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domingo, 7 de julio de 2013
UN PEDIDO MUY ESPECIAL A LOS LECTORES DEL BLOG
Hace veinte días comencé esta aventura de intentar comunicarme con "el mundo".
Soy un periodista de un pequeño país cuya pasión es la comunicación y la información. Tengo un programa periodístico en Radio Fortaleza y soy redactor del diario El Este, ambos medios con una extensa tradición de muchas décadas.
En este momento ya son más de 9 mil las visitas al blog lo que me llena de alegría y me obliga a ser más responsable aún.
Hay gente que lee el blog desde Estados Unidos, Rusia, Francia, Alemania, Japón, todos los países de América Latina y muchos más.
Les invito a compartir sus vivencias, ¿Cómo llegaron a vivir donde están? ¿son uruguayos o descendientes de uruguayos?. ¿Hay rochenses entre ustedes?
Este puede ser un lugar de encuentro y reencuentros. Puede ser el comienzo de una comunicación que nos haga mucho bien.
Mi promesa es que el blog irá mejorando, con audio, video, reportajes especiales.
Es muy importante para mí su participación, sus ideas, sus críticas. Abajo de la página hay un formulario de contacto. Otra forma es que me escriban a
juanjosepereyra@gmail.com
Mi mayor deseo es que esta aventura que hoy cumple veinte días pueda crecer y transformarse en una herramienta de comunicación de la "gente como uno".
Espero sus aportes.
Gracias!!!
Mi afectuoso saludo!
Juanjo Pereyra
Rocha-Uruguay
7 de julio de 2013
LUEGO DEL GOLPE A MURSI Putin auguró una guerra civil en Egipto
LUEGO DEL GOLPE A MURSI
Por su parte, el gobierno iraní descartó que el derrocamiento de Mursi constituya "una derrota para el islamismo", según afirmó hoy en Teherán el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghji. "Los acontecimientos en Egipto no se pueden calificar como una derrota del despertar islámico ni del islamismo", dijo Araghji. Irán había definido la primavera árabe como un "despertar del Islam" y la islamización de todo el mundo árabe según el modelo iraní.
Mientras tanto, el presidente interino egipcio, Adly Mansour, sigue sin nombrar a un primer ministro para encabezar el gobierno, mientras el pulso en las calles entre detractores y adherentes al depuesto mandatario Mohamed Mursi mantiene la tensión en el país árabe. "El presidente interino se reunió hoy con El-Baradei pero hasta el momento no hay ningún nombramiento oficial", aseguró anoche ante la prensa Ahmad al-Mouslimani, asesor de Mansour, quien no obstante insistió en que la elección del premio Nobel de la paz "es la elección mas lógica".
Cuatro días después del golpe militar que derrocó al presidente islamista Mohamed Mursi la confusión continúa dominando la escena política egipcia. Según las informaciones aparecidas en numerosos medios y declaraciones de diferentes políticos, el liberal El-Baradei, exdirector de la Agencia Internacional de Energía Atómica, debía asumir su cargo anoche a las 20 hora local en el Palacio Presidencial. No obstante, la asunción nunca tuvo lugar y dos horas después el asesor del presidencial Al-Mouslimani brindó una conferencia de prensa para explicar la situación. Su postulación habría sido vetada por los Hermanos Musulmanes y fue declinada para evitar nuevas olas de violencia.
En la Plaza Tahrir, en tanto, se prepara una nueva manifestación de apoyo al golpe. Ataviados con cascos y largos palos, varios manifestantes realizan controles y revisan bolsos a los asistentes que comienzan a repletar la plaza, fuertemente vigilada por fuerzas militares y policiales.
A 15 kilómetros de allí, en Nader City, en tanto, los partidarios de Mursi permanecen concentrados también para expresar su rechazo al derrocamiento y arresto del primer presidente de la joven democracia egipcia. Las Fuerzas Armadas cerraron hoy las calles que conducen al este de la capital, con el objetivo de impedir que se produzcan enfrentamientos entre fieles y opositores a Mursi.
