Una alternativa para La Ciudad
Sobre el autor
Miguel Manzi, 55, abogado, inicié mi actividad política en 1980
militando por el "NO" contra la dictadura. Fui diputado de la "Lista 85"
del Partido Colorado. Emigré en 1995, viviendo en Bolivia, EE.UU. y
Honduras, donde culminé mi periplo como Representante del BID, a cargo
de 120 operaciones por 1.000 millones de dólares. En 2011 renuncié al
BID y regresé a Uruguay, retomando la actividad política en torno al
Proyecto Montevideo, cuya información completa está en
http://miguelmanzi.com/
Espíritu integrador y de mayorías
22.Ene.2015
El próximo 3 de febrero se reunirá la Convención Departamental de
Montevideo del Partido de la Concertación (PdlC), para nominar a los
candidatos a intendente por los dos partidos que constituyen la nueva
coalición: Ney Castillo por el Partido Colorado, y Álvaro Garcé por el
Partido Nacional. Eso y no otra cosa es el PdlC: la coalición de
colorados y blancos, para disputar y bien gobernar la Intendencia de
Montevideo. Esta afirmación no es materia opinable, es una cuestión de
hecho: (i) porque así lo establece el acuerdo político aprobado por
ambos partidos; (ii) porque la convención del PdlC se compone en mitades
iguales por ciudadanos colorados y blancos, puestos ahí por ambos
partidos; y (iii) porque ambos partidos resolvieron abstenerse de
presentar sus propios lemas en las montevideanas de 2015 en función,
precisamente, de concurrir coaligados en el PdlC.
UNA DECISIÓN ORGÁNICA
En el Partido Colorado, la decisión de coaligarse con los blancos
para las departamentales de Montevideo recorrió todos los caminos de la
institucionalidad partidaria. Cada uno de los avances sospechosos de
causar estado, fue discutido en el Comité Ejecutivo Nacional y ventilado
en la Convención Nacional. Al mismo tiempo, el proceso fue desmenuzado a
través de los medios y objeto de abundantes intercambios en las redes
sociales. Por último, la decisión final sobre este gigantesco hecho
político, fue adoptada por la Convención Nacional por mayoría
aplastante. En efecto, en la votación llevada a cabo el 14 de septiembre
de 2013, a la que concurrieron 560 convencionales de 600, votaron a
favor de la Concertación 530.
OTRA DECISIÓN ORGÁNICA
Una vez aprobada la constitución del PdlC por la Convención Nacional,
el 30 de noviembre de 2013 las asambleas de Vamos Uruguay y de
Batllistas de Ley, los dos sectores visibles del Partido Colorado, por
separado pero de manera acordada, proclamaron al Dr. Luis Alberto "Ney"
Castillo como candidato a intendente de Montevideo en el Partido de la
Concertación. Estas proclamaciones no cumplían todavía con las
formalidades de la orgánica partidaria. Pero pasadas las internas y
elegida la nueva Convención Departamental de Montevideo, este cuerpo,
"órgano superior del Partido para la actividad política departamental",
en vibrante sesión del 11 de diciembre de 2014, resolvió "expresar su
apoyo a la candidatura del Dr. Luis Alberto "Ney" Castillo a la
intendencia de Montevideo en las elecciones departamentales que se
llevarán a cabo en mayo de 2015". Listo el pollo y pelada la gallina.
Todo amplia, abierta, democrática y participativamente discutido y
resuelto, con pleno conocimiento de causa de todos los involucrados,
masticado y madurado en un proceso extendido en el tiempo. Hasta aquí
venimos bien.
