Julio Dornel, escritor, periodista
El 27 de septiembre de 1997, y cuando contaba 75 años de edad levantó su último embalaje para ganarle a la muerte por varios cuerpos y demostrarle que su espíritu deportivo continuaba más vigente que nunca. No podía perder, llevaba sobre sus espaldas varias vueltas ciclistas del Uruguay, Sudamericanos, Panamericanos y finalmente la consagración en Francia como Vice-Campeón Mundial de Persecución Individual.
Nadie podrá negar que el ciclismo ha representado siempre al deporte del sacrificio, de la voluntad y del amor propio que se necesita para superar las dificultades. Por ese motivo queremos evocar hoy a uno de los nombres más representativos del ciclismo uruguayo: Atilio Francois, El León de Carmelo”. Pocos deportistas sufren la soledad del ciclista, la angustia ante el abandono que por distintas razones se pueden dar en una competencia. Es fácil recordar el desempeño de aquellos “héroes del camino” que anualmente se largaban a la ruta con la intención de escribir sus nombres en la Vuelta Ciclista. En aquellas tardes iníciales de Radio Chuy (1971) fuimos conociendo al deportista y al hombre que había tenido que competir con una bicicleta “que pesaba tanto como nosotros, con platos inmensos y asientos tan cómodos como una butaca”. Eran los tiempos del ciclismo heroico donde se consagraban solamente los buenos, con etapas que se largaban de madrugada para pedalear durante más de 6 horas vadeando arroyos, y abriendo porteras por caminos intransitables, pero manteniendo siempre la intención afiebrada de querer llegar entre los primeros. Entre tantos héroes que se quedaron en el mejor recuerdo del país, evocamos hoy al León de Carmelo” que lució con orgullo la medalla de su modestia por los caminos también “intransitables de la vida”.
Su llegada a Chuy. A partir del año 1971 los principales acontecimientos registrados en la frontera y en el mundo encontraron un nuevo medio para hacerlos llegar a los hogares fronterizos. El 17 de octubre de ese año se había inaugurado C. V. 148 Radio CHUY, mediante el esfuerzo y el sacrificio de Atilio Francois, Ariel Piño y Ulises Lovezio que no siendo de Chuy ninguno de ellos nos dieron la oportunidad de contar con la primera emisora radial que tuvo nuestra ciudad. Durante cuarto siglo don Atilio acompañó la evolución de esta frontera, palpitando junto a sus problemas y recogiendo sus inquietudes para que las aspiraciones populares se transformaran en realidades.
Como deportista marcó una época en el ciclismo uruguayo donde cumplió un ciclo inigualado dentro y fuera de fronteras. Dominador de todas las rutas de América conquistó importantes triunfos en Chile, Argentina y Europa al margen de las Mil Millas Orientales y varias Vueltas del Uruguay. Para cerrar este modesto tributo queremos ofrecer algunos pasajes de un reportaje realizado en aquella oportunidad donde y donde podemos aquilatar que el HOMBRE fue más grande que el deportista: “queremos señalar que solamente a base de lucha, sacrificios, sufrimientos y mucha voluntad se puede llegar finalmente a un puesto de relevancia. Es necesario renunciar a muchas cosas para llegar en forma a una competencia deportiva. Por suerte perdí muchas competencias en mis comienzos, lo que me enseñó que aprendiendo a perder me permitía ir aprendiendo a ganar. Estas son algunas de las grandes cosas que me dejó el deporte y me gustaría que los jóvenes lo tuvieran en cuenta. Quienes practiquen cualquier actividad sin quererla, sin sufrirla, y sin amarla, difícilmente podrán llegar muy lejos. Los rivales los vamos encontrando en todas las etapas de la vida pero la felicidad consiste precisamente en saber vencerlas. Para triunfar en el deporte hay que querer mucho lo que se hace, hay que sentirlo hay que vibrarlo, hay que estar dispuesto al sacrificio.”