Putin auguró una guerra civil en Egipto
Página/12
El presidente ruso sostuvo que Egipto se encamina
hacia una guerra civil similar a la que golpea a Siria, luego del golpe
militar que el pasado 3 de julio derrocó al presidente islamista Mohamed
Mursi. Hoy las Fuerzas Armadas cerraron las calles que conducen al este
de El Cairo, donde protestan los seguidores del mandatario depuesto. El
nuevo presidente todavía no nombró a un primer ministro.
"Siria
ya está inmersa en una guerra civil, y por triste que parezca, Egipto
se encamina en esa dirección. Me gustaría que el pueblo egipcio pudiera
evitar ese destino", dijo Putin, citado por la agencia rusa Ria Novosti.
Son las primeras declaraciones públicas de Putin, quien llegó hoy en
visita de trabajo a la república centroasiática de Kazajistán, sobre la
grave crisis política que golpea al país árabe.
A contramano del líder ruso, el exprimer ministro británico Tony
Blair, y enviado del Cuarteto para Medio Oriente, defendió el golpe de
Estado y consideró que la medida está encaminada a evitar el "caos" en
el país. En un artículo que publica hoy el dominical "The Observer",
Blair escribe que a pesar de ser un defensor de la democracia, considera
que el expresidente egipcio fracasó a la hora de afrontar durante su
primer año en el cargo el reto de cumplir con un gobierno "eficaz".Por su parte, el gobierno iraní descartó que el derrocamiento de Mursi constituya "una derrota para el islamismo", según afirmó hoy en Teherán el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghji. "Los acontecimientos en Egipto no se pueden calificar como una derrota del despertar islámico ni del islamismo", dijo Araghji. Irán había definido la primavera árabe como un "despertar del Islam" y la islamización de todo el mundo árabe según el modelo iraní.
Mientras tanto, el presidente interino egipcio, Adly Mansour, sigue sin nombrar a un primer ministro para encabezar el gobierno, mientras el pulso en las calles entre detractores y adherentes al depuesto mandatario Mohamed Mursi mantiene la tensión en el país árabe. "El presidente interino se reunió hoy con El-Baradei pero hasta el momento no hay ningún nombramiento oficial", aseguró anoche ante la prensa Ahmad al-Mouslimani, asesor de Mansour, quien no obstante insistió en que la elección del premio Nobel de la paz "es la elección mas lógica".
Cuatro días después del golpe militar que derrocó al presidente islamista Mohamed Mursi la confusión continúa dominando la escena política egipcia. Según las informaciones aparecidas en numerosos medios y declaraciones de diferentes políticos, el liberal El-Baradei, exdirector de la Agencia Internacional de Energía Atómica, debía asumir su cargo anoche a las 20 hora local en el Palacio Presidencial. No obstante, la asunción nunca tuvo lugar y dos horas después el asesor del presidencial Al-Mouslimani brindó una conferencia de prensa para explicar la situación. Su postulación habría sido vetada por los Hermanos Musulmanes y fue declinada para evitar nuevas olas de violencia.
En la Plaza Tahrir, en tanto, se prepara una nueva manifestación de apoyo al golpe. Ataviados con cascos y largos palos, varios manifestantes realizan controles y revisan bolsos a los asistentes que comienzan a repletar la plaza, fuertemente vigilada por fuerzas militares y policiales.
A 15 kilómetros de allí, en Nader City, en tanto, los partidarios de Mursi permanecen concentrados también para expresar su rechazo al derrocamiento y arresto del primer presidente de la joven democracia egipcia. Las Fuerzas Armadas cerraron hoy las calles que conducen al este de la capital, con el objetivo de impedir que se produzcan enfrentamientos entre fieles y opositores a Mursi.
El libro que revela el lado oscuro de la belleza
El libro que revela el lado oscuro de la belleza
Con el entrecruzamiento de las biografías de Helena
Rubinstein y Eugène Schueller, fundador de L'Oréal, un nuevo libro
desentraña la turbia historia de la cosmética. Todo lo que hay detrás de la industria de más glamorosa del mundo
Infobae
Infobae
La judía polaca Helena Rubinstein (1870-1965) y el químico francés Eugène Schueller
(1881-1957), fundador de L'Oreal, tuvieron a lo largo de sus vidas
ambiciones y objetivos que los paraban en veredas antagonistas, pero, a
la vez, vivieron existencias paralelas.
