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viernes, 9 de enero de 2015

"En Torre Ejecutiva encubren la desaparición de mi marido" "Terrible pesadilla". segunda parte.

Escribe Juan José Peretra  Twitter@juano500




Este es el documento de la Profesora Diana Jontaz en el que denuncia lo que para ella es un encubrimiento de la desparición de su marido por parte de la Oficina Nacional del Servicio Civil.Ese organismo estatal depende de Presidencia de la Prepública y funciona en la propia Torre Ejecutiva.
La denunciante hizo llegar el documento que van a leer, según sus palabras, a medios, periodistas y representantes políticos. "Nadie quiere contar mi historia!, asegura.
Este documento me llevó a entrevistarme con la profesora Jontaz y tener una charla de varias horas con ella.También me contacté con muchas personas que en sus testimonios avalaron su historia. Todo está contado en el post anterior del blog.
Pongo ahora a su disposición el documento que llevó a la entrevista.

TEXTUAL; DOCUMENTO DE LA PROFESORA DIANA JONTAZ

 





“TERRIBLE PESADILLA”

Le remito la información y relación de eventos tal y como han acontecido.
Honestamente esto es una terrible pesadilla.
La peor que le puede acontecer a cualquier persona, a cualquiera.
Un día te levantas, inicias la jornada como lo haces habitualmente y pocas horas
después descubres que se han apoderado de tu vida, tus decisiones, tus elecciones.
Desconozco si en esta situación están interactuando actores del PE, específicamente la ONSC y otros, si es parte de un encubrimiento de algo peor, si están apañando la malicia de un solo hombre, al que quizás creí conocer, pero que no es tal, pero sé a ciencia cierta que estamos viviendo el peor de los infiernos, y que no podemos permitir como familia y ciudadanos que esto quede
impune.
Se nos manda a callar solo porque se sienten poderosos, sin recordar que ese poder les ha sido encomendado como una "REPRESENTACION" de la ciudadanía, por tanto, esta violación a nuestros derechos es doblemente grave y doblemente violación!
No me parece dejar las cosas como están simplemente porque no es "políticamente correcto" decir ciertas cosas.
Soy la esposa de un funcionario de la ONSC, y he sido tratada peor que a la basura que se desecha sin mirar atrás. Estas personas se han apoderado de nuestra vida. Y ya no podemos más.
A modo de referencia deseo aclarar que el daño humano, emocional es GRAVÍSIMO.
Estoy sufriendo de estrés atroz, mi salud física se ha deteriorado notoriamente, perdí demasiado peso, no puedo conciliar el sueño, no puedo comer, no descanso.
El trabajo también se ha visto muy perjudicado y por tanto nuestra economía doméstica .
Si pretendieron hacer de esto una cacería de brujas, entonces esta ciudadana que sabe cumplir diligentemente con todo lo que impone este país para "disfrutar" el derecho a ciudadanía, está dispuesta al enfrentamiento.
Porque parece que es "enfrentar" decir la verdad y reclamar justicia. Sin lugar a dudas esto generará precedentes en Derecho. Y es justo que así sea.
Lamentablemente la situación solo empeora porque esto no se aclara y lejos bien parece que estamos siendo timados por personas que deberían ser más celosas de su moral y del respeto por los DDHH que hoy pisotean. No desistiré.
Quizás esto sea la lucha solitaria de una mujer, una madre, una esposa, una trabajadora, una ciudadana que no está dispuesta a permitir que se burlen de la vida, las emociones y la tranquilidad de dos chicos, de una familia.Todos somos, o deberíamos ser, responsables de todos.
Al fin que eso predico cada día cuando enseño en contextos tan críticos que la mayoría no se atreve ni se molesta en llegar. Si educo en valores a mis hijos y mis alumnos, exigiré valores!
Es lo menos a que podemos aspirar. Es nuestra obligación social y humana.
Que nos diferencia de los demás mamíferos?... La conciencia, los valores, la moral!
No puedo, no podemos, nadie puede pretender menos que eso. Es la única base sólida para fundar la sociedad que proclamamos pero que no vivimos .
La inseguridad comienza en casa, en nuestras vidas, cuando dejamos que nos humillen, degraden y nos manden a olvidar los principios rectores de nuestra propia vida.
Seguiré adelante!
Y si nada de esto resulta, entonces muy apenada deberé renegar de un sistema que, lejos de defendernos y ampararnos, nos vapulea...
La Declaración de DDHH reza:
"...La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento
o cualquier otra condición.
... Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
... Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión .Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques..."
Y todos estos derechos se vieron violentados en la búsqueda de nuestro ser amado.
Y esta violencia nace en el seno del propio Estado por lo cual me remito a esto:

http://www.inmujeres.gub.uy/innovaportal/v/15090/6/innova.front/vi
olencia_basada_en_genero

