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martes, 10 de enero de 2017

A DON SAMUEL PRILIAC. Por Julio Dornel.



             Escritor y periodista Julio Dornel 

El artista castillense Blanco Balao, suele sorprendernos con material inédito perteneciente a poetas y escritores representativos del departamento y del país, que por distintas razones no se han difundido como corresponde.  En esta oportunidad nos hizo llegar un poema del poeta salteño Rondan Martínez, dedicado a Samuel Priliac, donde refleja la personalidad de este rumano que llegara a Chuy en el año 1931, para convertirse en el  benefactor de la frontera.
“A DON SAMUEL PRILIAC”
(José María Rondan Martínez)
“Colonia, agosto, anochecer, invierno….
En mi segunda patria fronteriza,
Mañana el sol alumbrará las calles
y una tristeza de guitarra sola
Tendrá un crespón de luto en la frontera.
Lejos del mar, del viento y del salitre,
Al sur de la república
Mi pensamiento vuela como un águila                        hasta tocar recuerdos imborrables.
Chuy, fronteriza línea, cualquier tiempo
De mi andar desvalido, de mí canto
Dulce como el ticholo, duro
Como la piedra de los marcos,
Quiero palpar el corazón de un hombre
Que vive en la frontera,
A pesar de su sangre detenida
Lo puso horizontal sobre la tarde.
Don Samuel, el vigía
El de oscuras pupilas
Como aceitunas negras
El que en el horno de su pecho hacía
El pan para los pobres,
La Nochebuena azul para los niños.
El que con mano generosa andaba
Repartiendo esperanzas y luceros.
DONA SAMUEL, más que nunca inolvidable
De cara al sol del este,
Uniendo la frontera de dos patrias
Con su sonrisa abierta,
Infinita en la luz de los trigales.
Yo también con saudades de ese pueblo
Donde tu voz alegre florecía
Vigilo tu memoria
Y estoy presente donde esta latiendo
La aureola legendaria de tu estirpe.
Como un amigo más voy a tu encuentro
Y te llevo estas rosas
Regadas con rocío de una lágrima,
Para que tú la cuides en tu morada,
Donde el cielo alumbra
Madrugadas de paz y de aventuras
Todo el paisaje arrodillado enciende
Hogueras vesperales
Iluminando sueños sin relojes,
Tu sueño de habitante de la aurora
Tu sueño de árbol, de azucena o lirio
Tu sueño de semilla venturosa
Que ya germina en la alborada limpia
Del Chuy que se despierta
Levantando banderas y horizontes.
Conquistando destinos de agua clara
En cada marco fronterizo,
El pueblo grabará con su llanto
La historia de tu vida
Y para siempre quedará tu nombre,
Simbolizando el brío y el coraje
Del Hombre
Que en la tierra se hizo canto……….

viernes, 27 de mayo de 2016

EL ADUANERO Y EL CONTRABANDISTA. RONDAN MARTINEZ- JACINTO JESÚS GONZÁLEZ. Por Julio Dornel.


              Escritor y periodista Julio Dornel

     Como lo hemos señalado en notas anteriores, el funcionario aduanero José María Rondan Martínez llegó a Chuy en el año 1963, destinado a cumplir tareas administrativas en la receptoría fronteriza. Demasiado joven y seductor para bancar una prolongada soledad que aumentaba la nostalgia con el recuerdo de su novia salteña. Las circunstancias estaban dadas para iniciar alguna relación sentimental que matizara los días de su nuevo destino. De esta manera se cruza en su camino una mujer independiente y liberada, con muchos años de experiencia. Lejos de mantener una relación estable, surgen los primeros síntomas que amenazaron su felicidad al enterarse de que su novia era la amante de un famoso contrabandista que no andaba con vueltas cuando se trataba de defender el “matute”. Enterado Rondan de los comentarios que comenzaban a circular en la aldea, recurre al Prof. Jesús Perdomo que sin tener un consultorio sentimental, podría ayudarlo con algún consejo que tranquilizara al iracundo contrabandista, empeñado en confirmar la infidelidad. Dejemos que Perdomo lo recuerde:”Rondan llegó a Chuy y se ayuntó con una mujer que tenía varios hijos de un célebre contrabandista de la zona. Se trataba de una mujer sin mayor instrucción, pero que supo ser el ángel tutelar del poeta. Estamos seguros que sin ella Rondan no hubiera realizado todo lo que hizo. Ante las dificultades siempre estaba Alda con su tolerancia, cuidándolo y mimándolo permanentemente Un día se nos presenta el poeta con su clásico tartamudeo, confesándonos que andaba con miedo de que Jacinto le pegara un tiro. Primero le señalamos que era todo lo contrario, el hombre debería estar muy agradecido porque lo estaba ayudando a mantener el hogar. Como Rondan no estaba muy conforme con este razonamiento, le sugiero escribir una canción dedicada a Jacinto y su profesión de contrabandista. De esta manera surge el tema que luego le pusimos música y lo cantamos con Los Orejanos, con el nombre de Milonga del Contrabandista. También lo difundió durante muchos años el cantautor castillense José Ariel Cardoso- dijo finalmente el Prof. Jesús Perdomo.

