El día que estoy
escribiendo estas líneas, martes 31, se está cerrando una nueva
edición de la Feria Internacional de Turismo, que año tras año se
lleva a cabo en Buenos Aires, congregando a una inmensa cantidad de
público, expositores, delegaciones, periodistas y autoridades.
Es que se trata de la
Feria más importante en su rubro en toda Latinoamérica, y una de
las mayores del mundo. Para comprender su importancia, bien vale la
pena repasar algunas cifras: en los 4 días se hacen presentes más
de 1.500 expositores de 45 países distintos, alojados en las
instalaciones de la Rural de Palermo, en una superficie cubierta de
–aproximadamente- 35.000 metros cuadrados. De los cuatro días, los
dos primeros son para el público en general, días en los que
alrededor de 100.000 personas pasan por la Feria esos. Los dos días
siguientes es de actividades exclusivas para profesionales del sector
turístico, que van a hacer contactos y rondas de negocios.
La Feria se divide en
tres sectores bien diferenciados, donde se ubican los diversos
stands. El primer sector es el destinado a mostrar Argentina. Están
presentes las 23 Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
cada una con su propuesta, intentando resaltar su identidad local
mediante espectáculos musicales, presentaciones artísticas, puestas
en escena del propio stand, y cata de diferentes comidas y bebidas.
El segundo sector es el
destinado al “Caribe”. En esta zona se ubican tanto países del
área caribeña (Bahamas, República Dominicana, Costa Rica, Panamá,
etc) como agencias de turismo y hoteles.
El tercer sector es el
“Internacional”, donde se ubican los stands de otros países
(todos los sudamericanos, los europeos presentes y algunos asiáticos
y de Oceanía) y agencias de viaje que trabajan con esos destinos,
además de institutos terciarios de turismo.
La apertura de la Feria
se realizó el sábado al mediodía, alrededor de las 14:00 en un
evento de afluencia masiva, y protocolizado hasta el hartazgo. Del
mismo, vale la pena recordar algunos de los aspectos del discurso del
Ministro de Turismo argentino, Gustavo Santos, que en un discurso que
alternadamente fue emotivo, político, diplomático, entretenido y
reiterativo, resaltó ciertos aspectos de la riqueza que genera el
Turismo en Argentina. Uno de sus mayores énfasis estuvo puesto en
resaltar que en un contexto de recesión económica hasta hace unos
meses, el Turismo sin embargo ha tenido un crecimiento sostenido
durante 13 meses, y se espera que siga esa tendencia. Felicitó y
reconoció a empresarios y gremios por su “madurez” y haber
mantenido puestos de trabajo en medio de la crisis, en un sector que
emplea a unas 270.000 personas del extremo norte al sur, y desde el
Atlántico hasta los Andes. A continuación habló de nuevas
inversiones que se han concretado o están por concretarse en
hotelería, de créditos y subsidios al sector, y –muy
especialmente- hizo mención a “la revolución de los aviones”:
se trata que en los próximos años se estarán habilitando/creando
600 nuevas rutas aéreas que generará unos 7.000 nuevos puestos de
trabajo (directo e indirecto) y demandará una inversión en el
entorno de los 7.000 millones de dólares para garantizar su
operatividad. A modo de ejemplo comentó que en mayo de 2018
comenzará a volar Air Canada con una ruta directa entre Toronto y
Buenos Aires.
Hay que comentar que el
panel de autoridades que realizó la apertura parecía una “feria
de toros”. Entre los nueve miembros sentados en la mesa de
apertura, de diversas organizaciones vinculadas al Turismo, no había
una sola mujer.
Una vez cumplido el
aspecto protocolar se dio inicio a la Feria en sí mismo y a la
locura del fin de semana con la masiva afluencia de público…
público que haría parecer organizada a una turba, en su ansiedad
por ver las propuestas, llegar a hacerse con los regalos en los
diversos stands, y –sobre todo- por abalanzarse en estampida sobre
todo lo que sea cata de comidas y bebidas. Lo mismo da que se trate
de probar ceviche y pisco en los stands de Perú y Chile, cabrito a
las brasas en el Córdoba, o comer galletas de arroz con sake en el
de Japón y degustar bacalao seco en salmuera en el de Tierra de
Fuego.
El stand de Uruguay,
situado en el sector Internacional, estaba bien ubicado y era de los
más grandes. Resultaba bien espacioso. Presentes en el mismo, además
del MINTUR, estaban en forma individual los departamentos con mayor
desarrollo turístico, incluido Rocha (Colonia, Maldonado, Canelones
y Montevideo eran los otros) y en forma conjunta los que se han
asociado regionalmente para desarrollar el turismo: los del Litoral
(Soriano, Río Negro, Salto y Paysandú) y los del Centro. La
propuesta general lucía austera, sobria, correcta, tal y como la
mayoría de los argentinos nos visualizan. Menos llamativa y
estridente que los cercanos Chile y –sobre todo- Brasil. Cada
departamento y región tuvo su chance de hacer su presentación y
tener su momento de lucimiento en la propuesta del local.
No me corresponde
realizar una evaluación acerca del stand de Rocha. Sí puedo decir
que la propuesta me pareció adecuada en el marco general de la
propuesta “país” y que fuimos uno de los destinos más
consultados, junto a Montevideo, Maldonado y Colonia. Particularmente
efectiva por lo sencilla y la cantidad de público que atrajo, fue el
juego de una pequeña ruleta, que al ser girada podía dar en suerte
diversas preguntas acerca del Destino Rocha y premios variados. Por
supuesto, también estuvo el sabor local con una degustación de
productos derivados del butiá; y fue muy interesante la presentación
que el día lunes a media tarde brindaron Ana Claudia Caram –la
Directora de Turismo- y Jorge Simeone –Presidente de la Corporación
Rochense de Turismo- sobre “Deporte y Aventuras en espacios
naturales de Rocha”, un nuevo tipo de turismo que se está
impulsando con fuerza desde hace un tiempo, promoviendo estilos de
vida más saludables, en los maravillosos entornos y diversidad
natural que nuestro departamento posee, y que genera gran movimiento
de público para dichas actividades. Se notó planificación en la
materia, incluso con la presentación de un calendario de actividades
deportivas a llevarse a cabo de noviembre a marzo.