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miércoles, 20 de agosto de 2014

"La estrategia del salmón" por Constanza Moreira


Las últimas encuestas de opinión pública y el rumbo que está tomando la campaña electoral.
En estos días, nos hemos visto sacudidos por la encuestas de opinión pública: que el Frente baja, que el No a la Baja sube. ¡Qué panorama dispar! Pareceríamos estar ganando unas luchas (la cultural, la simbólica, la comunicacional del “no a la baja”), pero perdiendo terreno en una batalla crucial: la del gobierno, que es la base y la estructura de muchas otras luchas (la del 6 % para la educación, la de los Consejos de Salarios, la de la agenda de derechos).
El Frente Amplio (FA) se declara en estado de “admirable alarma”, como ha señalado el periodista Ricardo Scagliola desde el Semanario Brecha. Y hace muy bien. Cuando se es de izquierda, cuando se lucha contra el poder económico, mediático, financiero, cuando se libra una batalla comunicacional todos los días, se debe estar siempre en estado de “admirable alarma”. No creo que podamos estar de otra manera.
Ahora bien, las encuestas de hoy, como las de ayer, no pueden reemplazar a la reflexión política. Y la pregunta ya célebre de “qué hacer”, pergeñada por Lenin, viene después, y sólo después de conocer “qué pasa”. Sobre todo, es necesario saber “leer” las encuestas, porque todas las lecturas son políticas, y porque la lectura del “qué pasa” será la que determinará el “qué hacer” después.
La historia de las encuestas de opinión pública es relativamente reciente en nuestro país, ya que data de los últimos treinta años. Bienvenidas las encuestas: son un instrumento particularmente útil. Pero son eso: un instrumento. Lleno de complejidades y muy utilizable políticamente, a pesar de que todos los encuestadores muestran “cautela” y “prevenciones” en relación a sus números, como forma de impedir que una tendencia registrada en una encuesta se transforme en un hecho político sin más.
Las encuestas son parte de la construcción política, primero, porque señalan cuáles son los problemas que debieran ser considerados prioritarios, y cuáles debieran ser considerados secundarios, en función de la perspectiva de la ciudadanía. Así, desde hace un tiempo, las encuestas vienen registrando que la seguridad ciudadana se ha transformado en el principal tema del país. Sin embargo, esto no significa que para las personas el asunto más importante sea la seguridad, ya que las encuestas consultan a los entrevistados y entrevistadas “cuáles creen, a su juicio, que son los principales problemas del país”, no cuáles son “sus problemas”. Cada uno conocerá cuáles son sus problemas, pero ¿los problemas de todo un país?
¿Qué responderá alguien sensato, sin demasiada información, y tratando de salir del paso a una situación incómoda? (si no contesta la pregunta, podría parecer un ignorante). Contesta lo que “cree” que es el problema del país: o, peor aún, lo que “le dicen” que es. Y esta respuesta la encuentra a mano: los medios masivos de comunicación le dicen a la población qué es importante y qué no, así como le dicen que la inseguridad es un problema central, que la educación anda mal o que el gobierno gestiona peor.
Cuando nos abocamos a la inseguridad como la prioridad de un país que aún no encuentra su senda de desarrollo y debiera dedicarle a eso toda su energía, cuando construimos gobierno tratando de “darle” a la opinión pública lo que necesita, cuando intentamos comprar amigabilidad en los grandes constructores de opinión pública, renunciamos a hacer política.
Es necesario dar cuenta de los problemas de inseguridad, sí, pero esa no puede ser la principal prioridad del Uruguay, no debemos caer en la trampa represiva de la derecha, con su demanda infinita de control policial y militar sobre la ciudadanía. Los problemas de inseguridad, han de atenderse realizando una gestión eficiente, reconociendo las dificultades, y sobre todo, evitando que la inseguridad sea la gran mancha de opinión sobre la que se cimentan las preocupaciones del planeta.