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viernes, 2 de diciembre de 2016
martes, 1 de septiembre de 2015
ATILIO FRANCOIS: “EL LEON DE CARMELO” Por Julio Dornel.
Atilio Francois
Escritor y periodista Julio Dornel
El 27 de septiembre de 1997, y cuando contaba 75 años de edad levantó su último embalaje para ganarle a la muerte por varios cuerpos y demostrarle que su espíritu deportivo seguiría más vigente que nunca. No podía perder, llevaba sobre sus espaldas varias vueltas ciclistas del Uruguay, Sudamericanos, Panamericanos y finalmente la consagración en Francia como Vice-Campeón Mundial de Persecución Individual.
Nadie podrá negar que el ciclismo ha representado siempre al deporte del sacrificio, de la voluntad y del amor propio que se necesita para superar las dificultades. Por ese motivo queremos evocar hoy a uno de los nombres más representativos del ciclismo uruguayo: Atilio Francois, El León de Carmelo”.
Pocos deportistas sufren la soledad del ciclista, la angustia ante el abandono que por distintas razones se pueden dar en una competencia. Es fácil recordar el desempeño de aquellos “héroes del camino” que anualmente se largaban a la ruta con la intención de escribir sus nombres en la Vuelta Ciclista. En aquellas tardes iníciales de Radio Chuy (1971) fuimos conociendo al deportista y al hombre que había tenido que competir con una bicicleta “que pesaba tanto como nosotros, con platos inmensos y asientos tan cómodos como una butaca”. Eran los tiempos del ciclismo heroico donde se consagraban solamente los buenos, con etapas que se largaban de madrugada para pedalear durante más de 6 horas vadeando arroyos, y abriendo porteras por caminos intransitables, pero manteniendo siempre la intención afiebrada de querer llegar entre los primeros. Entre tantos héroes que se quedaron en el mejor recuerdo del país, evocamos hoy al León de Carmelo” que lució con orgullo la medalla de su modestia por los caminos también “intransitables de la vida”.
Su llegada a Chuy
A partir del año 1971 los principales acontecimientos registrados en la frontera y en el mundo encontraron un nuevo medio para hacerlos llegar a los hogares fronterizos. El 17 de octubre de ese año se había inaugurado C. V. 148 Radio CHUY, mediante el esfuerzo y el sacrificio de Atilio Francois, Ariel Piño y Ulises Lovezio que no siendo de Chuy ninguno de ellos nos dieron la oportunidad de contar con la primera emisora radial que tuvo nuestra ciudad.
Durante cuarto siglo don Atilio acompañó la evolución de esta frontera, palpitando junto a sus problemas y recogiendo sus inquietudes para que las aspiraciones populares se transformaran en realidades.
Como deportista marcó una época en el ciclismo uruguayo donde cumplió un ciclo inigualado dentro y fuera de fronteras. Dominador de todas las rutas de América conquistó importantes triunfos en Chile, Argentina y Europa al margen de las Mil Millas Orientales y varias Vueltas del Uruguay. Para cerrar este modesto tributo queremos ofrecer algunos pasajes de un reportaje realizado en aquella oportunidad donde y donde podemos aquilatar que el HOMBRE fue más grande que el deportista: “queremos señalar que solamente a base de lucha, sacrificios, sufrimientos y mucha voluntad se puede llegar finalmente a un puesto de relevancia. Es necesario renunciar a muchas cosas para llegar en forma a una competencia deportiva. Por suerte perdí muchas competencias en mis comienzos, lo que me enseñó que aprendiendo a perder me permitía ir aprendiendo a ganar. Estas son algunas de las grandes cosas que me dejó el deporte y me gustaría que los jóvenes lo tuvieran en cuenta. Quienes practiquen cualquier actividad sin quererla, sin sufrirla, y sin amarla, difícilmente podrán llegar muy lejos. Los rivales los vamos encontrando en todas las etapas de la vida pero la felicidad consiste precisamente en saber vencerlas. Para triunfar en el deporte hay que querer mucho lo que se hace, hay que sentirlo hay que vibrarlo, hay que estar dispuesto al sacrificio.”