"...La violencia contra las mujeres constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre varones y mujeres; es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a quedar ubicada en una situación de subordinación. Atenta contra su dignidad e impide el desarrollo pleno de sus derechos. Por ello, es prioritario situarlo como un problema social ante el cual el Estado y la sociedad en su conjunto deben tomar las medidas necesarias para su prevención y erradicación.
En tal sentido, Uruguay ha ratificado diversos tratados y convenciones internacionales, entre los que destacamos la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, ratificada en el año 1981) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belem do Pará, ratificada en el año
1995)..."
Me amparo en esto. Es legítimo, coherente y de primer orden.
El tiempo pasa y nosotros no tenemos respuestas.
Que nos escuchen y atiendan es nuestra esperanza de justicia y redignificación! Cómo podrá apreciar me amparo en nuestros derechos, pero ya no puedo más. Es una lucha demasiado solitaria para un país tan pequeño que se jacta de cuidar a su gente.
En defensa de mis legítimos derechos y en protesta por el abuso sufrido días atrás, es que paso a referirles la serie de insucesos que estamos padeciendo en nuestra familia.
Pasamos y aún estamos viviendo horas aciagas.
Así que relato estos eventos para que se hagan un panorama de la situación: el martes 11 de noviembre, mi esposo y yo salimos a la misma hora para el trabajo, nos despedimos en la parada con el afecto de siempre y sin manifestar problemas que pudieran prever una situación como la que sufrimos después. Él inició la jornada en Colonia, dictando sus clases. Yo en Rosario, en reunión de profesores. Antes de tomar, Pedro - mi esposo -, la COT desde Colonia para Mdeo, e incluso
durante el viaje hablamos en reiteradas ocasiones por celular, intercambiando las experiencias de lo vivido esa mañana y planificando las actividades siguientes.
Me llamó para avisarme que había llegado a Tres Cruces, me avisó al llegar a la oficina. Hablamos tanto por teléfono como por gmail. Nada hacía suponer que luego desaparecería. Nos estamos quedando en Rosario. Viajando a diario.Es más, al llegar a Tres Cruces, mi esposo había marcado pasaje para regresar a Rosario en el coche de las 19 y 30hs Nuestra hija tenía el cumpleaños de una compañera y la íbamos a acompañar juntos. Esa era la idea.
La última vez que hablé con él fue yendo yo a Colonia, que tenía reunión de profesores a las 17 hs en UTU. El aún estaba en Mdeo y yo rumbo a Colonia. El diálogo fue normal, en términos muy buenos, replanificando cosas. Una vez en Colonia y durante la reunión le envié un mensaje y no
respondió. MI hijo me avisó que lo llamaba y no respondía. Lo mismo le pasó a mi hija.
Salí de ahí, y comencé a llamarlo. Jamás respondió. Lo esperábamos en Rosario. Esperé un bus y otro y nada.
Llamé a Terminal (imagínense que viajando todos los días conozco a todos allá) lo vocearon por los altavoces, lo buscaron y nada. Las horas transcurrían aciagas para nosotros.
Mi pequeño estaba angustiadísimo y preocupado. Insistimos y nada.
Llamé a la Torre Ejecutiva y el personal de guardia lo buscó sin encontrarlo. Tampoco sabían darme cuenta de si había marcado la salida, ni qué había pasado.
A medianoche fui a hacer la denuncia. Comenzaron a movilizar y comunicar para ubicarlo.
A esa hora todo hacía pensar lo peor Y la premura de acciones en estos casos es clave para obtener mejores resultados.
Montevideo ya no brinda seguridades, como tampoco las tenemos en general en el interior, convengamos. Pasé una de las noches más tenebrosas de mi vida.
Desesperada. A la mañana recurrí de nuevo a la Comisaría. Difundimos su foto, y se hizo intensiva la búsqueda, puesto que al llamar temprano a la oficina de la ONSC dnde él trabaja nadie sabía nada, no lo habían visto, es más se habían retirado antes que él, y el primero que me atendió un compañero quedó muy afligido.Antes del mediodía estaba comunicando el parte policial y los datos de mi esposo en los medios televisivos, canales 4, 10 y 12 de Montevideo, para que todos ayudaran a buscarlo.
