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sábado, 12 de marzo de 2016
SE DEBILITA LA DEMOCRACIA José Luis Perera López
La democracia es una de las tantas formas de relacionarse entre los humanos. Como el amor, como la amistad, hay cosas que las fortalecen y otras que las debilitan.
Qué cosas la debilitan?
La democracia se debilita cuando los ciudadanos no participan, cuando se sienten ajenos al sistema democrático. En general la gente participa cuando siente que vale la pena hacerlo, que sus opiniones serán tenidas en cuenta, que quienes gobiernan son sensibles a sus reclamos y que valoran la opinión de los demás. Los partidos políticos en general suelen fomentar la participación ciudadana cuando están en la oposición, pero cuando llegan al gobierno la desalientan, quieren que los dejen gobernar en paz. Por eso Tabaré Vázquez en su discurso en 2013 (aniversario del FA) les pide a los frenteamplistas, no que militen, no que se movilicen, les pide confianza, que “tengan fe”: "Confianza como una actitud permanente de creer, de saber, que podemos tener fe en el proyecto político y también en los compañeros en los cargos de gobierno para llevar a cabo ese proyecto” .
La corrupción debilita la democracia, sin duda; porque la corrupción conlleva el uso indebido de las instituciones y los dineros de todos en beneficio propio, de familiares, de amigos, de correligionarios o de quien sea. Y eso generaliza el descrédito de la democracia como sistema.
La mala gestión de los gobernantes también en alguna medida debilita la democracia. Sobre todo cuando la gestión es mala a ojos vistas pero los gobernantes quieren que la ciudadanía la considere buena. Cuando por ejemplo en la gestión de una empresa pública se pierden cientos de millones de dólares (millones que pone el pueblo) y el gobierno y el partido político que gobierna quiere hacernos creer que por el contrario, eso es signo de lo bien que se gestiona. Eso debilita la democracia porque a la gente no le gusta ser tratada como si fuera estúpida (como suelen pensar los gobiernos), se siente maltratada, y eso hastía y hace que la gente se desentienda de la política y de los asuntos públicos, debilitando terriblemente la democracia.
La economía y su marcha es una cuestión que puede fortalecer o debilitar la democracia, sin duda. Cuando en las épocas de bonanza los que ganan son los que más tienen y cuando viene la crisis los que pagan son los que menos tienen, la democracia se debilita, puesto que no es vista como un sistema que garantice la equidad y la justicia social.
La falta de información o el ocultamiento de la misma también son elementos que debilitan la democracia y la degradan. Cuando la gente quiere y necesita estar informada y esa información se retacea o hay que reclamarla por vías legales, la ciudadanía presiente que por algo se le oculta, y descree en la democracia. Sucede eso con las mega inversiones en minería, con las fumigaciones y sus nefastas consecuencias, con el estado del agua, etc.
Los tránsfugas debilitan la democracia. Los que llegan a cargos de gobierno por ser amigotes de los gobernantes o porque arriman algún votito. La ciudadanía se da cuenta que la política es algo muy poco limpio, y comienza a descreer en la democracia.
La intolerancia política y el doble discurso. El sostener cuando se es oposición que las comisiones investigadoras son buenas y sostener que son un circo cuando se está en el gobierno. El decir que pasar los resultados de una investigadora a la justicia es una mala cosa que le hace mal a las instituciones democráticas, olvidando que cuando se estaba en la oposición se hizo exactamente lo mismo. La gente no es estúpida -lo reitero por si alguno lo sigue creyendo-, y como no lo es, comienza a ver que todos son iguales y se debilita la confianza en el sistema democrático.
La politiquería debilita las instituciones democráticas. No es lo mismo la Política (la que resuelve eficazmente los problemas de la sociedad, o intenta hacerlo), que la politiquería, que los agrava y multiplica. La primera fortalece la democracia y la confianza ciudadana en su gobierno, la segunda provoca recelos y alejamiento ciudadano de la vida política, y en algunos lugares también enormes protestas y movilizaciones (los ocupy Wall Street o los Indignados, por ejemplo).
No debilita para nada la democracia que los medios de comunicación se esfuercen en hacer luz sobre las cuestiones opacas del gobierno. Por el contrario, eso la fortalece, porque una ciudadanía informada es una ciudadanía responsable y que participa. Los medios a veces acertarán y otras no, y la ciudadanía no es estúpida -que les entre señores- y sabe diferenciar.
Lo que debilita la democracia es que los partidos protejan a sus correliginarios cual si fueran un conglomerado mafioso, no importando para nada la verdad o no de las acusaciones sino la defensa lisa y llana en el marco de un corporativismo mediocre, patotero y despreciable. Debilita terriblemente la democracia que los gobernantes mientan. Pero se le asesta un golpe de gracia cuando quienes deberían velar porque eso no ocurra lo primero que hacen es proteger y rodear al político mentiroso. Eso, además de ser una mala payasada que todo el mundo contempla atónito, es un mazazo brutal a las instituciones democráticas.
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