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jueves, 21 de enero de 2016
Museos en La Paloma: mucho más que sol y playa
Desde el 2 de enero de este año, La Paloma cuenta con dos nuevas propuestas
museísticas que colaboran en la diversificación de la oferta para
nuestros visitantes. La Organización No
Gubernamental Karumbé y la Organización para la Conservación de Cetáceos (OCC) se unieron para presentar, junto al Ministerio de
Turismo, una muestra sobre tortugas marinas, cetáceos y ecología en
general. La propuesta está asociada a la liberación de tortugas marinas que lleva
adelante Karumbé en las playas de la zona y al trabajo que realiza la OCC difundiendo el avistaje de ballenas. Además, en estos momentos se expone la muestra fotográfica de ballenas que el Ministerio de Turismo viene acercando a distintos puntos del país para que escolares y turistas conozcan más sobre estos mamíferos que visitan nuestras costas entre los meses de Agosto y Noviembre.
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Museos en La Paloma: mucho más que sol y playa
El Carnaval se inicia con un gran desfile por 18 de Julio
Esta noche, la avenida 18 de Julio será el escenario que reunirá un total de 76 agrupaciones y cientos de artistas
que mostrarán al público asistente sus diversas propuestas llenas de color y música.
que mostrarán al público asistente sus diversas propuestas llenas de color y música.
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El Carnaval se inicia con un gran desfile por 18 de Julio
OSCAR BRUNO CEDRES: CLUB A. LAVALLEJA. “TRES BARRIOS, DOS COLORES, UNA PASIÓN…” Por Julio Dornel.
Oscar Bruno
Julio Dornel
La Revista Histórica Rochense ha ofrecido en varias oportunidades las intimidades de algunas instituciones deportivas, que al decir del periodista Hugo Luján Amaral, “agrupa personajes, que constituyen una buena porción de la identidad cultural de un pueblo”. Conocedor del ambiente deportivo y los colores que alimentan las pasiones, el Director apuntó su desafío al periodista Oscar Bruno Cedrés, para que armara la historia que había comenzado en su infancia transitando calles de tres barrios inolvidables, Viera, Lavalleja y Machado. Por ese motivo nos encontramos en el último número de la REVISTA HISTÓRICA ROCHENSE (8) con una detallada presentación del autor, cumpliendo con creces el desafío de la Dirección. Recuerda en primer término “los nombres de quienes nos hicieron hinchas de Lavalleja allá por los comienzos de la década del cincuenta; el “Chiquito” Tulio Machado y Tomás Pereyra, (mozos de la cantina del viejo Rocha Athletic, club de la calle Treinta y Tres) de quien nos llevara allá por 1963 a integrar por primera vez una Comisión, la de Pro- Sede, un trabajador incansable por el club: Leonel González y de quien fuera un compañero formidable de Directiva y un amigo excepcional , el “Coco” Roberto Amorín Muñoz. Como en toda historia, siempre hay varias versiones, por lo que esta de hoy no quiere ser la excepción, puede haber alguna otra opinión sobre lo acá escrito y lo aceptamos, pero sí lo hemos hecho con honestidad, con sinceridad y con pasión, la misma que domingo a domingo ponemos en cualquier escenario que juegue la casaca gloriosa de los Tres Barrios, la querida albiverde”. La evocación sentimental de un relato con nombres, nos lleva por la rica historia que significa tener “parroquia, escuela, policlínica, estadios de fútbol (2) el Viejo Tenis y Las Barrancas, hogar de ancianos, parque con zoológico, pista de ciclismo, escenario para canto y guardería infantil, pero sobre todo tiene un protagonismo como ninguna otra zona de nuestra capital departamental”. Este es el comienzo de las 36 páginas que el periodista Osar Bruno Cedrés dedicara, al Club A. Lavalleja en el último número de la REVISTA HISTÓRICA ROCHENSE.
