Julio Dornel
Quiérase
o no, el fútbol uruguayo nos está mostrado la otra cara de un
deporte convertido en “pasión de multitudes” por las conquistas
logradas en un siglo de existencia. El enfrentamiento a balazos entre
parciales de algunas instituciones, está demostrando que la
violencia, el odio y el fanatismo siguen vigentes en el ámbito
deportivo. La información periodística ha señalado en varias
oportunidades que por el solo hecho de vestir una camiseta, se puede
ejecutar a un joven deportista que intentaba alentar al cuadro de
sus amores. Hace algunas décadas pensábamos que estos casos de
extrema violencia estaban limitados fundamentalmente a los estadios
de Inglaterra y en menor grado a otros escenarios europeos. El
periodista brasileño Sergio Da Costa Franco, analizaba en su
momento, la violencia que recorría los estadios ingleses cuando los
famosos hooligans (barra brava) recorrían los estadios sembrando el
terror entre los aficionados.
“Bicho
extraño y singular el hombre, –dijo Franco- la noticia viene de
Inglaterra, país de alto nivel de civilización, de instrucción
popular, de democracia política y de equilibrio social. Sin embargo
diariamente son investigados por la policía los promotores de
conflictos y agresiones violentas en los estadios de fútbol, lo que
demuestra la existencia de militantes de la violencia gratuita,
vinculados a determinados grupos clandestinos. Se puede observar en
la televisión el instrumental medieval utilizado por los nuevos
bárbaros. Pelotas de hierro con cadenas para ser usadas como
instrumento contundente, dagas y puñales, que los monstruos
preparaban para llevar a los tranquilos escenarios del fútbol. Hay
ideologías con explicación para todos los fenómenos sociales e
individuales. Pero hay momentos en que los razonamientos lógicos se
desmoralizan, la psicología se desmorona, la antropología y la
sociología entran en pánico. Qué intereses podría llevar a estos
fascistas a reclutar militantes para promover violencia entre las
hinchadas que asistían a un partido de fútbol. Sabemos que las
ideologías totalitarias tienen razones que la razón desconoce”.
Debemos señalar que no solamente Europa soportaba la violencia en
sus campos de juego. La Copa Libertadores de América, vivía tiempos
violentos, sospechas de doping, invasión a sus estadios y presiones
generalizadas en todos los frentes. Las medidas anunciadas por las
autoridades del fútbol y el Ministerio del Interior, apuntan a
terminar con la violencia que impera actualmente en los campos de
JUEGO.