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viernes, 22 de julio de 2016

Editorial de VOCES: ¡TARDE PIASTE!

(¿No se preguntan por qué hay enojo? ¿Quién es responsable de la calentura frentista? ¿No se dan cuenta que la estructura del Frente necesita que le hagan una autopsia? Un tumor cerebral no se mejora con curitas, no hay venda que lo solucione. Si se va a mantener al Plenario Nacional como dirección política marchamos al abismo. Es hora de pensar un funcionamiento diferente y la ignorada Convención podría ser útil. Si el funcionamiento político va a seguir apostando a la cultura de la Resistencia y no a la generación de la Alternativa, auguramos un desgaste total del Frente como herramienta).

¡Linda imagen de cambio estamos dando! Se acabó el tiempo de las maniobras. Se terminó el espacio para negociaciones de cúpulas. Se liquidó el periodo de pactos militantes. Es hora que nos expresemos todos. Es preciso ventilar la casa. Abrir ventanas y puertas a la participación. Es positivo que democraticemos la interna. No podemos temerle a la opinión masiva. Es bueno que decida el pueblo frentista. Es sano perderle el miedo a la libertad. Que hable la gente. Seamos generadores del cambio. Vos sabes que se puede. Fragmento del editorial de VOCES de 10/4/2008

Vino el sacudón del voto en blanco de cien mil montevideanos en las elecciones departamentales del año 2010, para que la estructura, cuatro años después del clamor por elección directa, se decidiera convocar en el 2012 a la elección de presidente del Frente. El paquidermo frentista se mueve muy lentamente para realizar cualquier tipo de cambio. Llegamos al tercer periodo y el desgaste de gobernar sumado a muchos errores cometidos por diversos compañeros, hizo cundir el desencanto y la bronca en nuestras filas partidarias. Quizás el más grave de los pecados haya sido perder la credibilidad, producto de la soberbia o de subestimar a la gente, creyendo que con lindas cifras o discursos floridos se arregla todo. Ahora se piensa que con una competencia electoral interna se revitaliza al Frente Amplio. Pero la “nomenklatura” no masca vidrio y ve que la mano viene brava: no hay entusiasmo. Y en su desesperación convoca a los indignados, a los críticos a los enojados a que participen, parece que está en juego la copa del mundo y no quieren perder la final del campeonato. ¿No se preguntan por qué hay enojo? ¿Quién es responsable de la calentura frentista? ¿No se dan cuenta que la estructura del Frente necesita que le hagan una autopsia? Un tumor cerebral no se mejora con curitas, no hay venda que lo solucione. Si se va a mantener al Plenario Nacional como dirección política marchamos al abismo. Es hora de pensar un funcionamiento diferente y la ignorada Convención podría ser útil. Si el funcionamiento político va a seguir apostando a la cultura de la Resistencia y no a la generación de la Alternativa, auguramos un desgaste total del Frente como herramienta. Sería lamentable que sea imprescindible una derrota para limpiar nuestra casa. Estamos a tiempo, si levantamos la mira, el título de esta nota no será una profecía

