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miércoles, 7 de diciembre de 2016
¿FIN DE LA ERA FRENTE AMPLIO? Nuevo escenario de la opinión pública según mediciones y análisis de consultoras
(Uypress)
El Frente Amplio está posicionado muy por debajo de sus mediciones de hace cinco años. Los partidos opositores no logran captar a su electorado crítico. Si hoy fueran la elecciones nacionales el FA mide un 33%, y los partidos tradicionales un 39%. Faltan tres años.
Clic en este enlace
Nuevo escenario de la opinión pública según mediciones y análisis de consultoras -- uy.press / Agencia uruguaya de noticias
martes, 14 de octubre de 2014
Interconsult: Lacalle Pou crece y ganaría un balotaje frente a Vázquez
Según la última encuesta el candidato del Partido Nacional creció y superó en intención de voto al contrincante frenteamplista.
El País
La encuestadora Interconsult informó que las
elecciones del próximo 26 de octubre derivarán en un balotaje el 30 de
noviembre entre el Partido Nacional y el Frente Amplio del cual saldrá
victorioso el blanco Luis Lacalle Pou.
"En la encuesta del mes de setiembre decíamos que el escenario de balotaje sería fuertemente competitivo y que mientras (Tabaré) Vázquez se encontraba 'estancado' en el 47%, Lacalle Pou venía creciendo ininterrumpidamente aunque ya no en forma tan acelerada" y alcanzaba un 46% lo que daría un "empate técnico".
Sin embargo, el relevamiento de octubre dio un resultado diferente. "Hoy finalmente Lacalle Pou alcanza a Vázquez e incluso lo supera por un punto porcentual, ante lo cual el leve favoritismo se vuelca hacia el candidato de los partidos fundacionales", sostuvo Interconsult en su informe. Lacalle Pou obtendría el 47% mientras que Vázquez el 46%.
La explicación a esto, según la encuestadora, es que crece la intención de votos de los blancos y colorados más que la del Frente Amplio así como los votantes del Partido Colorado dispuestos a votar por Lacalle Pou si este estuviera en la segunda vuelta.
"En esta encuesta vemos que el voto hacia Vázquez se compone en casi un 100% del voto frentista de octubre, más de la mitad de los votos del PI y un 50% de los votos de otros partidos menores o voto en blanco, más un pequeño porcentaje (0,4%) de votos colorados. Por su parte, Lacalle Pou se nutre de casi todos los votos blancos más el 88% del voto colorado, la tercera parte de los votos al PI y 30% de los votos a partidos menores y en blanco", agregó Interconsult que sostuvo, además que casi la mitad de los indecisos se volcarán por Lacalle Pou y un 10% por Vázquez.
"En la encuesta del mes de setiembre decíamos que el escenario de balotaje sería fuertemente competitivo y que mientras (Tabaré) Vázquez se encontraba 'estancado' en el 47%, Lacalle Pou venía creciendo ininterrumpidamente aunque ya no en forma tan acelerada" y alcanzaba un 46% lo que daría un "empate técnico".
Sin embargo, el relevamiento de octubre dio un resultado diferente. "Hoy finalmente Lacalle Pou alcanza a Vázquez e incluso lo supera por un punto porcentual, ante lo cual el leve favoritismo se vuelca hacia el candidato de los partidos fundacionales", sostuvo Interconsult en su informe. Lacalle Pou obtendría el 47% mientras que Vázquez el 46%.
La explicación a esto, según la encuestadora, es que crece la intención de votos de los blancos y colorados más que la del Frente Amplio así como los votantes del Partido Colorado dispuestos a votar por Lacalle Pou si este estuviera en la segunda vuelta.
