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Con motivo del fallecimiento del responsable de enjuiciar a las Juntas Militares, el cineasta Pablo Racioppi, quien se encuentra realizando un documental sobre su figura, lo despide con dolor y admiración
Hace exactamente un año empecé a pensar en un nueva idea para un posible próximo documental.
Pensaba en por qué el Juicio a las Juntas Militares, acaso uno de los acontecimientos cívicos mas relevantes que pudo concretar la sociedad argentina en su historia, ha sido olvidado. No figura en los calendarios ni en las efemérides. No figura en los discursos oficiales de los doce años ininterrumpidos de una gestión de gobierno que dice tener los DDHH como uno de sus pilares ideológicos. No hay monumentos, casi no hay homenajes para esa epopeya.
Junto a Federico Karstulovich, colega y guionista, pudimos conocer al Dr. Julio Cesar Strassera y proponerle el proyecto que sería su documental. El del representante de la sociedad civil ante la Justicia en un juicio inédito. Queríamos que de su voz se entiendan las enormes dificultades que hubo que sortear para algo que no tenía antecedentes locales ni internacionales. Y también, qué nos ha legado para el futuro.
Fuimos dos veces a verlo a su casa. La primera, a mediados de enero. El primer dato conmovedor fue entrar a la habitación de servicio de su departamento donde se encontraba su austero despacho. Apenas una biblioteca a un lado, una pequeña ventana al aire y luz del edificio y un escritorio. En las paredes solo colgaban dos marcos con vidrio: en uno, la fotografía suya conversando con Borges el día que éste concurrió a una de las audiencias y en el otro, el original de la caricatura que le hizo Sábat.
Le preguntamos cómo había sido posible hacer un juicio que no apoyaba el peronismo, ni otros sectores políticos y que las FFAA saboteaban. Señaló a un marco mas pequeño apoyado en un estante de la biblioteca, en el que él y Alfonsín se estrechan la mano. "El juicio se pudo hacer solo por la convicción de ese hombre. Esa foto fue tomada el día anterior a la primera audiencia. Me dijo que, como máxima autoridad del poder ejecutivo, no me daría instrucciones. Que hiciera lo que considerase que debía hacer un fiscal. Algo impensable en esta época".
Pedí sacarle una foto a esa foto con una pequeña camarita. Karstulovich registró ese momento con su celular y descubrió después que, a pesar del gesto generalmente adusto del Dr. Strassera, quedó registrado sonriendo con una alegría casi infantil. Me atrevo a afirmar que estaba tan notoriamente entusiasmado como nosotros con el proyecto.
A principios de febrero fuimos una segunda vez a su casa para ultimar detalles y ponerle fecha a los días de rodaje. Nos pidió que lo llamáramos el lunes 16 porque antes iría a Tandil a descansar con su mujer. Mientras esperábamos el ascensor le comentamos sobre el destino de otro fiscal, asesinado unos días antes. Lo último que nos dijo fue: "Cuando se hizo el Juicio, los militares aún tenían poder de acción y de daño. Llegaron a amenazarme, pero no pasó de eso. Es increíble que treinta años después, sin los militares y en plena democracia, asesinen a un fiscal. Es verdaderamente increíble"
Dos días después tuve que viajar a México por trabajo. En la mañana del lunes 16 lo primero que hice fue intentar adelantar la fecha de mi vuelta y mientras a Karstulovich no le atendían el teléfono en casa de Strassera, nos enteramos de su internación.
Como si se tratara de un destino fatal, el fiscal del juicio olvidado, acusado perversamente de haber sido "el fiscal de la dictadura", ya no estaría para su documental.
Nos queda trabajar en un documental con su ausencia, porque la fatalidad hizo que ya no tuviera tiempo para participar de ese trabajo. Curiosamente, en un tiempo en que otro fiscal fue ausentado prematuramente.
Hoy lo despido con íntimo dolor y con la sensación de ser ciudadano de una inexplicable tragedia, en la que los representantes de la civilidad, en Argentina, parecieran ya no tener otro sitio posible que la ausencia.
