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viernes, 23 de enero de 2015

Concertación: Se complicó el Partido. TERCERA CANDIDATURA EMBARRA LA CANCHA Miguel Manzi

Proyecto Montevideo

Proyecto Montevideo

Una alternativa para La Ciudad

Sobre el autor

Miguel Manzi, 55, abogado, inicié mi actividad política en 1980 militando por el "NO" contra la dictadura. Fui diputado de la "Lista 85" del Partido Colorado. Emigré en 1995, viviendo en Bolivia, EE.UU. y Honduras, donde culminé mi periplo como Representante del BID, a cargo de 120 operaciones por 1.000 millones de dólares. En 2011 renuncié al BID y regresé a Uruguay, retomando la actividad política en torno al Proyecto Montevideo, cuya información completa está en http://miguelmanzi.com/


Espíritu integrador y de mayorías


22.Ene.2015

El próximo 3 de febrero se reunirá la Convención Departamental de Montevideo del Partido de la Concertación (PdlC), para nominar a los candidatos a intendente por los dos partidos que constituyen la nueva coalición: Ney Castillo por el Partido Colorado, y Álvaro Garcé por el Partido Nacional. Eso y no otra cosa es el PdlC: la coalición de colorados y blancos, para disputar y bien gobernar la Intendencia de Montevideo. Esta afirmación no es materia opinable, es una cuestión de hecho: (i) porque así lo establece el acuerdo político aprobado por ambos partidos; (ii) porque la convención del PdlC se compone en mitades iguales por ciudadanos colorados y blancos, puestos ahí por ambos partidos; y (iii) porque ambos partidos resolvieron abstenerse de presentar sus propios lemas en las montevideanas de 2015 en función, precisamente, de concurrir coaligados en el PdlC.

UNA DECISIÓN ORGÁNICA

En el Partido Colorado, la decisión de coaligarse con los blancos para las departamentales de Montevideo recorrió todos los caminos de la institucionalidad partidaria. Cada uno de los avances sospechosos de causar estado, fue discutido en el Comité Ejecutivo Nacional y ventilado en la Convención Nacional. Al mismo tiempo, el proceso fue desmenuzado a través de los medios y objeto de abundantes intercambios en las redes sociales. Por último, la decisión final sobre este gigantesco hecho político, fue adoptada por la Convención Nacional por mayoría aplastante. En efecto, en la votación llevada a cabo el 14 de septiembre de 2013, a la que concurrieron 560 convencionales de 600, votaron a favor de la Concertación 530.

OTRA DECISIÓN ORGÁNICA

Una vez aprobada la constitución del PdlC por la Convención Nacional, el 30 de noviembre de 2013 las asambleas de Vamos Uruguay y de Batllistas de Ley, los dos sectores visibles del Partido Colorado, por separado pero de manera acordada, proclamaron al Dr. Luis Alberto "Ney" Castillo como candidato a intendente de Montevideo en el Partido de la Concertación. Estas proclamaciones no cumplían todavía con las formalidades de la orgánica partidaria. Pero pasadas las internas y elegida la nueva Convención Departamental de Montevideo, este cuerpo, "órgano superior del Partido para la actividad política departamental", en vibrante sesión del 11 de diciembre de 2014, resolvió "expresar su apoyo a la candidatura del Dr. Luis Alberto "Ney" Castillo a la intendencia de Montevideo en las elecciones departamentales que se llevarán a cabo en mayo de 2015". Listo el pollo y pelada la gallina. Todo amplia, abierta, democrática y participativamente discutido y resuelto, con pleno conocimiento de causa de todos los involucrados, masticado y madurado en un proceso extendido en el tiempo. Hasta aquí venimos bien.