"En esta encuesta vemos que el voto hacia Vázquez se compone en casi un 100% del voto frentista de octubre, más de la mitad de los votos del PI y un 50% de los votos de otros partidos menores o voto en blanco, más un pequeño porcentaje (0,4%) de votos colorados. Por su parte, Lacalle Pou se nutre de casi todos los votos blancos más el 88% del voto colorado, la tercera parte de los votos al PI y 30% de los votos a partidos menores y en blanco", agregó Interconsult que sostuvo, además que casi la mitad de los indecisos se volcarán por Lacalle Pou y un 10% por Vázquez.
jueves, 21 de agosto de 2014
Cifra: el FA cae dos puntos y queda con 41%, blancos con 32% y colorados con 15%
Hay 7% de indecisos
La República
El
Frente Amplio obtendría el 41% de los votos si las elecciones fueran
ahora, mientras que el Partido Nacional lograría el 32%, según la última
encuesta de la consultora Cifra. El Partido Independiente obtiene 4% y
Unidad Popular 1%.
El director de
Cifra, Luis Eduardo González, dijo ayer en Telemundo, que con este
panorama, muy difícil de cambiar para octubre, Tabaré Vázquez ganaría
las elecciones, sin mayorías parlamentarias, y debería ir a un balotaje,
con Luis Lacalle Pou, “de resultado incierto”.La encuesta reveló una caída de dos puntos del Frente Amplio entre julio y agosto, y un aumento también de dos puntos para el candidato del Partido Nacional. El Partido Colorado cayó un punto, de 16 a 15%, mientras que el Partido Independiente se mantuvo en 4%.
El porcentaje de indecisos o que no sabe o no contesta quedó en 7%, mientras que Unidad Popular recogió 1%.
El Frente Amplio cerró el 2013 con una intención de voto del 44%, según Cifra, y desde entonces ha venido reduciendo ese porcentaje hasta el 41% de agosto, mientras que el Partido Nacional tenía un 25% a fines del año pasado, y llegó al 32% en junio, cayó a 30 en julio y volvió al 32% en agosto. El Partido Colorado se mantiene en la misma intención de voto que a fines de 2013, en 15%.
Los indecisos o que no saben o no contestan cayeron de 14% a fines del 2013 a 7% en agosto de este año. Mientras que el Partido Independiente duplicó su caudal en el mismo período, de 2 a 4%.
González consideró que la modificación de julio a agosto no es significante, pero sí lo es en la tendencia de los últimos meses. “El panorama parece cada vez más complicado para el partido de gobierno, con esta tendencia”, aseveró González.
De todas maneras dijo que es difícil que el FA sea superado en estos dos meses, pero que “no es realista” plantearse ganar en primera vuelta ni tener mayoría parlamentaria.
El director de Cifra atribuyó estos cambios a la figura de Lacalle Pou que apareció en el escenario político electoral como algo nuevo, como lo fue Tabaré Vázquez en 2004, Pedro Bordaberry en las elecciones pasadas, o el propio presidente José Mujica en 2009.
“Todo eso se condensa en la figura de Lacalle, eso descoloca a todo el mundo”, subrayó. “Fue el motor que hizo cambiar la elección”, añadió.
“En problemas”
González dijo que el FA venía con problemas desde antes de las elecciones internas y que eso se profundizó desde el primero de julio. Aseveró que si el FA no logra dar marcha atrás este proceso o frenarlo, “está en problemas”.
domingo, 17 de agosto de 2014
EL EQUIVOCADO ENCARE DE LA CAMPAÑA ELECTORAL DEL FRENTE AMPLIO. Escribe Washington Abdala
El Frente Amplio no sale de su asombro ante el descalabro que está viviendo. No termina de entender que le cambiaron el escenario
y en ese nuevo contexto no se sabe adaptar. Es que todo venía muy
previsible según el mapa original. Pero en política nunca nada es
demasiado previsible. Un individuo de 40 años que no estaba en el menú
los viene enloqueciendo y no saben como enfrentarlo. A su vez, Lacalle
Pou no les da motivo para el castigo severo: no los ofende ni los
confronta de forma grotesca. Eso genera un formato en que el partido de
gobierno queda enloquecido y no sabe como reaccionar. Es que el Frente
Amplio necesita un adversario funcional a su manera de encarar la
política que golpee y que devuelva los golpes con potencia. Cuando no lo
tiene, no sabe lo que hacer. La izquierda está grogui y si Lacalle Pou
sigue sin encolerizarlos los seguirá atormentando aún mucho más y las
adjetivaciones hirientes del Frente Amplio quedarán cada día más como
expresiones fuera de lugar y negativas. (Dicho en lo que
importa:seguirán restando votos.)
