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lunes, 13 de mayo de 2024

A DORMIR... A DORMIR por Ignacio Sallaberry

 

"En mi país qué tristeza la pobreza y el rencor" esta frase de la canción Adagio a mi país, de Alfredo Zitarrosa, al igual que el tango Cambalache. Tiene vigencia pero también, algo más inquietante aún, que es el poder adivinatorio. Porque supongo yo que no eran los autores, dados a las artes esotéricas y estaban dejando en sus textos, al estilo Nostradamus, pistas de su futuro y nuestro presente. 


"Dice mi padre que un sólo traidor, puede con mil valientes. El siente que el pueblo en su inmenso dolor, hoy se niega a beber en la fuente clara del honor"


Somos testigos de que todos, estamos en el mismo lodo, ya no hay diferencias. Incluso tú, que en estos momentos lees y yo, que en estos momentos escribo. El sistema que nos engloba y nos da de comer, ha hecho que el más valiente, el más valorado, el más admirado, sea el que más tiene, el exitoso que todo lo puede comprar, el lindo que puede comprar su juventud eterna con operaciones que terminan afirmando lo contrario, pero que la sociedad sigue aplaudiendo. La única regla social ha pasado a ser esa. Entonces, se abrieron puertas que golpean, de la que salen seres que asustan, seres dispuestos a todo, porque en definitiva, eso hemos creado. ¿Qué méritos tenían para estar en televisión hace unos veinte años (cuando estas generaciones de hoy en día nacieron y crecieron) personas que no podían hablar de más nada, que no fuera su cambio de sexo, o que se acostaba con tal o cual famoso? Eso, entre varios personajes más, como aquél que se reía del que no entendía el español, o el periodista que para captar gente, puteaba al entrevistado, o se dejaba putear para simular una amistad, que le otorgaba en el pensamiento del público, una cercanía al poder que a fin de cuentas, es lo único que valía, valió o vale aún.


Hay muchos ejemplos del hombre buscando, lo que el hombre le ha enseñado es lo único, para ser admirado. Plata, dinero, números, como quieran llamarlo.


Nos hemos sacado los ojos entre familiares por cien pesos, no hemos puesto la moral ante nada.


Hoy, la clase política se asombra cuando apenas, la salpicó un poco de todo lo que crearon en estos años. Se han roto familias por acusaciones a las que no se exigía ninguna prueba. Y si la familia no bastara, habrá que ver en algunos años qué ha pasado con esa sociedad que se crió entre juzgados actuando sin mirar cada caso y emparejando rápido para atender más y más casos, porque tampoco a la ley le ha importado la moral y necesita, para mantener sus altos costos, producir más y más a cada rato y de cada cosa.


Los deportes por hacer ídolos han perdido el valor de su esencia, que es la salud, pero tampoco importa.


Y así, cada lugar donde se ponga la vista, se logrará discernir que el triunfo de la sociedad consumista ha ganado ante el aplauso de todos, de todos.


El último ejemplo nace de los últimos días, mientras el sistema político es golpeado por dos trans que a diestra y siniestra, al mejor estilo Tinelli, desbarrancan cada dos segundos pero se paran nuevamente apoyados en las miserias que ellos mismos critican y fortalecen. Mientras esto pasa los políticos, ajenos a todo lo que sucede a su alrededor y en firme carrera a seguir aumentando sus ingresos a costa de un pueblo cada vez más hundido y aplaudidor, se ponen de acuerdo públicamente en hacer las elecciones internas obligatorias.


¿Que son las elecciones obligatorias sino una linda excusa legal para que los políticos cobren por cada uno de los habitantes habilitados a votar? ¿Por qué cree usted que no se ponen de acuerdo en la educación, en la salud, en la seguridad, en el estado de las calles, de las rutas, de los mercados, del precio de los combustibles y todos, sin excepciones, apoyan que hasta las internas de los partidos, sean obligatorias? Todo vale, la idea de sumar plata a pesar de todo, sólo para agraciarse con el objetivo primario de esta sociedad de consumo, que pone el éxito económico muy por encima y casi en exclusiva, de cualquier otro, no lo llamemos éxito, pero si de cualquier otro bien andar en la vida que es, antes de cerrar los ojos, lo que nos hace dormir tranquilos.




I.S.S.



Ignacio "Nacho" Sallaberry, diseñador gráfico, escritor, poeta, pintor. Ha participado de eventos artísticos como la intervención artística en Casablanca Paysandú, edición del libro de poesía "Sólo diré que no estás" editado por Abrace y el libro de cuentos "El error de la justicia y otros errores" editado por ARA.

En la pintura, ha ganado un premio por su exposición llamada Zita de Zitas, homenajeando la figura de Alfredo Zitarrosa (zitadezitas.blogspot.com) entre otras actividades artísticas que incluyen la música.

Hace un año y medio lleva adelante una emisora online llamada Tente en el aire, se escucha a través de tenteenelaire.com

Algunos de sus trabajos se comparten en este blog y otros los encontrarán en su blog letrasdetras1.blogspot.com






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