TRIPLE CANDIDATURA, MÚLTIPLE CONFUSIÓN

Aunque la legislación electoral admite la presentación de hasta 3 candidatos por lema, el PdlC tiene solo 2, por aquello de que es la coalición del Partido Colorado y el Partido Nacional. Ahora bien: ante el espacio "disponible", algunos ciudadanos alentaron la expectativa de patrocinar a un tercer candidato, independiente, en el sentido de "a-partidario". Pero tal especie no tiene lugar en el sistema democrático representativo como se lo ha practicado hasta ahora en este país. En nuestras prácticas sempiternas, y consagrado en nuestra ingeniería normativa, los partidos políticos son engranaje indispensable para construir la voluntad política del soberano. En los países serios (y el nuestro todavía pasa por serlo), la política es partidaria, porque la democracia representativa es partidaria. Puede irrumpir un "outsider", sí, pero amparado en la estructura de un partido, que a su vez responde por el candidato. El partido no garantiza el buen gobierno, pero sin partido el candidato solo se representa a sí mismo y a sus intereses. Si el PdlC sobrevive al parto, y crece, y madura, es posible que llegue a albergar a otros grupos y sectores distintos de los partidos fundacionales, que puedan proponer y disputar las candidaturas que proponga el lema. No es el caso ahora. Quienes defienden la tercera candidatura a-partidaria, argumentan: (i) que podría arrimar algunos votos; (ii) que para los votantes frenteamplistas decepcionados, votar a un candidato colorado o blanco sería un salto demasiado largo, pero podrían votar a un candidato a-partidario; (iii) que un creciente número de ciudadanos no se siente colorado, ni blanco, ni frenteamplista, y quiere sencillamente un buen gobierno. Pues bien: ninguno de esos argumentos de ocasión, ni todos juntos, sustituye las garantías del sistema de partidos, en el que reposa la democracia representativa tal como la conocemos y la practicamos en este país hasta ahora. Y no me suena que convenga contrariar 180 años de trabajosa construcción civilizatoria de un plumazo, entre gallos y medias noches, medio de prepo, medio clandestino, a horas de vencimiento de los plazos legales para el registro de candidatos, sin discusión alguna. Tal es la amenaza contenida en la citación a la Convención Nacional del Partido Colorado para el próximo lunes 26 de febrero.

UN EJÉRCITO DE ENANOS

En lo que toca al Partido Colorado, el "Acuerdo por Montevideo" establece expresamente que para habilitar una tercera candidatura en el PdlC, la propuesta debe someterse a la decisión de la Convención Nacional, la que resolverá por mayoría de presentes. Tal el único punto del orden del día en la citación a la Convención para el próximo lunes, inválida por vicios formales. En efecto, además de antedatada y distribuida sin la debida anticipación (no es difícil anticipar una magra concurrencia), la citación fue cursada por la Mesa del Comité Ejecutivo (Presidente de Turno y Secretario General), que carecen de facultades para hacerlo; es atribución del cuerpo y no de la mesa. Bizantinismos, dirán algunos; se pasan la Carta Orgánica por las partes, diría Fernández Huidobro; partidicidio, digo yo. En efecto, en este Partido Colorado del 13 por ciento, no tenemos margen para la moña de más. La cúpula se vino abajo, como el techo de la Sala de la Convención. No hay campeones solitarios. Somos un ejército de enanos, que solo puede hacerse fuerte apostando al colectivo. Abriendo, ventilando, discutiendo.

DEFENDER AL SISTEMA

El lunes no se va a discutir la "autorización de la tercera candidatura", sino una candidatura en concreto, la de un empresario que parece que está dispuesto a financiarse la campaña. No hay un colectivo organizado que lo patrocine; no tiene un manifiesto o proclama que lo inspire; no responde a ningún grupo, idea, propuesta o interés conocido, público y visible. No responde por sus actos ante nadie más que sí mismo. ¿Cómo y por qué el Partido Colorado y el Partido Nacional habrían de darle la "chapa" de candidato a intendente para Montevideo por el PdlC? No estoy en contra de este aspirante en particular, ni de los empresarios en general, ni de la plata, ni de la ambición, ni de la vanidad. Pero miro los cambios cualitativos que están cursando en el mundo, y no puedo menos que valorar la seriedad institucional que todavía nos distingue en la región. El desafío es ver el bosque y no distraerse con el árbol. Enfocarse en la médula del problema y no en sus lateralidades. Estamos hablando del sistema democrático representativo, no de un partido, ni de una elección, ni mucho menos de un aspirante a candidato. Una candidatura personal a fuerza de chequera, con ser desquiciante, no es lo peor: lo peor es el antecedente, la puerta abierta a males infinitamente mayores, de los que es criminalmente ingenuo pensar que el Uruguay está a salvo. La Convención Nacional del Partido Colorado tiene la palabra.