El Este
El festival de India Muerta se constituyó en el evento de mayor convocatoria del feria de carnaval en el departamento de Rocha. Asistieron unas 10 mil personas; se vendieron 6.300 entradas y menores de 12 años no pagaron, se sorteó un cero kilómetro y se convirtieron en asado con cuero unos 36 vacunos. Los ingresos brutos rondaron los 3 millones de pesos, solo se necesitó una guardia privada para una ciudad acamapada junto a 4 efectivos policiales.
Probablemente no aparece en los títulos nacionales pero la fiesta en el norte de Rocha no tuvo emparde, con los números a la vista al estilo de un producto turístico capaz de ser cuantificado, valorado y proyectado al ámbito internacional. Cada día son más los extranjeros que lo descubren.
A orillas del lago de la Represa de India Muerta tuvo lugar un evento tradicional uruguayo donde fue necesario faenar más de una treintena de vacunos de primer nivel y solo quedaron algunos kilos de embutidos que estaban siendo colocados para no dejar nada sin vender.
El espectáculo del artista, Lucas Sugo y su banda, permitió la irrupción al lugar de 4.000 visitantes en la noche del viernes, donde cada entrada tuvo un costo de 300 pesos, el sábado el precio fue de 250 pesos y el domingo 200 pesos por persona.
Los reflectores ubicados en puntos estratégicos en medio del campo dejaron a todo el lugar como una ciudad. Es que el parque existente muy cerca del ruego y del lago tuvo alrededor de 10 mil ciudadanos, algo más que la ciudad de Lascano y la localidad de Velázquez juntas.
No se registraron incidentes, una guardia privada cuidó el lugar donde aparecen miles de carpas, una presencia de cuatro policías y dos ambulancias: una para el caso de una emergencia en cuanto a un traslado y otra funcionó como consultorio: un médico y un enfermero.
En el ruedo criollo con relatores de la talla del "Pato Mendiondo" se produjeron 6 vueltas de honor, algo no muy frecuente, siendo el capataz de campo, Antonio Hernández. Las jineteadas con lo mejor del país en un amplio ruedo permitió congregar a las familias que llegaron para disfrutar del magno evento.
La gran oferta gastronómica no dejó pasar el tradicional plato del arroz a la India Muerta, algo infaltable para esta tierra arrocera donde se obtienen los mejores rendimientos del mundo por hectárea. El tradicional arroz con leche y sus ricas variables, los pasteles, las tortas fritas y aquellas de gran elaboración en una multiplicidad de sabores. Las ensaladas de frutas, los helados y lo que uno pueda imaginar en decenas de puestos de atención muy rápida sin esperar en las filas por nada. Ni siquiera por el agua caliente.
Es que al llegar se pueden adquirir una serie de ticket y luego con los mismos comprar en cualquiera de los puestos de manera muy ágil.
Los ingresos brutos superaron los 3 millones de pesos, se manejaban algo así como unos 100 mil dólares, lo que determinará después de pagar todos los costos de la logística la distribución de esos recursos para el hogar de ancianos de Lascano, el hospital, hogar de niños, en total una decena de instituciones a las que se llegan a partir de este acontecimiento.
Pero también están las becas para los estudiantes y desde luego el fondo rotario desde esta institución lascanense que no solo obtiene recursos sino que también enseña a cómo organizar un evento de corte internacional y lograr resultados concretos que se convierten en acciones solidarias para diversas instituciones del norte rochense. De esta forma, es mucho mejor afrontar los meses más difíciles.
El sorteo de un automóvil cero kilómetro, Fiat Evo Way, tuvo una ciudadana castillense como la favorecida. Se trata de Yisel Costa, quien se pudo retirar con la alegría de haber obtenido un automóvil como parte de la rifa que se implementó en su momento.
Todos los números de este festival a orillas del lago de la Represa de India Muerta a la brevedad serán publicados, porque fiel al estilo de las autoridades que lo organizan, anualmente presentan todos los números atinentes a este encuentro que puede ser perfectamente calibrado en toda su dimensión.
Una fiesta que une a centenares de familias y van llegando no solo los rochenses, sino también de Maldonado, Lavalleja, Treinta y Tres y Cerro Largo. Ahora se suman brasileros que se fueron enterando de esta fiesta criolla, auténticamente oriental, que no necesita planes especiales de seguridad, dado que la alegría se contagia, se convierte en paz y disfrute en el canto, la jineteada o simplemente contemplando un amanecer o un atardecer en medio del campo.
Ya son miles los uruguayos que optan por este tipo de acontecimientos, que se fortalecen con el tiempo como viene quedando demostrado, que se tecnifica para dar más servicios y que no pierde el fuerte sentido de identidad nacional. Aquí la libertad es libre, y también se comparte sabiendo que termina donde empieza la del otro.