Lo primero que el Frente Amplio debiera hacer es aceptar que está en otro lugar del sistema político. Creerse ganador cuando en los hechos estás a horas de verte hundido es una tontería. Entender que hay desgaste real es un dato objetivo. El desgaste no viene porque hayas hecho una mala gestión, no, no ha sido un descalabro por cierto. El desgaste viene porque hay problemas en algunos tópicos: seguridad, educación y olor a corrupción en diversas áreas. Y el desgaste viene porque luego de 10 años de ver a los mismos protagonistas vivir en la soberbia, andar en auto oficial, posar de personajes y creerse Mandrake, la gente se cansa un poquito y pide alternancia. Por allí viene la cosa. No le des más vueltas.
No siempre los partidos captan esa dimensión, creen que el nivel de erosión que poseen es connatural al ejercicio del poder y de esa forma se autoengañan de lo evidente y son permisivos consigo mismos. Creen que no pasa nada con algún compañero con una bala en una pierna. En verdad no hay ejercicio de gobierno que no desgaste y hay protagonistas que sufren eso de manera cruda: saberlo es vital porque el electorado tiene cansancio y fatigas con diversos protagonistas.
Lo que cabe entonces hacer, si quiere recuperar oxígeno, es retirar de escena a algunos personajes. Es un tema delicado pero no hay opción. No pueden verbalizar el relato del futuro, gentes que la ciudadanía no quiere ver más. A su vez, hay protagonistas del pasado que no conviene mostrar: ya están sentenciados por los recuerdos que producen en el imaginario colectivo. No todos, hay gente que puede emerger del pasado porque no tienen desgaste (el ex ministro García es un buen ejemplo), pero casos connotados y polémicos, no conviene mostrar. No le sobra aire el partido de gobierno como para andar teniendo polémicas por fulano o mengano. Esto lo saben todos pero no se animan a hacerlo.
Agrego,además, los voceros de una campaña deben ser pocos: si todos hablan es un histeriqueo loco que parece un conventillo y no la conquista del poder de una nación. No es serio lo que le pasa al partido de gobierno. Día a día salen por todos lados varios protagonistas a hablar y no pocos tienen micro contenciosos entre ellos (Agassi-Valenti) ayer,pero todos los días hay chisporroteos. Eso aniquila un mensaje que tiene que ser sólido. Si gana el internismo mediocre, el elector huye despavorido.
Lo segundo es entender que no siempre “pegando” y jugando al “maniqueísmo” infantil de asustar con que “se viene el cuco de la derecha mala” se va a lograr algo. (Esa estupidez la usaban al revés en el pasado los partidos tradicionales y fue un invento que llenó de votos a la izquierda). Nadie cree ya más en eso, la gente ni sabe lo que es la derecha en un país donde nadie se acepta en ese vector. Menos aún cuando el candidato más fuerte de esa (supuesta) derecha tiene 40 años, fue legislador modernoso, tiene cabeza abierta (hasta reconocer que fumó marihuana), encares varios que de derecha no tienen nada (es papá por esa forma de ver el mundo y pedirle a la ciencia una mano en esa movida: ¿querés algo más fuerte que eso?) y hasta se dió el lujo de descontracturar la campaña con la semiótica de una pirueta con forma bandera juguetona en un fierro. (Error de los politológos al creer que esto era negativo, fue y es buenísmo que un candidato pueda tomarse esa libertad. Explico para los que no entienden: la “bandera gimnasta” es a Luis Lacalle lo que las “puteadas” a Pepe.Son activos de personalidad (elementos de identidad que rotulan que no estamos ante un baba fría) que aunque sean discutibles marcan firmeza y libertad. Es tan sencillo entenderlo que solo gente muy dogmática, que cree que sus modelos de vida son los únicos válidos no terminan por entender esto.)
Lo tercero es cambiar el rumbo de una campaña comunicacional que viene lúgubre, obvia y con una estética antigua. Es tan mala como las malas que encaraban los partidos históricos creyendo que como ganaban por inercia eso no era relevante. (Miren y oigan el rap de Lacalle, es un cañón dirigido al cerebro de varios electorados. El que hizo eso y el que lo planificó sabe bien (o intuye perfecto) a los públicos a los que se está dirigiendo.)
