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viernes, 29 de septiembre de 2017

¡LA PROFESIÓN MÁS IMPORTANTE DEL MUNDO DICE BASTA! Pablo Ocampo Carli DOCTOR EN VETERINARIA


Definición del Veterinario


 “El veterinario es un Universitario con formación científico técnica, generadora de conocimientos cuya acción se ejerce sobre el vasto campo que concierne a la   Salud, Protección, Bienestar, Calidad y Producción Animal, Industria Alimentaria y Farmacéutica, Biotecnología, Salud Pública, Docencia e investigación. Busca asimismo el mejoramiento de la condición Humana, tanto en lo referente a la Salud, como en lo relacionado con el campo Ecológico, Social, Económico y Ético.”

     


COLEGIO VETERINARIO DEL URUGUAY LEY 19252
ORDENAMIENTO ÉTICO A TRAVÉS DE LA MATRÍCULA
COLEGIO ES LA HERRAMIENTA IMPRESCINDIBLE DE PONER LA CASA, Y EL PAÍS EN ORDEN , ANTE LA TREMENDA FALLA JERÁRQUICA DE PONER EN SU JUSTO LUGAR, A LA SALUD, SEGURIDAD, INOCUIDAD ALIMENTARIA EN MATERIA DE LAS CIENCIAS VETERINARIAS.
SEGUIMOS ESPERANDO MAS DE DOS AÑOS APROBADO EL COLEGIO VETERINARIO DEL URUGUAY, LA POSIBILIDAD DE SU CONCRECIÓN EN LA REGLAMENTACIÓN.
Cuando oímos hablar por primera vez en nuestra vida sobre un colegio profesional, a la mayoría se nos viene a la mente nuestro colegio, nuestra enseñanza primaria o universitaria y nos perdemos en tribulaciones y divagaciones diversas sobre el contenido, función y alcance de los colegios profesionales.

Historia de los Colegios Profesionales
Los colegios profesionales se remontan a la edad media. Estos colegios nacen en Europa en el siglo XI con la figura de los craft-guilds, como asociaciones de trabajadores que mezclaban intereses profesionales con particulares. En España se comenzaron a impulsar desde los claustros de las universidades como órganos de agrupación de profesionales en pro de la defensa de sus derechos. Los primeros colegios que comenzaron a funcionar fueron los colegios sanitarios y actividades jurídicas.
Hasta el siglo XIX, los colegios profesionales aumentaron en número y profesiones, defendiendo una posición cerrada y unitaria en el desempeño de la profesión. Se marca un punto de inflexión en este momento, dado que la doctrina liberal que se impuso parcialmente, abogó por eliminar estas figuras. Los colegios profesionales sobrevivieron los envites y comenzaron a adquirir todas las funciones que tienen hoy día, sin contar con todas las que ya han perdido en las modificaciones legislativas que se han llevado a cabo en todo este tiempo.
Regulación de los Colegios Profesionales
La legislación vigente de los colegios profesionales data de 1974, con la Ley 2/1974 de los Colegios profesionales. Esta ley ha sufrido muchas modificaciones en el articulado desde su redacción pero mantiene la misma estructura que poseía en origen.
La ley anterior define a los Colegios Profesionales como
Corporaciones de derecho público, amparadas por la Ley y reconocidas por el Estado, con personalidad jurídica propia y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines.
Esta definición inicial les faculta para representar y defender a la profesión que tenga cada colegio como representada, los colectivos de clientes y profesionales y actuar como intermediarios en las redacciones de los textos legislativos que les afecten.
Esta ley, marca la colegiación obligatoria para el ejercicio profesional que se regule por ley y además incorpora a la normativa de los colegios el desempeño de las profesiones bajo libre competencia, el cumplimiento de la leyes de defensa de la competencia y competencia desleal y por último se han incorporado a los trámites de adaptación de requisitos de colegiación.
Colegiación y funciones de los Colegios Profesionales
Para acceder a una colegiación, debemos estar en posesión de la titulación exigida por la ley de nuestra profesión y cumplir con los estatutos que tenga cada colegio. Esta colegiación se ha ampliado a las sociedades profesionales, sin que, en ningún caso, se pueda impedir la colegiación como tal de una persona jurídica. Por otra parte, los colegios profesionales se pueden organizar mediante delimitaciones territoriales sub estatales. En estos casos, la colegiación en un colegio de rango menor, permite desempeñar la profesión en todo el territorio.
Las funciones principales de los colegios profesionales son:
Todas las funciones que redunden en beneficio de sus colegiados y usuarios. Realizando su propia vigilancia (la policía de la profesión) en el desempeño ético del colegiado, en base a un código ético.
Todas las funciones que le encomiende la Administración Pública junto con la representación que se otorgue a los colegios para el cumplimiento de las leyes
Actuar y participar en los Consejos u Organismos consultivos de la Administración en la materia de competencia de cada una de las profesiones.
Estar representados en los Patronatos Universitarios y tener presencia en la redacción de los planes de estudios y centros donde se impartan las titulaciones adheridas al colegio ( ejemplo la educación continua).
Designación de peritos judiciales para las materias que incumban al colegio, dentro de los miembros del mismo.
Atribuciones de facultades disciplinarias dentro de la organización propia y estatutaria de los colegios.
Procurar la armonía y colaboración entre los colegiados, impidiendo la competencia desleal entre los mismos. En esta línea deben impedir a la vez el intrusismo profesional y el desarrollo de la profesión en competencia desleal.
Presencia en las juntas arbitrales y organismos de consumo.
Gestión de cobros de honorarios cuando el colegiado así lo solicite.
Visar los trabajos profesionales de los colegiados en los términos previstos en la propia ley.
Fundamentalmente es la voz, de la profesión a la hora de la defensa de sus incumbencias.
Como podemos comprobar, la mayoría de las funciones tienen una misión educativa, formadora y dan un formato de Derecho Público a una estructura idéntica a una asociación, con la salvedad que es obligatorio e imprescindible para desempeñar la profesión.

