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sábado, 26 de abril de 2014

DIEGO MUÑOZ, periodista deportivo: “No podés decir: ‘Sí Paco, sodomízame’”


Publicado a la‎(s)‎ 23/4/2014 4:26 por Semanario Voces 
 
Lo veníamos leyendo desde hace un tiempo y nos gustaba su independencia de criterio en un medio donde la obsecuencia parece ser la regla. Los sucesos de los últimos días en el ambiente futbolístico fueron la excusa perfecta para convocarlo a una entrevista. Accedió de una y no se guardó nada, el hombre es un buen modelo de lo que debería ser un  verdadero periodista deportivo.




Por Rafael Massa, Jorge Lauro y Alfredo García/ Fotos Rodrigo López

PERFIL
Trabaja en 180.com.uy en Deporte y en los relatos de fútbol, es  corresponsal de La Tercera y Marca, docente de ORT. Edita la revista Post de la cual es redactor.
Está casado tiene dos nenas y vive en el Cordón.
Hizo la carrera de Comunicación en la Universidad Católica.
Escribió el libro “Hecho en Uruguay”, que presentó en octubre de 2013.



¿Tenés cuarenta años?
No, treinta y nueve. Cuando cumpla cuarenta tiro la casa por la ventana.

¿Te vas para Tenfield?
Claro.

A Tenfield le sirve tener algún enemigo afuera también.
Tenfield me ofreció dos veces laburar. Primero, me ofrecieron con Joel (Rosenberg), querían que hiciéramos la dupla relator y comentarista de la B, en 1999 o 2000. Nos dijeron que si no nos subíamos al carro, nos íbamos a quedar abajo para siempre. Esa fue la primera charla “amena”. Le dijimos que no. Y en el 2002 o 2003 me volvieron a llamar, ya estaban en Divina Comedia, y me dijeron una cosa medio rara: “Te estamos siguiendo y andás muy bien”. El mensaje fue: “¿por qué no bajás un poco los decibles y te venís con nosotros?”. En realidad, lograron un poco el efecto contrario.

¿Qué te ofrecían?
No fue un ofrecimiento tácito pero me llamaron y me senté ahí.

¿En ese momento dónde estabas?
Las dos veces estaba en Canal 10. La otra vez que fuimos a Tenfield fue porque nos convocaron a todos los de Cerrá y Vamos porque -sobre todo Joel y yo- teníamos una postura muy crítica con un campeonato que habían hecho, el clasificatorio, que para nosotros era horrible. Jugaban todos y los primeros clasificaban para pelear por el título y los otros peleaban por el descenso, y esos quedaban allá hundidos, nadie les daba bola, no estaban ni en la B ni en la A, no jugaban por nada; era un páramo aquello.

Un limbo.
¡Ahí está! Nos llamaron, enojados por las críticas, y nos dijeron que les diéramos la solución. Les contestamos que nosotros no teníamos que darles ninguna solución porque a ellos les pagaban y bastante bien por eso. Nosotros no nos teníamos que sentar a elaborar ningún torneo. Esas fueron las tres veces que tuve relación  mano a mano con la gente de Tenfield, más allá de la amenaza de Gutiérrez que ocurrió después. Hice la denuncia penal.

¿Hace cuánto tiempo que ocurrió esto?
Fue en el 2005. En realidad, había tenido dos o tres episodios como para que entendiera que tenía que bajar la pelota con Tenfield y ninguno me pareció de gravedad. Pero, un día, estaba en mi casa y me llamaron. Había criticado mucho la forma en que Uruguay había ido a Australia para jugar la revancha del repechaje para el Mundial de Alemania y que al final perdió. En ese momento estaba en el informativo de Canal 5 e hice una especie de editorial donde dije que Uruguay había ido en un tren lechero y Australia se había ido en su propio avión, que había parado en una isla. Y que parte de la razón de estar eliminados era por eso. Después pasó que el programa Segunda Pelota, de Océano, fue a poner un cartel a la sede de la AUF y en ese momento me llamaron para avisarme que estaban yendo para ahí, y lo fui a cubrir. Cuando volvía de cubrirlo para Deporte Total, de Canal 5, me llama mi viejo y me dice que Gutiérrez lo había llamado y le había dicho que no me aguantaba más la crítica, que no le importaba ir preso y que me iba a matar.
Me asusté. Lo conversé con Leo Haberkorn y con Joel -en ese momento yo era colaborador en Qué Pasa, de El País, y ellos estaban ahí-, y me dijeron que les parecía que tenía que hacer la denuncia, más allá de que Gutierrez fuera a llevar a cabo o no lo que estaba diciendo, era un tipo que estaba desencajado. Y buena parte de la visualización que la gente tiene de Tenfield me parece que está vinculada con la gente externa, con la gente que por darle una mano a Paco puede responder andá a saber cómo. Me pareció que lo mejor era ponerme a resguardo con una denuncia. Se tuvo que rectificar ante la Justicia, cara a cara, con una declaración escrita y firmada por él. Yo tampoco lo quería llevar a la cárcel, ni lo iba a llevar por eso, pero sí poner un freno porque era una escala que estaba subiendo.

O sea, que no querés ni imaginarte el próximo episodio de acercamiento que tengas.
También es verdad que yo en un momento estaba sobregirado con respecto a Tenfield y me parece que hasta era nocivo para mi trabajo. Me considero periodista y creo que la credibilidad es lo único que tenemos, y entrar en una cosa en la que la gente vaya a escuchar, a ver o a leer una cosa atrás de la otra sobre Tenfield me pareció que era innecesario. En un momento, estuve sobregirado completamente. Después, me parece, tanto ellos como yo supimos mantener un punto evidente de distancia que no se va a acercar jamás. Hasta ahora lo llevamos. No tuve indicios que hayan molestado esta serie de notas que he hecho en estos días, y son notas que tuvieron repercusión y llegaron a un montón de gente.
De los dos lados aprendimos, en mi caso a ser más selectivo a la hora de criticar cosas importantes como esto, que fue un golpe liso y llano en la AUF, y ellos a entender que puede haber periodismo crítico, y que, más allá de sus aduladores, hay gente que puede no coincidir con ellos.

¿Cuál es el papel que tiene Tenfield en el fútbol uruguayo?
Salvo en el gobierno de Bauzá, Tenfield es el dueño del fútbol uruguayo. O Casal es el dueño del fútbol uruguayo. Tienen comprada la voluntad de la mayoría de los clubes, que tienen presidentes que son marionetas de Casal y que hacen lo que Casal les pide.

Hasta lo confiesan en sus declaraciones.
Por eso, me parece que es esclarecedor: los tipos no lo ocultan, dicen que hacen lo que Casal les pide. En la columna que escribí en 180.com.uy traté de ordenar cronológicamente los hechos, y ves que todos los años hubo algo para tratar de sacar a Bauzá, y que, cuando se venía la licitación, los tipos operaron desde la impunidad más absoluta para hacerlo. Hablé con un ex neutral y me dijo que la venían llevando bastante bien hasta que Tenfield contrató a Messi. Les pregunté quién era Messi y me respondieron que era Osvaldo Giménez. “Giménez es Messi a la hora de operar; no hay con qué darle. Lo contrataron y nos mató”, me dijo. A tal punto que es Osvaldo Giménez quien redactó la carta para sacarles el apoyo a los neutrales, y es él quien desde Tenfield hace ir a los presidentes de los clubes a firmar. Y es Osvaldo Giménez quien paga la cena del Náutico donde tomaron etiqueta negra el día que se fue Bauzá.
¡Es una cosa inverosímil desde la lógica, no se puede concebir!

Para quienes no lo conocen, ¿quién es Osvaldo Giménez?
Fue un mal técnico que llegó a la AUF con Figueredo, estuvo a su lado, fueron carne y uña durante años, fue gerente deportivo de la Selección Uruguaya en su peor época, y después creo que fue para China. Volvió y fue gerente deportivo de Peñarol, armó el equipo con Aguirre y se fue, y ahí lo agarró Tenfield. Fue Osvaldo Giménez quien invitó a los presidentes y a los periodistas a San Pablo al primer encuentro en el que estuvieron Maradona, Chilavert, Ruggieri y demás con Paco. Ese encuentro fue organizado por Casal y pergeñado por él para comenzar con ese movimiento que en un momento le quisieron hacer creer a la gente que era en toda América, pero en realidad no existía. Es solo Uruguay y la denuncia de la Conmebol se termina sacando, no la van a seguir adelante los siete clubes porque saben que están en el horno. No tienen nada, los presidentes de los clubes firmaron la denuncia penal sin leerla.

