OPINIÓN
Tengo 64 años y he
visto mucho. He visto gente que vino “a cambiar la manera de hacer
política " y en lo esencial mantuvo la vieja política del
acomodo. He visto también gente que sufrió las consecuencias de la
dictadura con cárcel, tortura, exilio,inseguridad laboral , angustia
de décadas y sigue pasando muy mal.¿Por qué? Porque no se unieron a
las nuevas orientaciones, muchas de las cuales consideran que nada
tienen que ver con los principios por los que lucharon y hoy sienten
que muchas veces han sido abandonados, para decirlo suavemente.
Hay familias con
secuelas físicas y psicológicas muy severas que nada pidieron y
nada piden para si. Lo que solicitan es que alguien estudie, por
ejemplo. el curriculum de nietos que hicieron una carrera y están
sin trabajo. No piden un carguito como no lo pidieron para ellos.
Piden que gente que ocupa cargos de poder tire lazos, información,
vínculos en el sector privado o donde sea, en el país o en el
extranjero (¿otro exilio? ) para que sus nietos puedan tener la vida
digna que ellos y sus hijos no han tenido.
Sé de casos en que
la respuesta es la no respuesta, el silencio, el ninguneo que duele
más todavía porque viene de antiguos compañeros. Sé de casos
concretos que piden esa mínima mano. Lo reitero por si no quedó
claro: no piden ni cargos ni acomodos.
Sé que callarse la
boca y mirar para otro lado evita rispideces y enojos, pero sé
también que genera complicidades. Como hombre libre con
credenciales morales decido a decir esto.
Puedo traer
testimonios de alguna “leyenda de la lucha popular " que avale
todo lo que aquí estoy afirmando.
Rocha, 21 de febrero
de 2016