EXISTE ALGO DE IMPORTANCIA EXTREMA EN EL COLEGIO, QUE ES LA VINCULACIÓN EN AMBOS SENTIDOS (RETROALIMENTACIÓN) CON EL PODER EJECUTIVO, EN MATERIA DE CIENCIAS VETERINARIAS, PRODUCIÓN SALUD, SEGURIDAD PÚBLICA, INOCUIDAD ALIMENTARIA, SERVICIOS A LA COMUNIDAD, Y CUMPLIMIENTO EN LO QUE HACE A LAS BARRERAS SANITARIAS, GARANTÍA DE SERVICIO, VIGILANCIA EN EL DESEMPEÑO ÉTICO PROFESIONAL, ASÍ COMO EN LA MORAL DEL PROFESIONAL.
Llegamos al estado actual, vertiginosamente, y haremos un breve pantallazo, para comprender la necesidad del Colegio como herramienta reparadora de este de esta situación trágica en que nos encontramos, terminar con esta fractura social, que no cicatriza hipertrofiándose cada vez más.
En 1980, plena dictadura, se desencadena, una de las catástrofes más penosas de un centro asistencial de Protección de animales y plantas, como rezaba su cartel fundada en 1965, “SanFrancisco de Asís”, masacre y eutanasia masivas, robos, peleas por dirección, estafas de donaciones, y pésimas condiciones de trabajo y sometimiento de los colegas que allí asistían, terminó siendo intervenida a impulso de la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay, (época de la Presidencia del Dr. Luis Queirolo) MGAP, MEC, pasándose a llamar “Refugio” , de poca duración dado el surgimiento de más asociaciones civiles , que hasta hoy permanecen y se han multiplicado exponencialmente, pero bajo un sentimiento de lucro, competencia que termina siendo un grave desprestigio, e intrusión, ejercicio ilegal, donde solo los une el sentimiento mediático, y el escrache, a los profesionales veterinarios, sometiéndolos al temor, a la colaboración compulsiva, e impuesta….y bueno….es un País chico, muy chico, donde cualquier experiencia es válida, sin las garantías ciudadanas, y sin democracia…imaginen.
Se pasa pues de la protección mediática, al acaparamiento del sometimiento de un área afectiva, como son los animales de compañía la inquisición contra una Profesión, que luego encuentran a políticos, que dan la posibilidad de institucionalizarse, donde se pierde el rigor científico técnico y se banaliza en el nombre del control poblacional actos quirúrgicos, y manejos de psicoactivos, por idóneos, que solo les interesaba el negocio.
Toda esa cruzada inquisidora, fundamentalista, termina repercutiendo gravemente en la enseñanza, de grado, sin modelos biológicos, que puedan hacer de la formación un grave problema de irresponsabilidad, a la hora de la asistencia, control y rehabilitación del paciente, dado el poco reconocimiento de la anatomía, función, fisiopatología, para comprender la patología, y determinar su terapéutica adecuada.
Estas asociaciones y el avance de la tecnología, entienden que la” virtualidad “es superior a lo “real”, y desde las redes sociales lastiman a profesionales, instituciones, investigadores, personas  públicas, departamentos oficiales, sanitarios…aprovechan a jaquear soluciones a nivel político social, cultural, social, jugando a la mitología de la demonización , favoreciéndose de la imaginación ingenua, del ser sensible, que ve en la profesión veterinaria, basados en el terror de la amenaza de muerte, descontextualizando opiniones, y peor decisiones técnicas de quien las indica.
