Nuestra civilización
terminará desintegrándose si no comenzamos a darles más
importancia a los hijos y a fortalecer los lazos familiares. El
doctor Harold Voth de la famosa Fundación Menninger formuló lo
siguiente: “Creo honestamente que la civilización, tal como la
conocemos, está bajo la amenaza de las fuerzas que en la actualidad
corroen la vida familiar. La familia americana se está deteriorando
debido al estrés social y económico, y el niño de hoy está
creciendo en un estado de enajenación, frustración y aburrimiento”.
Otro sociólogo predijo una reacción en cadena que tendría un
resultado devastador sobre nuestra cultura: “A menos que se cambie
la corriente, los niños que se formen hoy tendrán dificultad en
estructurar sus propias familias – y el problema habrá de
perpetuarse”. Luego siguió diciendo que, todos los peligros que
amenazan a la sociedad en el día de hoy (la crisis energética, el
desempleo, la contaminación ambiental, el estado) ninguno de ellos
llega a ser tan agudo como la crisis de la familia. “Destruyamos la
estructura interna de la familia y tendremos la ruina de nuestra
civilización”. Esta pesimista evaluación del estado de cosas, no
deja de tener relación con las últimas estadísticas de divorcios.
Los expertos nos dicen que para cada divorcio oficial, hay al menos
un “divorcio del pobre”, vale decir, cuando un hombre o mujer que
no puede afrontar los gastos de abogados, sencillamente abandona a su
familia y sus responsabilidades sociales se olvidan de un factor muy
importante. El casamiento es esencial a la sociedad. Síntomas del
colapso moral Es interesante comparar las condiciones de nuestro
propio país con aquellas que prevalecían en Grecia y Roma, poco
antes de su decadencia. Son trágicamente similares:
1. Alejamiento de
las prácticas de normas, principios y valores.
2. Obsesión por
satisfacer la necesidad de diversión.
3. Una espiral
inflacionaria que hacía prácticamente imposible que la pareja
recién iniciada pudiera comprar una casa.
4. Infidelidad
sexual generalizada,.
5. Una exigencia
constante de un régimen democrático.
6. Disminución de
la tasa de nacimientos al punto que la población no llega a
reponerse.
OCHO CAUSAS QUE EXPLICAN LA QUIEBRA DE LA FAMILIA
1 A nuestros jóvenes
se les enseña cualquier cosa desde la evolución hasta brujería, a
expensas de los contribuyentes, mientras que solo lo que sea moral,
sano y correcto, o contribuya a mantener los valores de rectitud, cae
en el ridículo. Como muchos educadores están convencidos que el
hombre no es más que un animal, están obsesionados con la idea de
lograr que viva como tal. En consecuencia, el amor libre, libertad en
el uso de drogas, rebelión contra la sociedad, o cualquier otra cosa
dañina para la mente humana, con frecuencia se aboga o se presenta
como conducta aceptable. En la actualidad las escuelas públicas
están moral, social y educacionalmente en quiebra. Las
universidades liberales producen los periodistas, escritores,
expertos en comunicación y todos los que tienen que ver con los
medios de propagación – televisión, radio, diarios y revistas.
¿Es de extrañarse que el medio ambiente bombardea nuestros hogares
con la misma filosofía pervertida que trabaja subversivamente en
nuestros jóvenes en el colegio? La sociedad, con su mentalidad “viva
naturalmente como un animal”, no tardará en destruirse y nosotros
estamos en vías de ser esa clase de sociedad. Una alarmante
ilustración que demuestra que los medios de comunicación están más
interesados en destruir las mentalidades de la gente que en obtener
lucro se hizo patente hace poco. Aquellos que no están firmemente
formados con normas, principios y valores morales, suelen dejarse
arrastrar fácilmente por el estándar secular de entretenimientos en
detrimento de ellos mismo y del país.
2. Inmoralidad y
promiscuidad No hay nada que destruya más a la familia y al hogar,
que la infidelidad. La obsesión con el sexo a través de la
propaganda, la educación, el cine, y otros medios, exalta a tal
punto la infidelidad, que ésta está aumentando rápidamente según
los últimos informes.
3. Legalismo de la
pornografía, el aborto, el consumo de mariguana y el libertinaje
Desde que el gobierno de hecho legalizó lo antedicho, en nombre de
“la libertad de prensa y de palabra”, ésta solía entregarse
envuelta en un sobre marrón, hasta que en la actualidad, resulta un
gran negocio exponer Playboy, Playgirl y las otras publicaciones con
nido sexualmente excitante. Semejante material no hace sino basadas
en principios y valores.
