Su sobrecogedora versión de 'With a little help from my friends' en el mítico festival de Woodstock encumbraron a este británico de voz única
Esteban Linés
Barcelona
Joe Cocker era un cantante británico, pero para muchos aficionados fue antes que nada como una aparición fuera del guión previsto en la película Woodstock. Aquella legendaria cinta era un brillante documento para mayor gloria de las ondas sonoras y sociales que se estaban aposentando en algunos círculos de los Estados Unidos de finales de los sesenta.
De pronto apareció en pantalla un tipo blanco, con un aspecto diríase que casi pendenciero, que se movía compulsivamente pero que cantaba como un volcán. Tenía entre manos el beatleniano With a little help from my friends, y le daba un baño de negritud y de sangre realmente sobrecogedor. Sofocante. Le siguieron en su currículo otras inauditas, gloriosas, canciones que en su garganta adquirían otra dimensión: Unchain my heart, You are so beautiful o You can leave your hat on, esta última universalmente conocida por servir de música al striptease de Kim Bassinger en la película Nueve semanas y media.
Sensualidad, agresividad, crudeza, música palpitante. Fallecido el sábado a los setenta años y con una carrera discográfica activa, su periodo de esplendor y de impacto masivo era ya un recuerdo en el pasado, lo que no fue óbice para que su entereza profesional continuase hasta el final.
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