Los castillenses, o palmareños o butiaceros, (defínanse como más les guste) nos hemos preguntado durante muchos años, por qué tenemos un don que nos dio la naturaleza y nunca lo hemos aprovechado.
La palma butia odorata existe desde tiempos ancestrales, sabido es que los pocos estudios que se han hecho no han determinado aún desde cuándo existen los palmares en la zona, lo que si es claro que tienen más de 400 años. Salvo, que yo sepa, la fábrica que funcionó por el camino del indio donde se procesaba la hoja de la palmera y mas allá de la venta de butiá en la ruta, algo que ya se dejó, nunca se habían preocupado por darle un destino a ese don que está entre nosotros.
Hace poco tiempo Caseras de India Muerta comenzó a aprovechar el butiá y al día de hoy son una referencia con el licor, mermelada, jalea y hasta refresco u otros productos que se destacan allí donde se comercializan.
Por suerte ahora seguimos descubriendo otras ventajas del butiá o de la propia palmera, como por ejemplo el coquito o la almendra y a alguien se le ocurrió utilizarlo como algo bien nuestro. Hoy de mañana me encontré con Mirto Lopez, productor rural que siempre se ha manifestado interesado por innovar y aprovechar esa producción natural que se destaca desde hace mucho tiempo.
Su ingenio lo llevó a investigar y descubrió que al día de hoy solamente un productor, se dedica a producir café de almendra con el coquito del butiá y decidió aprovecharlo, creando un dulce de leche con café de almendra, que por cierto es bien nuestro.
Si bien la producción está limitada a algunas muestras, no tengo dudas que a corto plazo el producto se destacará entre las góndolas de muchos supermercados, porque es único, exclusivo y según me dijo Mirto vale la pena probarlo. Bienvenido sea, un productor de la zona descubrió algo bien nuestro y lo quiere destacar. Felicitaciones y éxito con el emprendimiento.
Fuente: Castillos en Línea.-