Julio Dornel
La Revista Histórica Rochense ha ofrecido en varias oportunidades las intimidades de algunas instituciones deportivas, que al decir del periodista Hugo Luján Amaral, “agrupa personajes, que constituyen una buena porción de la identidad cultural de un pueblo”. Conocedor del ambiente deportivo y los colores que alimentan las pasiones, el Director apuntó su desafío al periodista Oscar Bruno Cedrés, para que armara la historia que había comenzado en su infancia transitando calles de tres barrios inolvidables, Viera, Lavalleja y Machado. Por ese motivo nos encontramos en el último número de la REVISTA HISTÓRICA ROCHENSE (8) con una detallada presentación del autor, cumpliendo con creces el desafío de la Dirección. Recuerda en primer término “los nombres de quienes nos hicieron hinchas de Lavalleja allá por los comienzos de la década del cincuenta; el “Chiquito” Tulio Machado y Tomás Pereyra, (mozos de la cantina del viejo Rocha Athletic, club de la calle Treinta y Tres) de quien nos llevara allá por 1963 a integrar por primera vez una Comisión, la de Pro- Sede, un trabajador incansable por el club: Leonel González y de quien fuera un compañero formidable de Directiva y un amigo excepcional , el “Coco” Roberto Amorín Muñoz. Como en toda historia, siempre hay varias versiones, por lo que esta de hoy no quiere ser la excepción, puede haber alguna otra opinión sobre lo acá escrito y lo aceptamos, pero sí lo hemos hecho con honestidad, con sinceridad y con pasión, la misma que domingo a domingo ponemos en cualquier escenario que juegue la casaca gloriosa de los Tres Barrios, la querida albiverde”. La evocación sentimental de un relato con nombres, nos lleva por la rica historia que significa tener “parroquia, escuela, policlínica, estadios de fútbol (2) el Viejo Tenis y Las Barrancas, hogar de ancianos, parque con zoológico, pista de ciclismo, escenario para canto y guardería infantil, pero sobre todo tiene un protagonismo como ninguna otra zona de nuestra capital departamental”. Este es el comienzo de las 36 páginas que el periodista Osar Bruno Cedrés dedicara, al Club A. Lavalleja en el último número de la REVISTA HISTÓRICA ROCHENSE.
GUMERSINDO SARAVIA. UN CUERPO SIN CABEZA DESCANSA EN “SANTA VITORIA”. Por Julio Dornel.
Escritor y periodista Julio Dornel
Mientras la arqueología pretende estudiar los restos físicos de las antiguas construcciones y artefactos, la historia se dedica a la investigación, estudiando documentos escritos y recogiendo comentarios orales que se fueron trasmitiendo de generación en generación. Lamentablemente en este enclave fronterizo no existen muchos documentos que nos permitan preservar el recuerdo de algunos acontecimientos registrados en el pasado, pero que tuvieron amplia repercusión en el plano internacional. Sin embargo es justo destacar que existen trabajos meritorios que demuestran el interés de historiadores y periodistas que han incursionado en el tema, dejando nombres, circunstancias y vivencias que sirven hoy para interpretar de alguna manera la cultura de aquellos años y el origen de algunos enfrenamientos.
En este sentido queremos destacar el trabajo realizado por los periodistas brasileños Tabajaras Ruas y Elmar Bons sobre la vida del caudillo Gumersindo Saravia, que se transformó en leyenda durante la Revolución Federalista de 1893. Se trata de un excelente trabajo escrito tras una paciente investigación realizada en 1997 visitando bibliotecas y reporteando viejos moradores de la frontera uruguaya y brasileña.
Señalan al comenzar la obra titulada LA CABEZA DE GUMERSINDO que muchas contradicciones y ambigüedades marcan la historia de Gumersindo, comenzando por su nombre. Nacido en el Uruguay y presentado en el Brasil, es Gumersindo para sus parientes uruguayos y Gumercindo para los brasileños, mientras él firmaba como Gumersindo.
Agradecen además a decenas de personas que “nos auxiliaron con informaciones, material e ideas en Montevideo, Melo, Treinta y Tres, Rivera, Aceguá, Porto Alegre, Santa Vitoria do Palmar, Santiago, Caroví, Livramento, Bagé, Santa María, Florianópolis, Curitiba, Lapa y Río de Janeiro.”
El prólogo del libro pertenece al Dr. Julio María Sanguinetti señalando en una parte del mismo que “como sombras del pasado los caudillos rurales aparecen aún hoy, invariablemente, envueltos en brumas de polémica. A veces se nos describe sus trágicos finales, su coraje, su desprendimiento material, su profundo enraizamiento popular y a partir de allí una visión envuelta de romanticismo. En ocasiones, a través de los horrores de las guerras, las truculentas descripciones de degüellos que las partes en conflicto siempre se atribuyeron recíprocamente, o mostrando la incompatibilidad entre cualquier orden institucional y el personalismo del espontáneo mando individual, se nos explica que la dicotomía civilización y barbarie de la literatura sarmientina tiene mucho de sentido.