Lo confesó el presidente de Cerro Largo.
A mí me lo dijo el presidente de Racing. Lo dijo el presidente de Cerro Largo. El día que el juez del crimen organizado los llamara a una sede judicial y bajo juramento les dijera que ampliaran la denuncia, y que le contaran qué estaban denunciando de la Conmebol, ¿qué iban a decir? Son cosas tan insólitas, son siete clubes que con suerte jugaron alguna vez en cincuenta años algún campeonato internacional, protestando por los dineros de la Confederación, cuando, en realidad, en el fútbol uruguayo cobran una miseria y no abren la boca. Clubes, como Cerro Largo, que nunca le presentaron un balance al intendente Botana, que se los pidió. No le presentaron un balance de plata que la intendencia destina para el club. No hay registro de qué hace el presidente de Cerro Largo con la plata que le da la intendencia y el tipo está pidiendo que la Conmebol le dé el balance. Ahora, que la denuncia era una cosa pergeñada por Casal a todas luces era incuestionable ya. No se sostenía que los clubes protestaran por algo, cuando todos sabían que el poder económico de Casal era el que había llevado adelante la denuncia y que había apretado a los clubes. Apretó tanto a Peñarol que se tuvo que bajar.

El buque insignia de esa denuncia era Peñarol, que tiene fuerza al menos testimonial. ¿Por qué se bajó Peñarol?
Porque la denuncia no tenía ni pies ni cabeza. En realidad, una noche se juntan Casal con Damiani y le dice que tiene que presentar la denuncia penal y le recuerda que le va a dar plata para el estadio. Ahí llaman a los dirigentes de las otras listas a otra reunión, donde estaban Casal, Damiani y aparecen Welker, Alfie, Rachetti, etc. Les presentan unos balances de la Conmebol que supuestamente eran truchos, unos informes de abogados, que eran todos pagos por Casal. Y algunos dirigentes de Peñarol dijeron que veían una sola campana y que no podían ir con las orejeras puestas a hacer una denuncia penal sin tener certeza. Entonces ahí Casal les exige ir. Peñarol, a partir de Damiani, decide ir. Le da la denuncia firmada a Della Valle que la presenta el 24 de diciembre, quince minutos antes de que comenzara la Feria Judicial. Cuando el 2 o 3 de enero salta todo, Peñarol se da cuenta que si sigue adelante va hasta las manos. La Conmebol le manda una carta diciendo que tiene que firmar para jugar la Copa Libertadores, aceptando que  los balances están bien, que la plata que entra está bien y a Peñarol no le queda otra salida que firmar, retroceder en chancletas y decir: ¡vamos arriba! Y después retira la denuncia penal porque también sabe que no tenía sostén.

Hay varios actores en esto: Peñarol y Nacional por un lado y Defensor, Danubio, Liverpool, por otro. Son varias fuerzas y no todas obedecen ciegamente a Casal, ¿cómo explicarle a la gente el rompecabezas?
Hay un grupo de clubes que son monigotes, marionetas de Casal, como Cerro Largo, El Tanque, Rentistas… esos están manejados por Casal. Los siete clubes que presentaron la denuncia responden a Casal sin planteárselo. Ciegamente. Después están los que tienen una posición más pragmática de “a veces estoy con él porque me sirve y a veces no”, con relaciones en cierto momento tirantes, que cuando se pueden romper se acercan, negocian. Luego están los grandes que también manejan esa lógica.

Que incluso tienen peso específico propio.
Claro y que Casal sabe que no puede romper con ellos, aunque en algún momento lo hizo. Con Damiani padre y con Ache en la administración anterior también, cuando se fue Munúa de Nacional al Deportivo La Coruña sin intermediarios, le hizo la vida imposible, le sacó jugadores antes de la final. Después está Liverpool, que es una isla, es el único que actúa con la independencia de un club que no depende de la plata de Casal para subsistir, porque maneja Palma la caja. Es él el que hace y deshace y el que se planta de una manera determinada y termina haciendo lo que quiere. La B es una cosa totalmente entregada a Casal. La Mutual está atada de pies y manos con Paco.

La Mutual todavía tiene otra lógica. Los jugadores que han logrado salir al exterior se han visto beneficiados.
Algunos jugadores, la mayoría no. Hay un grupo selecto de futbolistas que hicieron mucho dinero.

Porque se dice que ellos dignificaron al jugador de fútbol.
Esos son eslóganes, como el de las cuatrocientas familias. La pasta base también le da a mucha gente para vivir y por eso no vas a decir que no luchemos contra la pasta base. Quiero decir que con el argumento que hay cuatrocientas familias que viven de una empresa, ¿entonces justificamos cualquier cosa porque hay familias que dependen de esa fuente de trabajo? Es un argumento colegial.
Es como el tipo que trabaja para Tenfield y dice: “Este lo critica porque no puede estar ahí”.

Hay grados distintos de abyección. Entre los empleados de Tenfield hay algunos que dan pavor y otros más inteligentes que operan mejor. ¿Cómo fue el proceso de cooptar a la mayoría del periodismo?
En “Yo, Paco”, de Bardanca, Paco habla todo el tiempo de “polvo moral”. Y cuando él compra el fútbol  lo hace en una asamblea vergonzosa, donde alguien desde adentro le informa que la mano venía para que Bersabel ganara, que pagara ochenta y dos millones de dólares -sin la selección- , mientras Tendield ofrecía cincuenta -incluyendo la selección-. Entonces irrumpen cual película de cowboy Paco, Francescoli y Gutiérrez, y les recuerdan uno a uno los favores que les debían los dirigentes, y ahí se da vuelta el voto y gana Tenfield. ¡Era una cosa que no admitía ninguna discusión!
Después que compra eso, se mete en los canales; su “polvo moral” de quedarse con las familias ricas que él tanto critica a partir de su origen humilde. Lleva a las principales figuras, Kesman del 12, Goñi del 4, mi viejo del 10, arma Pasión, y a partir de ahí logra un silencio mediático que hasta hoy no se termina. Fue aumentando su poder a partir de eso. En los 90 empieza a generar el poder pagándoles a los clubes la plata que necesitaban para empezar a jugar los campeonatos. A cambio, se va cobrando, con jugadores, los mejores juveniles. Ahí arma una red que le responde por todos lados. El golpe final fue tener los medios. E otro día en una nota me dijeron que ahora va a tener un canal abierto. En realidad es un tecnicismo, porque ya tiene tres, o dos como mucho, porque el 4 por suerte tiene a Bardanca, que es una bocanada de aire.

¿Cómo banca el Canal 4 a Bardanca?
No sé, pero espero que lo banque mucho tiempo, y además habla bien del Canal 4 que permite una cosa crítica en un momento convulsionado del fútbol uruguayo.

El Frente Amplio llegó al gobierno con Lescano prometiendo el cepillo de alambre y el jabón para el fútbol. ¿Qué pasó ahí?
Creo que algo hubo, pero cuando tirás frases tan pomposas después te pueden jugar en contra. Lescano no está más, lo cesaron por pelearse con Casal.

Pero en el medio estuvo Corbo.
Cuando viene Lescano, lo primero que hizo fue jugar para que Figueredo no siguiera. Figueredo, en una jugada hábil, contrata al maestro Tabárez, no porque creyera en él, sino porque es de izquierda y piensa que trayéndolo ataba su continuidad a Tabárez y seguían los dos. No tuvo suerte. Se fue Figueredo y vino Corbo. En ese momento Tenfield quería a Abulafia. Gana Corbo y maneja la AUF como puede porque eso era un caos. Había cuentas que no se sabían, todos los días se destapaba una olla distinta, los clubes no conocían el contrato con Tenfield. Porque ahora están en guerra Figueredo con Tenfield, pero el que le abrió la puerta de la AUF y el que firmaba las extensiones a espaldas de los clubes fue Figueredo. Ahora, por una cuestión de negocios, están enfrentados. Pero en su momento convivieron y muy bien.

El que justificó el contrato por la televisación por muchísima menos plata, diciendo que con Casal había un valor agregado, fue Figueredo.
Hubo más. El contador Damiani en su momento, también. Después se peleó, pero en ese momento, jugó decididamente para Tenfield.
Recuerdo una nota que le hice al finado contador Fidel Russo (presidente de Liverpool) donde me contó que estaba sentado al lado de Damiani y cuando entraron los integrantes de Tenfield empezaron a señalar uno por uno, él dijo “Epa, epa, Casal, yo no le debo nada a usted”. Y Casal le dijo: “Usted no, pero todos los demás, sí”. Y Russo le dijo a Damiani: “Oiga. colega, cómo se explica que cincuenta valgan más que ochenta y dos”. Y Damiani le respondió que era el valor agregado. River, Nacional y Liverpool fueron los tres que no votaron el contrato. Corbo estuvo hasta donde pudo.

Tuvo súper poderes.
Tuvo súper poderes. Hay una visión que es muy idealista de la AUF. Y la AUF no puede funcionar como una empresa porque definen los clubes, porque hay dieciséis voluntades de primera, porque están los de la B, porque está el Colegio de Árbitros, porque está el Tribunal de Penas, porque cada uno juega su partido, porque cada vez que hay lío tenés uno que se defiende del otro. En una asamblea fueron a votar lo que Mujica les pidió para parar la violencia y casi terminan a las piñas el presidente de Peñarol y el delegado de Nacional. Te das cuenta que ahí hay una cosa que es un tanto incoherente. Corbo trató -parece joda que tenga que decirlo- de darle un aire de independencia y de honestidad a la AUF. Con el Cacho Rivero después de Corbo y con Bauzá más tarde, lo terminan logrando. La gente percibía ahora, en este último tiempo, que había un tipo de la AUF que era medianamente presentable, que era un loco que estaba bien considerado, que lo veías y era sensato, era joven, que no parecía de esa AUF en la que había que tomarse cuatro whiskys de noche, y que, entre gallos y medianoches, le robabas dos puntitos a tu rival. Esas cosas parecían un poco aplacadas por lo menos. Su salida me parece que logra que empiecen a andar dando vuelta palabras de esas como provisorato, gobernabilidad, interinato, etc. Son de esas palabras con las que vos decís: “Pah, cuando viene esto…”.