Hasta no hace mucho, las encuestas pronosticaban al FA como seguro ganador de la próxima elección nacional. Sin embargo, hoy, los logros de una década de progresismo –la política material, la del bolsillo- no nos permitirán sin más ganar la batalla simbólica con una derecha que aparece casi impoluta, predicando “por la positiva” por un lado, mientras por el otro, siembra el negativismo contra el país y su futuro todos los días del año, de todos los años.
Los números nos están diciendo que el FA no crece, y que el Partido Nacional (PN) sí lo hace. No obstante, desde una perspectiva politológica, resulta muy improbable que los votos frenteamplistas se estén volcando hacia el PN. ¿Debiera el FA cambiar la estrategia de su campaña? Yo diría que mucho más que hacer campaña, hay que hacer política. No una política para ganar las elecciones, y menos aún para intentar seducir a la “escurridiza” opinión pública. Hay que hacer política con nuestras convicciones y nuestras ideas. Y esa es, hoy y siempre, nuestra mayor fortaleza.
Cuando las encuestas indicaban que la propuesta para bajar la edad de imputabilidad parecía triunfar, muchas voces se alzaron para sostener que “la baja” había ganado mentes y corazones. La demanda por mano dura que parecía constatarse en las encuestas, llegó incluso a encontrar asidero en nuestras filas: “hay que aumentar los controles policiales”; “hay que aumentar las penas”, “hay que ser implacables con el delito porque eso es lo que la sociedad quiere”, se escuchó decir a algunos frenteamplistas. Sin embargo, hoy las encuestas registran un declive en la intención de apoyo al plebiscito por la baja, y sus principales impulsores, con el Senador Bordaberry a la cabeza, miran estos nuevos números con suma atención, tomando recaudos ante la eventualidad de que el plebiscito se termine transformado en algo antipático y ocasione una pérdida de votos para los dirigentes tradicionales que lo promovieron.
El “No a la Baja” sube y el “Sí a la Baja” cae. ¿Cómo sucedió esto, cuando lo que más le preocupa a la gente, dicen las mismas encuestas, es la inseguridad?
Desde hace mucho (la política se hace con paciencia, todos los días, durante mucho tiempo), se fue instalando entre la juventud, la política del resistir al “No a la baja”. Tímidamente primero, un poco más ardientemente en los últimos meses, la “Comisión Nacional del No a la Baja” fue conquistando adeptos. Son, en su mayoría jóvenes. Hacen política en todo el país. Y ahora ven sus primeros frutos.
Si esos jóvenes hubieran tomado interpretado las encuestas como si éstas fueran el oráculo de Delfos, jamás se hubieran comprometido por el “No a la Baja”. Y si los cientos de miles de frenteamplistas nos hubiéramos dejado llevar por el canto de sirenas de “ir a favor” de la corriente, hubiéramos dejado de hacer política y de construir izquierda. Porque el “ir a favor” de la corriente, diría un marxista, siempre es ir a favor de la ideología dominante, que es la ideología de la clase dominante. No es necesario ser marxistas ni realizar un razonamiento tan sofisticado para entender que ser de izquierda implica ir “contra” la corriente.
Hemos titulado esta columna “La estrategia del salmón”, en homenaje a nuestro entrañable amigo Marcelo Jelen, a quien extrañamos todos los días. Marcelo escribió una vez sobre nuestro movimiento por la “candidatura alternativa” aludiendo a que nadábamos contra la corriente. La juventud que milita por el “No a la baja” nada contra corriente como el salmón. Y contra corriente nadamos quienes defendemos los derechos humanos, la memoria, la búsqueda de verdad y justicia, cuando “el sentido común” dice que esos temas están irremediablemente en el pasado.
Si las encuestas no nos dan con viento a favor, tal vez sea un buen momento para que los salmones recuperen su audacia, porque en esta elección hay más cosas que un gobierno en disputa: está en disputa, nuestra visión del mundo.



COLUMNA ADOLFO GARCÉ ¿Hacia el fin de la era progresista?

