantarse un óvulo fecundado en forma artificial.
"Queremos que un óvulo de Natalia sea fecundado y
luego se me inyecte a mí. Así nuestro hijo tendrá los genes y el
apellido de ella y no solo mis genes", dice María.
Olveira se crió en una familia numerosa en el
paraje rural de Paso Ataques (Rivera). "Yo elegí ser la madre porque es
lo que más deseo. Si pudiera tendría cinco o seis hijos. Pero todo
depende de los estudios ginecológicos", explica.
María dice que su pareja no tiene problemas en ser
fecundada en forma artificial si ella no puede quedar embarazada varias
veces.
"En ese caso vamos a utilizar el mismo
procedimiento. Un óvulo mío será fecundado e inyectado en el ovario de
Natalia", señala. Enseguida agrega: "Queremos tenerlo jóvenes para
compartir más cosas con ellos aunque uno no sabe qué pasará en la vida".
El segundo dormitorio ya está pensado para recibir a ese hijo.
"Nosotros lo pintamos y lo decoramos", dice María.
Dentro de sus proyectos a largo plazo, María espera
poder volver a Rivera porque allí podrían criar con más tranquilidad a
sus hijos. Sin embargo, sabe que su vida estará atada a los futuros
destinos de su pareja.
Natalia: La luna de miel será en La Paloma.
El próximo miércoles, la oficial Natalia Román y la agente María Olveira partirán de luna de miel durante una semana a la casa de una amiga en el balneario La Paloma, Rocha.
Natalia explica que no apostaron por un viaje largo
al extranjero porque primero querían tener "el techito propio". Después,
agrega, "tendremos oportunidad de sobra de viajar con María".
Natalia destacó la buena convivencia que tiene con su pareja.
"Con María nos divertimos toda la hora. Nos pasamos
riendo de cualquier cosa. Es el amor de mi vida; de eso estoy muy
segura", señala Román.
En estos días, Natalia y Román corren de un lado a
otro a medida que se acerca la hora de la ceremonia en el Registro
Civil, preparando los últimos detalles de la fiesta nupcial.
A partir de hoy comenzarán a llegar al apartamento
de La Aguada de ambas policías delegaciones de familiares de Artigas y
Rivera que viajaron a Montevideo para asistir al casamiento.
Otros familiares les prepararon varias sorpresas que
serán reveladas luego que la pareja salga del Registro Civil, señalaron
familiares de Natalia Román a El País.