MILONGA DEL CONTRABANDISTA.

“Yo soy Jacinto González,

Por sobrenombre el cambao,

Tengo por patria la noche

Por hermano a mi tostao.

Jacinto Jesús González, contrabandista de ley,

Se pierde por San Miguel

Con tres cargueros baguales

Por serranías y sauzales

Va presintiendo la bala,

Que le apagará el destino

En un punto del camino

Entre Chuy y la Mariscala……

sábado, 30 de abril de 2016

RONDAN MARTINEZ. EL POETA “CHARRUA” REGRESA A SALTO. Por Julio Dornel.


               Escritor y periodista Julio Dornel
Cuando la magia misteriosa del olvido, parecía cubrir definitivamente la vida del poeta salteño, José María Rondan Martínez, una iniciativa de la Dirección de Cultura de la Intendencia salteña, hizo posible la realización de un nuevo ciclo de “Homenaje a los Poetas Salteños”, sobre la vida y obra del “poeta charrúa”. Para Leonardo Garet, Director de Cultura y principal gestor de esta iniciática, “se trata de uno de los mayores descubrimientos de la literatura uruguaya. Tan solo en dos meses se dio un verdadero aluvión de información proveniente de distintos lugares del país. Material sumamente valioso por su temática y por su realización artística. La obra de Rondan tuvo poca posibilidad de acceder a las grandes editoriales de Montevideo, sin embargo ganó tres premios nacionales y el mayor crítico uruguayo -hablo de Ángel Rama- se refirió a ella. Nosotros queremos ahora comenzar a revalorizar y a proceder de alguna manera a lo que hemos titulado “El retorno de José María Rondan Martínez”. En este Café Literario, quisiera dedicarme a la obra de Rondan. Es un desafío para todos, encontrar sus obras “perdidas”. En un artículo de Ángel Rama se menciona que en salto escribió un libro llamado “Cien Manzanas”, fechado en 1957. Pero también tenía otro libro que se llama PATRIA CHICA, escrito en forma de romance, dentro del cual hay un soneto ADIOS A SALTO”. Según Garet, Rondan fue un autodidacta completo en la poesía y sustentó su postura comparando uno de sus poemas con un trabajo realizado por Borges -ambos leídos durante el Café- calcados en buena manera, porque se puede estudiar copiando con precisión. Aprender de la lectura de uno de los más grandes escritores de habla española, es aprender, y esa fue la escuela poética de Rondan, porque si vamos a su formación académica prácticamente no la tuvo, concurrió al Colegio Sagrada Familia y luego al liceo Osimani, pero no terminó tercero”.
Garet señala en la página Cultural del periódico Salto por Jorge Pignataro, que el poema INDIO AMARGO es él, “porque según Jesús Perdomo, es la primer persona que acá se sintió absolutamente orgullosa de ser charrúa. Yo digo que por los poemas que tiene en este libro tendría que ser reconocido y estudiado como el “poeta charrúa”, porque él no escribe desde fuera, no es el poeta culto Zorrilla de San Martín que inventa el indio de ojos celestes, es el hombre que está escribiendo desde el fondo de su raza. INDIO AMARGO, la primera sección se dirige a sus familiares, a la abuela, el abuelo y tiene una particularidad increíble, porque yo no encuentro alguien que les dedique tantos poemas a los tíos, a las tías, eso es una cosa curiosísima y genera una relación que uno no está acostumbrado a sentir, por el afecto que trasmite. Por lo general, quien escribe sobre alguien desaparecido encuentra heroísmo post mortem por todos lados, pero Rondan no hace eso, presentando la vida como lo que fue, en una forma directa, inmediata, sin una pizca de idealización. Rondan es una emoción absolutamente auténtica y eso para mí es un mérito enorme en poesía y en literatura en general” dijo finalmente Garet. Cabe señalar que en el transcurso de esta semana vamos a publicar material gráfico extraído del CD que en homenaje al poeta Rondan Martínez editara el departamento de Cultura de la Intendencia de Salto, bajo la dirección del escritor Leonardo Garet.

