Poeta de aguas varias, sangre charrúa te reclama. Lanza en pleno vuelo, tu poesía está encontrando destino
¿Por qué será que todo pueblo debe lo mejor de su canto a un humilde ranchito o a lo vivido en modestas piezas de hoteles o pensiones?. El rancho del Nico o la humilde Vaca Azul de Rubén Lena, el rancho del Macario Pereira, de José Carbajal El Sabalero, el hotel de Bachicha Lencina donde vivió Zitarrosa un buen tiempo. Lugares fermentales. Pasar el tiempo aparentemente diciendo nada constructivo. Pues fueron fraguas de donde nació buena parte del saber y entender de estos geniales comunicadores.
Pues aquella pequeña ciudad del Chuy, modestísima y hermosa, de calles y carreteros imposibles, Chuy con la sonrisa vendedora de Samuel Priliac… tuvo también su rancho. La modesta pieza de Mariolina, donde un salteño exiliado en el Chuy vivía acompañado de la atenciones diversas de dos tías ancianas y rodeado de gente de tiempo perder, que en lugar de hacer algo productivo, gastaba horas discutiendo o conversando de historias , de lecturas, escuchando músicas. Nada bueno podía esperarse saliera de ese lugar donde además, me contó uno de sus contertulios, las tías se encargaban de bendecir con el hermoso crucifijo que “el patrón” Samuel le había regalado a su sobrino. No tengo ni idea de quienes iban a pasar el tiempo con José María Rondan Martínez, el dueño de casa… pero seguro que unos valores llamados Wilkins Machado, Jesús Perdomo y Julio Dornel tenían abonos y jugaban de locatarios. Pero que tercos son estos tipos… porque estando allí acompañaron el nacimiento de mucho de los mejor que produjo Frontera Chuy y sobre todo, la obra de uno de los mejores poetas uruguayos. Salieron de la humilde piecita de Mariolina:
Genealogía
Un libro muy bien comentado por todos los que ha accedido a él… no es mi caso. Dedica poesías a su sangre Charrúa, pero con cariño, desde adentro, con dolor y con rebeldía, con honor y con amor por sus ancestros. Con este libro en ciernes fue de Chuy a Salto y lo publicó en su tierra natal en 1967.Me contó el profesor Jesús Perdomo que Rondan Martínez fue, la persona conocida que se sintió más orgullosa de ser charrúa.
Latitud Chuy
Libro de poemas de Rondan que gana la 5ª Feria del Libro y el Grabado de Montevideo.
Artigas compañero
Obra magna de Rondán, donde le dice a Don José, recorriendo su historia, sus compañeros, su lucha y sus amores, que ya es tiempo de volver porque lo esperan los trabajadores de este tiempo para impulsar sus sueños y hacer marchar la patria por rumbo bueno.
Mucha historia después, dos muchachos de la ciudad de Rocha reciben el poema y lo hacen canción. Dulces rebeldías y ternuras de lucha trae esta creación… no solo en los cantos sino además por la musicalización hermosa y emocionante… que completan una de las mejores canciones de nuestra canción popular actual. Me dirán que de todo un libro se conoce solo un poema. Qué bueno que se conozca este poema, porque hermosas poesías esperan lectores para trascender de la pluma original a sus nuevos dueños… pero no siempre estos las descubren para adoptarlas. Esta canción, poema nació y es… con la entonación de Solipalma una de las más preciadas canciones del siglo XX, vivísima y vigente en el panorama actual de nuestra canción popular nacida en el interior. Gracias Fernando Rótulo, gracias JorgeGriott.
Ahora es tiempo
“Ahora es tiempo de saber tu nombre,
“de repartirlo en surco y en espiga,
“de humanizar el bronce, refundirlo,
“en molde humano, humana perspectiva.
“Tiempo de las reformas sustanciales,
“la tierra libre, fértil la semilla,
“la fábrica en mano del obrero,
“rocío agrario, sol, ganadería.
“Tiempo de tu retorno, de tu encuentro
“con el hombre en la siembra campesina,
“tiempo de la lectura interminable,
“del paisaje bañando las pupilas.
“El mar, el río, el pájaro y el cielo,
“el árbol conversando con la orilla.
“Hay que tocar maderas musicales
“de sufridas guitarras nativistas,
“acariciar tu nombre en los fogones
“que el crepúsculo enciende en las cuchillas.
Parte hablada…
“hay que hablarle al que sufre de esperanzas
“y alumbrarle tristezas y neblinas.
“Hay que saberte ahora entre nosotros,
“como un obrero más, que cada día
“acude a la jornada, nos alienta
“con palabras de luchas, comprensivas
“voces que nos señalan horizontes.
Sigue canto…
“Ahora es tiempo ARTIGAS, viejo ARTIGAS,
“de ubicar tu sonrisa en la mañana,
“de escamotearte estrella infinitas,
“y plantarlas en cantos y guitarras”.
“Hombro con hombro, en alto tu bandera,
“El grito libre, río sin orillas,
“contigo en horizontes y pamperos,
“vamos hacia la aurora PADRE ARTIGAS”.