Esta cuestión se complica aún más cuando a las dicotomías ideológicas y sociológicas le añadimos los particularismos nacionales que, como es natural impregnaron nuestros textos históricos. Más allá de la diferencia de tradición, la sensibilidad, el modo de concebir el país, su relacionamiento con la gente, son análogos y bien distintos de aquellos señores de los campos, cuyo escenario eran las vastas cuchillas patrias, su transporte, el caballo y no el coche, su instrumento la espada y no la pluma.
Los riograndenses federales reclamaban más autonomía estadual, un sistema más parlamentarizado y subyacía detrás de esta idea una visión más tradicional del estado y la sociedad. Por un lado entonces, el medio rural, con Gumersindo Saravia como Jefe Militar, por otro la tendencia civil marina de base carioca. Es así que en 1893 llegan los revolucionarios a dominar no sólo Río Grande sino Florianópolis y hasta Curitiba. La guerra fue tremenda, sangrienta –dice Sanguinetti- llena de excesos y represalias, de actos heroicos y de combates singulares.
El supremo desborde de pasión es la mutilación de los cadáveres de Gumersindo y de Almirante Saldaña de Gama cuando caen muertos. En el correr de ese dramático enfrentamiento, Gumersindo termina siendo leyenda. Y a su lado Aparicio hace su aprendizaje militar y forma ya su condición de caudillo, que se proyectará más tarde en Uruguay. Por alguna causa, cuando cae Gumersindo, este mismo lo designa su sucesor y le da el mando, que de inmediato reconocen los demás jefes brasileños y en formalmente ratificado con la firma de Gaspar Silveira Martins y Luis Saldaña de Gama. De esa confrontación emergen los últimos caudillos de aquel tiempo que terminaba.”
En las primeras páginas del libro los periodistas brasileños establecen que “la entrada del cementerio de Santa Vitoria do Palmar es guardada por un pórtico, con arcada y portón de hierro envejecido y herrumbrado. Erocildo Pereira es el sepulturero hace 9 años y no recuerda haberlo visto cerrado en alguna oportunidad. El mayor movimiento pertenece a los que recuerdan la memoria de Gumersindo Saravia. En el panteón de mármol están guardados los ochenta huesos que quedaron de su cadáver.
El panteón no es imponente. No se destaca sobre los otros del pequeño cementerio. La placa de bronce dice simplemente: panteón perpetuo de las familias de Gumersindo Saraiva y Amelia Rodríguez Saraiva ( 2/ 11/ 1919) Es la fecha en que el cuerpo de Gumersindo vino de Santa Clara del Olimar en el Uruguay, para este cementerio en la Región de los Campos Neutrales.
En otra pequeña placa las fechas del nacimiento y de la muerte: 1852- 1894. Gumersindo vivió solamente 42 años. La mujer de Gumersindo , doña Amelia, también está enterrada allí. Hay una pequeña fotografía de cada uno. Gumersindo está sin sombrero, usando un traje apretado, cuello alto abotonado. Ella parece medio distraída. Los que la conocieron destacan el coraje y la alegría que siempre la acompañaban. “Esta bajita es más guerrera que yo” decía Gumersindo a sus amigos.
Todos los días alguien llega al cementerio de Santa Vitoria a depositar alguna flor en el sepulcro de Gumersindo, sobre todo en el aniversario de su muerte. Sin embargo también el odio de los enemigos pasa por el cementerio; la foto de Gumersindo, incrustada en mármol, está arañada, como si alguien quisiera borrar el esmalte que la cubre y condenar al olvido el nombre del caudillo oriental. Todo el pueblo de Santa Vitoria sabe que el sepulcro guarda un cuerpo sin cabeza, mientras que la historia inventada por los lugareños asegura que durante las noches de luna llena el caudillo abandona el cementerio montado en su caballo negro. Sin embargo el sepulturero manifestó a los periodistas brasileños que “por ese portón nunca lo vi salir… “
Con material bien documentado los escritores brasileños nos ofrecen algunas páginas de la historia riograndense por donde debió transitar Gumersindo para entrar en la inmortalidad. El surgimiento de estos caudillos no obedecía solamente al heroísmo sin límite, sino que tenían raíces más profundas, relacionadas siempre con las diferencias sociales de la población y la situación que vivía por aquellos años la campaña riograndense. Por este motivo la figura legendaria de Gumersindo enarbolando la bandera de la justicia social continua galopando por los campos brasileños que un día regara con su propia sangre.
