En una crónica del siglo pasado evocando la historia de los boliches de esta ciudad, nos detuvimos en el propietario de “WALTERS”, uno de los refugios tradicionales de la noche fronteriza. Walter Pirez, fue el propietario de aquel boliche que a partir de 1963 se fue metiendo en la mejor historia de la noche fronteriza. En el transcurso de la nota publicada en ZONA CHUY, Walter nos fue recordando con nostalgia los años juveniles “cuando la frontera era civilizada, donde todos nos conocíamos y éramos en realidad una gran familia. Nuestra eterna gratitud a los maestros y maestras que a partir de Gloria, Leiza y Sonia, tanto nos cautivaron por su sensibilidad y cariño. Un recuerdo para Zenona la cocinera de la escuela por sus platos de poroto que para nosotros que proveníamos de un hogar humilde y de pocos recursos económicos se transformaban en verdaderos manjares. Fueron estas también las circunstancias que determinaron nuestro alejamiento de la escuela, surgiendo una vez más el empujón de Sonia Fossati y el estímulo de Jorge Calvette para que pudiera continuar. Fueron ellos y el profesor Manolo Iglesias quienes me impulsaron a terminar posteriormente el liceo.
Años más tarde tuvimos que golpear la puerta de Manolo para comunicarle nuestras intenciones de iniciar una actividad comercial y surge en forma espontanea la colaboración del “Gallego” Manolo. Tampoco queremos olvidar a don José Castillos, que fue el responsable directo de habernos vinculado a la actividad principal de mi vida comercial. En un momento difícil de mi vida al quedar sin trabajo, fue don José Castillos quien con su prestigio bien ganado y mediante una llamada telefónica, nos consiguió trabajo en la firma de Agustín Pereyra e Hijos, propietarios del Parador La Coronilla y Hotel Costas del Mar. Allí aprendimos un poco de lo mucho que nos enseñaron y que hemos puesto en práctica durante toda la vida.
Tampoco queremos olvidar a otras personas que fueron muy importantes para nosotros; el Dr. Eladio Aristimuño, el escribano Gastón Arimón, el profesor Omar Puig, la maestra Ema Brañas y la profesora Leyda Correa”. En la parte final de la nota aludida, Walter quiso recordar a los mozos que en distintas oportunidades acompañaron sus actividades integrando un “equipo de primera división”; Ruben Pascal, Lino Piriz, José Cleto, Roberto Bermudez, Wanderley Pereyra, Raymundo Lima, Humberto Hernández, Valdomiro Pereyra, Volney Pereyra, Manolo Méndez, Silvio Santos, Jorge Castellanos y una lista interminable de mozos que contribuyeron a cimentar el prestigio del local.