En el 2000, a esfuerzo personal, planteo la necesidad de formar el Colegio veterinario del Uruguay, donde lo presento a los organismos ministeriales correspondientes, y el Decano de la época el DR. Cirio, lo institucionaliza en Facultad de Veterinaria, de la Udelar, y hace dos años se aprueba la formación del Colegio que la ley 19258, espera por su reglamentación, trancada por los diferentes Ministerios que les competen. Claro ahora se está llegando a un sistema de salida de cauce, que pasan, o se animan a mayores acciones contra (ahora sí) los organismos rectores, y esa inestabilidad termina en inseguridad.
Sé que es muy fuerte lo que digo…pero denles tiempo, y verán el caos, de gente sensible, manejada por frustrados, que entienden no vivir en las leyes sagradas, sino a su propio entender y malentender, y peor interpretar, la función de la profesión veterinaria en el ámbito de la salud pública, y seguridad Pública…llegando a la fulguración de la violencia.
 Los que me conocen saben que soy un resiliente imperfecto, pero conozco lo que digo ya que lo he tenido que vivir en carne propia.
Para no ser tan largo, existen demasiadas informaciones, que se asombrarían quienes son los responsables de estos grupos…que del bienestar lo usan de disuasivo, la crueldad y el mal trato de venganza…y esa mal interpretada ley del Talión, nos enceguece, en la peor de las cegueras, el desclasamiento social, y la ignorancia manejada.
POR ESO PIDO QUE SE APRUEBE LA REGLAMENTACIÓN DE LA LEY QUE REGULA EL COLEGIO, QUE EN DEFINITIVA ES EL QUE PROTEGERÁ, Y ENCAMINARÁ LA PROSPECTIVA DE LA PROTECCIÓN, BIENESTAR, CON EDUCACIÓN PARA EL PROGRESO DE NUESTRO PUEBLO, Y SU SALUD.
Hay mucho material de irregularidades, buscamos alternativas, que terminan en impuestos, que la declaración de política etológica y bienestar animal (1992), sean realmente tenidos en cuenta, y así como un veterinario debe cumplir con su currículo, sus impuestos, y previsiones, tarifas y aranceles….las asociaciones civiles en el nombre de protección, deben de inscribirse, y aceptar las reglas de convivencia, sin entrar en el escarnio, y en base al desprestigio y menosprecio de la mejor Profesión y solidaria del mundo, dejen de ser una competencia desleal y moral que llega al intrusismo.
Cuando se reclama un Hospital Público, con todas las garantías, insultando a la Fvet, sin tener en cuenta que desde 1903, lo tenemos y debemos protegerlo, ayudarlo, y glorificarlo, como artífice diario del buen ejemplo y solidaridad en asistencia…vaya mi reconocimiento a mi querido amigo Dr. Carlos Soto, que sigue haciendo culto a la responsabilidad profesional.
Acudo al MGAP, a FVET Udelar, a La Academia Nacional de Veterinaria, y a la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay, al verdadero empoderamiento de una noble defensa, con la herramienta fundamental  representada por el Colegio Veterinario del Uruguay.

Saluda atentamente
Pablo Ocampo Carli
Doctor en Veterinaria
Jubilado
C.I. 1122007-1