Ejecutivos provisorios ha habido permanentemente.
Por eso. No es bueno que la AUF esté como está ahora. Era un momento como para ordenar ciertas cosas. Claramente, a cuatro meses de que se termine un mandato, si no hay intereses ocultos en juego, es imposible que bajen un ejecutivo como lo bajaron. Y lo único que se logra es que ahora la gente vuelva a desconfiar de todo y piense que esto es una joda. Agarra un tipo -que capaz que es tremendo tipo- pero ya arranca desde menos diez. Se va a jugar un Mundial, que creo que a la Selección no le afecta mucho, pero ya hay instalada una carga de improvisación que en otro momento la AUF no tenía.

¿Te parece que Mujica hace una especie de carambola a dos bandas apelando al tema seguridad para detonar todo este tema o realmente es honesto en velar por la seguridad, y los hechos se desencadenaron a posteriori?
Hay dos maneras de analizar lo que ha sido Mujica con Casal. Es indudable que Casal tuvo en Mujica un aliado. Si repasás los hechos objetivos, ves que en 2009 se van juntos a España a reunirse con Florentino Pérez; en el 2011 Mujica se sienta en la misma mesa que Gutiérrez, Alarcón y Damiani para avalar que Tenfield continúe con el contrato. Ahí Mujica avaló lo que estaba haciendo Gutiérrez. Mujica no es tonto como para sentarse en una reunión en la que están hablando de extender los derechos. La persona que me lo contó, me dijo: “Claramente entendimos el mensaje: el gobierno está de acuerdo con que Tenfield continúe”.
En el 2012 cesa a Lescano después del encontronazo grande que tuvo con Gutiérrez. En una nota insólita de Gutiérrez en El País, en donde no hay preguntas, Gutiérrez dice que gasta el dinero público sin ton ni son. Ahí hay una escalada de discusiones y de declaraciones donde Lescano amenaza con un juicio. Y Mujica nunca respalda a su ministro y lo termina cesando. En el 2013 le da el canal de televisión digital y le juega definitivamente a favor para terminar la deuda de Casal con la DGI. Es un pedido de presidencia, una decisión presidencial.

En contra de la opinión de los técnicos de Economía.
Exactamente. Y ahora hace esto. En esto hay una parte donde hay un matiz importante, esto me parece que no fue deliberado. Para mí, Mujica se calentó el miércoles de noche con el lío y el jueves tira eso sin reflexionar. Hizo de Mujica. Dice lo que te dice en M24. Cuando se da cuenta que hay un lío bárbaro, se corre. Y el que lo encauza es Casal, logrando sacar del medio a su principal estorbo. Pero Mujica no lo hace previendo el desenlace. Que Mujica le hizo el juego a Casal o que Mujica fue el presidente más benevolente con Casal desde que está instalado el poder de Casal en el Uruguay, no hay ninguna duda.

¿Más que Vázquez?
Con Vázquez la DGI le trabó un embargo millonario. Hay una relación, hay fotos donde están juntos pero no tengo certeza que Vázquez le haya beneficiado como sí lo benefició Mujica. Todos los hechos, hasta ahora, hablan por sí solos. El último me da la sensación que es una “mujiqueada” que termina siendo beneficiosa para Casal. Él se calentó, para el fútbol y dijo que no mandaba a la Policía; un hecho rarísimo, insólito. Se desmadra todo y ante el desmadre el que ordena todo es Paco.

¿Qué pasa esa noche con Curuchet que iba a ser presidente y no terminó siéndolo?
Curuchet  aun siendo del Frente Líber Seregni, llegó a la AUF dispuesto a asumir. Lo proponen a Curutchet y va. En el medio sale Astori a decir que el poder económico es el que manda en el fútbol uruguayo, que es lo que todo el mundo sabe y está bueno que un político lo diga. Ahora hablamos de Mujica pero la oposición está con un silencio atroz. En esta se callaron todos; es rarísimo, ¿no?
Cuando algún ejecutivo de la AUF quiso desde el poder político marcar ciertas pautas que no le gustaron a Casal, quedó claro quién mandaba. Curutchet llegó a la AUF decidido a agarrar, pero vio que la asamblea era un caos, no había chance de hacer nada. Además, se dieron un par de reuniones donde se juntó con Damiani y este le pidió que un integrante de Peñarol siga en la mesa y Curuchet dijo: “Todavía no eligieron y ya me están dando órdenes; no acepto”.

¿Y la licitación previa a Rusia? ¿Eso no pesó?
La licitación es lo que hace caer al Ejecutivo.

Pero Curutchet estaba dispuesto a seguir con la licitación.
El martes -cuando salieron los presidentes de la Torre Ejecutiva-, Damiani dijo que no iba a haber licitación como mínimo hasta después del Mundial. Es un tema que los medios no toman. Lo dejaron pasar como si fuera un dato más pero, en realidad, era el punto neurálgico porque lo que buscaba Bauzá era que se licitara ahora. Casal no quería que se licitaran los derechos nunca, pero ahora menos por el tema de la cotización. Hoy en día la AUF piensa sacar como mínimo dieciocho millones de dólares. Casal pagó la última siete millones y algo y a lo que pagó Full Play terminaron siendo aproximadamente diez millones y medio de dólares para la AUF.

¿Y por tan poca diferencia tanto lío y quedar expuestos de esta forma ante la opinión pública?
Pero es un juego de poder, “yo te muestro quién manda”, “se hace lo que quiero yo”. La relación entre Bauzá y Casal se rompe cuando Bauzá decide que los derechos para las Eliminatorias de Brasil van a ser los últimos en los que Tenfield tenga la cláusula de igualar la mejor oferta. Lo que había era una cosa que terminaba marcando la cancha definitivamente porque nadie se presentaba a licitación.
Bauzá saca ese punto y a partir de ahí hay como una campaña permanente y sistemática para que Tenfield se quede con los derechos de las Eliminatorias como antes estaba planteado. Este Ejecutivo no lo iba a tolerar y tengo entendido que hay unos cuantos clubes que hoy aun sin este Ejecutivo -ya sabiendo la cifra que más o menos se maneja- no están dispuestos a perderse que haya una competencia libre entre dos o más empresas.

¿Esta aparición de Fox Sport puede llegar a generar que la competencia le quite poder a Tenfield, que es monopólico?
Fox llega a Uruguay porque se pelea con Tenfield, o por lo menos eso es lo que parece. Para mí, está buenísimo que llegue a Uruguay más allá de quiénes trabajen para Fox. Es claramente beneficioso que haya más de una empresa, eso abre el juego y en ese sentido creo que no puede ser malo. Lo que estaba pasando hasta ahora es que Casal es dueño de los jugadores, dueño de los presidentes, les paga a los periodistas, arma los calendarios… ¡es imposible! No puede haber un fútbol así. Fox viene y es un gigante.
No sé hasta dónde tiene ganas de meter una pata en Uruguay. Si tiene ganas, le sobra paño como para pelearle mano a mano.

¿Con la selección de Tabárez, qué influencia tiene Casal? ¿Hoy sigue manejando los hilos como con Pasarella o anteriormente?
No, Tabárez sobrevive a cuatro Ejecutivos: Figueredo, Corbo, Rivero y Bauzá, y va a sobrevivir al quinto. No sé qué pasará después del Mundial. Creo que el proyecto de Tabárez es de Tabárez. Él lo hizo antes que Bauzá y creo que Bauzá le dio a Tabárez una estabilidad que nadie le había dado. Tal vez, a partir del resultado del cuarto puesto.

Porque en lo previo no era tan así.
Está bien, pero terminó el Mundial, volvió Tabárez y el Ejecutivo le ofreció renovar el contrato y lo mantiene a capa y espada. No olviden que cuando Uruguay en la Eliminatoria pierde tres o cuatro partidos pedían la cabeza de Tabárez, de Tenfield para abajo. A mi gusto, claramente ahí hay un mérito de Bauzá que mantuvo a Tabárez en un momento muy complicado. Después hay un mérito que va más allá de lo demostrable con acciones y es que el cuerpo técnico y la Selección supiese que estaba protegido. Si quería algo en el complejo, lo tenía. Eso es un valor agregado importantísimo que llega a tener Bauzá, además de lo que dejó tangible. Repartió más de diez millones de dólares de ingresos entre los clubes; la selección logró que de nuevo tuviera cosas de las que Tenfield se había apoderado, como por ejemplo que la AUF no pudiera utilizar la palabra “celeste” porque la tenía registrada Tenfield. Cuando quisieron hacer el Club de la Celeste, lo llamaron a Bauzá y le dijeron: “La Celeste es nuestra, vos no podés ponerla”. Desde el 2006 hay cosas que se lograron y que la gente percibía que todo era más cristalino.