Es en la trastienda de estos dos perspicaces y triunfadores empresarios de las tinturas para el cabello y las cremas que se esconden historias de codicia, corrupción y antisemitismo, y que el libro La cara oculta de la belleza se propuso develar.
"La Rubinstein", como bien la llamaríamos por estos días, o "Madame", como todos la conocían en su época, nació en una familia pobre polaca y tuvo una infancia y juventud de muchas privaciones. Pero esa historia dista mucho del cuento de hadas que ella misma se encargó de contar.
Es que entre la humilde emigrante polaca que abrió su primer salón de belleza en Melbourne, Australia -donde había "huido" para escapar al mandato familiar del matrimonio arreglado- a la ostentosa mujer dueña de locales en Londres, Paris y Nueva York en la que se convirtió había pasado mucho agua bajo el puente. Y todo en una época en la que a ninguna mujer que se precie de ser "decente" se le ocurría maquillarse el rostro.
Del otro lado, Eugène Schueller, creador del otro gran imperio de la cosmética del siglo XX: L'Oréal. Un hombre autoritario, según lo describe el libro de la escritora, periodista e historiadora inglesa Ruth Brandon, iniciaba sus investigaciones para crear la primera tintura para el cabello sin daños para la salud al fondo del patio trasero donde la mismísima Rubinstein armaba su primer salón en Paris, en 1908. El joven alquilaba una pequeña habitación que usaba como laboratorio, sin saber que allí tendría lugar la verdadera revolución de la belleza.
Como si sus caminos hubieran estado cruzados desde siempre, Schueller explotó su talento y amasó su fortuna en el campo de la ciencia. Y esa era, quizá, la más radical diferencia entre ellos: él era científico, ella no.
Lo que identifica a Schueller y a Rubinstein es que ambos nacieron pobres, trabajaron duro y adivinaron a comienzos del siglo XX la importancia del embellecimiento femenino y vieron en la materia un filón inagotable.
Antes de L´Oréal y Rubinstein eran los grandes peinados, las hermosas telas, piedras preciosas, colirio, colores y fragancias naturales lo que marcaba la diferencia, pero al iniciarse la maquinaria publicitaria de las grandes compañías de la "belleza", fueron éstas las que se encargaron de dictar a la sociedad cuál es la fórmula perfecta, la hidratación perfecta, la que no tapa el poro, el producto que brilla, no brilla, que es opaco, verde, morado, o color bronce, para un tipo de piel seca, grasa o normal y, que además se ajuste al tono de cada quien; estas empresas idearon centenares de productos (cremas faciales, lociones, tintes capilares) y, sobre todo, generaron la necesidad de consumirlos. Fue con Rubinstein, por ejemplo, que las mujeres supieron que su piel podía ser "normal, seca o grasa" y que podían usar cremas "de día o noche".
Aunque nunca se conocieron, Rubinstein y Schueller llevaron vidas paralelas, y después de sus muertes, sus legados quedaron vinculados, cuando el conglomerado L'Oréal compró el nombre de Rubinstein, en 1988.
Bien puede decirse que su denso entramado de rivalidades nos conduce a reflexionar sobre la desmesurada mercantilización de la imagen en nuestra sociedad y los artificiales estándares de belleza.
Es que el hecho de que L'Oréal absorbiese la empresa fundada por Rubinstein es algo que la autora resalta en la introducción del libro, porque Helena era una judía polaca de muy humilde familia y el químico francés, si bien también había nacido en una familia modesta, se mostró particularmente receptivo a las ideas fascistas, siendo este antagonismo algo que les sobrevivió.
Y aunque ambos llevaran mucho tiempo bajo tierra cuando una empresa fagocitó a la otra, sus discrepancias desencadenaron una serie de escándalos que, lejos de lo que parecería concernir a la industria cosmética (y a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en la alta costura), incluyeron relaciones turbias con la política de la época.
El libro tiene un bonus track en el que la autora evalúa la industria de la belleza moderna, la cirugía, los tratamientos faciales y la influencia de la fotografía a la hora de distorsionar nuestra percepción de la belleza. Nos obliga así a reflexionar sobre la mercantilización de la imagen y los artificiales estándares que la sociedad nos propone.