miércoles, 27 de abril de 2016

Rondán Martínez. “EL POETA CHARRÚA”. Por Julio Dornel



Escritor y periodista Julio Dornel

El 27 de abril del 2000, con el siglo recién amanecido y cuando el milenio daba sus primeros pasos se nos fue para siempre el poeta mayor de nuestra ciudad, José María Rondan Martínez, poniéndole un crespón a la cultura de esta línea divisoria que tanto quiso.
La frontera todavía no ostentaba el título de ciudad pero se daba el lujo de contar con un núcleo importante de poetas y escritores que llegaron a ocupar lugares representativos dentro del movimiento literario de aquellos años. El tiempo transcurrido y los juicios emitidos por la crítica nacional permiten evaluar el mundo poético de Rondan Martínez y levantar el velo tendido durante 50 años sobre su obra. Reconociendo que no será fácil realizar siquiera un resumen de su producción, estamos dispuestos a correr el riesgo con la esperanza de que las nuevas generaciones puedan disfrutar de su poesía. Una atormentada experiencia de vida lo hizo transitar entre el sufrimiento sin rencor y la realidad social de aquellos años que lo fueron empujando hacia una búsqueda interior que lo iba hermanando a través de sus poemas con el amor, la soledad y el dolor.
La consagración a nivel nacional le llega con el Primer Premio de la 5ta. Edición de la Feria Nacional de Libros y Grabados, superando a grandes valores apadrinados por Sarandí Cabrera, Idea Vilariño, Nancy Bacelo y Esther de Cáceres. Fue con Latitud Chuy que ingreso definitivamente a la poesía uruguaya para compartir espacio con “El Sótano” de Estrázulas, “Los Espejos” de Ortiz y Ayala, “El Amor” de Ibargoyen Islas y “El Verbo Amar” de Juan Carlos Legído.
El vuelo romántico le llega en forma inesperada con ARTIGAS COMPAÑERO, un canto a la patria y a la epopeya libertadora del Artigas Hombre. La poesía fronteriza se enriqueció de golpe con la llegada del “Loco” como le decían y la publicación de sus primeros poemas. Nadie mejor que el Prof. Jesús Perdomo para contarnos como se produjo su ingreso a las letras fronterizas. “Con el amigo Nelson González Acuña editábamos en la ciudad de Castillos el semanario RUMBOS donde publicábamos poesías de personas de nuestras relaciones. Un día aparece Wilkins Machado con el cuál intercambiábamos material y nos dice que había llegado un poeta al pueblo y que el mismo pese a ser medio estrafalario escribía muy bien. Nos sugiera que le publicáramos algunos trabajos y sin saber estábamos empezando una relación que sería fundamental en mi vida. Comencé a leer sus primeros originales:
“Clavada en América, una espina de angustia…
los mensajes de Washington, son mares que inundan al mundo,
lo bañan con sus lagrimas y el ángel de Lincoln…
Resucita otra vez ensangrentado…
otra vez de duelo, gimiendo, llorando……”
Esto sucedía en 1963 y forma parte de una elegía escrita por Rondan ante la muerte de Jhon F. Keneddy. Cuándo me lo presentaron- dice Perdomo- confieso que me asustó un poco porque allí a mi frente tenía al indio Vaimacá Perú, me pareció estar viendo a uno de los últimos charrúas.
También recordamos a sus dos tías ya viejas, Martina y Eugenia, ¡cómo lo querían al sobrino poeta y cómo trataban de palanquearlo cuando empinaba demasiado el codo, cosa que era muy frecuente. Así lo conocimos y que bien que nos hizo esa estadía del “Indio” Rondan, cuanto orgullo para quienes viviamos en la frontera por aquellos tiempos.”
“Cielito, cielo que sí, cielito de la frontera…
contrabandeando un lamento,
canto con voz lastimera.
Con guitarra o sin guitarra, voy a pagar el quebranto…
No me importa si me muero
Con tal de que quede el canto.
Cielito, cielo que si
Cielito de mi esperanza
Traigan caña brasileña
Pá que bailen esta danza….
Señala el Prof. Perdomo que “cuando Rondan llegó a Chuy, se ayuntó con una mujer que tenía varios hijos de un célebre contrabandista de la zona. Un buen día me confió que tenía miedo que en cualquier momento el contrabandista le pudiera pegar un tiro y que debería hacer algo para aplacar las presuntas iras o quizás para tranquilizar su conciencia. De esta manera surgió esa letra tan hermosa que un día musicalizamos y pasó a integrar el repertorio de Los Orejanos. Esta canción como muchas otras ambientadas en en nuestra frontera de aquella década del 60, lamentablemente están olvidadas y sería lindo que aunque fuera con carácter arqueológico algunos de los nuevos interpretes se pusiera al hombro todo aquel repertorio que en algún momento floreció y fue de alguna manera una especie de cancionero-pionero en esta frontera.”
CONTRABANDISTA