¿Entonces Bauzá pudo minar en algo el poder de Paco?
Lo que logró Bauzá fue muy importante, devolverle a la gente la selección. Es el mayor logro. En ese sentido, creo que Bauzá tuvo una gran victoria, que es la percepción que la gente tiene de Bauzá y la percepción que tiene de la gente que estaba enfrentada a Bauzá. La otra gran victoria es la de sacar la cláusula de prioridad de Tenfield. Esa es la victoria que marca al Ejecutivo y que de ahora en adelante -si no la cambian- me parece que es una cosa magnífica para la Selección.

El objetivo del golpe de Estado debe de ser cambiarla.
El primer objetivo era que no se licitara ahora y ya lo logró. Probablemente, el segundo sea ese y Tenfield ya empieza a operar con “Messi”. Lo otro que siempre me llama la atención es cómo una empresa que tiene todos los espectáculos más populares: el fútbol, el carnaval, el básquetbol, el ciclismo, el boxeo; tiene los dos diarios más importantes que hay en este país (El País y El Observador), que tiene dos canales abiertos y medio a disposición; que tiene los periodistas deportivos que marcan la cancha en términos de opinión; que tiene un canal las veinticuatro horas para enaltecer lo bueno que es Paco; tiene su sitio de Internet al que los futboleros tienen que consultar para averiguar y ver los goles, ¿cómo, con todo eso, tiene la imagen negativa que tiene en la población?  ¿Cómo, desde un lugar absolutamente lateral, un grupo de periodistas que hace una cantidad de años estamos diciendo casi como un grito en el desierto que esto está mal, podemos llegar a tener una imagen ante el público de cierta credibilidad cuando en realidad, estamos totalmente corridos al costado porque el sistema nos fue corriendo? ¿Cómo minás un discurso monopólico como el que hay en los medios masivos de comunicación con gente parada en los laterales? No es producto de lo que nosotros decimos. Es producto de que la gente los ve mal, y los ve mal a pesar de que les ocultan el noventa y cinco por ciento de las cosas que pasan.

¿Tiene lógica que haya clubes tan chicos y tan poco representativos?
Ahora quieren hacer un campeonato uruguayo de veinte equipos.
La AUF, de como está, plantea que de dieciséis se suba a veinte equipos. ¡Por supuesto que no tiene lógica! No hay chance de que se pueda jugar un campeonato competitivo con equipos que están destruidos.

¿Cómo juega La Mutual de Jugadores en todo esto?
La Mutual empezó recontra bien. Estaba hecha mierda con el “Tajo” Silva que había hecho cualquier cosa, al punto que estaba denunciado. Cuando vino Saravia, trajo una idea de independizarla de forma de estar más organizados, ser más transparentes, había armado un cuadro donde estaba Pablo Hernández también. Hoy en día está completamente casado con Casal. Entregado de pies y de manos, no mueven una lapicera del lugar sin consultarlo a Paco.

¿Cómo se le cuela Bauzá a Tenfield, si precisa el apoyo de los clubes que dominan?
Él agarró como provisorio cuando se fue Rivero y después queda a gobernar. Supongo que no está todo perdido. Hay lugar como para que de vez en cuando aparezca alguien como la gente. Cuando Bauzá agarró, no había muchos antecedentes de cómo podía actuar. No pondrían a Palma porque ya saben lo que va a hacer.

¿Era un tapado?
Más que un tapado, pero si a vos te corre sangre por las venas no podés decir: “Sí, Paco, sodomízame”.

Se ve mucha más gente sodomizada o haciendo felaciones que gente con sangre en las venas.
Lo que quiero decir es que tiene que haber gente a la que le corra sangre por las venas y que diga que no la pueden pasar por arriba en todas. Hay una realidad, Tenfield es socia de la AUF, pero no es dueña de la AUF. Entonces, con muy buen criterio Bauzá y el Ejecutivo dijeron: “Hasta donde las potestades de socio te lo permiten, hagamos las cosas juntos. Ahora, cuando a mí me competa tomar una decisión, yo no te voy a llamar a vos. La voy a tomar yo”. De hecho, hay unos cuantos ejemplos de cosas que Tenfield propuso y que no estaban dentro de sus competencias, a las que la AUF dijo que no, como, por ejemplo, los charters y las Eliminatorias. La gente de la empresa dice que Tenfield pone plata y pone cosas fuera de contrato, sí papá, pero, ¿lo hacen de buenos? Lo hacen porque después te agarran de las bolas y te recuerdan cuando te dieron eso. No podemos ser tan ingenuos. Carlos Baráibar un día en el Parlamento poco más dijo que Paco era filántropo. Pero sacándolo a él, los uruguayos sabemos que en cualquier orden de la vida un empresario te da para después cobrártela. Entonces, ¿por qué la AUF tiene que aceptar que Tenfield pague un charter? Para que después, cuando viniera la negociación por las Eliminatorias, le recordara a la AUF que le había pagado el charter. Me parece que con muy buen criterio lograron mantener la independencia.

¿Le pagaba el sueldo a Passarella, no?
Es que en ese momento era la selección de Tenfield. Si consultás a la gente, independientemente de los resultados deportivos, tiene una simpatía mucho más grande por esta selección que por aquella. Siente que esta selección le pertenece.

¿Qué referencia tenés de Valdéz?
Valdéz viene de Rentistas, no va a hacer mucho.

¿Es uno de esos siete cuadros que hizo la denuncia?
Sí. Dicen que es una buena persona, dijo que no conoce a Casal y que se reunió con Gutiérrez. No es un tipo de peso que vos vayas a decir que se va a plantar firme y va a hacer cosas esté quien esté.
Nadie que viniera iba a poder hacer mucho. Estamos a dos meses del Mundial, a cuatro de que se termine el mandato, por eso es que es inconcebible que saquen a Bauzá. No tenía ni pies ni cabeza, si no lo entendés desde la licitación.

¿Estuviste con Bauzá después de eso?
Tuve un par de diálogos el día que renunció. Estaba muy mal, decía que no aguantaba más y que la familia estaba muy afectada y él también. Y también hablé con gente bastante cercana a él que están convencidos que esto fue una cosa orquestada. De hecho, le había efectuado una nota en febrero en la cual me había dicho que algunos de los presidentes de los clubes lo habían llamado para decirle que tuvieron que firmar la carta donde le retiraban la confianza porque a cambio les daban plata para empezar el campeonato. Esa carta que escribió Osvaldo Giménez y que fue firmada en la sede de Tenfield. Todos saben que esta fue una operación para sacarlo. Se decanta la desprolijidad de Mujica que no creo que haya sido planificada.

¿Qué hace Gutiérrez en la Torre Ejecutiva ese mismo día?
Dijo que fue a hablar del puerto de aguas profundas. Con tantos años en el fútbol y conociendo bastante cómo se maneja Tenfield, Tenfield muestra el poder a cada paso.

¿Es una demostración de fuerza?
Es: “Mirá qué larga que la tengo”. Los hechos son objetivos y cronológicos: Bauzá se va el lunes, el lunes de tarde Gutiérrez va a la Torre Ejecutiva, el lunes de noche en la sede de Daecpu se arma la lista de Espacio Celeste.

¿Cómo ves eso?
Como la puede ver cualquiera. La lista que arman con el Espacio Celeste es una lista que en los 70 armaba Pacheco, independientemente de que las personas que integren el Espacio Celeste sean frenteamplistas de la Primera Hora, mujiquistas, nadie pone en discusión eso porque sería un atrevimiento. Pero, desde el punto de vista estratégico y conceptual, esa lista era una lista del pachequismo de los 70.

¿Cuál es el papel de Ache?
En realidad, los grandes tienen dos presidentes que a mí no me gustan. Como observador neutral, esperaba que un día Peñarol se pareciera al Nacional de Alarcón, y me encontré con que Nacional se pareció al Peñarol de Damiani. De hecho, Nacional que apoyaba a Bauzá después en la votación apoyó que se fuera porque le aceptó la renuncia, pero lo que hizo Ache está muy vinculado a su promesa electoral y a su arar en todas las canchas porque ante un equipo que está muy mal y una visión general de que su presidencia es mala, necesitaba dar un mensaje sobre todo a los socios para congraciarse con ellos y decirles: “Sigo siendo pesado, les prometí que en la AUF íbamos a ganar y damos un golpe de timón”. Pero analizar la salida de Bauzá a partir de la decisión de Ache es perder el foco. La salida de Bauzá es porque Casal decidió que se fuera Bauzá por la licitación de los derechos. Después Ache, un tanto enceguecido por esa necesidad de ganar algo, se carga a Bauzá al hombro al final. En una AUF normal, este mamarracho del fin de semana pasado no motivaba esta renuncia. De hecho, no tiene la culpa Bauzá. Bauzá se reúne con Damiani y con Ache en la Torre Ejecutiva con Mujica el viernes de tarde, y Mujica se reúne un ratito después con Saravia. Mujica le dice a Saravia que no iba a mandar policías ese fin de semana ni al Estadio ni al Parque, y Saravia se calla todo el sábado. Espera que juegue Nacional y el sábado a la medianoche le manda un mensaje de texto a Bauzá y le dice que los jugadores no van. Ahí, lo mete en un lío del cual no sale.