Cada vez es más evidente que el tercer mandato consecutivo del Frente Amplio (FA) está en peligro

                                                                         Salvatore

 Adolfo Garcé  El Observador

Cada vez es más evidente que el tercer mandato consecutivo del Frente Amplio (FA) está en peligro. Hace un año el favoritismo del partido de gobierno era abrumador. Después de las sorpresas del 1º de junio quedó claro que el partido de gobierno podía perder. Cada día que pasa es más evidente que la era progresista podría tener un final abrupto. Me quiero detener a analizar posibles razones de este inesperado cambio de clima.

El primer factor a tomar en cuenta es el desgaste del gobierno (el mentado “costo de gobernar”). Una década en el poder es mucho tiempo. Produce fatiga en gobernantes y gobernados. La fricción que se genera cuando se mueve el statu quo desgasta. Los Consejos de Salarios, el IRPF y la reforma de la salud, durante la presidencia de Vázquez; el matrimonio igualitario, la interrupción voluntaria del embarazo o la ley sobre marihuana, durante la de Mujica, generaron ruido, encendieron la polémica, despertaron la crítica.

Desgasta mover el statu quo. Pero también desgasta no hacerlo. La dinámica de la economía hizo posible que, después de muchas décadas, desapareciera el tema del desempleo de la lista de las principales demandas ciudadanas insatisfechas. Sin embargo, muy rápidamente quedó claro que había otros temas (como la inseguridad o la educación) que también irritaban (y mucho) a la opinión pública.

El segundo factor a tomar en cuenta para entender el cambio de clima es el desempeño del candidato frenteamplista. Desde que en enero de este año comenzó su campaña electoral, ha puesto más énfasis en defender los logros del FA que en intentar sintonizar con las expectativas frustradas. Después de muchas décadas de “sensación térmica” de estancamiento o retroceso, en Uruguay se respira un clima de optimismo. En ese contexto, la gente construye proyectos y mira hacia adelante. Mientras tanto, Vázquez mira para atrás.

Desde la noche del 1º de junio, el FA viene intentando poner énfasis en sus nuevos planes (los tiene y están lejos de ser triviales). Todo indica que durante lo que queda de la campaña, la fórmula presidencial hará un esfuerzo especial por comunicar que el partido de gobierno todavía tiene una agenda pertinente para proponerle al país. El gran desafío del FA es prometer más cambio y menos continuidad. Sin embargo, inexorablemente, la reelección de Vázquez suena a restauración.

El tercer factor es que la izquierda ha perdido punch. En una campaña esto es muy grave. Hace cinco años atrás, como ahora, el principal rival del FA era el Partido Nacional (PN). Después de la primaria, una vez que cerraron la fórmula Mujica-Astori y se decidieron a ganar la elección, lograron muy rápidamente demoler la imagen del expresidente Luis Alberto Lacalle. Se dirá que el candidato nacionalista cometió errores. Es posible. En todo caso, fue impactante ver la velocidad y la contundencia con la que la izquierda los ponía en evidencia. Esa misma “fuerza política” hoy luce lenta y sin imaginación. Luis Lacalle Pou, evidentemente, tiene mucho que ver con este desconcierto.

No hay manera de explicar por qué cambió tanto el escenario electoral en tan poco tiempo sin la irrupción de Lacalle Pou. Mientras al FA lo invaden las dudas, el PN derrocha convicción. Gracias a su candidato, los blancos se adueñaron de la alegría y “privatizaron” la emoción.

