La inquietud de un lector nos lleva a dedicar este espacio a nuestra centenaria avenida Internacional, como se denominó siempre a esta línea divisoria.
Se nos pone en apuros al interrogarnos sobre sus orígenes y solamente atinamos a señalar que siempre existió, porque este enclave fronterizo y la fijación de límites determinó que este trecho o línea imaginaria fuera una Avenida Internacional. Figuró siempre en los primeros planos y mapas de nuestra geografía departamental, hasta convertirse en un punto de referencia local antes de iniciarse la nomenclatura actual. Calle principal de tierra y arena que nos separa o nos une al coloso brasileño. Ha servido siempre para cimentar la histórica amistad existente entre uruguayos y brasileños.
La geografía fronteriza nos presenta esta línea imaginaria que lejos de separarnos ha servido para unir más a las dos poblaciones con un fuerte sentimiento de concordia y entendimiento.
Al margen de los tratados que han revelado siempre una clara disposición de mantener una efectiva integración, ha existido un sentimiento cordial en el trato diario entre los vecinos de ambos municipios.
Las autoridades y los habitantes de la frontera se han encargado de incrementar una vinculación fraterna y respetuosa por encima de la línea divisoria. Muchos hombres y mujeres del siglo 20 han quedado en la mejor historia de esta ciudad como un marco de referencia, por haber sido fieles a sus principios y por haber contribuido con su esfuerzo al desarrollo zonal en épocas muy difíciles para ambos países. Pese a lo mucho que se ha escrito sobre los límites de nuestro país con el imperio brasileño, resulta muy difícil definir los trazos y líneas que marcan nuestro territorio. Por lo general se considera que el problema más importante en relación a este punto es precisar de la mejor manera la línea imaginaria de esta división.
Una historia de ocupaciones, acuerdos diplomáticos y uso de las armas son algunos de los factores que han marcado la conquista territorial del este uruguayo y por supuesto de esta frontera. Para nuestros vecinos del Estado de Río Grande las cosas comenzaron antes del descubrimiento de Brasil, cuando en 1494 España y Portugal se deciden a firmar el Tratado de Tordesillas. Vinieron luego otros acuerdos diplomáticos que pusieron fin al Tratado de Alfonsa en 1701, al de París en 1737, al de Madrid en 1750, El Pardo en 1761 y el de San Ildefonso que firmado el 1º de octubre de 1777, puso fin a las disputas entre España y Portugal, fundamentalmente en lo relacionado con la Colonia del Sacramento.
De todas maneras las fronteras continuaron oscilando entre ambos países y la demarcación correspondiente se fue demorando. Sin embargo la ocupación de la Banda Oriental, por parte de las fuerzas luso-brasileñas determinó la fijación de algunos límites de la siguiente manera; por el Este el océano Atlántico, por el Sur el río de la Plata, por el Oeste el Río Uruguay y por el Norte el Río Quaraí hasta la cuchilla Tacuarembó Grande, siguiendo hasta Yaguarón, Laguna Merín, San Miguel, una línea divisoria, y el arroyo Chuy hasta su desembocadura en el atlántico. Es acá donde comienza la verdadera historia de nuestra Avenida Internacional, que ha servido siempre para cimentar las buenas relaciones entre ambos países.
“Frontera Chuy: un paseo obligado”
Muchas y variadas cosas se pueden decir de esta joven, pujante y dinámica frontera. Si comenzamos por su ubicación geográfica debemos señalar que se encuentra al norte del departamento de Rocha y en el punto más meridional de Brasil, conocido como 33º 45´09 de latitud Sur.
Esta situación da sin embargo para la polémica; ¿es el límite donde comienza o donde termina el territorio uruguayo?
Esta frontera fue además el escenario elegido por nuestros hombres del pasado, para escribir memorables páginas de nuestra historia patria.
Tierra de promisión, soplada por vientos de largos inviernos, pero también de extraordinarias temporadas estivales junto al atlántico. Dos pueblos hermanos separados o quizás muy unidos por esta línea divisoria han trabajado denodadamente para mejorar su perfil ciudadano y ofrecerle al turista mejores condiciones. Si bien es cierto que estamos muy lejos del mundo industrial, competitivo y veloz, que desconcierta y modifica todas las rutinas, esta frontera ha recibido generosamente a los hijos de otras tierras para adoptarlos definitivamente.
Junto al pueblo un pequeño arroyo que todavía no sabemos, al igual que la avenida Internacional si nos separa o nos une cada día más al coloso brasileño. Una historia breve y una existencia que difícilmente encuentre paralelos entre las fronteras del mundo. El mismo nombre para ambas poblaciones, (Chuy-Chuí) una postergada avenida para recordarnos las cláusulas de un tratado que pocos conocen pero que todos respetan. Tierra de todos, frontera sin dueños y una mezcla de idiomas donde el español y el portugués son apenas los primeros adelantados en este mosaico bilingüe que nos ofrece hoy este enclave fronterizo. Mástiles y banderas al viento para conmemorar en forma simultánea las máximas festividades de ambos países. Pueblo y autoridades que se unen para los festejos y el trabajo, en una elocuente demostración de integración popular. Chuy-Chuí; comercios, arroyo, frontera, playas atlánticas, reliquias del pasado y excelentes rutas para incentivar la corriente de viajeros que nos visitan anualmente. Intercambio de gentilezas para la nominación de las avenidas; Uruguay para la brasileña y Brasil para la uruguaya. El Club Social, principal centro de la sociedad fronteriza, con directivas conjuntas en varias oportunidades, recibiendo a sus asociados para festejar aniversarios, casamientos y actividades culturales de los centros de enseñanza. Reinas uruguayas y brasileñas se van alternando en los tradicionales bailes de primavera y carnaval.
Nada escapa al dominio comunitario que ejercen las autoridades diplomáticas, civiles, policiales, brigadas norteñas y funcionarios de la Dirección Nacional de Aduanas que en mutua colaboración mantienen el orden y vigilan el intercambio de mercaderías entre ambos países. Finalizamos la nota con los versos del poeta José María Rondan (funcionario aduanero) ganador del Primer premio de poesía de la 5ta. Feria Nacional del Libro Año 1965
Contrabandista
Jacinto Jesús González
Contrabandista de ley
Se pierde por San Miguel
Con tres cargueros
Baguales
Por serranías y sauzales
Desde Chuy
Hasta Mariscala
Va presintiendo la bala
Que le apagará el destino
En un punto del camino
Entre Chuy
Y la Mariscala...