¿Cómo ves el rol del Ministerio del Interior?
Lo más ambiguo es que la señora del ministro del Interior vaya a la barra brava de Peñarol. No se puede responder mucho después todo lo demás porque si la barra te va a votar en la lista de la interna del MPP, después está bravo para hacer algo, ¿no? El Ministerio no da señales muy claras, ni de querer erradicar la violencia, más allá de lo que pueda decir o de las acciones puntuales que pueda llegar a tomar. Fue el único Ministerio que tranzó con los barras bravas para que en el Estadio llevaran una bandera cada uno cuando jugara Uruguay. Es difícil, podés tener un discurso en ese sentido -que capaz que es el que hay que tener-, pero no podés tener ese discurso hoy y otro mañana.

Todo el tema de las cámaras de hace algunos años que eran indispensables para terminar con la violencia e identificar a los violentos, parece que no servían para nada. ¿Eso fue un negociado?
No tengo ni idea. Sé que se hizo un protocolo y que lo firmó Corbo con los súper poderes y creo que hay muchos clubes que no es que no quieran terminar con la violencia pero que no están dispuestos a hacer algo para terminar con la violencia. Les han pedido a muchos, muchas veces, que colaboren y las señales son siempre bastante ambiguas. Las barras en muy buena medida están generadas desde los dirigentes. En el tema de la violencia es todo parches todo el tiempo. El discurso de frenar la violencia en la cancha no se sostiene desde los hechos. Ni los periodistas lo sostenemos. Todo el tiempo los periodistas estamos dando mensajes de que se juega a vida o muerte o que el partido define el año. Desde nuestro discurso decimos que vamos a parar con la violencia pero a los dos minutos estamos dando un discurso violento, estamos exacerbando todo el tiempo a la gente. Entonces, si vos hacés que la gente tome eso como su vida, es difícil. También hay una violencia que va más allá del fútbol y que tampoco se puede desconocer. La gente que vive en Uruguay está adentro de la cancha. Lo que se puede lograr es que tengamos un comportamiento un poco más adecuado.

Salió Gutiérrez fuerte a hablar en contra de las declaraciones de Astori, quitándole autoridad.
Sí, pero Gutiérrez también salió a hablar de Lescano en su momento y terminaron removiéndolo. Las declaraciones de Gutiérrez siempre me generan dudas de que sean de Gutiérrez.
Cuando vivía Juanjo Ramos, Gutiérrez  le hizo un ataque furibundo y puso que Ramos era un advenedizo. En una nota que le hice a Ramos me dijo que esa palabra no era de Gutiérrez, porque el diccionario lo podía tener para sostener una pata de la mesa de luz.
Lo que dijo Astori es obvio, lo vemos todos: el poder económico es el que manda en el fútbol uruguayo desde hace quince años y cualquiera que ose discutir ese poder económico queda marginado.  Ya sea dirigente, jugador, técnico o periodista, cualquiera que se le plante, más tarde o más temprano, casi siempre más temprano que tarde, termina marginado. Gutiérrez se trató de defender sin mucho argumento. Habló de cuando en el fútbol, en los 80 o 90, pagaban con yerba y que Astori no hacía nada. Astori en ese momento no era vicepresidente de la República.

¿Qué rol juega el Pato Celeste?
El Pato Celeste es el operador, al principio al menos es el nexo entre Mujica y Tenfield. Es una persona a la que Mujica le tiene mucha confianza y le permitió hasta ver al Papa. No creo que cualquier uruguayo goce de ese privilegio de darle la camiseta a Lula, a estar con Glenn Close, estar al lado del Papa, etc. Me pregunto de qué trabaja y nunca encuentro la respuesta. En una nota que le hicieron en El Observador dijo que él viaja a Venezuela.  Lo que sí es seguro es que es un tipo que tuvo muchos problemas con la Justicia en la década del 90 y le llegó a Mujica. Sé que en la campaña electoral trabajó para conseguir a algunas figuras que lo apoyaran. Por ahí pudo haberse ganado su confianza pero no tengo muy claro qué es lo que hace. Sí sé que tiene vínculo directo con Mujica, tiene vínculo directo con Tenfield y que fue muy importante para generar el vínculo que hoy tienen ellos.

¿Se agrega el canal porno al pool de actividades que tiene Tenfield?
Tengo entendido que no, es al revés, como que quien está al frente del canal porno ya no participa de VTV ni de Tenfield, como que ahí hay una interna medio complicada.

¿Es un ex Tenfield?
Es Martirena, que era el dueño de VTV.

¿Irías a Fox?
No, en febrero de 2013 nos habían convocado a Mario y a mí para una reunión previa y nos dijeron que querían hacer lo que hicieron ahora. Este año lo concretaron pero no me llamaron, pero no me lo puse ni a pensar porque no hubo nada, pero seguro que me hubiera costado mucho decidirme.

¿Dónde te ves periodísticamente dentro de unos años?
No tengo idea. Me veo siendo periodista porque es lo que siento.
Hay una cosa que es rara, porque hay una imagen justificada del periodista deportivo de un tipo sin preparación, medio chantún que vive de los avisos; y está el desafío de apostar a que el periodista deportivo es un periodista y tiene que hacer lo mismo que un periodista de cualquier otra área: prepararse, chequear fuentes, corroborar, no tirar rumores, no decir cosas que no están confirmadas, lo básico del periodismo, y que muchas veces los periodistas deportivos no hacen. Me gustaría que las generaciones que vienen sientan que el periodismo deportivo es periodismo y que vale la pena hacer periodismo y que está bueno.

A los 70 años del nacimiento de Roberto Fontanarrosa (1944-2007), llega un libro póstumo.

Cultura

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Ilustración de Roberto Fontanarrosa en el libro El día del arquero en coautoría con Juan Sasturaín.
Ilustración de Roberto Fontanarrosa en el libro El día del arquero en coautoría con Juan Sasturaín.

Y ahora, ¿qué hacemos?

El Negro solía juntarse en el mítico bar rosarino El Cairo con esos amigos que creían que no “era morible”; fue uno de los mejores narradores argentinos y creó personajes como el épico pampeano Inodoro Pereyra o el sicario Boogie el Aceitoso, además de escribir libros de cuentos como El mundo ha vivido equivocado y Área 18. Las tramas barriales, el fútbol y Rosario Central -su cuadro- son algunas cuestiones de un mundo que se ha vuelto universal. Roberto Fontanarrosa nació en Rosario en 1944 y, según decía, desde bebé ya era negro y canalla.
“Puto el que lee esto. Nunca encontré una frase mejor para comenzar un relato. Nunca, lo juro por mi madre que se caiga muerta. Y no la escribió Joyce, ni Faulkner, ni Jean-Paul Sartre, ni Tennessee Williams, ni el pelotudo de Góngora.” Así comenzaba su cuento “Palabras iniciales”, que luego desafiaba: “Hablan de aquel famoso comienzo de Cien años de soledad, la novelita rococó del gran Gabo. ‘Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento...’ Mierda. Mierda pura. Esto que yo cuento, que encontré en un baño público, es muy superior y no pertenece seguramente a nadie salido de un taller literario o de un cenáculo de escritores pajeros que se la pasan hablando de Ross Macdonald.”
Este relato de 2003 ha sido considerado por muchos una declaración de principios. Y si bien Fontanarrosa sólo lo consideraba un cuento más, lo cierto es que en “Palabras iniciales” se puede rastrear la impronta de su estilo: el humor irónico, la raíz popular y la economía de palabras sin deterioro de la seducción narrativa. Incluso se ha hablado mucho de la parodia y el humor como distintivos de su obra, pero poco se ha atendido su capacidad para rescatar ciertos registros de la lengua popular, al estilo de “No te enloquesá Lalita” o “Traete un salamín, ¿querés?”. Rescate que implicaba una lucidez -y hasta valentía- necesarias para despojar todo de dramatismo o solemnidad por medio de su ironía rabiosa, con la que también despreciaba a ciertos círculos de intelectuales que tenían a menos su humor descollante.
Cierta vez el propio Fontanarrosa nombró a Jack London, JD Salinger, Jorge Luis Borges, Ernest Hemingway y Norman Mailer como sus influencias literarias, aunque se haya sentido más próximo a los periodistas y dibujantes, y en especial a los cronistas deportivos. Así era el Negro. Un tipo de barrio que nunca se creyó la fama, incluso cuando era un caso raro de guionista, escritor y dibujante.
Creó personajes inmortales. De una larga lista se puede recordar a Boogie, Inodoro, el viejo Casale, la Eulogia (la protagonista del ya célebre dicho “yo no quiero ser irrespetuoso, Eulogia, pero lo que ha hecho Tata Dios con usté es abuso de autoridá”) y Mendieta, los innumerables roles que les asigna a sus amigos, a quienes bautizó los galanes, y al que tal vez fuera su personaje más notorio: el fútbol, al que situó en un lugar de la literatura argentina que hasta entonces le había sido negado.

