Las gestiones realizadas por la actividad privada en los últimos años, están apuntando fundamentalmente a complementar el desarrollo turístico con el ordenamiento territorial que reclama el departamento. Para Jesús Ramos, presidente de la Corporación Rochense de Turismo, se deben mejorar en primer término “los servicios complementarios que exige la actividad turística en el departamento con operadores y funcionarios más capacitados para recibir un turismo cada día más exigente. Como lo señaláramos en el lanzamiento de la temporada, nuestra gestión apunta desde hace dos años al trabajo conjunto de lo público con lo privado, comprobando que actuando en forma solitaria no podremos lograr los objetivos planeados. Hay que abrir la cancha para que puedan participar todos los actores, mancomunados en el mismo objetivo y apuntando en todo momento con el Rocha Total, con sus 180 kilómetros de costas oceánicas las sierras, ríos, arroyos y lagunas que nos ofrece el departamento. Todo ello ha quedado demostrado en las reservas de enero en La Barra, La Coronilla, La Esmeralda, Aguas Dulces y Valiza con un 90 % de turistas uruguayos. Lo siguen luego-dijo Ramos- Punta del Diablo, La Pedrera y La Paloma con inversiones importantes, donde el nivel de consumo es superior, con un público medio-alto y donde se nota la ausencia de algunos argentinos”. Por su parte el diputado Anibal Pereira, (FA) manifestó a la prensa no tener ninguna duda de que la actividad turística genera un ingreso económico muy importante para el departamento. Es evidente que durante estos últimos 10 años, desde el gobierno nacional y departamental, se han priorizado y profundizado las políticas de planificación. También debemos señalar otra política que está directamente relacionada con la calidad de ese turismo y que es el ordenamiento territorial y el desarrollo del departamento. Se ha definido con claridad las pautas del desarrollo territorial en diferentes puntos de la costa oceánica, facilitando algunos emprendimientos turísticos que han generado ingresos importantes y muy superiores a los que se obtenían por terrenos baldíos y campos “pelados”. Se trata de una política instalada en la planificación departamental apuntando a crear un polo de desarrollo turístico de mediana y alta gama. Debemos seguir priorizando las opciones para gente que quiera un turismo de determinada característica y bajo costo, sin quitarle la posibilidad al que reclama mayor calidad”.