jueves, 17 de marzo de 2016

INDISCIPLINA PARTIDARIA, la columna de Hoenir Sarthou: Valenti


Publicad por Semanario Voces








Se podrá discrepar con Esteban Valenti por muchos motivos, pero nadie puede negar  
la lucidez y la habilidad políticas que suelen acompañarlo.
En los últimos tiempos, en especial desde que se inició la investigación sobre ANCAP, se ha vuelto una voz crítica de ciertos aspectos de la gestión oficial. Al punto que Danilo Astori declaró que “hace tiempo que no nos representa”, poniendo fin, así, a su papel de vocero público del Frente Líber Seregni.
Despojado de esa representatividad, Valenti arreció en las críticas, hasta que en una columna publicada esta semana, “El tobogán ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?”, resumió sus discrepancias y formuló sombrías advertencias respecto al futuro del Frente Amplio.
En lo esencial, sostuvo que: 1) el gobierno y el Frente Amplio están perdiendo credibilidad y van “mal, muy mal”; 2) la causa principal de esa situación, según él, es el crecimiento del MPP, una fuerza que (siempre según Valenti) no fue fundadora del FA, no es seregnista, y, fiel a sus orígenes en el MLN, tiene como proyecto y método político el puro ejercicio del poder; 3) los sectores no “emepepistas” (el Frente Líber Seregni y el Partido Socialista), que debían oficiar como contrapeso, fueron cediendo por debilidad ante el empuje arrollador del MPP, hasta que “se ladeó el bote de forma insoportable”; 4) lo que pasó en ANCAP, y “otras cosas” no son sólo responsabilidad de Raúl Sendic sino del gobierno (de Mujica) “que se lo permitió e incluso lo alentó”; 5) hay un debilitamiento de “los factores éticos en el FA”, ejemplificado en el concepto de que “lo político no sólo está por encima de lo jurídico sino también de lo moral y ético”, debilitamiento ético que abarca a militantes y sindicalistas y que, según Valenti, acarrea el vaciamiento ideológico de la izquierda, el avance de la derecha y el “robo de la esperanza” de la gente; 6) reconoce el estancamiento del FA, la falta de políticas educativas y sociales, y desliza: “quisimos arreglar todo con crecimiento y plata”; 7) para concluir, se pregunta: “¿perderemos las elecciones?”, y se responde que ello dependerá de que surja dentro del Frente un sector que haga contrapeso al poder del MPP, fuerza de la que, pese a todo, no cree conveniente separarse” todavía”.
Voy a permitirme coincidir con Valenti en algunas cosas y discrepar en otras, como lo hemos hecho tantas veces en “tertulias” y “mesas”.
Coincido (¿y quién no?) en la constatación de la creciente pérdida de credibilidad del Frente Amplio a través de sus sucesivos gobiernos. Coincido también en que lo que Valenti llama “debilitamiento ético” (creo que podemos hablar ya de corrupción, con todas las letras) es un factor importantísimo –aunque no el único- de esa pérdida de credibilidad. Y, por supuesto, estoy de acuerdo en que la carencia de un proyecto político coherente ha sido suplida por una penosa rebatiña de cargos y posiciones de poder.
Discrepo, en cambio, en que el MPP sea el único responsable de esos fenómenos.
Mi decepción con el MPP, sector al que voté en 2009, es enorme. Creo que aún no nos damos cuenta del daño que nos causó el “estilo Mujica”. La total incomprensión del fenómeno institucional y la creencia de que cualquier arreglo político puede pasar por arriba de las reglas y de los procedimientos establecidos como garantía son caries culturales de las que nos costará mucho liberarnos. Pero, ¿el MPP actuó solo?
¿Dónde estaban el vicepresidente, los ministros, los senadores y los diputados frenteamplistas no mujiquistas mientras que Mujica gobernaba? ¿Quién firmaba con él los decretos, quién votaba las venias y le daba las mayorías parlamentarias? ¿Son Mujica y el MPP los principales responsables de los escándalos de Casinos y PLUNA? ¿Alguien en el gobierno reaccionó ante el hecho gravísimo de que casi dos tercios de los chiquilines no terminan secundaria? ¿Quién dirigía la economía mientras que Mujica presidía? ¿Quién impulsó las políticas de inversión extranjera, sobre todo en materia agrícola, que, entre otras cosas, han dañado la tierra y echado a perder el agua potable? ¿Quién les concedió exoneraciones tributarias a las megainversiones y les asignó zonas francas y puertos, en tanto los demás uruguayos pagamos impuestos altísimos? ¿Quién nos endeudó a todos, elevando la deuda pública a más de 50 mil millones de dólares? ¿El Ministerio de Economía no sabía lo que pasaba en ANCAP? ¿Cuál fue su postura ante la creación y la adjudicación de las obras de la regasificadora y de la maraña de empresas colaterales (privadas pero con capital público) que hoy rodean a los entes del Estado?
El problema no es sólo el MPP, sino el Frente Amplio, o al menos la cúpula que lo representa en el gobierno. Es que el modelo económico y social impulsado, la apuesta a la inversión extranjera, desprolija e inequitativamente manejada, la carencia de proyectos nacionales , frustra inevitablemente a la mayoría de los uruguayos, a los que les propone consumir, si pueden, o vivir de las dádivas del Estado (la “plata con que se quiso arreglar todo”) mientras esperan el derrame de riquezas que deberían provocar –y no provocan- las multinacionales.
Finalmente, Valenti se pregunta: “¿Vamos a perder las elecciones?”
Cabe preguntarse quiénes perderían las elecciones. ¿Los responsables del “debilitamiento moral”? ¿Los “militantes, sindicalistas y gente común” que padecen ese “virus mortal” de anteponer lo político a lo ético? ¿Los que han querido “arreglar todo con crecimiento y plata”?
Si la situación es como Valenti la describe –y yo creo que lo es- que el Frente Amplio perdiera las elecciones debería ser el menor de los problemas, incluso para los frenteamplistas. Lo verdaderamente grave es la degradación a la que ha llegado el Frente en sólo once años de gobierno y la destrucción que puede causar en los cuatro años que le quedan. Ese, en realidad, está lejos de ser sólo un problema de los frenteamplistas. Es un problema de todos los uruguayos.
La parte más dura del asunto es que todos, en el fondo, como ciudadanos, somos un poco responsables. Unos, por haber apostado otra vez al actual Frente Amplio sin exigirle nada; otros, por no haber sabido pensar ni construir alternativas convincentes.     


