¡CHAU MONTEVIDEO!
(TE VEO EN 2020)
Recién hoy de mañana terminé de darme cuenta por qué nos fue tan mal a los partidos fundacionales en los últimos comicios. Me gusta levantarme temprano, para matear tranquilo mientras aclara, y en el silencio de la casa, mientras el resto de la familia aún duerme, escuchar por radio los primeros noticieros de la mañana. Así me enteré de la renuncia del Luis Alberto Ney Castillo a su candidatura para la Intendencia de Montevideo por el Partido de la Concertación.
Fue una sorpresa. Es el segundo candidato de real fuste que se baja del buque, antes lo hizo el diputado Jorge Gandini, dejando el camino abierto al Álvaro Garcé por el Partido Nacional y a Edgardo Novick por el Partido Colorado, dos recién llegados en paracaídas al ámbito de la política departamental.
Personalmente, hace varios años que creí en Jorge Gandini como el candidato más capaz que el Partido Nacional tenía para gestionar el gobierno municipal capitalino, incluso mejor que el Dr. Javier García, que nos representara en el comicio anterior. Por eso, cuando pocos años atrás Gandini anunció su intención de postularse a la comuna, apoyé con agrado su decisión.
No conozco personalmente a Jorge Gandini, pero lo vi acometer el desafío con decisión y energía, recorriendo el Departamento, pisando bitumen, adoquines y calles de tierra, hablando con la gente, interiorizándose de los problemas, escuchando propuestas y posibles soluciones. O sea, haciendo el trabajo que el político debe hacer: estar en contacto con sus ciudadanos (y me consta que el Dr. Ney Castillo, candidato ya en 2010, hizo otro tanto por su Partido Colorado).
A mediados del año pasado las elecciones internas de los partidos políticos definieron un nuevo liderazgo para el Partido Nacional. Luis Lacalle Pou se erigió como conductor del partido por el voto soberano de la mayoría de los nacionalistas, asomando una importante renovación generacional en el horizonte de los Blancos. El surgimiento de cuadros jóvenes siempre es motivo de regocijo, porque aseguran la continuidad de la familia ideológica.
Una de las novedades que nos legó el Dr. Lacalle Pou fue alejar a Jorge Gandini de la contienda capitalina. Desconozco las razones de eso, y en tal sentido creo que Lacalle Pou nos debe una explicación, debe hacernos saber qué tenía de malo el candidato municipal que justificara tirar años de trabajo en las calles a la basura. Porque hay que tener en cuenta que ganarse el corazón de los votantes no es algo que pueda hacerse en cinco meses, no en el Montevideo frenteamplista, cuyos cuadros vienen recorriendo y transitando la ciudad hace 25 años, hablando con la gente y haciéndoles creer que están de su lado aunque los tape la basura en una ciudad sin luz y llena de pozos.
Peor aún. La renuncia de Jorge Gandini fue seguida de un período de varios meses sin que el Partido Nacional definiera qué o a quién quería para ocupar el sillón comunal. Se manejaron nombres por parte de versiones de prensa (porque del Directorio no cayó una sola línea), hasta que finalmente el Dr. Lacalle Pou nos impusiera la candidatura del Dr. Álvaro Garcé, ex Comisionado Parlamentario para el Sistema Carcelario, persona muy proba e imparcial en su función anterior pero del cual desconocemos su capacidad de gestión.
Recién en este mes de enero Álvaro Garcé comenzó a recorrer Montevideo, a ponerse en contacto con los Convencionales departamentales. El 29 de enero apareció una lista de posibles comisiones de trabajo, pidiendo voluntarios para redactar un programa hacia unas elecciones que se ejecutarán en catorce semanas. Esto es improvisación pura. ¿Para esto tiramos a la basura el trabajo de tres años y medio de Jorge Gandini?
Dicen los hombres de campo: “… No se cambia de caballo en la mitad del río …”. Entonces reitero:: “El Dr. Lacalle Pou nos debe a todos los Blancos una explicación por este cambio de candidato en la mitad de la campaña …”. Yo creo en el Dr. Lacalle Pou, y entiendo que si desplazó a Jorge Gandini alguna razón tendrá, pero está obligado a hacérnosla saber, porque perdimos un candidato de gran peso político a cambio de otro que recién se inicia. Porque con la candidatura de Álvaro Garcé recién comenzando su campaña, en las elecciones de 2015 no ganaremos.
Entretanto, mientras el Partido Colorado también tiró a la basura el trabajo de Ney Castillo, el Frente Amplio consolidó candidaturas. El senador Daniel Martínez (Partido Socialista), con experiencia de gestión y buena imagen de ésa, hace años que viene trabajando de manera más o menos discreta su candidatura (la IMM será el paso previo a una postulación presidencial, la renovación del FA), con un equipo armado y un proyecto de administración que si bien no es del agrado de toda la fuerza política, al menos no es rechazado radicalmente.
Las resistencias dentro de su propio partido han sido superadas de forma casi graciosa. Primero los sectores radicales le impusieron la competencia de la senadora Lucía Topolansky (núcleo duro y conservador a ultranza), pero a estos les salió al paso el pronunciamiento de Casa Grande (Constanza Moreira) en apoyo a Daniel Martínez y luego la propuesta de la ultra izquierda con Virginia Cardozo, una candidata insignificante pero que será útil para restarle votos a Topolansky. Si los comicios fueran hoy, todos los vientos soplan a favor de Daniel Martínez para consagrarlo Intendente de Montevideo.
Y entonces vuelvo a la primera parte de este análisis: ¿Por qué nos fue mal en las últimas elecciones? “Nos fue mal porque nuestros líderes no estuvieron junto a la gente excepto durante la campaña electoral” Y nos volverá a ir mal en la departamental capitalina por haber destruido lo poco cimentado en tres años de esfuerzo de un candidato que mucho trabajó y después fue desplazado.
El Partido Nacional perdió contacto con la gente a nivel de calle, y debe recuperarlo. Hay mucha gente joven y voluntariosa en las filas partidarias que está en condiciones de salir a conquistar las mentes y corazones. Solo cabe hacerles lugar y dejarlos hacer, entre otras cosas para evitar que los gane la frustración de percibir que no se los deja crecer. Los dirigentes más veteranos deben pasar menos tiempo es sus cómodos sillones de la Cámaras y dedicar más horas a recorrer la ciudad. Así recuperaremos Montevideo en las elecciones departamentales de 2020.
Entretanto, los Blancos de a pié tenemos que ir en masa a votar en mayo, para llenar de Ediles el legislativo municipal de la Capital y con ellos trabajar hacia el futuro.
Francisco Valiñas
29 de enero de 2015