Escritor y periodista Julio Dornel
El 27 de septiembre de 1997, y cuando contaba 75 años de edad levantó su último embalaje para ganarle a la muerte por varios cuerpos y demostrarle que su espíritu deportivo seguiría más vigente que nunca. No podía perder, llevaba sobre sus espaldas varias vueltas ciclistas del Uruguay, Sudamericanos, Panamericanos y finalmente la consagración en Francia como Vice-Campeón Mundial de Persecución Individual.
Nadie podrá negar que el ciclismo ha representado siempre al deporte del sacrificio, de la voluntad y del amor propio que se necesita para superar las dificultades. Por ese motivo queremos evocar hoy a uno de los nombres más representativos del ciclismo uruguayo: Atilio Francois, El León de Carmelo”.
Pocos deportistas sufren la soledad del ciclista, la angustia ante el abandono que por distintas razones se pueden dar en una competencia. Es fácil recordar el desempeño de aquellos “héroes del camino” que anualmente se largaban a la ruta con la intención de escribir sus nombres en la Vuelta Ciclista. En aquellas tardes iníciales de Radio Chuy (1971) fuimos conociendo al deportista y al hombre que había tenido que competir con una bicicleta “que pesaba tanto como nosotros, con platos inmensos y asientos tan cómodos como una butaca”. Eran los tiempos del ciclismo heroico donde se consagraban solamente los buenos, con etapas que se largaban de madrugada para pedalear durante más de 6 horas vadeando arroyos, y abriendo porteras por caminos intransitables, pero manteniendo siempre la intención afiebrada de querer llegar entre los primeros. Entre tantos héroes que se quedaron en el mejor recuerdo del país, evocamos hoy al León de Carmelo” que lució con orgullo la medalla de su modestia por los caminos también “intransitables de la vida”.
Su llegada a Chuy
A partir del año 1971 los principales acontecimientos registrados en la frontera y en el mundo encontraron un nuevo medio para hacerlos llegar a los hogares fronterizos. El 17 de octubre de ese año se había inaugurado C. V. 148 Radio CHUY, mediante el esfuerzo y el sacrificio de Atilio Francois, Ariel Piño y Ulises Lovezio que no siendo de Chuy ninguno de ellos nos dieron la oportunidad de contar con la primera emisora radial que tuvo nuestra ciudad.
Durante cuarto siglo don Atilio acompañó la evolución de esta frontera, palpitando junto a sus problemas y recogiendo sus inquietudes para que las aspiraciones populares se transformaran en realidades.
Como deportista marcó una época en el ciclismo uruguayo donde cumplió un ciclo inigualado dentro y fuera de fronteras. Dominador de todas las rutas de América conquistó importantes triunfos en Chile, Argentina y Europa al margen de las Mil Millas Orientales y varias Vueltas del Uruguay. Para cerrar este modesto tributo queremos ofrecer algunos pasajes de un reportaje realizado en aquella oportunidad donde y donde podemos aquilatar que el HOMBRE fue más grande que el deportista: “queremos señalar que solamente a base de lucha, sacrificios, sufrimientos y mucha voluntad se puede llegar finalmente a un puesto de relevancia. Es necesario renunciar a muchas cosas para llegar en forma a una competencia deportiva. Por suerte perdí muchas competencias en mis comienzos, lo que me enseñó que aprendiendo a perder me permitía ir aprendiendo a ganar. Estas son algunas de las grandes cosas que me dejó el deporte y me gustaría que los jóvenes lo tuvieran en cuenta. Quienes practiquen cualquier actividad sin quererla, sin sufrirla, y sin amarla, difícilmente podrán llegar muy lejos. Los rivales los vamos encontrando en todas las etapas de la vida pero la felicidad consiste precisamente en saber vencerlas. Para triunfar en el deporte hay que querer mucho lo que se hace, hay que sentirlo hay que vibrarlo, hay que estar dispuesto al sacrificio.”
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