La tradicional lista 71 venció prejucios y se encolumnó detrás del líder
Leonardo Pereyra @LeoPereyra5
El Observador
Cuando Luis Lacalle Pou se quedó con la candidatura del sector que durante años lideró su padre, el expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera, buena parte de la ortodoxia herrerista se puso en guardia. Muchas de las propuestas renovadoras del joven dirigente, y particularmente su estilo, no encajaban con los tradicionales postulados y los modales del grupo conservador que fundó Luis Alberto de Herrera. Y esa desconfianza se mantuvo hasta bien entrado el ciclo electoral que terminó en el balotaje del 30 de noviembre.
Pues bien, esas aprensiones se terminaron. Y el Hipódromo de Maroñas fue el lugar elegido por el Herrerismo para -con la excusa de una fiesta de despedida del año- reconocer a Lacalle Pou como el líder indiscutido de esa ala del Partido Nacional.
La bendición política le fue dada en presencia de la plana mayor de la lista 71 a la que Lacalle Herrera siempre consideró el “buque insignia” de sus postulados ideológicos.
La mano firme de Lacalle Herrera fue la primera con la que se encontraron los militantes y dirigentes que ayer entraron al palco oficial del hipódromo con la intención de participar de una fiesta con despliegue de pantallas gigantes en medio de la pista y generosas partidas de bocaditos y bebidas debajo de la tribuna desde donde habitualmente se le grita a los caballos.
En esta ocasión los vivas fueron para los integrantes de la plana mayor de la 71 que hablaron desde un estrado en el que la mayor de las atenciones se la llevaron los Lacalle.
Aunque Lacalle padre no habló, sus “¡muy bien!”, sus “¡apoyado!”, y sus aprobaciones con un solo movimiento de cabeza no pasaron desapercibidos.
Y el presidente de la lista 71, el senador Gustavo Penadés, fue tajante y exacto en cuanto al respaldo del grupo al liderazgo actual y futuro de Lacalle Pou. “Estamos orgullosos de la tarea que ha desarrollado y vamos a seguir estando con él. Faltan 59 meses y 27 días para que festejemos el triunfo del Partido Nacional”, dijo en referencia al tiempo que falta para las elecciones de 2019. Por si fuera necesario, Penadés dijo sentirse “profundamente representado por la buena onda y el nuevo estilo” del candidato blanco. Y eso que Penadés fue uno de los dirigentes herreristas que quedó relegado de los principales lugares de la lista al Senado que armó Lacalle Pou y que, mayormente, priorizó a los aliados que no pertenecen al tronco herrerista.
Una de las personas más aplaudidas de la noche fue la diputada electa Gloria Rodríguez, una mujer negra de Malvín Norte que entrará al Parlamento gracias a la militancia activa y a la ley de cuota femenina. En tanto, el diputado Gustavo Borsari consideró que el Partido Nacional perdió la elección del 30 de noviembre “pero ganó el futuro” porque logró “cambiar el paradigma del populismo por el de la positiva”. Su colega Jaime Trobo, otro de los dirigentes históricos del Herrerismo -es reelecto en la Cámara desde 1989- dijo que los blancos han elegido a Lacalle Pou “para que los lleve al triunfo”.
Finalmente, el líder blanco tomó el micrófono y les dio a elegir a los concurrentes el tipo de discurso que querían escuchar esa noche.“Tengo uno breve y contudente, otro un poco más largo y emotivo, y un tercero que no se los recomiendo”, bromeó. Él mismo eligió la segunda opción aunque reconoció que “muchos se van a quedar con las ganas de escuchar el primer discurso”.
“A pesar de todo soy feliz”, empezó diciendo el líder y, efectivamente, sus palabras rezumaron agradecimientos, buenos augurios y alguna referencia repetidas acerca de lo ocurrido en el balotaje y a las pretensiones gubernamentales de Tabaré Vázquez. Cuando percibió que el murmullo ansioso de la multitud se tornaba molesto, y ya sabedor de que todos los boletos estaban jugados a su favor, Lacalle Pou dejó en libertad de acción a los más de mil militantes presentes para que se olvidaran de la política y se dedicaran a conversar, a beber y a comer al borde de la pista del hipódromo de Maroñas.