Es en la trastienda de estos dos perspicaces y triunfadores empresarios de las tinturas para el cabello y las cremas que se esconden historias de codicia, corrupción y antisemitismo, y que el libro La cara oculta de la belleza se propuso develar.
"La Rubinstein", como bien la llamaríamos por estos días, o "Madame", como todos la conocían en su época, nació en una familia pobre polaca y tuvo una infancia y juventud de muchas privaciones. Pero esa historia dista mucho del cuento de hadas que ella misma se encargó de contar.
Es que entre la humilde emigrante polaca que abrió su primer salón de belleza en Melbourne, Australia -donde había "huido" para escapar al mandato familiar del matrimonio arreglado- a la ostentosa mujer dueña de locales en Londres, Paris y Nueva York en la que se convirtió había pasado mucho agua bajo el puente. Y todo en una época en la que a ninguna mujer que se precie de ser "decente" se le ocurría maquillarse el rostro.
Del otro lado, Eugène Schueller, creador del otro gran imperio de la cosmética del siglo XX: L'Oréal. Un hombre autoritario, según lo describe el libro de la escritora, periodista e historiadora inglesa Ruth Brandon, iniciaba sus investigaciones para crear la primera tintura para el cabello sin daños para la salud al fondo del patio trasero donde la mismísima Rubinstein armaba su primer salón en Paris, en 1908. El joven alquilaba una pequeña habitación que usaba como laboratorio, sin saber que allí tendría lugar la verdadera revolución de la belleza.
Como si sus caminos hubieran estado cruzados desde siempre, Schueller explotó su talento y amasó su fortuna en el campo de la ciencia. Y esa era, quizá, la más radical diferencia entre ellos: él era científico, ella no.
Lo que identifica a Schueller y a Rubinstein es que ambos nacieron pobres, trabajaron duro y adivinaron a comienzos del siglo XX la importancia del embellecimiento femenino y vieron en la materia un filón inagotable.
Antes de L´Oréal y Rubinstein eran los grandes peinados, las hermosas telas, piedras preciosas, colirio, colores y fragancias naturales lo que marcaba la diferencia, pero al iniciarse la maquinaria publicitaria de las grandes compañías de la "belleza", fueron éstas las que se encargaron de dictar a la sociedad cuál es la fórmula perfecta, la hidratación perfecta, la que no tapa el poro, el producto que brilla, no brilla, que es opaco, verde, morado, o color bronce, para un tipo de piel seca, grasa o normal y, que además se ajuste al tono de cada quien; estas empresas idearon centenares de productos (cremas faciales, lociones, tintes capilares) y, sobre todo, generaron la necesidad de consumirlos. Fue con Rubinstein, por ejemplo, que las mujeres supieron que su piel podía ser "normal, seca o grasa" y que podían usar cremas "de día o noche".
Aunque nunca se conocieron, Rubinstein y Schueller llevaron vidas paralelas, y después de sus muertes, sus legados quedaron vinculados, cuando el conglomerado L'Oréal compró el nombre de Rubinstein, en 1988.
Bien puede decirse que su denso entramado de rivalidades nos conduce a reflexionar sobre la desmesurada mercantilización de la imagen en nuestra sociedad y los artificiales estándares de belleza.
Es que el hecho de que L'Oréal absorbiese la empresa fundada por Rubinstein es algo que la autora resalta en la introducción del libro, porque Helena era una judía polaca de muy humilde familia y el químico francés, si bien también había nacido en una familia modesta, se mostró particularmente receptivo a las ideas fascistas, siendo este antagonismo algo que les sobrevivió.
Y aunque ambos llevaran mucho tiempo bajo tierra cuando una empresa fagocitó a la otra, sus discrepancias desencadenaron una serie de escándalos que, lejos de lo que parecería concernir a la industria cosmética (y a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en la alta costura), incluyeron relaciones turbias con la política de la época.
El libro tiene un bonus track en el que la autora evalúa la industria de la belleza moderna, la cirugía, los tratamientos faciales y la influencia de la fotografía a la hora de distorsionar nuestra percepción de la belleza. Nos obliga así a reflexionar sobre la mercantilización de la imagen y los artificiales estándares que la sociedad nos propone.