“Con la verdá no ofendo ni temo, con la mentira zafo y sobrevivo”

Así como Roberto Arlt, el Negro Fontanarrosa asentó y dignificó lo popular. Hablaba más que nada desde el fútbol amateur -desde el profesional lo hacía como hincha-, siguiendo la delicada lógica de este deporte apasionado. De hecho, otro de sus célebres personajes también estuvo vinculado al fútbol por medio de la crónica periodística: la Hermana Rosa, hechicera y vidente (“La Hermana Rosa ya sabe quién será el campeón del Mundial”, “La Hermana Rosa está insoportable. Luego de su impactante seguidilla de aciertos en los resultados de los partidos, se ha declarado en silenzio stampa y se niega a recibir a la prensa”).
En sus cuentos futboleros se pueden encontrar ciertas variantes entre el fútbol amateur de los veteranos, los grandes clásicos de su localidad, Rosario Central-Newell’s Old Boys, y el fútbol de las ligas menores del interior. Un buen ejemplo es el cuento “Viejo con árbol”, en el que un veterano se dedica a comparar sucesos del partido con las distintas artes. Lejos de los círculos literarios, el Negro logró cultivar un público lector culto y popular a la vez, desde sus historias narradas en la mesa de un bar, la reconstrucción de hechos históricos que nunca existieron y la parodia de los distintos géneros.
Reivindicó las “malas” palabras jugando de local en Rosario, por el año 2004, cuando fue invitado al III Congreso de la Lengua organizado por la Real Academia Española (RAE). La exposición, llena de sus usuales ocurrencias y humor delirante, ya se ha vuelto una referencia cuando se habla del tema. “[H]ay otra palabra que quiero apuntar que creo es fundamental en el idioma castellano, que es la palabra ‘mierda’, que también es irreemplazable. El secreto de la contextura física está en la r -anoten las docentes- porque es mucho más débil como lo dicen los cubanos: miELda, que suena a chino y eso -yo creo que ahí está la base de los problemas que ha tenido la revolución cubana-, quita las posibilidades de expres[ión]”, decía riendo, mientras aseguraba el carácter terapéutico de las malas palabras (en ese entonces, el director de la RAE se apellidaba, precisamente, García de la Concha).

“A veces la picardía criolla es sólo desesperación, Mendieta”

Según datos biográficos avalados por el propio Fontanarrosa, fue en el colegio que encontró su “verdadero amor: la pelota”. En un año tan particular como 1968, el Negro publicó su primer chiste, en el que se mostraba a un policía con un bastón manchado de sangre acompañado de la leyenda “No hay ninguna duda, eran comunistas”.
Tres años después le ocurrió algo “memorable”: Central se convirtió en campeón por primera vez y él lo retrató en su cuento 19 de diciembre de 1971. A partir de esta década, comenzó a firmar en revistas como Satiricón y Mengano, y su histórica editorial Ediciones de la Flor publicó las primeras compilaciones de Boogie el Aceitoso e Inodoro Pereyra. Expresiones como “mal pero acostrumbra’o”, “Negociemos, don Inodoro”, o el parco “shit” que concluía las aventuras de Boogie, comenzaron a popularizarse. Su éxito trascendió la región al punto de que escritores como el mexicano Juan Villoro confiesan haberse formado con su lectura. Villoro, incluso, fue más allá y le dedicó un gracioso cuento, Fontanarrosa soy yo, en el que Kafka lo tilda de pendejo, Chéjov da consejos deportivos inútiles y Joyce la 
macanea.
Luego, sus personajes protagonizaron las contratapas de Rosario/12, mantuvo el chiste diario en Clarín e incluso en su revista dominical. También se destacó en novelas y compilaciones de cuentos que patentaron -estos últimos, sobre todo- su indiscutible calidad literaria y su mirada audaz. En los últimos años, fue una enfermedad neurológica -que comenzó a padecer en 2003 la que marcó cambios ineludibles en sus formatos. Primero, las letras de Inodoro comenzaron a publicarse mediante un programa de computadora que imitaba sus caracteres, y en enero de 2007 anunció que dejaría de dibujar y sólo seguiría escribiendo sus tiras cómicas. Finalmente falleció a mediados de julio de ese año en una clínica de la ciudad que amaba, Rosario.
A fines de 2012 se lanzó una demorada reedición de su obra, y el año pasado se publicó el esperado Negar todo y otros cuentos, en medio de la conocida controversia por los derechos de autor que disputaron Franco Fontanarrosa -hijo del escritor- y Gabriela Mahy -su última esposa-. Ella era la que administraba los derechos de Fontanarrosa, y en ese rol firmó un contrato con la histórica editorial por esta selección de cuentos. El hijo disputó los derechos, y si bien perdió el juicio, demoró la publicación unos cuantos años.
En diciembre llegó a Uruguay este ejemplar de tapas anaranjadas, al que, por una cuestión también de derechos, no se le pudo adjuntar fotos ni dibujos. Sobre el libro, su editor Daniel Divinsky aseguró que integra los mejores cuentos de Fontanarrosa y otros “normales, si es que se puede usar esa palabra”.
El Negro insistía en que le prestaba mucha atención a qué contaba, más que a cómo lo hacía -“me desvela encontrar historias que me den ganas de contarlas”-, e incluso en su relato “Cuando se lo cuente a los muchachos”, antes que vivir las cosas, lo importante es contarlas (en el cuento, es el propio protagonista quien repite la frase del título a lo largo de la historia). Y ésta es otra de las cuestiones importantes a tener en cuenta al momento de leer Negar todo.

El mundo ha vivido equivocado

“-El tipo que nunca se ha ligado un pelotazo en los huevos no puede entender lo que es fútbol”. De esta manera inconfundible comienza “El pampa”, primer cuento de Negar todo, volumen que reúne los 24 relatos que escribió el Negro hasta poco antes de su muerte. El protagonista de este cuento es un futbolista pueblerino rehabilitado, que recapacita cuando su padre se vuela una pierna con un escopetazo cuando estaba cazando. Luego, la vida amaga una sonrisa, pero es una promesa que se le termina volviendo en contra. Entre varios, se incluyen relatos como “El árbol” -con tintes felisbertianos-, otros en los que vuelve a hablar sobre el fútbol, su ciudad natal (a la que le atribuye la autoría de la picada), diversas parodias y la cotidianidad porteña, manteniendo su estilo coloquial de siempre.
El Negro pensaba que la crisis ayudaba al periodismo en general, y en particular al humor, que era el que se dedicaba a llevar la contraria. Le preocupaba que la crisis se convirtiera en tragedia, y lo traducía en su escritura con una impronta cada vez más colectiva y auténtica. Tanto en su obra como en las entrevistas y las charlas, se puede identificar en Fontanarrosa -con su sonrisa torcida de siempre- a un amigo. Pero un amigo que, incluso en su estado, parece gritar que la vida continúa y se debe vivir, como en los grandes partidos, con dignidad hasta el final. Ya que “estar solo no es nada”, pero “lo malo es darse cuenta”.

En Uruguay el 1% más rico gana lo mismo que el 50% más pobre

http://www.carasycaretas.com.uy

La desigualdad

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La creciente desigualdad (1% de la población concentra el 51% de la riqueza) se ha vuelto central en el análisis económico en Estados Unidos. Stiglitz, Krugman, James K. Galbraith (hijo), Skidelsky y ahora Thomas Piketty –señalado como autor del libro de la década– afirman que este aumento, así como la depredación, son los rasgos principales del capitalismo moderno. En Uruguay, Antonio Elías publicó conclusiones muy significativas (y atemorizantes) sobre las mediciones al respecto.

