Los uruguayos de a pie empezamos a oir hablar de algo llamado TISA hace muy pocos días. El presidente Tabaré Vázquez dijo que se enteró del tema "por la prensa". No ha habido ninguna declaración oficial ni de ningún partido político,ni oficialista ni de la oposición.El blog comienza hoy a publicar un anális de esta "Coalición" de grandes empresas trasnacionales y gobiernos,encabezados por EEUU.
Si Uruguay llega a algún tipo de acuerdo,los ciudadanos nos enteraremos por los menos cinco años después porque así está establecido.Este primer artículo es la introducción a un trabajo más extenso publicado en setiembre pasado.
En este trabajo,desde el "Primer Mundo" se alerta sobre qué pasará si el TISA se impone.Es alarmante.No puedo aceptar que de esto no se hable.La información está.Espero que alguien reaccione.
Juanjo Pereyra
Ellen Gould es una consultora canadiense, que asesora al Instituto Harrison de Derecho Público de la Universidad de Georgetown, organizaciones de consumidores, gobiernos municipales y asociaciones profesionales, sobre los impactos de los tratados internacionales de comercio. Es investigadora del Centro Canadiense de Alternativas Políticas. Algunos de sus estudios publicados son: “GATS and Financial Instability”; “The Commodification of Services”; “How the GATS Undermines the Right to Regulate”; “International Trade Agreements: An Update for the Union of BC Municipalities”.
Este informe fue encomendado por la red Nuestro Mundo No Está En Venta (OWINFS) y la Internacional de Servicios Públicos (ISP)
Publicado en septiembre de 2014 por la Internacional de Servicios Públicos (ISP) www.world-psi.org y Nuestro Mundo No Está En Venta (OWINFS)
www.ourworldisnotforsale.org
Ellen Gould
Preámbulo
Considerar las leyes y reglamentaciones establecidas democráticamente
por gobiernos electos y diseñadas para proteger el interés público y
general como obstáculos al comercio constituye una tergiversación del
papel del gobierno.
Porque el mercado no genera esos resultados es que existen leyes y
reglamentaciones para proteger a los trabajadores, consumidores,
pequeñas empresas y el medioambiente.
La crisis financiera mundial puso en evidencia las consecuencias
catastróficas de la ausencia de reglamentaciones adecuadas aplicables
a los mercados financieros. El cambio climático y el desastre de Rana
Plaza son ejemplos de algunos de los desafíos nacionales y mundiales que enfrentamos que ponen de manifiesto las secuelas trágicas que acarrea el eludir el establecimiento, aplicación y cumplimiento de normas decentes que beneficien a todas y todos lo miembros de nuestra sociedad.
La facultad de regular es también esencial para establecer condiciones justas de competencia para las empresas, y les permite a los países, ciudades y regiones promover su desarrollo económico y cultural.
El Acuerdo de Comercio de Servicios (TISA, por su sigla en inglés) que se está negociando actualmente en secreto forma parte de una nueva y alarmante oleada de tratados de libre comercio e inversión fundados en el poder vinculante que les confiere a los inversionistas transnacionales y la institucionalización de sus derechos, prohibiendo e impidiendo la acción gubernamental en gran cantidad de áreas sólo remotamente asociadas al comercio.
‘El TISA Frente a los Servicios Públicos’, que es el informe complementario al que ahora presentamos,esboza los daños que ese acuerdo además le infligirá a los servicios públicos diseñados para satisfacer urgencias sociales y económicas esenciales --tales como la educación y la atención de la salud-- en base a la necesidad y con arreglo a principios de asequibilidad y universalidad. Que son resultados que el mercado no puede generar.
Es indignante que el TISA les impida a los gobiernos recuperar y devolver servicios públicos a la órbita de la administración pública aunque se trate de privatizaciones de servicios fracasadas. Increíblemente, el TISA también pretende desregular aún más los mercados financieros, a pesar de la reciente crisis financiera mundial.
Se trata de un intento deliberado de privilegiar las ganancias de las empresas y países más ricos del mundo por encima de las necesidades de los más carenciados, que amenaza con establecer una oligarquía mundial que dictará las leyes para todo el mundo. Sabemos bien que hay grandes intereses empresariales involucrados en las negociaciones del TISA.
Con tanto en juego para los pueblos y nuestro planeta, es un escándalo que las negociaciones del TISA transcurran en secreto. ¿Quién aceptaría en un país democrático que su gobierno apruebe en secreto leyes que transfieren poder y riquezas a tal grado, obligan a los gobiernos futuros, y restringen la capacidad de la nación de asistir a sus ciudadanos.
Los textos de negociación del TISA deben divulgarse y someterse al escrutinio y decisión pública.
El TISA no debe restringir las facultades de ningún gobierno para establecer reglamentaciones de interés público. No debe haber comercio de servicios públicos.
Rosa Pavanelli
Secretaria General
Internacional de Servicios Públicos