Las desarrolló un científico catalán. Y una empresa de Sillicon Valley va en la misma línea.
El mercado de las muñecas eróticas de tamaño y aspecto humanos tiene cierto recorrido en países como Estados Unidos y un notable éxito
comercial en algunos países asiáticos como Japón.
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El experto en nanotecnología catalán Sergi Santos lleva varios años trabajando en una idea con la que busca aplicar sus vastos conocimientos científicos a un producto que dé respuesta a una de las necesidades primarias de los seres humanos: el afecto. Este proyecto ya es un prototipo y se llama Samantha. Pesa unos 40 kilos, tiene los ojos
verdes, una larga cabellera de color castaño y unas medidas de 90-55-90.
verdes, una larga cabellera de color castaño y unas medidas de 90-55-90.
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Crean las primeras muñecas sexuales con inteligencia artificial