El film El lobo de Wall Street, de Martin Scorsese, sigue siendo objeto de numerosos artículos y estudios por parte de calificados observadores de todo el mundo, que ven en la vida de un estafador profesional (que cae en desgracia, pero vuelve a su actividad depredatoria como si nada hubiera ocurrido, lo que puede tomarse como una cruel metáfora de la recuperación de la Gran Recesión 2007-2010, que no castigó a sus causantes y mantiene intactas algunas de las razones que la provocaron) el paradigma de la actual etapa histórica del capitalismo, signada por el predominio y la expansión del sistema financiero global.
En el campo social y cultural, la desigualdad, tomada desde el punto de vista de los más privilegiados, es mostrada como ejemplo y objetivo de vida por medio de los medios masivos de comunicación. El deseo de ser el más rico y poderoso a cualquier coste deja atrás los proyectos colectivos y las discusiones ideológicas en busca de una sociedad mejor. Lo vemos también aquí, en Uruguay, y en todos los partidos políticos, sin excepción.
El tema conmueve. Barack Obama hace del combate a la desigualdad el punto central de su discurso político (que apunta a la perduración demócrata y, acaso, a la candidatura de Hillary Rodham Clinton), y lo fundamenta en proyectos de aumento de impuestos a los más ricos, en el Obamacare y la reforma migratoria, temas abominados por los republicanos.
Muy oportunamente, el reciente libro del economista francés Thomas Piketty (París, 1971) El capital en el siglo XXI ha revolucionado el panorama de la discusión. Es considerado por numerosos economistas de primer orden el estudio más importante del año, “y acaso de la década” (Krugman), sobre el actual funcionamiento del modo de producción global. Ese que es descrito ferozmente por Galbraith, quien afirma: “Hoy el rasgo característico del moderno capitalismo estadounidense no es ni la competencia benigna, ni la lucha de clases, ni la utopía de una clase media inclusiva. En su lugar, la depredación se ha convertido en el rasgo dominante. Un sistema en el que los ricos celebran un festín sobre la decadencia de los sistemas construidos por las clases medias. La depredación no define a todos los agentes creadores de riqueza. Pero es su propiedad característica, su fuerza motriz. Y sus agentes controlan totalmente el gobierno bajo el que vivimos”.
En ese escenario, el libro de Piketty fundamenta que la desigualdad no es casual, sino una derivación lógica de la evolución actual del capitalismo, que frena el desarrollo de las fuerzas productivas. Señala que si no es reformado, el mundo regresará al “capitalismo patrimonial”, no de emprendedores, sino de herederos, y evolucionará hacia un sistema oligárquico. Y que estos extremos sólo pueden evitarse mediante la intervención del Estado, actuando drásticamente sobre los sistemas fiscales.
Piketty pronostica un mundo de bajo crecimiento económico y niega la idea de que el desarrollo de las fuerzas productivas por medio de la revolución tecnológica fundamentalmente mediante las nuevas modalidades de Internet provocará un retorno a la “edad dorada” (1946-1973), con lo cual refuta las tesis, ya comentadas en Caras y Caretas, de la economista venezolana Carlota Pérez en su libro Revoluciones tecnológicas y capital financiero: la dinámica de las burbujas financieras y las épocas de bonanza. Estas se basan en el concepto del cambio de paradigma tecno-económico y en una teoría sobre grandes oleadas de desarrollo, reelaborando los “ciclos de Kondratieff”. En lo que puede tomarse lejanamente como una nueva versión de la tasa Tobin, Piketty propone una fiscalidad progresiva sobre las rentas: un impuesto mundial sobre el patrimonio y un impuesto a la renta progresivo que llegue al 80% en los estratos más altos.
Teniendo en cuenta la propuesta de Warren Buffett, Bill Gates, Steven Spielberg y casi un centenar de billonarios, formulada en el pico de la Gran Recesión, de donar la mitad de sus fortunas para salvar la economía norteamericana (contrariamente a los egoístas ricos uruguayos, que se negaron a pagar un mísero impuesto de U$S 60 millones, que les reparaba la infraestructura que sus camiones destrozan), que fue contestada por líderes del Partido Republicano, como el representante Eric Cantor, con afirmaciones de que “es la riqueza privada la que genera el empleo” y que por lo tanto “debería revisarse el voto universal, haciendo que tuviera más peso el de quienes más contribuyen a la economía”, es de esperar que el mundo pronto se sacuda en polémicas que sólo pueden ser saludables, más allá de los resultados que finalmente se obtengan.
La involución capitalista
El libro de Piketty reconoce al menos dos antecedentes muy ilustres: The Conscience of a Liberal (Paul Krugman, 2007, conocido entre nosotros como Después de Bush) y El precio de la desigualdad: el 1% de la población tiene lo que el 99% necesita (Joseph Stiglitz, 2009). Del primero es particularmente notable el primer capítulo, ‘La forma en que éramos’, en el que Krugman relata su infancia en los barrios pobres de Nueva York, amparado por un sistema no muy diferente del primer batllismo, resultado del New Deal, que Franklin D. Roosevelt implantó para vencer la Gran Depresión de 1929, y que produjo la “época dorada” entre 1945 y la crisis de 1973.
Recuerda Krugman: “Los Estados Unidos de la época de posguerra eran, ante todo, una sociedad de clases medias. La explosión salarial había permitido que millones de estadounidenses incluyendo a mis padres pasaran de malvivir en los suburbios o en la pobreza del medio rural a ser propietarios de su propia casa y a disfrutar de una vida de comodidades sin precedentes. Por el contrario, los ricos eran menos que antes y, comparados con las prósperas clases medias, no tan ricos. […] Los Estados Unidos previos al New Deal eran, al igual que los Estados Unidos del siglo XXI, un lugar de desigualdades manifiestas en lo que respecta a la distribución del poder y la riqueza, y en el que un sistema político nominalmente democrático no representaba, de hecho, los intereses de la mayoría”. Krugman señala las presidencias de Ronald Reagan (1981-1989) y su “revolución conservadora” como el comienzo explícito de la revuelta de los muy ricos sobre el resto de la sociedad, con el auspicio ideológico de Milton Friedman y la Universidad de Chicago.
El hecho es que hoy Estados Unidos la primera superpotencia y formidable difusora de su modelo cultural al resto del mundo, incluida China Popular es un país profundamente desigual, según los economistas señalados.
El libro de Piketty aporta datos sobre la evolución de la distribución de la renta y la riqueza en casi treinta países. Su objetivo es ofrecer una interpretación coherente de dicha evolución “y establecer lecciones para el futuro”. Según el autor, la tesis funciona también para los países emergentes: “Creo que, llegado un punto, los países emergentes se enfrentarán a las mismas cuestiones que ahora deben encarar los países desarrollados, aunque por ahora sus problemas son diferentes. Al final, el principal impacto del aumento de la desigualdad tiene que ver con la relación entre el rendimiento del capital y la tasa de crecimiento de la economía. A largo plazo, hay serias razones para pensar que el ritmo de crecimiento, en particular el incremento de la población, va a ralentizarse en todo el mundo, incluidos los países emergentes, y que el rendimiento de la riqueza, especialmente para las grandes carteras de inversión, va a ser mucho mayor que el crecimiento del PIB. Eso ya sucede a nivel global, incluidos China y los demás países emergentes. La riqueza de los más ricos ha crecido dos o tres veces más que el PIB global durante los últimos veinte o treinta años. Es un claro reflejo del mecanismo que trato de explicar en el libro”.
Nuevas mediciones en nuestro país
Los datos de nuestro país en los últimos diez años señalan una notable mejoría en indicadores sociales como el desempleo (que cayó de 35% a 7%), la pobreza (de 39,9% a 11,5%), la indigencia (de 4,7% a 0,5%), la desigualdad (que cayó 18%, según el economista Gabriel Frugoni), el aumento de la protección social, especialmente en la salud, y el consumo en los sectores más vulnerables. Estos han sido destacados por reconocidos expositores, comenzando por el ministro de Desarrollo Social, el economista Daniel Olesker, que durante años ha sido severo crítico del modelo Lace (liberal, aperturista, concentrador y excluyente) en estas mismas páginas.
Un reciente estudio del economista Antonio Elías, docente universitario, asesor sindical e integrante de la Red de Economistas de Izquierda del Uruguay (Rediu), titulado En Uruguay, el uno por ciento más rico recibe ingresos similares al cincuenta por ciento más pobre, basado en una reciente investigación del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República, refiere una nueva medición de la distribución del ingreso obtenida de aplicar una metodología que incorpora registros tributarios, que demuestra que la desigualdad y la concentración del ingreso, para el período 2009-2011, son mucho mayores que las estimadas con base en las Encuestas Continuas de Hogares, que realiza el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
En la introducción, Elías señala: “En múltiples oportunidades investigadores y analistas han cuestionado estadísticas oficiales, en particular cuando estas refieren a temas socialmente importantes como: distribución del ingreso; nivel de desempleo; evolución del salario e inflación. En efecto, las estimaciones estadísticas tienen importantes limitaciones para reflejar con relativa precisión la realidad económica que tratan de representar, debido, básicamente, a problemas metodológicos, insuficientes fuentes de información, errores derivados del propio proceso de medición observador, cuestionario e informante y problemas de agregación. Todo lo cual pone en cuestión la exactitud y la precisión de las estadísticas e indicadores económicos, particularmente los que están elaborados en base a encuestas. […] Un ejemplo reciente de manipulación de las estadísticas es la rebaja en la tasa de variación del IPC modificando ítems con alta ponderación como, por ejemplo, la electricidad con el plan UTE Premia en el momento que se deben ajustar los salarios. Esto es, una política regresiva de distribución del ingreso que se aplicó en diciembre de 2012 y 2013. Es obvio que la instrumentalización de las estadísticas con fines políticos y económicos no es una novedad, ni es patrimonio de ningún sector o ideología. Las limitaciones señaladas en el sistema estadístico oficial no ponen en cuestión la honestidad intelectual y dedicación de los profesionales y trabajadores encargados de esa tarea”.
El extenso artículo presenta estimaciones y análisis estadísticos extraídos del estudio Desigualdad y altos ingresos en Uruguay, elaborado por Gabriel Burdín, Fernando Esponda y Andrea Vigorito, que estima la distribución del ingreso por persona entre 2009 y 2011 utilizando una metodología basada en los microdatos de los registros tributarios de imposición a la renta personal (IRPF y IASS), recabados por la DGI, “que permite captar de mucho mejor manera los ingresos del capital”.
En nuestro país la medición oficial de la distribución del ingreso la realiza el INE utilizando los datos de la Encuesta Continua de Hogares (ECH). Dicha estimación ha sido cuestionada reiteradamente porque subestima los ingresos del capital y, por tanto, muestra una distribución del ingreso mucho más progresiva de lo que es en realidad. […] En el trabajo se analiza la desigualdad, con énfasis en la participación de los sectores de mayores ingresos relativos (1%, 0,5% y 0,1% superior) y se estudia la progresividad y capacidad redistributiva de la imposición a la renta. Dichas estimaciones se comparan con las que se obtienen utilizando la ECH, principal fuente de información de los estudios de esta naturaleza realizados en el país hasta el presente. Para ello, se compatibilizaron ambas fuentes de información en base a una definición de ingreso primario o de mercado (ingresos laborales, de capital y jubilaciones) a nivel de personas. […] Para compatibilizar las dos fuentes de información consideraron los ingresos de la ECH asimilables a los que cubre el registro de la DGI (ingresos de trabajadores formales, rentas del capital y pasividades), las cuales se corresponden con la definición del ingreso primario o de mercado”.
Algunos resultados
Dice Elías: “Dada la gran cantidad de cuadros y gráficas que integran el documento hemos seleccionado, para esta primera entrega, aquellos datos que presentan la información de la ECH y de la DGI, sin ningún tipo de ajuste, para compararla entre sí, y hemos incorporado en el cuadro la información de distribución del ingreso por hogares que elabora y publica el INE”.
Y sigue: “Los autores señalan que ‘La distribución del ingreso por deciles muestra una mayor concentración del ingreso en los estratos altos en el registro administrativo de la DGI que en la ECH. La concentración en el decil superior en la DGI supera en un 20% el valor observado en la ECH’. La diferencia es muchísimo mayor respecto a la información presentada por el INE; por ejemplo, en 2011 los hogares del decil superior captan un 28,8 % de los ingresos y los datos de la DGI que consideran que cada perceptor de ingreso es una unidad de análisis, captan el 42,3%. En este último caso los ingresos del primer decil son mayores que la suma de los ochos deciles inferiores y son 70 veces superiores al decil más pobre. En las mediciones basadas en la ECH los ingresos del decil superior son mucho menores y la participación de los sectores más pobres es mucho mayor. A título de ejemplo, el decil inferior recibe 0,6% con la información de la DGI y 2,4% en el cálculo del INE basado en las ECH, además, el decil superior sólo es doce veces mayor que el decil inferior (28,8% dividido 2,4%). Los niveles de desigualdad que se presentan en el cuadro 2 dejan en evidencia el alto nivel de concentración del ingreso, lo que confirma los cuestionamientos realizados, entre otros, por Jorge Notaro y la Rediu”.
Afirma Elías: “Los datos que se presentan en el trabajo son impactantes y merecen una profunda reflexión: ¿cómo es posible que el 1% más rico, 23.000 personas aproximadamente, ganen casi lo mismo que el 50% más pobre, 1.150.000 personas? El 0,5% capta más ingresos que el 40% más pobre y el 0,1% un poco menos de lo que recibe el 30%. […] Con los datos de la ECH, que subestima los ingresos más altos, la concentración es un poco menor pero es igualmente muy grande: el 1% más rico concentra el 10,2% de los ingresos, más que el 8% que recibe el 30% más pobre. Por último, veamos en el cuadro 3 las diferencias de nivel que adquiere el índice de Gini según la metodología que se utilice. Cuanto menor sea el valor del índice de Gini menor será desigualdad del ingreso”.
Comenta Elías: “Los autores afirman: ‘En términos de desigualdad, se observan también diferencias significativas entre el registro de la DGI y la ECH compatibilizada y por fuentes de ingreso. La desigualdad aquí calculada es notoriamente diferente de la que habitualmente se calcula en base a Encuestas de Hogares’. Los valores del índice de Gini estimados por el INE en base a la ECH fueron los siguientes: 0,432 (2009), 0,421 (2010) y 0,401 (2011). Los resultados presentados en esta primera entrega muestran que la distribución del ingreso es más regresiva que lo reconocido hasta ahora, que hay una mayor concentración de los ingresos en el decil superior y que el percentil de más altos ingresos aumenta su participación en el período. Se verifica, a su vez, lo que se planteó al comienzo de esta nota: la metodología y los instrumentos utilizados para representar la realidad económica pueden generar resultados estadísticos muy diferentes entre sí. En este caso, la investigación realizada por el Instituto de Economía aporta elementos sustanciales para conocer los niveles de desigualdad y la concentración del ingreso en los estratos superiores”.
Tanto el trabajo del Instituto de Economía como los artículos del economista Elías están llamados a tener una gran repercusión en el contexto de un probable nuevo gobierno del Frente Amplio. Es bueno recordar que la discusión interna y el pensamiento crítico, lejos de debilitar, deberían demostrar y aumentar el vigor y la transparencia del proyecto de izquierda.
* Publicado en Caras y Caretas el viernes 25 de abril de 2014

