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domingo, 8 de febrero de 2015

Opinión Socialdemocracia neoliberal Por Eduardo Sanguinetti

El nuevo primer ministro griego, Alex Tsipras, no esperó un segundo en comenzar a operar en implementar un programa de fuertes cambios respecto de la orientación histórica de los gobiernos anteriores, del PASOK y Nueva Democracia…un programa de trabajo “por y para el pueblo de Grecia”, afirma Tsipras.
Sin embargo, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, asegura que su Gobierno no actuará unilateralmente, sino que colaborará con sus socios, tratando de calmar a los inversores. Todo acontece ante la mirada atenta de los países del norte de Europa, demasiado atentos a lo porvenir en Grecia, cual buitres.
En España se está gestando un movimiento que da esperanzas al pueblo de la península; ojala sea cristalizado en las urnas con la elección de dicho movimiento, conformado en inicio por los Indignados. Veremos qué ocurre.
Francia sigue aún en la dicotomía entre los neo-pétainistas con su islamofobia y los islamofascistas, ambos síntomas de la crisis de la democracia liberal. Houllebecq puede tener razón caricaturizando la condición actual de Francia, pero se equivoca en su visión del futuro, pues el próximo presidente no será un musulmán, sino un fascista. La concreta amenaza para el viejo continente sigue siendo la extrema derecha.
Oriente Próximo va a la deriva. En el horizonte, ante el estupor e impotencia de sus gentes, solo se ven más guerras, armadas desde el imperio…por supuesto todo es comprobable, pero las macrocorporaciones económico mediáticas no lo permiten…todos somos víctimas del satus quo…no duden, dudando.
Mientras tanto en Argentina, los candidatos se “auto eligen” en base a encuestas interesadas, previo bombardeo mediático. Los partidos de masa, la formación de cuadros o la generación de posiciones político-filosóficas languidecen peligrosamente y la democracia se vacía de contenido.
Y en Suramérica, ya no son creíbles partidos que se llaman socialistas y que responden a los engranajes más profundos del neoliberalismo actual, tal el caso de Uruguay, Chile, Argentina, Brasil, etc…
Los denominados partidos socialdemócratas son responsables de colaborar en la creación de un mundo del espectáculo de la farsa, pues no se fraternizan anteponiendo la solidaridad en la realidad y en la creación de Estados capaces de regular la economía y amparar a los ciudadanos, sino que parecen imposibilitados para renovarse a sí mismos. No pueden ni quieren salirse del mar neoliberal en el que flotan perdidos, sumisos y cada vez menos útiles. Los cambios generacionales no suponen aquí un cambio de políticas. Sólo maquillaje…
Los grandes hombres y mujeres que han aportado talento, genio y coraje a este planeta, hoy un tanto vacío de creatividad, sólo “cover de cover”, no tenían tiempo de publicitarse, además no eran entrevistados por los grandes medios, pues el sistema los consideraba peligrosos; se ha perdido mucho de sus primeras acciones. Hoy mononeuronales, primero publicitan y luego —apoyados por los contactos de todo tipo— intentan decir algo y, en fin ¿qué ha quedado como sedimento de estos últimos años?, además de mentiras, simulación, corrupción, genocidios velados, trayectorias inventadas y prostitutas al servicio del caos…