TRIPLE CANDIDATURA, MÚLTIPLE CONFUSIÓN
Aunque la legislación electoral admite la presentación de hasta 3
candidatos por lema, el PdlC tiene solo 2, por aquello de que es la
coalición del Partido Colorado y el Partido Nacional. Ahora bien: ante
el espacio "disponible", algunos ciudadanos alentaron la expectativa de
patrocinar a un tercer candidato, independiente, en el sentido de
"a-partidario". Pero tal especie no tiene lugar en el sistema
democrático representativo como se lo ha practicado hasta ahora en este
país. En nuestras prácticas sempiternas, y consagrado en nuestra
ingeniería normativa, los partidos políticos son engranaje indispensable
para construir la voluntad política del soberano. En los países serios
(y el nuestro todavía pasa por serlo), la política es partidaria, porque
la democracia representativa es partidaria. Puede irrumpir un
"outsider", sí, pero amparado en la estructura de un partido, que a su
vez responde por el candidato. El partido no garantiza el buen gobierno,
pero sin partido el candidato solo se representa a sí mismo y a sus
intereses. Si el PdlC sobrevive al parto, y crece, y madura, es posible
que llegue a albergar a otros grupos y sectores distintos de los
partidos fundacionales, que puedan proponer y disputar las candidaturas
que proponga el lema. No es el caso ahora. Quienes defienden la tercera
candidatura a-partidaria, argumentan: (i) que podría arrimar algunos
votos; (ii) que para los votantes frenteamplistas decepcionados, votar a
un candidato colorado o blanco sería un salto demasiado largo, pero
podrían votar a un candidato a-partidario; (iii) que un creciente número
de ciudadanos no se siente colorado, ni blanco, ni frenteamplista, y
quiere sencillamente un buen gobierno. Pues bien: ninguno de esos
argumentos de ocasión, ni todos juntos, sustituye las garantías del
sistema de partidos, en el que reposa la democracia representativa tal
como la conocemos y la practicamos en este país hasta ahora. Y no me
suena que convenga contrariar 180 años de trabajosa construcción
civilizatoria de un plumazo, entre gallos y medias noches, medio de
prepo, medio clandestino, a horas de vencimiento de los plazos legales
para el registro de candidatos, sin discusión alguna. Tal es la amenaza
contenida en la citación a la Convención Nacional del Partido Colorado
para el próximo lunes 26 de febrero.
UN EJÉRCITO DE ENANOS
En lo que toca al Partido Colorado, el "Acuerdo por Montevideo"
establece expresamente que para habilitar una tercera candidatura en el
PdlC, la propuesta debe someterse a la decisión de la Convención
Nacional, la que resolverá por mayoría de presentes. Tal el único punto
del orden del día en la citación a la Convención para el próximo lunes,
inválida por vicios formales. En efecto, además de antedatada y
distribuida sin la debida anticipación (no es difícil anticipar una
magra concurrencia), la citación fue cursada por la Mesa del Comité
Ejecutivo (Presidente de Turno y Secretario General), que carecen de
facultades para hacerlo; es atribución del cuerpo y no de la mesa.
Bizantinismos, dirán algunos; se pasan la Carta Orgánica por las partes,
diría Fernández Huidobro; partidicidio, digo yo. En efecto, en este
Partido Colorado del 13 por ciento, no tenemos margen para la moña de
más. La cúpula se vino abajo, como el techo de la Sala de la Convención.
No hay campeones solitarios. Somos un ejército de enanos, que solo
puede hacerse fuerte apostando al colectivo. Abriendo, ventilando,
discutiendo.
DEFENDER AL SISTEMA
El lunes no se va a discutir la "autorización de la tercera
candidatura", sino una candidatura en concreto, la de un empresario que
parece que está dispuesto a financiarse la campaña. No hay un colectivo
organizado que lo patrocine; no tiene un manifiesto o proclama que lo
inspire; no responde a ningún grupo, idea, propuesta o interés conocido,
público y visible. No responde por sus actos ante nadie más que sí
mismo. ¿Cómo y por qué el Partido Colorado y el Partido Nacional habrían
de darle la "chapa" de candidato a intendente para Montevideo por el
PdlC? No estoy en contra de este aspirante en particular, ni de los
empresarios en general, ni de la plata, ni de la ambición, ni de la
vanidad. Pero miro los cambios cualitativos que están cursando en el
mundo, y no puedo menos que valorar la seriedad institucional que
todavía nos distingue en la región. El desafío es ver el bosque y no
distraerse con el árbol. Enfocarse en la médula del problema y no en sus
lateralidades. Estamos hablando del sistema democrático representativo,
no de un partido, ni de una elección, ni mucho menos de un aspirante a
candidato. Una candidatura personal a fuerza de chequera, con ser
desquiciante, no es lo peor: lo peor es el antecedente, la puerta
abierta a males infinitamente mayores, de los que es criminalmente
ingenuo pensar que el Uruguay está a salvo. La Convención Nacional del
Partido Colorado tiene la palabra.