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martes, 14 de marzo de 2017

CIERRE DE COOPERATIVA DE LECHE DE MELO (COLEME) “EN EL MANTO DE UNA NEBULOSA TAN IRRESPONSABLE COMO CÓMPLICE” Escribe Mario Camilo Burgos





Es difícil aceptarlo, pero sucedió. Somos una sociedad de insensibles; hemos perdido la identidad; nada asusta más que el compromiso; vamos vegetando, arrastrando nuestra pobre humanidad sin pensar, y abandonando cualquier vestigio de dignidad. Las cosas suceden, en especial aquellas que son consecuencia de decisiones humanas, sin que nos preocupemos siquiera de pedir explicaciones. Ya está. Cada quien encontrará "los culpables" según su identificación político partidaria o de clase social, y....ya está. Ubicado "el culpable" ya se terminó el problema.
Se murió COLEME. Se quebró. Se fundió. Y bueno....es un problema ajeno. Parece que a nadie le importa en este pueblito de carnaval, criollas, fútbol y ciclismo, informarse y debatir sobre las causas que llevaron a esta situación; que se pudo o debió hacer para impedirlo; si existió voluntad para evitar la quiebra, y cuáles van a ser las consecuencias sociales y económicas para el pueblo. Nos conformamos con las vagas explicaciones de una asamblea realizada bien lejos, un par de frases hechas y los rostros de preocupación de un montón de trabajadores.
Para los que no son de Melo, para los más jóvenes, quiero contarles algo de esta historia. Transportarnos por un momento a este mismo pueblo pero en otro tiempo.
La "COOPERATIVA DE LECHERÍA DE MELO" (COLEME) se fundó allá por 1935. Fue la primera usina pasterizadora de leche del país. Con forma cooperativa, es anterior en el tiempo a "CONAPROLE".
Y fue una empresa pujante. Naturalmente que no puedo describir el paisaje de sus comienzos, el tiempo de los "pioneros", pero si remontarme a los de mi niñez y juventud.
El inconfundible sonido de las botellas de vidrio de litro, con tapas de cartón, que se repartían "a domicilio", en un tiempo en el carro y luego con otros medios; pero se la dejaban "en casa". Naturalmente, "COLEME" no sólo pasterizaba leche; también producía manteca y quesos (el "Dambo" y "Holandita"); y -por supuesto- el dulce de leche. Recuerdo cuando íbamos con papá (que también era cooperativista y remitente de leche) hasta el puesto de venta ubicado al frente de la vieja planta industrial; allí, sobre el piso de adoquines en la manzana de la "Escuela Industrial", a comprar unos estupendos cucuruchos de dulce de leche.....
En frente por la calle Treinta y Tres estaba el "Almacén" de COLEME, en el que los cooperativistas podían adquirir a precios ventajosos y a crédito (pagaban sus compras con las liquidaciones de la leche que remitían), ropas, comestibles, herramientas e insumos. Era una cooperativa que aprovechaba en todas sus posibilidades las herramientas para el trabajo y crecimiento común que le otorgaba el tipo societario.
Pero este paisaje de gente trabajando en esfuerzo común y solidario, se completaba con otro, que se divisaba en cualquier camino de Cerro Largo. Era muy común encontrarse al recorrerlos, de mañana o en la tardecita, con 4, 8 o 10 tarros en los que se entregaba la leche de los pequeños productores, o que se devolvían por la empresa, ya lavados al vapor, para ser utilizados en la próxima entrega. Detrás de cada montoncito de tarros, había una familia de pequeños productores tamberos, de esos que la luchaban con 6 o 10 vaquitas. Naturalmente, si multiplicamos esas 6 vaquitas por 70 pequeños tamberos, vamos a tener una idea de la cantidad, de la dimensión de la cuenca lechera, y del número de familias que obtenían su sustento de la lechería, en Cerro Largo.
Un poco más acá en el tiempo, en plena dictadura cívico militar, COLEME inauguró su nueva y moderna planta industrial en calle José Pedro Varela, certificación de la pujanza y solidez de la empresa y promesa de desarrollo para el departamento y su gente. Fue por entonces que COLEME fue la primera en distribuir la leche en bolsitas de polietileno, y a comenzar la fabricación de yogur.
¿Qué trajo la noche? ¿Por qué este proceso de culminación tan dolorosa? Con referencias a endeudamientos que nunca se terminaron de justificar, y a problemas financieros de "la empresa", se la transformó en una filial de CONAPROLE. Se dejó de fabricar yogur, dulce de leche, manteca. Los quesos que se fabricaban se remitían a la Central. Y sólo quedo la leche en bolsitas con el logo de lo que en su momento y durante mas de medio siglo, fue una empresa de punta en el rubro.
Naturalmente, también en el punto de mayor crecimiento "industrial" fueron desapareciendo los grupos de tarros; los pequeños tamberos se fueron rindiendo, entregando, y luego de luchar solos contra la indiferencia y el progreso "tecnológico", abandonaron la producción. Algunos se habrán enganchado como funcionarios municipales. Otros, los más vivos, seguramente se transformaron en "caudillos políticos". Y uno como "referente zonal" gana más plata y se complica menos.
Y en esa crónica de una muerte anunciada, finalmente cerró. Murió. Ni a mi ni a nadie me van a poder convencer que van a mantener una planta industrial y procesar y distribuir la leche para Cerro Largo con....DOCE funcionarios.
Sin embargo, lo que me entristece ante esta nueva ruina de una empresa emblemática e histórica, es la indiferencia. Nadie pregunta. Los "periodistas" del medio, tan propicios a engancharse en la "investigación" de cualquier chusmerío menor, no se animan a pedir explicaciones a los directivos de cuáles son las razones de la quiebra. Nadie pregunta nada. Nadie se inquieta por saber cuál fue el apoyo que la Intendencia Departamental, con sus "Departamentos Especializados" aportó para el mantenimiento en producción de COLEME. Nadie pide explicaciones a nadie. Solo hacemos correr rumores. Que el sueldo del gerente; que la presión del sindicato; que las deudas de los directivos..... Todo en el manto de una nebulosa tan irresponsable como cómplice.
Porque todo tiene que tener una causa, ¿verdad? Y la explicación nos las deben a todos. Porque fue el emblema de una sociedad muy diferente a esta en la que vivimos; la de nuestros padres, de los abuelos, y hasta la de nuestros sueños más jóvenes.
Y hoy quiero saber por lo menos por qué razón siguen CLALDY, CALCAR, e INLACSA. ´por ejemplo. Por qué INLACSA comienza mucho más acá en el tiempo en una zona de campos erosionados por el cultivo del trigo, y hoy es una poderosa empresa con una planta industrial de casi una hectárea, que sigue produciendo leche, manteca, quesos, dulce de leche y yogur. ¿Por qué estas pestes económicas sólo nos afectan a nosotros, y no a las empresas que en los mismos rubros trabajan en otros departamentos?
Hasta estoy pensando si no será una buena solución entregarles la administración de todas las empresas locales a los "Carnavaleros" de Melo, a algún Club de Fútbol o Ciclista, o a alguna sociedad nativista. Porque esos son los únicos empresarios exitosos en este pedacito de tierra.
Que tristeza!!!!