Lo cuarto es tomar riesgos. El Frente Amplio no toma riesgos de ningún tenor y eso vale si estás ganando la campaña electoral pero si te empiezan a dar una paliza -en el electorado del medio- es que algo estás haciendo mal. Muy mal. Ver los actos de Tabaré en los medios masivos, lo que dice en algunos lados y ver luego la edición por las noches en los canales de televisión es penoso y causa verguenza. Si los canales "suben" esos mensajes es culpa del comando de campaña oficialista al no proveer material de fuste, que mueva el relato hacia otro lado más interesante que capte la atención obligatoriamente. Y si lo "suben premeditadamente" los propios responsables de la campaña es casi un acto de suicidio asistido. Algo raro pasa allí. No veo mucha cabeza, me perdonarán, pero es notorio esto. (Hasta tomas televisivas aparecen con poquita gente cuando están discutiendo la caída en las encuestas: ¿alguien piensa un poquito estas cosas?)
Lo quinto es tener la capacidad de detener la campaña, enfriarla y no dejarse enloquecer por las giras y los mil compromisos que se asumen como si se estuviera en una correcaminata en la rambla. Solo pensando movidas nuevas, potentes podés recuperar aire. Pero tenés que tomar riesgos, ya no los podés evitar. Esto quiere decir, quizás debatir con los que no querés debatir, quizás polemizar entre el candidato y algún asunto del gobierno (para mostrar personalidad), quizás recurrir a temas laterales pero con capacidad de viralizarse. Yo miro la campaña de Tabaré y huele todo impostado. Es un candidato rígido, que vive contragolpeando, que no se suelta, que ya no tamborilea ni chichonea. Es una campaña antigua, vieja, obvia.Compró tanto su rol de presidente que está encerrado en ese lugar y eso lo está asfixiando. Me temo además, que como pasa siempre, hay asesores que ven estas cosas pero nadie le dice de frente nada por miedo, sumisión o alcahuetería. Y yo no estoy avivando a nadie como me escribe alguno, solo estoy apelando a mejorar la calidad de la política. Creo que siempre es mejor porque nos obliga a todos a ser mejores. Cuanto mejor son los actores políticos, mejor tienen que ser quienes los desafíen.
Cuando Sanguinetti en el año 94 venía con problemas de estancamiento, y los nacionalistas junto al Frente Amplio empezaban a recuperar terreno, si una miraba la tendencia del comportamiento del electorado se advertía un problema enorme para el partido colorado en un mes y medio antes del cierre de campaña. Se cambió la agencia de publicidad, se apretó la movilización en los sectores donde había que segmentar de manera nítida (y no otros), y se asumió un debate ríspido con Vazquez para desde esa plataforma hablarle al electorado más moderado (nacionalista) y capturar adhesiones en ese lugar. Vazquez fue funcional a un objetivo externo. No importaba el debate con Vazquez, era solo el motivo para hablarle al otro espacio (partido nacional) que si permitía recuperar votos. Esas tres acciones,más otras pequeñas decisiones iban en la línea de lo que hubo que hacer para salvar y ganar la elección. Recuerdo reuniones con Pancho Vernazza donde reorientó la estética del candidato en la televisión (generosidad del entrañable Hugo Batalla que liberó a esa agencia que la absorbió la candidatura y la perdió la lista 99) y donde logró producir la imagen de “fuerza tranquila” que habíamos estado buscando y se hacía esquiva.Nada es casual en una victoria electoral. Cuenta hasta la servilleta de papel que comprás y la ausencia de hielos en la heladera. Hoy en el Frente Amplio uno tiene la sensación de que hay amateurismo, que mandan muchos y que el candidato está desorientado y confuso.
En política se puede ganar o perder, es la ley del juego pero lo hermoso de esta actividad es que el día que te va mal, te puedas acostar con la conciencia en paz que igual hiciste todo lo que estuvo a tu alcance para salir airoso. Luego, si perdes, mala suerte, hiciste todo lo que entendías que podías hacer. Ese es el asunto. Hoy el Frente Amplio está haciendo bastante mal todo.
