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jueves, 29 de octubre de 2015
UN PÁJARO SOÑADOR. HUMBERTO PIÑEIRO: VEINTE AÑOS DE AUSENCIA. Por Julio Dornel.
Escritor y periodista Julio Dornel
Para recordar a los GRANDES, no es necesario haberlos conocido y mucho menos, haber disfrutado en algún momento la feliz coincidencia de encontramos en alguna esquina. Fuimos en cambio, y desde el primer momento, admiradores del dúo LOS ZUCARÁ, que integraba con Julio Víctor, en épocas gloriosas del folclore rochense. El 24 de marzo de 1995, el departamento se cubrió de silencio y angustia porque uno de sus hijos había emprendido el último viaje. Se había marchado para siempre Humberto Piñeiro. Le correspondió al periodista Alberto Souza Castillos, despedirlo desde las páginas de EL PALMAREÑO, con una contratapa que fue más allá del texto publicado: “Recodar a HUMBERTO PIÑEIRO, el “Flaco” para nosotros, el “Petizo” para otros, es evocar a un gorrión de barrio, que por sus condiciones naturales y personales, se convirtiera en el inolvidable RUISEÑOR DEL ESTE. Inquieto, tenaz, perseverante, sabía perfectamente lo que quería y no escatimaba esfuerzos para lograr lo que se proponía. De espíritu jovial y dicharachero, lograba con su sonrisa de alegre muchachón, llegar al corazón de quien lo conociera. Su calidez humana era volcada inevitablemente en una verdadera simbiosis a sus canciones que fluían como el divino y fresco líquido de un manantial que se escapaba de su dulce y atildada voz, fácilmente reconocible, ya que en cada estrofa ponía su alma de pájaro soñador y libre. En momentos difíciles tuvo junto a su compañero de camino, JULIO VÍCTOR, de lograr el adecuado equilibrio, sin perder en ningún momento su perfil de rebeldía por la justa causa que sus hermanos del arte reclamaban en medio de días oscuros. Supieron mantener enhiestos los principios de libertad y justicia que dejaban traslucir en las obras que interpretaban de nuestro poeta ENRIQUE “GALLINETA” SILVA, reivindicando como en Suelta Pájaros la firme decisión de volar en la más absoluta libertad, o la rebeldía que se traduce en aquella MALDICIÓN DE MALINCHE, del autor mejicano Gabino Palomares. Muy tempranamente la música lo atrapó y terminó siendo su gran pasión, vehículo sutil que le permitió llegar al corazón del pueblo, motivo primordial de su arte convertido en obsesión. Quienes lo conocimos desde su llegada a Rocha, y tuvimos en la década del 60 la suerte de compartir tareas en Difusora Rochense, en aquel mismo escritorio, o aquella vieja discoteca supimos de su afán por la música. Primero con su GRUPO ROCKERO animando las recordadas reuniones bailables de carnaval en el Teatro 25 de Mayo. Luego un fugaz y alocado intento de formar un dúo melódico con el autor de esta nota, y casi simultáneamente surge lo que finalmente lo llevaría a la consagración: el nacimiento de LOS ZUCARÁ con Julio Victor. De allí en más, sus presentaciones en público, los escenarios, los estudios de grabaciones, sus discos, sus viajes regionales e intercontinentales y la absoluta y definitiva consagración en alas de sus cálidos trinos y la aureola brillaba sobre ellos por derecho propio. Poseedor de un alto concepto de lo que significaba la familia, supo ser un ejemplar conductor de la suya, poniendo en su hogar la lección diaria de rectitud, sensibilidad, amor y comprensión en una extraña mezcla de virtudes que cimentaron los sólidos lazos familiares. La amistad la cultivaba con renovados celos, y eran sus amigos motivo de sus desvelos. Cuidó y fomentó estos sentimientos a tal grado que hubiera constituido para él un sacrilegio, dejar a algún amigo a la vera del camino. HUMBERTO NO HA IDO, ES MÁS NUESTRO CADA DIA, Humberto está allí con su espíritu inquieto recorriendo el inconmensurable diapasón del estrellado firmamento para enviarnos el etéreo mensaje de una nueva canción”. Lo dijo el periodista Alberto Souza Castillos, que tuvo la suerte de transitar junto a Los Zucará, por los adoquines de las calles rochenses y los esbeltos palmares de Castillos, regalando temas y canciones de Dagoberto, el “Gallineta”, Núñez Rótulo, Lucio Muniz y otros poetas que fueron capaces de escribir sobre temas cotidianos. Han pasado 20 años y el mensaje de HUMBERTO sigue llegando a los hogares rochenses con La Maldición de Malinche, Suelta Pájaros, Pueblo Mío, Tablado de Febrero, Techos de Cartón y el Romance a Rocha…..
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