Ya saben, una persona que lo hubiera visto o reconocido en algún lugar, que tuviera algún dato, lo que fuera que ayudara a encontrarlo y evitar lo peor. Cuando me estaba trasladando, después del mediodía, a la oficina de Presidencia, acompañada por mi hija mayor, me llaman de la Comisaria y juro que pensé lo peor.
Me notificaban que aparentemente había aparecido y que estaría bien. Que fuera a verlo allí, a la oficina donde trabaja. Sus celulares jamás respondieron desde la noche anterior en que desapareció.
Le llamé a la oficina, atendió cualquier otra persona y me dijo que estaba en reunión mi esposo. Una y otra vez lo mismo hasta que me dijeron que no me lo iban a pasar porque él no quería hablar conmigo. Hablé con la jefa de personal por teléfono, Serrana Castro, y me dijo que él se había presentado después de mediodía, parece que después que vio y supo que lo estaban buscando por las publicaciones en los medios.
Estaba notoriamente molesta porque el propio Comisario había ido a buscarlo y requerir del personal responsable los informes de cómo es que no sabían dar cuenta de este empleado.
Y aún más molesta porque salió el comunicado en los medios de prensa televisivos, y me dijo textualmente que " ... están todos revolucionados los jefes de seguridad de presidencia, porque era impensable que se viera a Presidencia involucrada en este hecho."
A lo que respondí que poco me importaba la imagen pública de Presidencia, que si tenían fallas en seguridad era un problema, y que al hacer la denuncia de persona desaparecida cuando declaro donde trabaja mi marido debo anunciar que es en la Oficina Nacional de Servicio Civil en Presidencia, y además la última referencia de vida que teníamos fue desde allí. Por lógica era el primer lugar donde iban a indagar.
Al llegar a la Torre, mi hija subió al tercer piso a buscarlo puesto que también en el diálogo telefónico esta misma mujer me avisó que "él está lo más bien, y no quiere hablar contigo..."
Respondí que necesitaba verlo, que pasamos horas desesperadas que movimos a un país literalmente, por buscarlo, y que eso era por amor y preocupación legítimas, y que era mi derecho legal verlo, ya que soy su esposa. Entonces me dijo que "..Entiendo eso, y por supuesto que puedes venir, y cuando llegues lo acompañaremos abajo a que lo veas" Muy inapropiado!!
Llegué ansiosa, angustiada, mal.No puede ni imaginarlo. Subió mi hija a buscarlo, y ni siquiera la dejaron pasar a la oficina, salió un compañero cualquiera y le dijo que él no quería hablar que estaba bien. Si sigue mi relato, esto es un indicador de que obviamente no estaba bien, está
desestabilizado psicológicamente y no sabemos dónde hizo el quiebre.
Si me preguntan, debo decir honestamente, que hemos tenido los problemas de todos los matrimonios. Pero ninguno en particular.
Y sobre todo, el día de su desaparición, hablamos, tuvimos comentarios amorosos, y planificamos las actividades juntos. Él estuvo dos meses con licencia médica por "DEPRESIÓN".
Es un hombre depresivo, hay que sostenerlo permanentemente. Está con medicación de antidepresivos precisamente y se reintegró a la oficina ese lunes 10.
Evidentemente no está bien. Y yo estoy angustiadísima.
En fin que me impidieron verlo, me dijeron que no podía pasar, y que debía retirarme o me retiraban. A mí y a mi hija, solo porque él, que no está coordinando sus ideas, dijo que no quería hablar.
La verdad es que seguían notoriamente molestos por los comunicados de prensa televisiva y la masiva respuesta de la gente. Regresé a la Comisaría, hablé con el Comisario, todos coincidieron en que era una falta total a mis derechos el haberme impedido ingresar, y no verlo. Y me sugirieron además que viera de inmediato un abogado porque necesitaría consejo legal y asistencia ya que mi esposo no puede simplemente desaparecer sin que yo tenga noticias de él.