Lo primero que el Frente Amplio debiera hacer es aceptar que está en otro lugar del sistema político. Creerse ganador cuando en los hechos estás a horas de verte hundido es una tontería. Entender que hay desgaste real es un dato objetivo. El desgaste no viene porque hayas hecho una mala gestión, no, no ha sido un descalabro por cierto. El desgaste viene porque hay problemas en algunos tópicos: seguridad, educación y olor a corrupción en diversas áreas. Y el desgaste viene porque luego de 10 años de ver a los mismos protagonistas vivir en la soberbia, andar en auto oficial, posar de personajes y creerse Mandrake, la gente se cansa un poquito y pide alternancia. Por allí viene la cosa. No le des más vueltas.
No siempre los partidos captan esa dimensión, creen que el nivel de erosión que poseen es connatural al ejercicio del poder y de esa forma se autoengañan de lo evidente y son permisivos consigo mismos. Creen que no pasa nada con algún compañero con una bala en una pierna. En verdad no hay ejercicio de gobierno que no desgaste y hay protagonistas que sufren eso de manera cruda: saberlo es vital porque el electorado tiene cansancio y fatigas con diversos protagonistas.
Lo que cabe entonces hacer, si quiere recuperar oxígeno, es retirar de escena a algunos personajes. Es un tema delicado pero no hay opción. No pueden verbalizar el relato del futuro, gentes que la ciudadanía no quiere ver más. A su vez, hay protagonistas del pasado que no conviene mostrar: ya están sentenciados por los recuerdos que producen en el imaginario colectivo. No todos, hay gente que puede emerger del pasado porque no tienen desgaste (el ex ministro García es un buen ejemplo), pero casos connotados y polémicos, no conviene mostrar. No le sobra aire el partido de gobierno como para andar teniendo polémicas por fulano o mengano. Esto lo saben todos pero no se animan a hacerlo.
Agrego,además, los voceros de una campaña deben ser pocos: si todos hablan es un histeriqueo loco que parece un conventillo y no la conquista del poder de una nación. No es serio lo que le pasa al partido de gobierno. Día a día salen por todos lados varios protagonistas a hablar y no pocos tienen micro contenciosos entre ellos (Agassi-Valenti) ayer,pero todos los días hay chisporroteos. Eso aniquila un mensaje que tiene que ser sólido. Si gana el internismo mediocre, el elector huye despavorido.
Lo segundo es entender que no siempre “pegando” y jugando al “maniqueísmo” infantil de asustar con que “se viene el cuco de la derecha mala” se va a lograr algo. (Esa estupidez la usaban al revés en el pasado los partidos tradicionales y fue un invento que llenó de votos a la izquierda). Nadie cree ya más en eso, la gente ni sabe lo que es la derecha en un país donde nadie se acepta en ese vector. Menos aún cuando el candidato más fuerte de esa (supuesta) derecha tiene 40 años, fue legislador modernoso, tiene cabeza abierta (hasta reconocer que fumó marihuana), encares varios que de derecha no tienen nada (es papá por esa forma de ver el mundo y pedirle a la ciencia una mano en esa movida: ¿querés algo más fuerte que eso?) y hasta se dió el lujo de descontracturar la campaña con la semiótica de una pirueta con forma bandera juguetona en un fierro. (Error de los politológos al creer que esto era negativo, fue y es buenísmo que un candidato pueda tomarse esa libertad. Explico para los que no entienden: la “bandera gimnasta” es a Luis Lacalle lo que las “puteadas” a Pepe.Son activos de personalidad (elementos de identidad que rotulan que no estamos ante un baba fría) que aunque sean discutibles marcan firmeza y libertad. Es tan sencillo entenderlo que solo gente muy dogmática, que cree que sus modelos de vida son los únicos válidos no terminan por entender esto.)
Lo tercero es cambiar el rumbo de una campaña comunicacional que viene lúgubre, obvia y con una estética antigua. Es tan mala como las malas que encaraban los partidos históricos creyendo que como ganaban por inercia eso no era relevante. (Miren y oigan el rap de Lacalle, es un cañón dirigido al cerebro de varios electorados. El que hizo eso y el que lo planificó sabe bien (o intuye perfecto) a los públicos a los que se está dirigiendo.)
