En las próximas
semanas el Parlamento habrá de renovar el Consejo Directivo
de la Institución
Nacional de DDHH y Defensoría del Pueblo. Creada por la Ley
18 446 de diciembre
de 2008, es una unidad dependiente del Parlamento pero
autónoma con el
cometido específico de defender y promover los DDHH. En
estos días
finalizan su mandato los primeros directivos que la misma ha tenido.
Dejan una
institución funcionando y establecida. Salvo hechos puntuales que
han merecido reparos
formulados por escrito, como corresponde, por parte de
Crysol, el balance
es ampliamente favorable y positivo.
La libertad, la
justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento
de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la
familia humana, como reza el Preámbulo de la Declaración
Universal de los
DDHH. La plena vigencia e implementación de las normas ya
establecidas y
aprobadas es un salto sustancial en la calidad de vida de la
ciudadanía. La
creación de la INDDHH ha sido un elemento importante, más
allá de los logros
y/o fracasos, del mejoramiento de la calidad de vida de la
institucionalidad
democrática.Dados algunos comentarios que han aparecido en la prensa
en las últimas
semanas y que
desnudan una muy escasa cultura en el plano de la normativa
en este plano, es
necesario reiterar, una y otra vez, que las normas de DDHH
han sido aprobadas
para proteger a los ciudadanos de los abusos que suelen
cometer los Estados
y sus funcionarios. Es el sentido básico y esencial de
dichas normas:
proteger a los ciudadanos de los agentes estatales, de milico y
de paisano. Las
acciones de los privados, individuales o colectivos, se rigen por
las leyes generales
de los diferentes códigos. Esas acciones son un ámbito
exclusivo de la
justicia.
La INDDHH es una
gran herramienta de la democracia para afirmar las normas
destinadas a
dignificar la vida de todas las personas. Es un instrumento
fundamental y
decisivo para aquellos ciudadanos más vulnerables, más
desprotegidos, que
no tienen acceso a la propia organización, a conocer,
reclamar y demandar
derechos.
La integración del
próximo Consejo Directivo no es, por lo mismo, un tema
menor para quienes
apostamos a fortalecer la institucionalidad democrática del
país para seguir
avanzando. Sus futuros integrantes deben tener un sólido y
efectivo
conocimiento y compromiso, indubitable, con las normas de DDHH, en
lo declarativo y
también en cuanto al compromiso de vida. La dictadura cívico
militar y su
terrible legado sobrevuela a la hora de promover, apoyar y
examinar
candidaturas. No hay justificaciones ni explicaciones para las graves
violaciones a los
DDHH. Quienes las aplican para el pasado reciente pueden
reiterarlas para el
presente y el futuro. Y ser un peligro si integran el órgano
de conducción de la
institución que tiene que defenderlos.
Vivimos en
democracia y existe plena libertad de conciencia y de expresión.
Quienes hasta el día
de hoy, a pesar de las múltiples evidencias en contrario
cultivan la “teoría
de los dos demonios” para explicar el proceso uruguayo,
están en su
legítimo derecho, sin importar su sexo, adhesión político-
partidaria,
trayectoria académica o religiosa. La dictadura cívico militar fue
una
verdadera tragedia
para el país. La “teoría de los dos demonios” es la excusa
de los golpistas
para disminuir las culpas por lo ocurrido. En Uruguay hubo un
solo demonio
desatado: el terrorismo de Estado.
Continuidad y
desequilibrio de género femenino
Tal como lo
recomienda la propia ley sería recomendable que existiera
continuidad entre el
Consejo directivo saliente y el nuevo para que no haya
que recomenzar de
cero. La experiencia acumulada es importante. El
Parlamento debe
tener muy presente este criterio al igual que lo reclamado por
decenas de
organizaciones sociales: sería sumamente positivo mantener el
actual desequilibrio
de género, es decir que haya mayoría femenina,nuevamente, en el
próximo Consejo Directivo. Esta integración le hizo bien al
anterior Consejo
Directivo y demostró que un organismo con mayoría de
integrantes mujeres
puede funcionar perfectamente, aunque aún haya
resistencias en el
Parlamento para aceptarlo.
Son insumos básicos
a tener en cuenta, junto con la necesidad de seleccionar
integrantes que
pongan de manifiesto su disposición a trabajar efectivamente,
de manera
comprometida, por la causa de los más desvalidos, demostrando
independencia de
criterio y disposición a hacer frente a las potenciales
presiones que puedan
ser recibidas, tanto desde el poder como de los medios
de comunicación.
El desconocimiento y
el menosprecio de los derechos humanos han originado
actos de barbarie
ultrajantes para la conciencia de la humanidad. Con el
propósito de
contribuir activamente al fortalecimiento de la Institución Nacional
de DDHH y Defensoría
del Pueblo, Crysol presentó formalmente cuatro
candidatos para el
proceso eleccionario de nuevas autoridades. Tres de los
candidatos son
mujeres. Queremos Verdad, Justicia, Memoria y Reparación
para el pasado
reciente como lo establece la Resolución 60/147 de las
Naciones Unidas,
para que los hechos no vuelvan a reiterarse. Estamos
comprometidos con el
fortalecimiento de la institucionalidad democrática, con
el presente y el
futuro. Y con los más vulnerables. Por eso más y mejor
INDDHH.
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Opinando N° 9 –
Año 6 – Miércoles 12 julio de 2017
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