A diferencia del FA, que no sabe cómo manejar el nuevo escenario, el PN tiene un libreto muy claro. Lacalle Pou va moviendo las piezas una por una como si fuera un jugador experimentado. Muchas de sus definiciones han enviado señales muy importantes. Menciono algunas. Primera señal: la jerarquización del Ministerio de Educación, el “más importante” según Lacalle Pou. Segunda: la incorporación de Larrañaga a la fórmula presidencial. Además de todo lo más obvio (suma experiencia, arraigo en el interior, “tonos” wilsonistas), proyectó al propio Lacalle Pou como un líder capacitado para manejar situaciones críticas. Tercera señal: Azucena Arbeleche en el Ministerio de Economía. Este gesto también es muy importante. Es realmente innovador apelar a una mujer joven para ocupar un cargo que, desde 1985, los uruguayos reconocen como uno de los más importantes del gobierno. Además, en la medida en que formó parte del equipo económico del astorismo será muy difícil para el FA acusarla de ser partidaria del “neoliberalismo”.

Los blancos tienen dos grandes desafíos todavía. En primer lugar, seguir demostrando que pueden “gobernar bien y gobernar ahora”. Parecía imposible hace solamente unos meses. La transformación de la imagen Lacalle Pou de diputado poco conocido a presidenciable creíble ha sido hasta ahora muy rápida y exitosa. Le queda tiempo y cartas para jugar. Por ejemplo, casi no apeló al clásico recurso de los viajes al exterior. En segundo lugar, tiene que construir puentes que aseguren que todos los electores colorados, llegada la instancia del balotaje, voten por el candidato del PN. También para esto está a tiempo.

La campaña sigue girando en torno a Lacalle Pou y sus piruetas políticas. No es una conspiración de los medios. Como Tabaré Vázquez en 1994, como Jorge Larrañaga 10 años después, como Pedro Bordaberry hasta hace muy poco, como José Mujica desde que apareció montado en su Vespa, el candidato del PN, en este momento, encarna lo nuevo y, por eso mismo, atrapa inexorablemente el interés del público y de los comunicadores.

Adolfo Garcé- Doctor en Ciencia Política, docente e investigador en el Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Udelar- adolfogarce@gmail.com

Estudiantes de Rocha premiados en concurso de videos


  
El video “Láirebra”, realizado por estudiantes del FPB de Gastronomía de la Escuela Técnica de Chuy, logró el segundo puesto en la categoría ciclo básico del concurso de videos “¿Cómo la ves? La mirada de los jóvenes sobre la educación uruguaya”, organizado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd). La entrega de premios se realizará el sábado 30 de agosto en el Club del Expositor del LATU (Montevideo).
El concurso tuvo como objetivo conocer la opinión de los estudiantes sobre un tema que les concierne directamente: la educación. En total participaron 65 videos provenientes de liceos, escuelas técnicas y colegios de Rocha, Colonia, Canelones, Durazno, Lavalleja, Maldonado, Montevideo, Paysandú, Salto y Treinta y Tres. El departamento de Rocha estuvo representado por cinco trabajos.
El primer puesto de la categoría ciclo básico fue para “¿Cómo la vemos?”, video elaborado por alumnos de 2º año del liceo 60, de Montevideo, mientras que el tercero se adjudicó a “Cómo la vemos: algunas ideas para mejorar la educación”, a cargo de estudiantes de 1° y 2° de la Escuela Técnica de Minas.
En media superior, el triunfador fue “Por todos los compas”, video de estudiantes de 6° año del colegio “John F. Kennedy”, de Montevideo, el segundo lugar fue para “El futuro está en nuestras manos”, trabajo de estudiantes de 6º año del liceo “José Luis Invernizzi”, de Piriápolis, y el tercer puesto para “Los profesores que más nos gustan”, realizado por estudiantes de 2º año de bachillerato audiovisual de la Escuela Técnica Arrayanes, de Piriápolis. Este último trabajo logró además el premio del público. 
El jurado estuvo integrado por el maestro Sebastián Valdez, la licenciada en Comunicación Social Rafaela Lahore (en representación del INEEd) y el realizador Ricardo Casas, director de Divercine y organizador de Atlantidoc. 
Los integrantes de los equipos ganadores recibirán, según el puesto que hayan logrado, una tablet, una cámara de fotos o un reproductor de música. El centro de origen de los grupos ganadores de los primeros premios de cada categoría recibirá 20 mil pesos para utilizar con fines educativos. Además, los realizadores de todos los videos premiados participarán en un taller a cargo del área de producción audiovisual del Polo Educativo Tecnológico LATU del Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP).