jueves, 17 de septiembre de 2015

INDISCIPLINA PARTIDARIA, la columna de Hoenir Sarthou: Recuerden bien estos números - Semanario Voces







"Sí, recuérdenlos bien: 425 y 677. Corresponden a artículos del proyecto de ley de presupuesto. Si pueden, búsquenlo en Google y léanlos.
Si usted es funcionario público, o si no
dispone de miles de dólares para –en caso de enfermedad propia o de un hijo- pagar medicamentos caros y tratamientos sofisticados, le aseguro que le van a interesar.
El 425 limita las obligaciones de las
instituciones de asistencia médica. Pretende cortar una tendencia que viene imponiéndose en el Poder Judicial: la de obligar a ASSE y a las mutualistas a suministrar medicamentos y tratamientos de alto costo a enfermos graves que los
necesiten y no puedan pagarlos.
El artículo 425 ha generado el rechazo del Sindicato Médico del Uruguay y del Consejo de la Facultad de Derecho, así como expresiones públicas adversas de jueces y abogados, entre los que se cuentan los Dres. Dora Szafir, Edgardo Ettlin, Juan Ceretta, Gianella Bardazano y Florencia Cornú. Por información más detallada sobre el proyectado artículo
425, sugiero entrar al blog https://accesoamedicamentosuruguay.wordpress.com
El 677, por su parte, dispone que los créditos contra el Estado por reclamos remuneratorios, después de ser declarados y liquidados por el Poder Judicial, no podrán cobrarse hasta que se los incluya en la próxima ley de presupuesto o de rendición de cuentas, y serán pagados recién en el ejercicio siguiente. Lo que significa que el cobro de un crédito contra el Estado, por esos conceptos, puede demorarse todavía  casi dos años luego de ganado el juicio".


 Clic en el enlace para leer la nota original

INDISCIPLINA PARTIDARIA, la columna de Hoenir Sarthou: Recuerden bien estos números - Semanario Voces

domingo, 19 de octubre de 2014

CORTANDO GRUESO Por Alfredo García


publicado a la‎(s)‎ 15/10/2014 23:11 
 por Semanario Voces

Las columnas de Hoenir Sarthou de las pasadas semanas me pusieron en la encrucijada de hablar sobre mi opción en las elecciones de octubre, porque de alguna manera podría implicar que se identificara a VOCES  con su postura personal y como siempre en este “refugio de sueltos”, la libertad es cada día más libre.


“Era, para mí, la vida entera,
como un sol de primavera,
mi esperanza y mi pasión”.                                                                                                  
                                Tango Cuesta abajo

Decir que nací a la vida política con el Frente puede asemejar un intento de mostrar credenciales militantes, -como si eso tuviera algún valor- pero en realidad es una simple constatación de mi realidad personal. Me resulta imposible borrar recuerdos grabados a fuego como aquel discurso de un desconocido general que hablaba lento marcando las “eses” en una explanada municipal repleta de gente. Me acuerdo de las noches de engrudo y pegatina donde mi vieja, de puro piola nomás, salía arriba del camión porque mis diecisiete años me impedían salir solo ya que los milicos se llevaban sin discusión a los menores si nos paraban. Como olvidar las charlas en el comité 19 de Junio con “vacas sagradas” como Turiansky, Vidart, Rama o Crottogini, las discusiones con los “bolches y los latas”, la “Caravana por la democracia” de los partidos tradicionales, el acto final en la Av. Agraciada y las lágrimas derramadas por la derrota en la rambla  montevideana. Solo nos consoló el título del diario, creo que era El Eco, con las palabras de Seregni: “Ninguna revolución se hace en ocho meses”. Veinte días después fui testigo del Primer y único Congreso de Comités de Base del Frente Amplio con cerca de cuatro mil delegados de más de mil cien comités de todo el país. Vivíamos al mango, en una vorágine militante con una sociedad muy polarizada políticamente, donde los amigos de la infancia rápidamente podían convertirse en enemigos irreconciliables y perfectos desconocidos pasaban a ser entrañables compañeros. La década del setenta marcó como pocas a toda una generación, donde dar la vida por la causa era una posibilidad cierta y el desprecio por la “democracia burguesa” era una práctica cotidiana.

Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.