El autor es el director de los documentales "El Olimpo vacío" y "El Diálogo".
Pensaba en por qué el Juicio a las Juntas Militares, acaso uno de los acontecimientos cívicos mas relevantes que pudo concretar la sociedad argentina en su historia, ha sido olvidado. No figura en los calendarios ni en las efemérides. No figura en los discursos oficiales de los doce años ininterrumpidos de una gestión de gobierno que dice tener los DDHH como uno de sus pilares ideológicos. No hay monumentos, casi no hay homenajes para esa epopeya.
Junto a Federico Karstulovich, colega y guionista, pudimos conocer al Dr. Julio Cesar Strassera y proponerle el proyecto que sería su documental. El del representante de la sociedad civil ante la Justicia en un juicio inédito. Queríamos que de su voz se entiendan las enormes dificultades que hubo que sortear para algo que no tenía antecedentes locales ni internacionales. Y también, qué nos ha legado para el futuro.
Fuimos dos veces a verlo a su casa. La primera, a mediados de enero. El primer dato conmovedor fue entrar a la habitación de servicio de su departamento donde se encontraba su austero despacho. Apenas una biblioteca a un lado, una pequeña ventana al aire y luz del edificio y un escritorio. En las paredes solo colgaban dos marcos con vidrio: en uno, la fotografía suya conversando con Borges el día que éste concurrió a una de las audiencias y en el otro, el original de la caricatura que le hizo Sábat.
Le preguntamos cómo había sido posible hacer un juicio que no apoyaba el peronismo, ni otros sectores políticos y que las FFAA saboteaban. Señaló a un marco mas pequeño apoyado en un estante de la biblioteca, en el que él y Alfonsín se estrechan la mano. "El juicio se pudo hacer solo por la convicción de ese hombre. Esa foto fue tomada el día anterior a la primera audiencia. Me dijo que, como máxima autoridad del poder ejecutivo, no me daría instrucciones. Que hiciera lo que considerase que debía hacer un fiscal. Algo impensable en esta época".
Pedí sacarle una foto a esa foto con una pequeña camarita. Karstulovich registró ese momento con su celular y descubrió después que, a pesar del gesto generalmente adusto del Dr. Strassera, quedó registrado sonriendo con una alegría casi infantil. Me atrevo a afirmar que estaba tan notoriamente entusiasmado como nosotros con el proyecto.
A principios de febrero fuimos una segunda vez a su casa para ultimar detalles y ponerle fecha a los días de rodaje. Nos pidió que lo llamáramos el lunes 16 porque antes iría a Tandil a descansar con su mujer. Mientras esperábamos el ascensor le comentamos sobre el destino de otro fiscal, asesinado unos días antes. Lo último que nos dijo fue: "Cuando se hizo el Juicio, los militares aún tenían poder de acción y de daño. Llegaron a amenazarme, pero no pasó de eso. Es increíble que treinta años después, sin los militares y en plena democracia, asesinen a un fiscal. Es verdaderamente increíble"
Dos días después tuve que viajar a México por trabajo. En la mañana del lunes 16 lo primero que hice fue intentar adelantar la fecha de mi vuelta y mientras a Karstulovich no le atendían el teléfono en casa de Strassera, nos enteramos de su internación.
Como si se tratara de un destino fatal, el fiscal del juicio olvidado, acusado perversamente de haber sido "el fiscal de la dictadura", ya no estaría para su documental.
Nos queda trabajar en un documental con su ausencia, porque la fatalidad hizo que ya no tuviera tiempo para participar de ese trabajo. Curiosamente, en un tiempo en que otro fiscal fue ausentado prematuramente.
Hoy lo despido con íntimo dolor y con la sensación de ser ciudadano de una inexplicable tragedia, en la que los representantes de la civilidad, en Argentina, parecieran ya no tener otro sitio posible que la ausencia.
El autor es el director de los documentales "El Olimpo vacío" y "El Diálogo".