Unidad de Comunicación y ArticulaciónInstituto Nacional de Evaluación Educativa
 t: (+598) 26044649 int. 201 y 215 | e:comunicacion@ineed.edu.uy

Vázquez es el candidato que genera más simpatías en población


Opción consultores

Vázquez es el candidato que genera más simpatías en población
ad/hoc Nicolas Celaya
ESPECTADOR.COM

Según una medición de Opción Consultores, Tabaré Vázquez es el candidato que genera más simpatías en la población. Le sigue muy de cerca Luis Lacalle Pou, y Pedro Bordaberry no está lejos.
La empresa presentó un estudio ayer en VTV, basado en la siguiente pregunta: "Pensando en los siguientes líderes, ¿Ud. diría que le generan mucha simpatía, simpatía, antipatía o mucha antipatía?".

El candidato del Frente Amplio genera simpatía en el 48% de los consultados, y antipatía en el 28%. Lacalle Pou, en tanto, genera simpatía al 46%, y antipatía al 19%. Bordaberry es simpático para el 40% de los consultados, y antipático para el 28%.

Según Opción, la simpatía por Vázquez ha mostrado un descenso en 2014. En enero simpatizaba con él un 58%, y en marzo el 55% de los encuestados y ahora registra el 48%.

La simpatía por Lacalle Pou, en cambio, viene en ascenso. En el primer mes del año atrajo simpatías del 39% de los encuestados, en marzo del 44% y ahora del 46%.

La simpatía por Bordaberry ha ido fluctuando. Pasó de un 42% en enero a un 43% en marzo y hoy por hoy registra un 40%.

MAURO SILVA. UN REFERENTE DE LA SOCIEDAD FRONTERIZA. Por Julio Dornel.

                                                Escritor y periodista Julio Dornel



 
Nacido en la ciudad de Castillos el 24 de agosto de 1911, se radicó en la aldea fronteriza cuando contaba 17 años, integrándose de inmediato a todas las actividades sociales, culturales y deportivas que se realizaban por aquellos años. En 1933 con un grupo de deportistas funda el Club A. Peñarol, integrando las primeras integraciones del equipo con el “Yaco” Decuadra, Horacio Laborda, el “Coco” Costa, Mario de San Vicente, y Elver Decuadra entre otros.  El 3 de enero de 1939 conjuntamente con su hermana Tulia Juaní inaugura panadería EL PROGRESO, teniendo como primer local el edificio que pertenecía a la tienda de Jacobo Korseniac.  En 1941 lo encontramos integrando el movimiento que funda el Club Social Chuy, integrando sus primeras comisiones directivas con Silvio Fossati, Leopoldo Fernández,  Eduviges Pla, Ambrosio Arrarte, Bernardo Ventura y otros vecinos. El 3 de mayo de 1946 marca su presencia en la fundación del Rotary Club, trabajando incansablemente por las obras sociales que reclamaba la población en aquella oportunidad, destacándose la enseñanza, la salud y las obras que lo llevaron a presidir la Junta Local en varias oportunidades. Nos resulta difícil enumerar las actividades desarrolladas por DON MAURO en esta ciudad, aunque bastaría decirles que fue uno de los primeros representantes de este pueblo que llegó a cumplir tareas parlamentarias  por mandato de la ciudadanía. Sin ser un brillante tribuno, supo levantar su voz para reclamar soluciones  a los problemas del norte rochense, al impulso de una sensibilidad capaz de comprender los intereses populares. Caudillo del Partido Colorado al que estuvo ligado desde su juventud, con una pasión tradicional  que había nacido en la ciudad de los palmares y que había traslado posteriormente a Chuy donde transcurrió su vida.