H V 7 BIS
José María RondánMartínez… muy estimado por el genial Enrique Amorin, se fue de Salto un día y se radicó con unas tías por 1960 en el Chuy. Tuvo 3 hijos: José Enrique, Esther y Carla. La nieta (Sofía) hace poco fue protagonista de un acto de reconocimiento y bienvenida que su pueblo natal le tributó. Fue guardia aduanero pero administrativo, fue un enorme escritor y un gran bohemio. Y como gran bohemio sucumbió al alcoholismo. El Director de Cultura de Salto en el homenaje antedicho, en 2014, decía “ ¿quién escribe desde la locura no estando loco y habiendo vivido en un manicomio? Solo Rondán Martínez. Estuvo internado por voluntad propia para tratar de curarse del alcoholismo.” Muchas veces, autores de la misma época que Rondán, le cantan al vino en tono elogioso. Rondán tenía esa lucidez de no desearles mal a otros. Siempre estuvo tratando de salir del alcoholismo y cuando escribe sus poemas lo hace desde el dolor. Por eso, sabiendo todo lo mal que hace el veneno del abuso del alcohol, ingresa al Hospital Vilardebó.Y allí nace el cuerpo de poesías que componen H V 7 BIS. Es LA visión de un ser humano dolorido pero de una lucidez increíble, describiendo a quienes están a su lado, pero que están tratándose por otro motivo, por demencia. Pocas veces se han leído poemas más desoladores y tristes.
HV7 Bis - VI
DÍAS interminables me socavan
túneles infinitos
y hombres con sus alforjas bajo el brazo
van y vienen por corredores húmedos.
Tienen
grotescas expresiones de animales adultos,
carcajadas salobres
y desde sus gargantas prisioneras
estallan las canciones como rosas.
O este otro:
HV 7 Bis- III
DOMINGOS con visitas
apresuradas, tiernas, bondadosas,
acariciando el pómulo, inquiriendo por nuestras
soledades
corno si niños fuéramos.
Quieren tocar el corazón, sentirlo
para saber si late como siempre
y nos miran muy hondo
haciéndonos llorar.
Después se van de a poco
dejando sus olores familiares
sus dedos temblorosos
el eco de sus voces
el recuerdo habitual y compartido.
Casi como un dolor
el ruido de sus pasos nos aflige
sembrándonos tristezas,
melancolía de atardeceres pueblerinos,
el beso de los niños,
la cuchara y el plato de la cena.
Y nos quedamos solos
mirando más allá de la llovizna
este domingo gris.
El taipero
Claro que es la creación más famosa de Rondan Martínez. Ha logrado ser folklore, es decir música popular de la que ya no se sabe el autor. Si hay una creación que ejemplifica además, la interacción de aquel grupo de amigos que se reunían en modesta pieza de Mariolina en el Chuy de 1960, esa es El Taipero.
Esta canción fue grabada en 1967 por Alfredo Zitarrosa en su tercer disco larga duración, disco de vinilo que tenía 6 o 7 canciones de cada lado. Ese mismo año el LP titulado Del Amor Herido y donde estaba además Pal Que Se Va y Del Cardal, es reeditado totalmente por el sello Orfeo y ahora mejor distribuido, por más que sus discos para el modesto sello Tonalvolaron. Se agotaban apenas editados.
En 1965, el profesor de historia y de música Jesús Perdomo, hombre de Castillos, andaba por la vecina ciudad del Chuy. Allí hizo relación con dos personas claves en la historia de la canción, el guardia aduanero Rondan Martínez y el guardia civil Julio Dornel. Julio es nacido en La Charqueada pero la vida lo llevó hace añares al CHUY donde hoy es uno de los mejores periodistas de identidad y memoria del país. Jesús Perdomo es un nombre propio de la cultura de todo el departamento de Rocha. Escritor, dramaturgo, historiador, músico y musicólogo, autor de innumerables artículos en diferentes publicaciones es también autor de tres libros esenciales a la historia rochense. En la época Perdomo tenía un conjunto llamado Los Orejanos que andaba en búsqueda de repertorios orientales. Pero, como no abundaban las canciones del pago… se mandaron a hacerlas.
Dornell, el único de botas embarradas, fue el que les contó la vida de los taiperos. Rondán emocionado escribió la letra y el profe Perdomo le sumó el ritmo tan particular. No fue fácil, hubo mil ajustes, pero después nació El Taipero. Un día de 1966, Los Orejanos van a cantar a Lascano. Actúan en el cine y después se van adonde recalaban los guitarreros, la peluquería de Amado Segovia. Los músicos eran agasajados con asado y vino y después pagaban cantando, con la salvedad de que Amado les grababa. Poco tiempo después, el que llega es Zitarrosa. Y se cumple el mismo ritual, pero en la previa Amado les hace escuchar la grabación de El Taipero y se cuenta que Alfredo casi les gasto la cinta escuchando, memorizando la melodía y luego apuntando la letra. Perdomo nos decía que "No sabemos si por la deficiencia de la cinta o por el buen vino, Alfredo anotó mal algunas palabras. Pero después hizo un trabajo orquestal fantástico con las guitarras... que convirtieron a la canción en un himno muy querido."