La nube también contamina
La nube también contamina
EFE -
4/07/2013
Las energías renovables y un uso más eficiente de los centros de datos se ha convertido en una necesidad del sector tecnológico para frenar la contaminación que genera la nube, ese lugar etéreo en el que existe internet y que en el mundo real es un emisor de gases de efecto invernadero.
La infraestructura que sustenta la red demanda un 2% de la electricidad consumida en el planeta, según un estudio de la Universidad de Berkeley, y la organización ecologista Greepeace alerta de que la expansión de lo online no es gratuita, al menos en términos medioambientales.
En su informe de 2012 ¿Cuán limpia es tu nube?, Greenpeace indicó que Apple obtiene más de un 55% de la energía que utiliza de combustibles fósiles, porcentaje que duplica el de Google (28%) y es notablemente superior al de Microsoft y Facebook (39%).
La sospecha de que Apple estaba jugando sucio hizo que sus ejecutivos respondieran de forma tajante a los ecologistas, a los que acusaron de ser poco rigurosos con su investigación al tiempo que insistieron en que su centro de datos de Oregón funciona únicamente con energía renovable.
Tech y sostenible
La conciencia medioambiental está presente en la responsabilidad social corporativa de las grandes empresas de Silicon Valey. Recientemente Google y Facebook anunciaron sendos centros de datos sostenibles, ambos en el norte de Europa.La empresa del buscador de internet y el sistema operativo Android se comprometió a financiar la construcción de una planta de energía eólica en Suecia cuya producción irá destinada durante 10 años a permitir el funcionamiento de un centro de datos de Google en Finlandia.
Este análisis nos puede ayudar a determinar el mejor momento para realizar la computación que consume más energía, de esta forma podemos retrasarla a momentos en los que el sistema eléctrico esté siendo alimentado por fuentes renovables”, dijo Henretig, de MicrosoftEn el norte de Suecia, cerca de Finlandia, Facebook estrenó en junio “uno de los centros de datos más eficientes y sostenibles del mundo”, según publicó en un comunicado. La instalación de la red social se alimenta de energía hidroeléctrica.
Los países nórdicos europeos se han convertido en uno de los destinos más populares para la implantación de centros de datos dadas sus condiciones climáticas.
El aire frío proveniente de regiones polares se utiliza como refrigerante natural para enfriar los miles de ordenadores conectados en red y permanentemente encendidos que realizan las operaciones de los usuarios en la nube, desde enviar correos electrónicos, hasta reproducir vídeos o almacenar archivos.
Pero el desafío de los centros de datos, más allá de evitar que se calienten sus procesadores, es de gestión.
Un análisis sobre eficiencia energética encargado a la consultora McKinsey & Company por el diario The New York Times concluyó que solo entre un 6 y 12 % de la electricidad gastada por los centros de datos se empleaba en operaciones de computación, el resto se perdía en mantener los aparatos encendidos por si acaso.
Las compañías tienen sus equipos funcionando aunque no estén realizando un trabajo para que estén listos por si surgiera alguna subida repentina de actividad en la red.
Despilfarro de energía
Un simposio organizado por Google el 6 de junio con el título de ¿Cuán verde es internet? constató el despilfarro energético inherente al crecimiento del uso de la red donde ninguna empresa quiere ver cómo su servidor deja de funcionar por un fallo eléctrico o por falta de capacidad para afrontar una mayor demanda de uso.En ese camino hacia la eficiencia se originará, según los expertos, una concentración de los centros de datos que serán más grandes y más prácticos desde el punto de vista energético al funcionar como una economía de escala.
En la conferencia IEEE de este año en Denver sobre tecnologías limpias, Microsoft apuntó otra fórmula para controlar cómo su estudio del comportamiento del mercado de la electricidad les había permitido optimizar el uso de sus centros de datos.
“Este análisis nos puede ayudar a determinar el mejor momento para realizar la computación que consume más energía, de esta forma podemos retrasarla a momentos en los que el sistema eléctrico esté siendo alimentado por fuentes renovables”, explicó Josh Henretig, responsable de Estrategia de Medioambiental de Microsoft.
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