No me consta su estado, no lo he visto ni hablado con él. No sé dónde está quedando mi marido.
NO sé su condición. Y sufrí un alevoso maltrato por parte del personal de Presidencia.
Nunca lo vimos, no hablamos con él.
Convengamos en lo siguiente: si una persona está tanto tiempo en licencia médica cursando una depresión, sin aviso ni cambios de conducta previa desaparece de su hogar, se moviliza al país en su búsqueda, y de pronto aparece en el trabajo diciendo que está bien, lo mínimo que corresponde hacer en el caso es llevarlo al servicio médico, hacerle una pericia al menos psicológica y llamar a
la familia, puesto que, el simple hecho de que él diga que está bien, después que incluso la policía llegó al trabajo para acelerar la búsqueda, es obligación del empleador dar cuenta de ello, y manejar la situación del aparecido con sutileza, puesto que nadie en sus cabales hace semejante cosa.
Estoy en casa con mis hijos sin saber nada de nada de mi esposo.Dirán y seguro piensan: tienen problemas, él tendrá otra relación, etc, etc... Si fuera el caso debe hablar conmigo. Puedo decir que hizo abandono del hogar porque conmigo no se ha comunicado para nada.
Tampoco puedo garantizar su integridad física pues no lo ví. Estoy desesperada, tratando de mantenerme entera por mis hijos. Pero no puedo. Desconozco qué debo hacer, sé que debo recomponerme No puedo igualmente .
Él , si es que está vivo, y en la oficina, está haciendo muchas cosas irregulares.
Yo con mis problemas cardíacos no puedo aflojar, y estoy hecha pedazos, pero debo buscar soluciones que no sé honestamente por donde van a llegar. He buscado apoyo médico, psicólogico y espiritual para mí, porque estoy destrozada.
Además de todo: Tenemos obligaciones económicas. Y yo debo responder a todo, porque no sé dónde está, no responde y todos recurren a casa. Imagínese!
Eso, y el día a día. Asumimos el compromiso de mantener esta familia juntos cuando nos casamos.
Ahora desapareció. Sin que sepamos si está bien, dónde está, no explica por qué se fue.
En el trabajo están encubriendo el problema, cuando deben dejarlo ir y tratar de que se arreglen las cosas.
Somos rehenes de los caprichos de una repartición de Presidencia, o de todo el Ejecutivo... no lo sé
Las cuentas me llegan a mí, todas las facturas, los servicios que tenemos a su nombre debo responder yo sola.
Amén del daño psicológico y espiritual en la familia, del daño moral, hay un perjuicio económico y laboral grave. Yo no he podido ir a trabajar, los chicos aflojaron los estudios, todo está de cabeza.
Necesitamos sacarlo de su "atrincheramiento" en la oficina. Si es que está allí!!!
Siguen sin pasarlo al teléfono, ni a mis hijos atendió, es horrible. Ellos están padeciendo lo indescriptible.Me dicen que sea fuerte, que hice más que lo imposible en tiempos récord.
El mismo Comisario me decía eso mismo, me dijo que yo había hecho lo mejor y más grande por asegurar la integridad de mi esposo, que debía cuidarme por mis hijos.
Y solo quien pasa algo así sabe lo que se padece. No me siento cómoda para trabajar, no me siento bien, y amo mi trabajo, y eso me molesta, porque me faltan fuerzas. Cuando me comprometo en una tarea, una causa, una propuesta, lo hago a conciencia. Con mi trabajo, mis conocidos, mi familia y mi matrimonio, obviamente.
Así que no sé qué debo hacer porque estoy ahogada, muy angustiada. Amo a mi esposo, mis hijos lo adoran. Somos una familia. Nos cuidamos unos a otros. En fin, solicito de vuestra ayuda y asistencia, de la intervención de los actores legítimos, de quien nos represente, que detente en nuestro nombre el poder, y eso reclamo. Sentir que no estamos solos.
Somos una familia devastada por esta desgracia. Perdón por la extensión. Me anima a contarlo, el hecho de tener confianza y de no temer decir las cosas, y de pedir ayuda... porque la necesito, la necesitamos!!! Requiero de asistencia legal, para llegar a mi esposo, para que encontremos una salida, para que las cosas se encaminen hacia donde sea, para recuperar mi respeto y dignidad porque fui vapuleada el miércoles pasado 12/11 en el edificio de Presidencia en la Torre Ejecutiva.
