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viernes, 24 de octubre de 2014

EL “YOYO” TIENE SU CALLE. RECONOCIMIENTO AL PROF. JORGE CALVETE. Por Julio Dornel.

                                                 Escritor y periodista Julio Dornel


El Municipio fronterizo ha concretado en las últimas horas una sentida aspiración popular, designando con el nombre de “JORGE CALVETE” una de las calles principales de nuestra ciudad. Bastaría reproducir las palabras pronunciadas por un ex alumno en el homenaje que se realizara en el Club Social el 23 de junio de 1987, al cumplirse un nuevo aniversario de su muerte: “YOYO”: El amigo, el profesor, el hermano. “YOYO” en la pintura, en los libros, en el cine, en el arte. “YOYO” en las charlas, el enigma, en el idioma francés. También “YOYO” para las magnitudes que nadie supo entender. Había nacido en Santa Vitoria do Palmar el 8 de febrero de 1930, y murió en México, cuando dirigía el Instituto Latinoamericano de la Comunicación el 23 de junio de 1982. Vivió poco pero intensamente, dejando en su currículum muchas credenciales que lo ubican entre los hijos más destacados de nuestra ciudad. Manifestó siempre una asombrosa capacidad para encontrar los caminos de la comprensión entre los jóvenes, haciéndoles ver que eran mucho mejor de lo que ellos creían. Auténtico autodidacta, debió sortear muchos obstáculos para ir escalando posiciones en el difícil camino del arte y la enseñanza. Cuando niño recibió las primeras enseñanzas de las maestras Delicia Ramis y Dada Calvete, observándose una actitud casi “agresiva” hacia la lectura con un entusiasmo poco común entre sus compañeros de clase. En el último reportaje que le realizáramos a su regreso de Francia en el año 1971, nos destacaba que durante sus años de adolescente siempre estaba en conflicto con el mundo y su realidad. Fue siempre un trabajador de las letras y del arte, un verdadero creador que pasó por la vida interpretando todos los papeles, otorgando fundamental importancia a la escena dramática. Dirigió teatro en muchas ciudades de nuestro país, con una dosis muy alta de dedicación y sacrificio, pero fundamentalmente con una gran vocación. Chuy no tenía por aquellos años la posibilidad de ver teatro y fue el Prof. Calvete quien con su entusiasmo característico de los 20 años fue entablando contacto con grupos juveniles que hacían sus primeras armas en el teatro popular. En el año 1957 representó a Rotary Club en la reunión anual realizada en la capital departamental, pronunciando un memorable discurso sobre el comportamiento del rotario fuera de la institución. En una parte del mismo señalaba que era fundamental tener en cuenta la conducta del rotario fuera de la reunión semanal. El rotario no puede permanecer insensible ante los problemas del prójimo con quien convive a diario: un niño sin escuela, un enfermo sin asistencia o un hombre sin amigos. Educador moderno y atento a los cambios que iba experimentando la enseñanza, disfrutó del reconocimiento mundial por una carrera que comenzó en la secretaría del liceo de Chuy, junto al “Gallego” Manolo Iglesias y el Dr. Eladio Aristimuño, y culminó en México como director del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa. Por lo expuesto consideramos un acierto del Municipio fronterizo, el hecho de haber recogido esta sentida aspiración popular, poniendo su nombre a una calle de nuestra ciudad.