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domingo, 8 de febrero de 2015

Según exgerente de Petrobras, se desviaron U$S 430 millones para Rousseff y su partido

BRASIL


Las autoridades estiman que el esquema de corrupción podría haber movido U$S 4.000 millones en una década



El esquema de corrupción que operaba en el seno de Petrobras desvió U$S 431 millones de los contratos más importantes de la estatal brasileña para el gobernante Partido de los Trabajadores y directivos de la petrolera, según la contabilidad de un exgerente publicada por Folha de Sao Paulo.
De acuerdo con los meticulosos registros de Pedro Barusco, exgerente de ingeniería de Petrobras que colabora con la justicia a cambio de beneficios penales, un 1,3% de los 89 mayores contratos firmados por Petrobras entre mayo de 2004 y febrero de 2011 se cobraron en concepto de sobornos.
Aquellos contratos movieron casi U$S 35.000 millones al cambio actual, de los que U$S 431 fueron desviados.
El mayor beneficiado habría sido el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) con 164 millones de dólares, mientras que el resto se repartió entre el exdirector de Abastecimiento Paulo Roberto Costa, el de Servicios, Renato Duque, y el propio Barusco, quien se comprometió con la justicia a devolver casi 100 millones de dólares.
Once meses después del inicio la Operación Lava Jato (Lavado Rápido) de la policía federal, 39 personas están detenidas, la mayoría altos ejecutivos de empresas constructoras, involucradas en un esquema de sobornos a jerarcas de Petrobras e intermediarios a cambio de contratos.
Las autoridades estiman que el esquema de corrupción podría haber movido 4.000 millones de dólares en una década. 
La prensa brasileña había informado el jueves de parte de la declaración a la justicia del exgerente, que derivó en la detención durante unas horas del tesorero del PT, Joao Vaccari Neto, para declarar ante la policía. 
Barusco acusó al partido de la presidenta Dilma Rousseff de haber recibido entre U$S 150 y U$S 200 millones entre 2003 y 2013 a través de los 90 mayores contratos de la petrolera, y aseguró que Vaccari había tenido "participación" en ese desvío.
Tanto el PT como uno de sus fundadores, el expresidente Luiz Inacio Lula Da Silva, desmintieron enérgicamente que el partido que gobierna en Brasil hace más de 12 años haya recibido cualquier tipo de donación ilegal y mostraron su "indignación" por la detención de Vaccari.
Afectada por el enorme escándalo de corrupción que afecta a la mayor empresa pública de Brasil, la popularidad de la presidenta Rousseff cayó 19 puntos entre diciembre y enero, en la que es su peor evaluación desde que llegó al poder en 2011, según la encuesta publicada este sábado por Datafolha.
En medio de una gran tensión política, esta semana renunció la presidenta de Petrobras, Graça Foster, sustituida por un banquero cercano a Rousseff y sin experiencia en petróleo.
Las consecuencias en UruguayLa contratista principal de la planta regasificadora, la brasileña OAS, es acusada de formar parte de la trama de  corrupción de Petrobras. OAS tiene a su cargo la ejecución de la obra civil de la planta que incluye una escollera de 1,5 km y  dos muelles para el amarre de la unidad regasificadora y el atraque de los barcos que transportan gas.
La actual situación financiera de la compañía obliga a Gas Sayago a renegociar las garantías de su contrato para la construcción de parte de la regasificadora.  Según informó The Financial Times, el pasado mes OAS no pudo pagar dos vencimientos de intereses de bonos por US$ 16 y US$ 37 millones, ingresando así en default. Según informó el  diario Jornal do Brasil, OAS informó que “debido a las dificultades de acceso al mercado de crédito, está en conversaciones con algunos de sus principales acreedores con el fin de permitir una reestructura financiera organizada”.
La empresa, según el diario brasileño, dijo tener los fondos para hacer el pago, pero que decidió no realizarlo. La justificación, según un comunicado oficial, fue para “preservar su liquidez y la continuidad de las operaciones”. El diario brasileño consignó que “la situación de OAS no es positiva en muchos aspectos”. En enero, la agencia Fitch rebajó la calificación de la compañía a C, uno de los más bajos posibles. Poco después, la misma medida la tomaron Standard & Poor’s y Moody’s.