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sábado, 23 de enero de 2016

"El Cine de Lassa" Por Julio Dornel-


                 Julio Dornel, escritor y periodista
La evocación de otros tiempos, cuando la frontera se entretenía con pocas cosas, nos lleva invariablemente al “cine de Lassa”, que en realidad comenzó siendo Cine Principio y finalmente Cine Ariel, cosa que poco importa cuando se pretende revivir jornadas del pasado.
Muchas generaciones se deleitaron con las películas de este cine que sin ser el primero tuvo la virtud de ofrecer el despegue del cine fronterizo en la segunda mitad del siglo pasado.
Algunos recordarán los comienzos de Cine Principio en los salones del Club Social allá por 1951, donde permaneció durante 8 meses, para trasladarse luego al local (galpón) propio construido por “Bililí” Amaral. Todo comenzó con una cámara AMPRO de 16 mm. y muchos rollos, sillas de paja y la película LAS ABANDONADAS con Dolores del Río y Pedro Armendáriz.
Las preferencias del público se inclinaban por la vida del vaquero americano eternizado con la figura del cowboy. Y era en ese lejano oeste que encontrábamos nuestras coincidencias juveniles en las ansias de libertad de estos hombres sin ley que tenían siempre como elemento valedero su inteligencia su fuerza y fundamentalmente su rapidez para sacar el revólver.
Por allí pasaron los primeros bandidos corriendo diligencias y asaltando trenes, las primeras ejecuciones públicas y también por allí fuimos conociendo a los famosos pistoleros del oeste americano que asolaban a las pequeñas poblaciones. El pasaje agreste y solitario era el escenario natural de los “ western” del 50 con sus personajes aventureros, sus buscadores de oro, sus “sheriff” y sus “salones” con puertas de vaivén.
Cómo no vamos a recordar a Tom Mix, a Gary Cooper, John Wayne y Randolf Scott, que iniciaron una larga cadena de buenos pistoleros.
Durante muchos años el “cine de Lassa” fue ofreciendo a su público una lista de películas que hacían el deleite de chicos y grandes. Y en esa cartelera imaginaria de grandes películas recordamos a Flor de Mayo y Café Colón ambas protagonizadas por María Félix y Pedro Armendáriz, Esposa y Amante con Jorge Mistral y Libertad Lamarque, Mis Padres se Divorcian con Arturo de Córdoba, El Balcón era la Luna con Lola Flores y Carmen Sevilla, Viva Chihuahua con Miguel Aceves Mejía, Piel Canela con Sarita Montiel y El Rapto con Jorge Negrete y María Félix.
Antiguas máquinas
Cómo no recordar a Casablanca con Ingrid Bergman, Ben-Hur con el apuesto oficial romano y las hazañas de Charlton Heston. Vimos a Gene Kelly “Cantando Bajo la Lluvia” lo que le valió una complicada pulmonía.
Por allí pasaron Lawrence de Arabia y Cleopatra con la apasionada actuación de Elizabelh Taylor y Richard Burton. Por supuesto que hay muchas que no recordamos y que contaron con la participación de Luis Sandrini, Cantinflas, Dringue Farías y muchos consagrados de la pantalla grande de aquellos años. Charles Chaplin, los Hnos Marx, Laurel y Hardy fueron a su tiempo los máximos exponentes del humor cinematográfico con algunas referencias a la realidad social que se vivía en aquellos años. También se podía admirar el escote de Gina Lollobrigida, el erotismo de Marylyn Monroe o el contraste rudo y salvaje de Gary Cooper. Muchos recordarán SUPERHOMBRE que tras sobrevivir a la destrucción del planeta Krypton fue adoptado por un matrimonio que lo ayudó en su carrera de periodista, transformado en Clark Kent y que si estuviera vivo estaría festejando sus 65 años.
Domingos de Matinée
En varias oportunidades hemos apuntado a la evocación de viejos tiempos, cuando la infancia era marcada por las cosas sencillas de una vida con muchas limitaciones, pero también sin mayores sobresaltos. Entre varias cosas que han quedado por el camino queremos recordar hoy las tardes de matinée en el Club Social. Se podía faltar al fútbol, a las misas del padre Bernasconi, a las reuniones bailables de Peñarol, y si se quiere hasta algún velorio de cercanos parientes, pero las sesiones de matinés eran “obligatorias”, y allí estábamos todos los domingos, para acompañar los episodios continuados de los Aguiluchos, las luchas del cowboy americano, o las hazañas de TARZAN contra el hombre blanco. Debemos confesar que en algunas oportunidades terminábamos “torciendo” por los bandidos. Por allí andaban Tom Mix, Gary Cooper, Randof Scott y muchos otros, llenando las fantasías de nuestra infancia con aquella violencia que comparada con las películas de ahora nos resultan infantiles. Antes de que el cine llegara a la frontera disfrutábamos del TARZAN continuado, que nos ofrecía el suplemento dominical del diario EL DIA.
Llegaron luego las matinés del Club Social donde Johnny Weismuller inmortalizó al mítico personaje de Edgar Rice Burrough en la selva africana, junto a Jane su eterna compañera. Tiempos de los primeros pantalones largos, de los cigarrillos fumados en el baño y del primer reloj de pulso que nos daba cierto status al pasar el día mirando la hora. Hoy todo ha pasado a la mejor historia y el modesto reloj ha sido sustituido por el celular colgado a la cintura, al mejor estilo del cowboy con su inseparable revólver. No sabemos cual será el destino del cine en los próximos años, donde las transformaciones tecnológicas harán lo posible para mantener su vigencia. Sabemos en cambio lo que significó el “cine de Lassa” para las generaciones pasadas. Cómo perderse el erotismo prehistórico de Isabel Sarli, con su opulenta feminidad en las películas de Armando Bo, fabricando rubias cabezas de mujer y relucientes cabelleras masculinas denunciando muchos gramos de gomina Brancato. Cómo olvidar los trajes cruzados, el pañuelo al cuello o el “gacho” gris de Tito Lusiardo.
Un poco de historia
Resultará muy difícil establecer una fecha aproximada para ubicar las primeras proyecciones. Pretendemos en cambio recordar algunos nombres que fueron de alguna manera los primeros adelantados de la cinematografía fronteriza. Transcurrían los primeros años de la década del 30 cuando los pocos habitantes de 18 de Julio, disfrutaban de películas mudas que traídas de Santa Vitoria, eran exhibidas en la casa de la familia Gatti-Dinegri frente a la escuela pública. Surgieron posteriormente en esta frontera algunos locales donde también se fueron exhibiendo estas películas que comenzaron a despertar el interés de la población. Podemos destacar entre ellos al Club Social Luz y Vida, Teatro Río Branco, Cine Gloria, Cine Río Grande, Club Social Chuy, Cine Principio y Cine Teatro Caetano último baluarte del cine fronterizo. Queremos recordar además algunos nombres que se fijaron definitivamente en la historia del cine local, Mario de San Vicente, Elvira Rotta, Jorge Calvette, Washington Diego, Ariel Lassa, Caetano Rotta, Esteban Fernández, Filmar Rodríguez, Tomás Corbo, Gilberto Correa, Lujan Rocha, Guadalupe Da Costa y muchos otros que con suerte variada participaron en distintas tareas.