                 Tango Cuesta Abajo

Luego vinieron los años del plomo, la distancia, muchas ausencias forzadas,  y el advenimiento de la apertura democrática nos encontró más viejos y más sabios. Prueba y error, pasamos por varias organizaciones, buscando un paraguas para cobijarnos, influyo quizás el espíritu gregario y la necesidad de alcanzar un sentimiento de pertenencia. “Suboficiales de derrotas”, sufrimos con el voto verde y las continuas palizas electorales y sindicales. Vimos caer muros que nos eran ajenos pero igual nos movían el piso. Experimentamos fracturas y divisiones varias y muchos laderos de viaje se fueron por otro rumbo. Pero a pesar de todo, como decía la abuela vasca del General: “los hechos son porfiados” y seguimos acumulando como proyecto de cambio. Las estructuras partidarias nos comenzaron a parecer más un corsé al pensamiento libre que un instrumento para la creación de nuevas ideas. Cambiamos la chacra sectorial y sus bemoles de internas peliagudas por una Olivetti 22 que nos permitía seguir dando de tanto en tanto algún aporte. Y nos convertimos en aquel otrora despreciado frenteamplista de a pie, que no se casa con nadie pero se compromete con todos. Así llegamos al 2004 y convertimos el llanto de julio por la muerte de Seregni en lágrimas de alegría de octubre cuando un inmenso mar rojo, azul y blanco festejó después de treinta y tres años la victoria. Y nació VOCES. 

Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!
                                                                   Tango Las Cuarenta

Cada uno elige el puesto de lucha que prefiere y un grupito de anormales optamos por esta quijotada de cada jueves. Sarna con gusto no pica dice el refrán, así que no vamos a hacer el recuento de todas las cicatrices que nos dejaron diez años de muchas uñas rascando fuerte o clavándose en nuestra epidermis periodística. Nos pusimos como tarea colaborar con el proyecto histórico y para cada uno eso tiene diferentes interpretaciones. A título personal, yo creo que el mejor aporte es marcar los errores en voz alta en lugar de callarse por aquello de no darle armas al enemigo. Demasiados silencios han demostrado históricamente a nivel universal que no se construye un mundo nuevo con obsecuencia o disciplina partidaria. Quiero ser profundamente claro, creo que en estos diez años se ha avanzado muchísimo en diversas áreas y hay un modelo en permanente elaboración que avanza con mayor o menor velocidad según sea el campo analizado. No veo una “conspiración neoliberal” en la interna oficialista y hace años que dejé de pertenecer al selecto grupo de  soñadores utópicos que ven todo en blanco y negro. Soy más aficionado a los matices y me rechinan los paradigmas globalizadores de cualquier pelo. No somos Suecia, Chile ni Nueva Zelanda, pero tampoco Corea del Norte, Cuba o Venezuela, por suerte. Creo que estamos intentando desarrollar, un poco a los ponchazos, un modelo propio, único y que aún no sabemos con certeza donde puede terminar. Pero existen riesgos, por supuesto y no me refiero a un triunfo electoral de la derecha, que puede pasar algún día, sin poner en peligro el rumbo iniciado, si hacemos bien las cosas. Y es acá donde a mi criterio está la clave de la izquierda uruguaya. ¿Estamos haciendo las cosas bien?  A mi entender hay dos problemas que se deben afrontar.  El primero es la formación de una casta burocrática de militantes fulltime que ha crecido a la sombra del poder estatal y que antepone sus intereses particulares, perfectamente maquillados de ideología, a los intereses del proyecto de cambio frenteamplista. Son los que hoy militan en un grupo y mañana están en otro partido, o en su defecto forman su propio sector para seguir pesando en la vida política. Disidentes u obsecuentes según como venga barajada la mano, pero siempre están en la vuelta. Hombres de corcho, permanentemente flotando en las esferas del poder. Mujeres también, ta!
El segundo tema es a mi criterio una división que existe transversalmente en el Frente Amplio entre lo que yo denomino izquierda republicana e izquierda dogmática. Las dos tendencias están representadas en todo el espectro frentista, no se salva nadie, y eso hace que muchas veces existan coincidencias supra sectoriales o discrepancias intrapartidarias, que afloran o se tapan según las circunstancias pero que más temprano que tarde llevara indefectiblemente a la implosión de las organizaciones actuales si se quiere avanzar. De lo contrario el Frente tal como lo conocemos hoy irá languideciendo, corriendo el serio riesgo de extinción. Parafraseando a consignas de otras épocas se trata de una revolución permanente o de una revolución en la revolución dentro de la izquierda uruguaya. Pero viendo el tiempo y el espacio no tengo más remedio que dejar esto por acá, casi, casi como que me fui al carajo con la idea inicial de esta nota. Dos pequeñas aclaraciones:
  1. Me gusta el tango pero nunca fui muy hincha de la filosofía tanguera.
  2. Más frentista que yo, ni Liber Seregni, con todo respeto.                                                                   Lo seguimos la semana que viene.