El nuevo espectador: Atracones de series, un boom que cambia el modo de ver TV

ENTRETENIMIENTO EN CASA

Por Leo González Pérez

clarin.com

La moda es mirar de corrido varios capítulos y hasta temporadas completas. Internet la potenció: el 61% de los usuarios de Netflix lo hace. Los detractores critican el hábito por apresurado y superficial.
El idioma inglés ya le asignó un verbo: binge-watching, que podría traducirse como exceso o atracón de mirar. La tendencia consiste en devorar, de una vez, varios capítulos y hasta temporadas completas de programas de TV, casi siempre series. Esta práctica se extiende y está definiendo un nuevo perfil de espectador.
Aunque sus orígenes pueden rastrearse en el consumo de series en DVD y, si se quiere, tiene como antecedente el siempre estigmatizado acto de sentarse a ver TV hasta el hartazgo, fue la difusión de contenidos audiovisuales por Internet lo que potenció este hábito y le dio una nueva dimensión.
Tras las series disponibles completas en el videoclub y las “maratones” propuestas por los canales de televisión, llegaron servicios como Netflix, OnVideo o Arnet Play, entre otros, para poner online miles de horas de programas, películas y temporadas completas de series, todo para ver sin límites. Con esta oferta, el binge-watching creció, y lo hizo aún más cuando comenzaron a ser exitosas series producidas para ser vistas exclusivamente por Internet.
Quien esté mirando los títulos finales de un capítulo de House of Cards – serie producida por Netflix para difundirse sólo en su plataforma– verá en la banda inferior de la pantalla una cuenta regresiva que indica los segundos que faltan para que comience a reproducirse, de modo automático, el capítulo siguiente. Y parece que esta invitación al atracón da resultado. Datos de Procera Networks –una compañía de tecnología de banda ancha– indican que sólo en los Estados Unidos unas 660 mil personas (el 2% de los usuarios de Netflix de EE.UU.) vieron en un fin de semana los 13 capítulos de la segunda temporada de House of Cards . Y una encuesta encargada por la misma Netflix reveló que un 61 % de sus clientes ejerce el binge-watching con regularidad.
Gabriela Fabbro, doctora en Comunicación Pública, investigadora y titular de una cátedra sobre narración audiovisual en cine y TV de la Universidad Austral, le dijo a Clarín que fenómenos como los “atracones de series” ratifican el nuevo rumbo, variado, que está tomando el consumo televisivo. “Si comienza a ser masivo y habitual, este modo de ver series implicaría un cambio en la concepción propia de los formatos. Se podría empezar a pensar en nuevas formas de sistematizar los programas: no ya por episodio, no ya por temporada, si no, por ejemplo, por ‘partes’, ‘ciclos’, es decir, unidades mayores de clasificación”, explicó Fabbro.
Del estudio hecho por Netflix entre sus clientes en EE.UU. se desprende además que los atracones no generan culpa ni conflicto: casi tres cuartas partes de los encuestados (el 73 %) dice que tiene sentimientos positivos hacia ellos.
Con las series gozando de cierto prestigio, la reputación de los empachos es más alta que la de la vieja costumbre de mirar TV por horas. Sin embargo, el binge-watching enfrenta a partidarios y detractores.
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James Rattner, de la Universidad Brown, de Rhode Island, EE.UU., ve en los atracones potencial para disparar cambios deseables. Arriesga que mirar series en seguidilla podría reducir el tiempo que pasa la gente frente al televisor. Considerando que en EE.UU. los jóvenes de 18 a 24 años ven en promedio 25 horas de televisión por semana, quienes se limiten a ver una temporada de una serie en siete días reducirían a la mitad su consumo de TV. Para Rattner, además, los atracones son mejores que el zapping, evitan la publicidad y, como permiten un seguimiento detallado de las historias, podrían contribuir a que las series mejoren y ganen en complejidad.
En la vereda de enfrente, Willa Paskin, crítica de TV de la publicación online Slate , cree que el binge-watching implica un consumo apresurado y superficial. Y dice que esto se nota en House of Cards , serie con numerosas flaquezas que pasan inadvertidas para los espectadores que la ven en sesiones maratónicas. Otra sería la suerte de la historia protagonizada por Kevin Spacey si sus capítulos se vieran semana a semana, dice Paskin.
Gabriela Fabbro, finalmente, señala que siempre existió el placer de consumir mucho “de un mismo texto” y que esto fue captado por los programadores. Sin embargo, ella opina que todo lo hecho en exceso puede traer consecuencias desagradables. Y sugiere: “Disfrutemos las historias y dejémonos llevar por el suspense de las mismas, en los tiempos que sus creadores las concibieron”.