GUANTÁNAMO
Afirman que permitirá la reapertura de negociación comerciales con Estados Unidos. Será el "legado" de Mujica, aseguró catedrático de la Universidad de Georgetown
El Observador
“Que lo haga”, fue la conclusión de varios analistas políticos extranjeros a propósito de la decisión del presidente José Mujica de dar refugio a cinco reclusos de Guantánamo.
Silvia Pisani, corresponsal en Washington del diario argentino La Nación, dijo que la postura de Mujica es “consecuente” con su pensamiento sobre los derechos humanos y que tiene “coraje” al aceptar “semejante cuota” de presos.
Cuatro de los cinco prisioneros que serán acogidos por Uruguay son considerados de “alto riesgo, ya que es probable que representen una amenaza para EEUU, sus intereses y sus aliados”, de acuerdo a los documentos clasificados del Departamento de Defensa de Estados Unidos, divulgados por el Miami Herald.
Pisani afirmó en una entrevista en Club de Prensa: “Algo que nos está enseñando este señor es que la defensa de derechos humanos tiene un costo y no siempre es algo que solo se hace con amigos”.
Por su parte, Héctor Schamis, catedrático de la Universidad de Georgetown, expresó que el refugio de presos de Guantánamo le servirá a Uruguay para reabrir negociaciones comerciales con Estados Unidos en momentos en los que el “Mercosur no se sostiene” por las trabas de Argentina y Brasil. La decisión será, a su juicio, “un legado de construcción de institucionalidad muy importante” que dejará a Mujica “en el bronce”.
La analista política Muni Jensen agregó que Uruguay debe asumir el reto como parte del “laboratorio social interesante” que ha asumido este gobierno.
Solo el analista del Cato Institute, Juan Carlos Hidalgo, se mostró contrario a la ayuda de Mujica al presidente estadounidense Barack Obama en su intención de cerrar Guantánamo. “La defensa de Mujica en derechos humanos es muy selectiva”, opinó. Y agregó: “Si se trata de EEUU, sí cree que hay abuso de derechos humanos, pero es uno de los presidentes que más apoya a Cuba y a Venezuela”.
De acuerdo a los informes militares, los prisioneros que vendrían a Uruguay fueron combatientes y presuntos terroristas capturados en zonas de conflicto en Afganistán, en donde recibieron entrenamiento en manejo de armas y como potenciales terroristas suicidas.
Todos ellos fueron transferidos a la prisión de Guantánamo a mediados de 2002, por lo que están próximos a cumplir 12 años de reclusión.