domingo, 7 de diciembre de 2014

Mujica apasionado Opinión Eduardo Sanguinetti

http://www.republica.com.uy/

José “Pepe” Mujica recibió el jueves pasado la distinción Orden Nacional al Mérito en grado de Gran Collar en Ecuador, en medio de un sentido homenaje del pueblo de Guayaquil (este) durante el traspaso de la presidencia pro témpore de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
La gran distinción que otorga Ecuador fue impuesta a Mujica por el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, quien agradeció el ejemplo del dignatario uruguayo para la región.
Tras ser condecorado por su homólogo ecuatoriano, Mujica aseguró que el único mérito que tiene es haber nacido en el mejor continente del mundo.
Consideró ser un luchador incansable sin vocación de héroe, pero contrario a la injusticia social. “Agradezco a todos por este bello homenaje, pero al salir de aquí sigo siendo el mismo viejo lleno de sueños y esperanzas”, dijo Mujica, en un discurso magistral que emocionó y caló hondo ¡vaya si lo hizo! Un discurso pleno de sensibilidad, tolerancia, desmesura vocacional en temas que hacen al sentir de los que se comprometen y abogan por un mundo donde quepamos todos; un discurso de quien ha vivido a su manera cada acto de su rutina diaria en el devenir de los años transcurridos pues, como dije en este medio hace unos años antes de que asumiera la Presidencia del Uruguay, Pepe Mujica inauguró un estilo de hacer política, al margen de creencias o descreencias, acerca de gestiones en su gobierno que me hicieron tomar distancia de él.
En definitiva la temporalidad y siendo solo “pasaje” en esta existencia, somos dueños de nuestro destino y debemos hacemos cargo de nuestros actos. No debo ni puedo dejar de mencionar, recordando cual acto de vida, que he sido el primero en proponer y nominar a Mujica al premio Nobel de la Paz, como también haber desistido de seguir haciéndolo, a inicios de este año 2014.
El anacronismo ocasional con el presidente Mujica deviene en razón de situarme en antípodas de ciertos actos en su gestión de gobierno, que aún persisten.
Sin embargo, trazando analogías, José “Pepe” Mujica deslumbra con su palabra “lanzada al viento”, que abre mentes y deja de lado los habituales protocolos a los que nos han intentado acostumbrar los políticos pacatos y de ocasión.
En este discurso brillante y emotivo, opinó de lo que ha vivenciado, sobrevolando y elevándose por encima de su rol de presidente de una nación, sin reparos en manifestar que “no puede creer en Dios”, admitiendo equivocaciones, “el orgullo es pasión de estúpidos” y lleva a confrontaciones inútiles.
“No perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada”. Estas palabras pertenecientes a un texto del poeta Miguel Hernández podrían haber sido escritas por “Pepe” Mujica. No perdona a la muerte, ni a la nada, así es bienvenida la vida con la mirada en el futuro caminando un presente un tanto incierto. Expresa bien el sentimiento a modo de elegía de un pueblo que no deja de soportar una existencia al margen con tanto pan amargo que ha comido.
No lo compro a Mujica, no lo vendo, no existe efusión de presentador en este artículo de opinión, lo creo necesario y en tiempo, como la vida. No tiene precio, frente a las ideologías de ocasión este Pepe Mujica que nos ofreció una lección de vida durante su discurso en Ecuador. Nadie puede permanecer indiferente ante estas palabras nutridas de sentido y marcando un destino: “No hay que dividir al mundo en colores, ni géneros, sino en quienes se comprometen o no se comprometen”.
Que persista la memoria.

viernes, 24 de octubre de 2014

Opinión Elogio al compromiso Eduardo Sanguinetti


La República
No olvidar que todo hombre ama la libertad; quien es justo la pide para todos y quien es injusto solamente para sí.
Vivimos quizá una época histórica en la que hemos visto cómo grandes utopías han quebrado. Ahora, se mantiene vigente más bien una utopía sin pretensiones, que había permanecido latente, oscurecida por la prepotencia de las demás.
El hombre de hoy se siente cómodo en un ambiente poco agresivo, tolerante, en el que los individuos, más liberados de la influencia de los demás, se disponen a probarlo todo. Se ha abolido lo trágico y se navega con soltura en una mentalidad frívola, no comprometida, devaluadora de lo real.
El siglo XX, que ha sido, posiblemente, el más sangriento y trágico de la historia, justifica el descrédito de la seriedad, porque en el origen de esas grandes tragedias aparece siempre alguien que se tomó algo demasiado en serio, fuese la raza, la nación, el partido o el sistema.
La sociedad desconfía, con razón, de todo fanatismo. Hay un valor máximo, que es la libertad, y el resto son procedimientos para conseguirla. Le cuesta admitir cualquier afirmación sostenida con vigor. Cualquier norma excesivamente definida le asusta. Prefiere el vagabundeo incierto, el buen humor. Es como si una consigna tácita nos ordenara no tomar nada demasiado en serio, ni siquiera a nosotros mismos.
Es cierto que hay que reconocer grandes conquistas a esta mentalidad que acabamos de describir. Entre otras cosas, haber barrido a toda una fauna de personajes autoritarios, todos bastante ridículos y prepotentes.
Ahora puede decirse que, por fortuna, el autoritarismo ha quedado muy devaluado. Es preciso reconocerlo y celebrarlo.
Sin embargo, la actitud de levedad con que algunos han reaccionado frente al antiguo autoritarismo trae consigo frutos muy diversos: pretende fortalecer la personalidad, pero acaba, sin embargo, propugnando una personalidad débil y diluida; en vez de exaltar la creatividad, que es lo que pretendía, engendra un sujeto errático y pasivo. No puede olvidarse que la huida de la realidad convierte al hombre en simple espectador de su vida.
Y cuando se pretende eludir el compromiso, se elude la realidad, porque la vida está plena de compromisos, sobre todo el de uno con uno mismo. La vida es optar y adquirir vínculos. Quien pretenda almacenar intacta su capacidad de optar no es libre: es un prisionero de su indecisión.
La valía de una persona puede medirse por el número y calidad de sus vínculos. Por eso, aunque todo compromiso en algún momento de la vida resulta costoso y difícil de llevar, perder el miedo al compromiso es el único modo de evitar que sea la indecisión quien acabe por comprometernos.
La persona está constituida por los valores en los que cree, que imprimen en su rostro la huella de su nobleza o de su vulgaridad. Somos lo que creemos. Lo que albergamos en nuestra mente nos marca de manera indeleble. Se imprime en nuestras facciones y en nuestros gestos. Se convierte en nuestra manera de ser…Lo manifestado, en este artículo de opinión, por supuesto, lo hago extensivo a políticos y macro-empresarios de toda especie y color.