Tantas historias quedarán impregnadas en nuestra memoria y retina. Sus inoportunas intervenciones en cientos de conferencias de prensa, sin importar la condición del orador, con sus opiniones a favor o en contra de la exposición que estuviera realizando. Por mucho tiempo viví esas instancias, al principio confieso me molestaban, después me acostumbré a ellas y hasta muchas veces esperé que lo hiciera y no lo hizo.
Hace un buen tiempo no veía a Loyarte por las calles de nuestra ciudad, o acercándonos algún recorte de diario del siglo pasado, o algún dato que dejaba por debajo de nuestra puerta, con una letra realmente hermosa, para que recordara una fecha, un acontecimiento o leyera en el medio que trabajo su opinión por determinado tema.
Era un libro viviente de historias acumuladas a lo largo de sus más de 80 años y para reafirmar sus historias, te preguntaba reiteradamente datos de vecinos, familiares, y de ahí surgía siempre una historia.
No había lugar donde la prensa estuviera trabajando, que él no estuviera. Era mucho más fácil que faltaran periodistas, pero Loyarte siempre estaba.
También en las múltiples actividades que habían en la ciudad. Y a esta quiero referirme.
Junto con el queridísimo y recordado Carlitos Izaguirre realizamos con muchísimo esfuerzo un beneficio frente a uno de sus comercios, para una persona rochense que necesitaba dinero por su enfermedad.
Alli se juntó el barrio y los seguidores de Carlitos, los músicos, y público en general para escuchar a los artistas y comprar los productos característicos de estas ocasiones. También algunos comercios habían colaborado con algunas mercaderías para que se vendieran o remataran. Cosa que se hizo, con precios que no eran muy altos, por la humidad del público presente.
Pero Loyarte quería colaborar, y como no tenía dinero regaló un buzo muy viejo, que no era de crochet precisamente, sino que los agujeros que tenía, era por el desgaste del tiempo. Eso provocó la hilaridad de los presentes cuando lo mostramos, pero, oh sorpresa, fue el artículo que se "picó" más y se vendió como un buzo nuevo de primera calidad. El destino del mismo sería para una mascota de quien lo adquirió, pero la oportuna broma, terminó siendo el producto más cotizado.
De las tantas cosas de Loyarte, que seguramente estará molestando a Carlitos y tantos amigos que ya no estarán tranquilos con las bromas del "Conejo" Loyarte, un personaje con historia.