El profesionalismo
en la mujer ya ha hecho que muchas mujeres enfrentaran el conflicto
entre ser leales a su carrera o a su vocación de madres. La ciencia
ha hecho posible que la mujer pueda evitar la concepción o postergar
la llegada de los hijos por tanto tiempo, que luego se hace
físicamente peligroso tenerlos. Como dice Toffler:
“Estamos a punto
de matar la mística de la maternidad”. Esta generación
presenciará el desfile de mujeres frustradas de cincuenta a sesenta
años. Centenares de ellas se están engañando a sí mismas y
defraudando a sus esposos de la bendición más importante en la vida
– la familia. Otras razones que inciden en la crisis del hogar son
la movilidad, la tecnología y el pecado. El remedio para el colapso
de la familia:
1. Reconocer la
necesidad de crecimiento espiritual.
2. Establecer un
sistema educacional basado en los valores y principios morales.
3. Los padres deben
tomar la iniciativa en la formación de su familia basadas en
principios y valores. estimular la mente “continuamente al mal”.
La tasa de crímenes, incluyendo violaciones y ataques homosexuales
aumenta en proporción directa con el incremento de corrupción
mental producida por la pornografía. Y la droga.
4. La participación
de mujeres en las fuerzas de trabajo Desde la primera guerra mundial,
la participación de mujeres casadas en las fuerzas de trabajo ha
aumentado. Esto provoca una tentación fuera de lo común para ambos
sexos. Es muy común que una pareja destine más horas de trabajo por
semana a una estrecha relación con el esposo o la esposa de algún
otro, que con su propio cónyuge. Y para muchos, por supuesto, esto
constituye una tentación difícil de resistir.
5. Divorcios fáciles
El matrimonio moderno “descartable” – como lo denomina Alvin
Toffler – hace que el divorcio resulte fácil. Desde que la
gobierno legalizó en algunos lugares, el divorcio “sin culpa”,
para el que solo hace falta de un periodo de 6 meses de espera, las
rupturas matrimoniales han aumentado en forma alarmante. Un juez que
paso la mayor parte de su vida al frente de casos de divorcio,
advirtió que “la mayoría de la gente se apresura demasiado a
demandar un juicio de divorcio. Es mi opinión que por lo menos un
tercio de todos los divorcios que he concedido, se podrían haber
evitado si la pareja hubiera buscado el consejo de otra persona en
vez de venir al juez”.
6. La filosofía
permisiva de la generación actual Los conceptos sin normas,
principios y valores para la crianza de los niños sostenida por el
Doctor Spock y sus seguidores – que anuncio que una actitud
permisiva estimulaba la creatividad, al permitirle al niño el
derecho de expresarse – ha demostrado ser un rotundo fracaso. Han
producido toda una generación de adultos egoístas, desconsiderados,
indisciplinados, demasiados inmaduros para casarse, pero que lo hacen
igual. Rechazan a sus hijos, abusan de ellos o los abandonan, y
cuando la cosa se pone fea se van. El Doctor Spock admitió su error
en 1974, proponiendo que los padres volvieran a castigar o
disciplinar a sus hijos, pero ya fue tarde en relación a muchos de
los actuales padres indisciplinados que produjo aquel error. Es más
probable que ellos habrán de producir una cosecha de adultos más
emocionalmente marcados y sedientos de afecto que ellos mismos.
7. El hombre
urbanizado Por todas partes del mundo, la gente emigra más y más
hacia las ciudades. De algún modo el hombre termina creyendo que
habrá de hacer su fortuna en la gran ciudad siguiente – así que
deja su tierra natal, o su base, sus parientes, sus amigos, y empieza
todo un nuevo estilo de vida. Esto produce un tipo de familia de
arraigo mínimo, con ausencia de normas morales establecidas. Además,
los lanza a un medio ambiente extraño, sin contar con ninguno de los
principios básicos necesarios para guiarlos. La vida en la gran
ciudad puede ser más emocionante al comienzo, pero no es, por cierto
necesariamente mejor. El hombre termina perdiendo contacto con la
naturaleza y con aquellos entre quienes nació, y que por lo tanto
son más semejantes a él.
8. La moral de la
mujer liberada En nombre de la igualdad de derechos para la mujer, un
nuevo estilo de vida se está introduciendo en el dominio de la
familia, uno que está debilitando el papel del padre en el hogar, a
expensas del matrimonio y de la familia. Los hogares dominados por
mujeres son cada vez más numerosos, haciendo más complicadas las
tragedias de los matrimoniales y del hogar.
Creo que e sido
demasiado duro en este escrito pero es la realidad, NO CREAN QUE SOY
MACHISTA O ANTI FEMINISTA pero no es así, hay que conocerme para
opinar sobre este tema.-
CARLOS E. LA BANCA
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