Cuando las medidas "prácticas" estatales no consideran la realidad. Lic.Prof. Marisol Cabrera Sosa.
En estos días nos llega a través de la prensa, sin que haya sido desmentido por ninguna autoridad, la implementación en los liceos de una tarjeta electrónica para controlar la asistencia de los estudiantes.
Llama poderosamente la atención - para quién recuerde en forma cercana el contralor de la asistencia- la elección de dicha opción "novedosa". ¿ por qué considero totalmente impertinente o no pertinente dicha medida?
A) por razones prácticas: ¿ los estudiantes deberán marcar tarjeta en el inicio de la jornada, al final de la jornada, en cada una de las horas, al finalizar la h ora de clase, cuando toca el timbre de salida, o el de entrada? Ya desde un inicio- quien haya sido docente de aula, estudiante reciente, docente adscripto, observa una ineficaz puesta en práctica. ¿En dónde estará ubicado el lector? ¿ En cada salón de clases, en la entrada, en el patio? ¿ uno o más de uno? ¿ cuánto gasto implicará para cada institución educativa? Veo largas colas o ninguna de estudiantes que luego de sus escasos minutos, cinco o diez en el mejor de los casos, deben comer su merienda, o ir al baño, a la biblioteca, o conversar con sus amigos, novios, etc. El que haya vivido en una institución educativa Liceal sabe cuáles son las lógicas institucionales, los tiempos de los estudiantes, el quedarse un poquito más, la búsqueda de los adscriptos para consultas, llamados,necesidades. Y acá veo una nueva tarea más estresante para el cuerpo de adscriptos. La incompatibilidad entre el registro de libro del profesor, de la fórmula 50, (planilla de asistencia) y el lector ante el olvido de un estudiante será real. Porque los estudiantes, tienen sus tiempos, reales, y deberán en el mejor de los escenarios recordar a cada momento " marcar tarjeta". Y esto nos conduce a la objeción y obstáculo epistemológico: la introducción de la lógica del empleado en la educación.
B) Razones
epistemológicas y pedagógicas: ¿ por qué concurrimos a una institución
educativa? Para aprender y educarnos. Aprendizaje, enseñanza y educación
son términos que se confunden. Establecer los límites, entre unos y
otros resulta dificultoso en general.
Para centrarnos en el aspecto que nos interesa, introduzco el modelo de educación que hay detrás de la medida que se pretende implementar. Cuando hablamos de educar estamos refiriéndonos a la raíz de una palabra que significa guiar o conducir, en otras definiciones etimológicas, llenar de conocimiento. ¿ Hacia dónde conducimos ? ¿ Hacia dónde guiamos? Tiene un mensaje simbólico de control de la empresa, del que entra y sale del trabajo y es un asalariado. ¿ Es este un ideal democrático de educación?
En estos días he estado leyendo el libro de Reina Reyes, Drama en la Educación. En sus reflexiones proponía la idea de que la " coacción que se ejerce sobre él ( el estudiante) no estimula su esfuerzo y llega a generar impulsos de destrucción aparentemente incomprensibles". ( 2009: 149). Este es un nuevo elemento de coacción, de ejercicio del poder, de transformación del estudiante en un trabajador, vaciando una vez más de contenido el acto educativo, de encuentro con el conocimiento. Muchos pensarán que esta medida " inocente" , "innovadora" , ajustada a los nuevos tiempos, colabora en informar a los padres sobre la asistencia de sus hijos. Se levanta la "sospecha" sobre la asistencia que pasa el docente, o el seguimiento que realiza el profesor adscripto. Es lógico, el manto de sospecha se resuelve a través de la máquina. Esta controla, no se equivoca, y es imparcial.
La educación nunca es imparcial, jamás. La educación tiene ideología, tiene sus artefactos para controlar, o proponer una educación que libere. Y ese es el punto más importante para analizar. ¿ cuáles son las razones por las cuáles un estudiante no quiera asistir? O lo haga de forma intermitente, o no lo haga.