“Yo soy Jacinto González
por sobre nombre el “Cambao”
tengo por patria la noche
y por hermano mi tostao.
Naides conoce mi ruta
Llena de grillos y estrellas
Si se las nombre me matan
los guardias de la frontera.
Cuatro cargueros repletos
Me quitó la milicada
Los defendí con coraje
Pero faltaron las balas.
Sin patria sin esperanzas
Contrabandeo la aurora
lástima que en este oficio
la gente se muere sola.”
Jacinto Jesús González
contrabandista de ley
se pierde por San Miguel
con tres cargueros baguales
por serranías y sauzales
va presintiendo la bala
que le apagará el destino
en un punto del camino
entre Chuy y La Mariscala.”
ASÍ LO VIMOS
Parafraseando a Benedetti tendríamos que decir que aquel 27 de abril del 2000, cuando el “Loco” se nos fue sin avisar: “solamente un milagro, puede hacer de un entierro dos carnavales.” Todavía no podemos aceptar la idea de que los viejos cuadernos continuaran con los poemas inconclusos que inició en la década del 60 y que por distintas razones fue dejando para “más adelante”…pero como suele suceder la muerte se interpone a los planes. Esto poco importa. Sus versos y sus poemas se siguen musicalizando y cantando por todo el país. Hace algunos días revolviendo papeles nos encontramos con algunos borradores del Equipo Frontera Chuy, (Jesús Perdomo-Wilkins Machado) que nacieron a fines del 60 en un rancho prestado del balneario La Barra.
El silencio y la soledad impulsaron su mano garabateando renglones, que luego borraba para empezar de nuevo. Lo vemos con las tías salteñas en la pensión de Mariolina, junto al bracero a carbón y las tortas fritas que calentaban el cuerpo y también el alma.
Las tías eran lo único que tenía cuando llegó a la frontera. Todavía las vemos haciéndole el pan dulce preferido, tejiendo, lavando, cocinando en el viejo primus a keroseno y atendiendo los caprichos del sobrino poeta. Fue en esa pieza del inquilinato donde las cosas pequeñas del diario vivir se transformaban, con el entusiasmo contagiante de Rondan Martínez.

Quedaron en el recuerdo muchas vivencias de aquella pieza de pensión, que hoy a la distancia valoramos como corresponde por haber sido en esas conversaciones sin mayor importancia donde pudimos aquilatar el verdadero sentido de su vida. Allí conocimos el funcionario aduanero, el poeta, el profesor del liceo, el bohemio, el salteño de corazón fronterizo, pero por sobre todas las cosas, al hombre de muchos amigos y pocos conocidos.
La pieza de Mariolina, con su extrema pobreza, representaba una verdadera economía de guerra, donde las tías se las arreglaban para mantener el decoro, con el sueldo pensionista que nunca llegaba hasta fin de mes. Los remedios caseros estaban a la orden del día y la farmacia colgaba de la pared en una bolsa de nylon donde se podían encontrar plantas medicinales para todos los achaques. En un rincón su “biblioteca” sobre un cajón de madera y en completo desorden sus amigos de papel (libros) con sus páginas amarillentas. Libros que comenzaba y pocas veces terminaba. Un entrevero fenomenal entre Florencio Sánchez, Cervantes, Unamuno, Salgari o Ghandi.
Mañana Segunda Nota con el periodista Sergio Sanchez Moreno.