Muy en alto tengo el sentimiento nacionalista y me amparo en la máxima de nuestro prócer al decir que "la soberanía radica en la Nación, de ella emana toda autoridad y por ella existe...". palabras recogidas en nuestra Constitución y leyes de las que se desprende mi derecho a ser atendida y escuchada por toda autoridad y organismo de nuestro Estado.
Me anima el sufrimiento y dolor que mis hijos y yo estamos padeciendo, el pesar por la violencia con que fuimos tratadas mi hija y yo, en Torre Ejecutiva , cuando se nos exigió retirarnos del edificio, no pudiendo quedarnos ni aún en el hall de entrada.
Esa casa, que es de esta Nación, que es donde creemos que se salvaguardan nuestras esperanzas, nuestros anhelos, nuestros derechos humanos, esa casa construida para aquellos que detentan el poder en diferentes áreas, en nombre del trabajo y la organización de nuestro Estado; esa casa de todos, parece que no es tal, y fuimos expulsadas de allí como si fuéramos delincuentes, como si
estuviéramos atentando contra la integridad de la Nación, cuando justamente fuimos allí en busca de protección, consuelo y respaldo.Todos nuestros derechos se vieron violentados en esa instancia.
Lamentablemente este es el resultado que se obtiene cuando solicitamos atención por las vías del respeto y la educación.
La violencia también es violencia cuando nos intiman, faltan al respeto, y nos expulsan con total exceso de figuras de represión cuando todo lo que tienen enfrente es a una mujer destrozada por el
dolor, desfalleciendo en su angustia y una jovencita de 21 años deshecha en lágrimas, menudas y vulnerables mujeres en busca de respuestas.
Necesito que esto se trate con la urgencia y gravedad que reviste. No aceptaré menos Es mi derecho ciudadano, y humano. No aceptaré más violaciones a nuestra integridad
Nuestra familia ha sido socavada, y el área donde trabaja mi esposo, más todo el rango que le antecede y que le sucede han sido cómplices de una situación que aún no podemos definir, que no sabemos qué sucedió, que si es un tema de familia, debe recibir ese tratamiento y no apoderarse ello de la historia de una FAMILIA entera, siendo más que consecuentes, cómplices repito, de semejante flagelo y abusando de la autoridad que por esta nación les fue conferida.
Solo ruego que no dejemos que esto continúe.
Dado el caso ya nadie tiene garantías entonces de que se pueda denunciar con libertad la desaparición de cualquier persona, de un ser querido.
NO tenemos garantías sobre nuestra vida privada
No tenemos garantías sobre nuestras decisiones
No tenemos garantías sobre el tratamiento que queramos darle a
nuestra privacidad
NO tenemos privacidad
No tenemos derechos
No se respeta el derecho de familia
No se respeta el dolor
No se respeta a la familia
NO tenemos garantías!!!
Se levantó de la prensa televisiva la noticia y esto no lo hace cualquiera.

Referencia: www.subrayado.com.uy/.../familia-pide-colaboracion-para-ubicar-
a- pedr ...

Se está intimando a no seguir averiguando...
El Estado se apoderó de la vida y decisiones de nuestra familia.Parece que no hay actores ni políticos, ni sociales ni religiosos que lleven adelante esta causa.
Escribí al Sr Presidente solicitando audiencia y me han respondido que él no puede atender mi solicitud y que en todo caso me derivarían al Jefe de Seguridad, mismo que es quien cometió el atropello, la intimidación que padecimos mi hija y yo en la fecha remitida.
Tal parece que lo que no aparece en los medios no existe Y eso siempre y cuando no nos manden a callar!!
Le ruego su ayuda, asistencia, intervención y colaboración.
La causa es real, es importante y es un precedente ignominioso para nuestra humanidad y ciudadanía.
Espero la más urgente y positiva de las respuestas.
Cordialmente
Prof. Diana Jontaz
CI: 2.571.378-7
Cel: 092005754
dianajontaz@gmail.com