Lo cuarto es tomar riesgos. El Frente Amplio no toma riesgos de ningún tenor y eso vale si estás ganando la campaña electoral pero si te empiezan a dar una paliza -en el electorado del medio- es que algo estás haciendo mal. Muy mal. Ver los actos de Tabaré en los medios masivos, lo que dice en algunos lados y ver luego la edición por las noches en los canales de televisión es penoso y causa verguenza. Si los canales "suben" esos mensajes es culpa del comando de campaña oficialista al no proveer material de fuste, que mueva el relato hacia otro lado más interesante que capte la atención obligatoriamente. Y si lo "suben premeditadamente" los propios responsables de la campaña es casi un acto de suicidio asistido. Algo raro pasa allí. No veo mucha cabeza, me perdonarán, pero es notorio esto. (Hasta tomas televisivas aparecen con poquita gente cuando están discutiendo la caída en las encuestas: ¿alguien piensa un poquito estas cosas?)
Lo quinto es tener la capacidad de detener la campaña, enfriarla y no dejarse enloquecer por las giras y los mil compromisos que se asumen como si se estuviera en una correcaminata en la rambla. Solo pensando movidas nuevas, potentes podés recuperar aire. Pero tenés que tomar riesgos, ya no los podés evitar. Esto quiere decir, quizás debatir con los que no querés debatir, quizás polemizar entre el candidato y algún asunto del gobierno (para mostrar personalidad), quizás recurrir a temas laterales pero con capacidad de viralizarse. Yo miro la campaña de Tabaré y huele todo impostado. Es un candidato rígido, que vive contragolpeando, que no se suelta, que ya no tamborilea ni chichonea. Es una campaña antigua, vieja, obvia.Compró tanto su rol de presidente que está encerrado en ese lugar y eso lo está asfixiando. Me temo además, que como pasa siempre, hay asesores que ven estas cosas pero nadie le dice de frente nada por miedo, sumisión o alcahuetería. Y yo no estoy avivando a nadie como me escribe alguno, solo estoy apelando a mejorar la calidad de la política. Creo que siempre es mejor porque nos obliga a todos a ser mejores. Cuanto mejor son los actores políticos, mejor tienen que ser quienes los desafíen.
Cuando Sanguinetti en el año 94 venía con problemas de estancamiento, y los nacionalistas junto al Frente Amplio empezaban a recuperar terreno, si una miraba la tendencia del comportamiento del electorado se advertía un problema enorme para el partido colorado en un mes y medio antes del cierre de campaña. Se cambió la agencia de publicidad, se apretó la movilización en los sectores donde había que segmentar de manera nítida (y no otros), y se asumió un debate ríspido con Vazquez para desde esa plataforma hablarle al electorado más moderado (nacionalista) y capturar adhesiones en ese lugar. Vazquez fue funcional a un objetivo externo. No importaba el debate con Vazquez, era solo el motivo para hablarle al otro espacio (partido nacional) que si permitía recuperar votos. Esas tres acciones,más otras pequeñas decisiones iban en la línea de lo que hubo que hacer para salvar y ganar la elección. Recuerdo reuniones con Pancho Vernazza donde reorientó la estética del candidato en la televisión (generosidad del entrañable Hugo Batalla que liberó a esa agencia que la absorbió la candidatura y la perdió la lista 99) y donde logró producir la imagen de “fuerza tranquila” que habíamos estado buscando y se hacía esquiva.Nada es casual en una victoria electoral. Cuenta hasta la servilleta de papel que comprás y la ausencia de hielos en la heladera. Hoy en el Frente Amplio uno tiene la sensación de que hay amateurismo, que mandan muchos y que el candidato está desorientado y confuso.
En política se puede ganar o perder, es la ley del juego pero lo hermoso de esta actividad es que el día que te va mal, te puedas acostar con la conciencia en paz que igual hiciste todo lo que estuvo a tu alcance para salir airoso. Luego, si perdes, mala suerte, hiciste todo lo que entendías que podías hacer. Ese es el asunto. Hoy el Frente Amplio está haciendo bastante mal todo.
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