En general a los adolescentes les encanta el liceo, el encuentro con sus pares, algunas materias de acuerdo a sus preferencias, algunos o todos los docentes, algunos o todos los directores, algunos o todos los adscriptos, etc. El liceo es un lugar de aprendizaje para todos. El estudiante que no llega, que no entra, o que simplemente juega a la escondida, está solicitando ayuda. Eso jamás lo conseguirá una máquina. Ni una fórmula 50, ni unas rejas. El estudiante necesita de todos, de sus padres, de sus docentes, de sus compañeros y de sus amigos. El cuidado, el seguimiento es humano. Y así llegan algunos estudiantes que avisan, que se preocupan cuando su amigo no llega al aula, o sabe que está en una entrevista. Necesitamos de padres que se den una vuelta por el liceo, que acompañen el crecimiento de su hijo, para que todos cuidemos el precioso tesoro que es nuestra juventud.
Para finalizar: " cuando una autoridad compulsiva se inserta en el proceso educativo genera en educadores y educandos tensiones de distinta entidad cuyas manifestaciones varían según los niveles de enseñanza" escribía Reina Reyes. Este artefacto con su carga simbólica contribuye con una tensión más, introduciendo en los liceos, el afianzamiento de la lógica empresarial, patrón-empleado.
Lic.Prof. Marisol Cabrera Sosa.
Bibliografía
Reyes, Reina (2009) Drama en la Educación. Montevideo, Ministerio de Relaciones Exteriores- Consejo de Educación Técnico Profesional.
Para centrarnos en el aspecto que nos interesa, introduzco el modelo de educación que hay detrás de la medida que se pretende implementar. Cuando hablamos de educar estamos refiriéndonos a la raíz de una palabra que significa guiar o conducir, en otras definiciones etimológicas, llenar de conocimiento. ¿ Hacia dónde conducimos ? ¿ Hacia dónde guiamos? Tiene un mensaje simbólico de control de la empresa, del que entra y sale del trabajo y es un asalariado. ¿ Es este un ideal democrático de educación?
En estos días he estado leyendo el libro de Reina Reyes, Drama en la Educación. En sus reflexiones proponía la idea de que la " coacción que se ejerce sobre él ( el estudiante) no estimula su esfuerzo y llega a generar impulsos de destrucción aparentemente incomprensibles". ( 2009: 149). Este es un nuevo elemento de coacción, de ejercicio del poder, de transformación del estudiante en un trabajador, vaciando una vez más de contenido el acto educativo, de encuentro con el conocimiento. Muchos pensarán que esta medida " inocente" , "innovadora" , ajustada a los nuevos tiempos, colabora en informar a los padres sobre la asistencia de sus hijos. Se levanta la "sospecha" sobre la asistencia que pasa el docente, o el seguimiento que realiza el profesor adscripto. Es lógico, el manto de sospecha se resuelve a través de la máquina. Esta controla, no se equivoca, y es imparcial.
La educación nunca es imparcial, jamás. La educación tiene ideología, tiene sus artefactos para controlar, o proponer una educación que libere. Y ese es el punto más importante para analizar. ¿ cuáles son las razones por las cuáles un estudiante no quiera asistir? O lo haga de forma intermitente, o no lo haga.
En general a los adolescentes les encanta el liceo, el encuentro con sus pares, algunas materias de acuerdo a sus preferencias, algunos o todos los docentes, algunos o todos los directores, algunos o todos los adscriptos, etc. El liceo es un lugar de aprendizaje para todos. El estudiante que no llega, que no entra, o que simplemente juega a la escondida, está solicitando ayuda. Eso jamás lo conseguirá una máquina. Ni una fórmula 50, ni unas rejas. El estudiante necesita de todos, de sus padres, de sus docentes, de sus compañeros y de sus amigos. El cuidado, el seguimiento es humano. Y así llegan algunos estudiantes que avisan, que se preocupan cuando su amigo no llega al aula, o sabe que está en una entrevista. Necesitamos de padres que se den una vuelta por el liceo, que acompañen el crecimiento de su hijo, para que todos cuidemos el precioso tesoro que es nuestra juventud.
Para finalizar: " cuando una autoridad compulsiva se inserta en el proceso educativo genera en educadores y educandos tensiones de distinta entidad cuyas manifestaciones varían según los niveles de enseñanza" escribía Reina Reyes. Este artefacto con su carga simbólica contribuye con una tensión más, introduciendo en los liceos, el afianzamiento de la lógica empresarial, patrón-empleado.
Lic.Prof. Marisol Cabrera Sosa.
Bibliografía
Reyes, Reina (2009) Drama en la Educación. Montevideo, Ministerio de Relaciones Exteriores- Consejo de Educación Técnico Profesional.
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